Marruecos
GenZ212, el movimiento que ha vuelto a poner en pie Marruecos

El movimiento juvenil GenZ212 en Marruecos nació el 27 de septiembre 2025, desde una aplicación de juegos y chat. Se creó cuando murieron ocho embarazadas en menos de un mes en el hospital Hassan II de Agadir. Se trataba de embarazadas sanas que entraron para parir y salieron sin vida. Se les practicaron cesáreas, aparentemente, con material defectuoso. La noticia generó un malestar social como muchos malestares previos, pero la generación más joven hizo una llamada para llenar las calles y terminar con esta indignidad y abandono.
Se trata de reivindicaciones legítimas en materia de salud, educación, empleo, justicia social y lucha contra la corrupción. El pueblo es invisible, no es visto ni escuchado por el Gobierno. Un ejemplo para que se entienda bien esta situación es el de Shakira, que vino a Marruecos a cantar a cambio de un millón de euros. Resulta escandaloso que un gobierno desembolse un millón de euros por cantar en un festival mientras hay pueblos sin agua potable ni electricidad en 2025.
Otro ejemplo: el Estado consigue el dinero para construir en solo un año un estadio de fútbol con capacidad de 67.000 asientos. En cambio, las víctimas de las inundaciones del Haouz de septiembre de 2023 siguen sin hogar ni medios básicos, después que las aguas arrasaran sus casas. Y los hospitales parecen mataderos, con sus camas oxidadas y suelo sucio donde la limpieza, que es fundamental, brilla por su ausencia.
La respuesta del Estado marroquí ha vuelto a ser la represión y detención de cualquier persona que se acerque para hablar a la prensa. Manifestantes pacíficos recibieron golpes, insultos y fueron detenidos. Cuando vemos la respuesta violenta de las autoridades a la juventud que reclama derechos básicos, entendemos por qué los jóvenes marroquíes, incluidos los menores, arriesgan sus vidas en pateras o escondidos en camiones con el objetivo de escapar de la pobreza y a la humillación.
Esta vergonzosa represión debería provocar, además de la dimisión del Ministro de Interior y de su Gobierno inútil, el despido inmediato del encargado del cuerpo policial que trata a la población con tal desprecio. Abdellatif Hammouchi, jefe de la Dirección de la Policía Nacional de Marruecos, también debería ser apartado del escenario político y de la seguridad del Estado y juzgado por las agresiones a los jóvenes del movimiento GenZ212.
Los jóvenes GenZ212 han salido a defender su país de los corruptos, colapsando las plazas de las ciudades para hacer oír sus voces. Se trata de la misma represión que sufrieron sus abuelos y sus padres. Ahora parece que les ha llegado el turno a ellos.
En Marruecos, donde existe representación oficial de Israel, el silencio es la actitud oficial. No hay ninguna declaración por parte del gobierno, ni por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores
Nasser Zefzafi, el rifeño condenado a 20 años de cárcel, pedía lo mismo que pidieron los GenZ212: mejoras en educación, sanidad y lucha contra la corrupción. El exsecretario de Estado de Derechos Humanos marroquí, Mohamed Ziane, a sus 82 años, continúa encarcelado por preguntar sobre las cuentas de los minerales que exporta Marruecos.
Urge que Marruecos abra un horizonte al futuro, porque los intereses imperialistas roban las revoluciones quitando un peón y poniendo otro, o desviando los movimientos de liberación de sus rumbos, como ha sucedido a tantos países durante la primavera árabe. Por ello, la ruina y la desestabilización del país no son ninguna opción. Y quedarse esperando a que se calme la tormenta tampoco constituye una solución.
Marruecos tiene un pie sobre una mina a punto de explotar. El descontento popular ante la política nacional e internacional no es producto de esta generación, sino de un largo camino de represiones, torturas y detenciones, desde los años de plomo hasta hoy día.
Para avanzar y proponer soluciones resulta fundamental reconocer los errores que provocan el malestar popular. A nivel internacional, como la relación con Israel, por ejemplo, implicaría romper relaciones con este Estado sionista criminal, para caminar en paralelo con la voluntad del pueblo habría que detener y juzgar a los verdugos de los años de plomo que siguen trabajando con la misma mentalidad represora en los despachos oscuros del Estado. Es necesario detener a los verdugos que violaron y torturaron a los presos políticos del Rif y en el resto de Marruecos. Resulta imprescindible cortar las relaciones con los medios de comunicación comprados para maquillar una propaganda de la policía política, y liberar a los presos políticos.
Estos descontentos populares estallarán algún día si no se adoptan iniciativas de cambio estructurales y auténticas. ¿Cómo se siente la ciudadanía marroquí? Se siente marginada en su propio país.
Sin respuesta ante la detención de activistas en la Flotilla
Para entender la relación que hay entre el Estado y la ciudadanía marroquí, tenemos que citar igualmente la Flotilla Global Sumud. Hemos visto que al expresidente de la Asociación de Derechos Humanos de Marruecos, Aziz Ghali, y otro ciudadano marroquí, Abdeladim Ben Daraoui, detenidos en Israel por formar parte de esta Flotilla para romper el asedio de los palestinos.
Ahora bien “todos los gobiernos cuyos ciudadanos han sido secuestrados, incluidos los que tienen “relaciones naturales” o incluso "alianzas”, condenaron, convocando a embajadores, considerando una piratería internacional y un ataque a la dignidad de sus ciudadanos. Colombia expulsó a todos los representantes de la entidad sionista de su territorio, y puso fin a sus relaciones con Israel en protesta por el crimen.
Estos descontentos populares estallarán algún día si no se adoptan iniciativas de cambio estructurales y auténticas. ¿Cómo se siente la ciudadanía marroquí? Se siente marginada en su propio país
Sin embargo, en Marruecos, donde existe representación oficial de Israel, el silencio es la actitud oficial. No hay ninguna declaración por parte del Gobierno, ni por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores. Ninguna llamada, ninguna protesta y ni siquiera una mínima información de lo que han pasado estos dos marroquíes secuestrados por los soldados israelíes. Marruecos aplica el silencio, como si los secuestrados no fueran ciudadanos marroquíes, como si la dignidad de estos fuera algo despreciable.
Esta realidad muestra con rotundidad la relación entre el Estado y la población marroquí: una relación de abandono e indefensión. No se protegen sus derechos fundamentales y viven abandonados a sus suertes. Al contrario, no sucedió así con el caso infame del cantante Saad Lamjarred, para el cual, el rey Mohamed VI, encargó al abogado de palacio defenderlo en los tribunales franceses por un caso de violación y maltrato a una joven francesa.
Marruecos es un país rico pero los marroquíes son ciudadanos pobres y de segunda. La primera piedra en el camino del cambio en marruecos es la monarquía corrupta, la mayoría de los jóvenes GenZ212 por el momento se apartan de chocar con ella, y eso tiene que obligarla a cazar esta oportunidad histórica y cambiar las cosas desde arriba; cambiar el modelo de una monarquía ejecutiva a monarquía simbólica, apartada de los negocios y del poder político, como el modelo de los países europeos. La ola no parece que vaya a parar, desde el día 27 de septiembre hasta hoy, y las protestas continúan, detenidos, heridos, bancos y coches de policía quemados… este escenario que hemos visto estos días puede llegar a quemar el poder si el poder decide caminar contra la voluntad popular.
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