Libertades
Mil maneras de ser personas trans
En Construcciones identitarias. Work in progress la fotógrafa y activista Mar C. Llop reflexiona sobre la diversidad de relaciones, tránsitos y experiencias que implica la vivencia trans.

Hay un mito, del imaginario colectivo cisgénero (de las personas cuya identidad de género y género asignado al nacer coinciden), en el que el camino de las personas trans siempre es el mismo: pasa por la disforia, con diagnóstico psiquiátrico, y acaba en la intervención quirúrgica. Para Mar era prioritario mostrar una variedad de experiencias que acabaran con esta premisa y dieran a conocer una realidad mucho más compleja y rica: “Cuando hubo la propuesta del libro, quise poner estos discursos encima de la mesa y ver cuáles faltan. Hice más fotos buscando lo que estaba más alejado de mí, como los chicos trans que venían de los feminismos o experiencias drag king, o personas que estaban en el límite, como mujeres que decían ‘yo me siento trans’, pero que se representaban como mujeres. Y todo eso era lo que me interesaba, hallar esos discursos más queer y abrir al máximo.”
“Vínculos” es una de las partes en las que se divide el libro, que muestra una variedad de relaciones que nuevamente la gente cis suele desconocer: parejas de dos hombres trans o de mujer trans y hombre trans, o familias con parejas heteronormativas que siguen unidas después de iniciarse el tránsito. “En parejas de largo recorrido, si una de ellas decide hacer un tránsito, muchas veces se rompe esta pareja. A veces no, pero cuesta mucho. Es complicado porque puede ser un golpe importante para la otra persona, que se siente sola. Pero si tiene información de otras personas en la misma situación, se siente acompañada, no está sola en el mundo”.

La asociación sexo/género/identidad sexual/expresión de esa sexualidad suelen confundirse en una amalgama informe que no representa la vida real: “Una cosa es como te sientes, otra el cuerpo que tienes, otra los gustos que tienes, y otra cosa es la expresión que tienes. Si separas estas cuatro cosas es maravilloso. Un chico que va muy arregladito y es muy femenino, lo interpretas como gay, ¿y por qué? Todo eso hace que las personas se representen de una manera para que las lean de esa manera. Y a lo mejor tenemos que desmontar esas cosas”.
En “Conceptos”, Mar ha querido explicar varias expresiones con las que lidia día a día la gente trans, cosas tan cotidianas como el binder, la faja con la que se vendan el pecho los hombres trans, o palabras que reflejan el rechazo social, como el passing, pasar desapercibido o desapercibida. “Los chicos trans enseguida son invisibles, pero las chicas trans muchas veces no. Y no es lo mismo tener un buen passing y que la gente no te vea trans y no te vea ‘grotesca’ a que te vean con un metro ochenta y cinco y facciones muy masculinas. Yo tengo muchas amigas que no tienen passing y sufren comentarios, ‘mira el travelo’, y es una incomodidad. Y hay que trabajar la visibilización de las gentes trans, y que si se nota que es una persona trans no pase nada”.



Desde el activismo, poco a poco se van trabajando exigencias como el apoyo a los niños y las niñas trans, aunque todavía queda un trabajo ingente de reconocimiento de la identidad trans: “Estamos en el punto del orgullo trans. Si por ejemplo una chica trans toma bloqueadores y hormonas femeninas desde pequeña, se va a desarrollar como una mujer cis. Y no va a ser nada visible. Pero claro, hay que trabajar el orgullo de estas personas”.
“Que tengan un passing absoluto está genial, pero también tienen que tener claro que son personas trans y tienen que decirlo, que tienen que sentirse orgullosas de serlo. Porque si no con veinticinco años estarán dentro del armario”. No todo tiene que pasar por bloqueadores, hormonas, pero muchas veces tener un buen passing te complica menos la vida: “Yo tengo amigos que estaban más o menos cómodos con su cuerpo viviendo como chicos y han decidido tomar hormonas porque se encontraban con que muchas veces había confusión, que los trataban en femenino y han dicho ‘voy a tomar hormonas, que me salgan cuatro pelos y ya me dejan tranquilo’. Estamos muy lejos del momento en que tengamos una persona delante y le digamos ‘¿cómo te trato?’. En esta sociedad binarista los intermedios son muy complicados”.


¿Acabar con el binarismo hombre/mujer influiría en la propia percepción de las personas trans? Para Mar, la respuesta queda aún lejos: “Estamos trabajando primero el tema de la despatologización y de la libertad en cuanto al propio cuerpo. Y a partir de ahí, trabajar la educación de las personas que están creciendo. Que lo hagan con libertad de roles, que más allá del cuerpo que tengan, puedan desarrollar lo que les venga en gana e ir desmontando todo poco a poco”.
Y aunque parezca sorprendente ese binarismo impregna un organismo como las UTIG, (las Unidades de Trastorno de Identidad de Género, dependientes del sistema público de salud). Frida, una de las mujeres trans entrevistadas en el libro, cuenta que jugar al baloncesto supuso para ella un impedimento a la hora de acudir a una UTIG, donde tienes que definirte como heterosexual y responder claramente al rol de género para que te atiendan.

En Cataluña, el colectivo Generem, al que Mar pertenece, y otras asociaciones montaron la plataforma Transforma la Salud desde la que denunciaron las practicas de la UTIG. Además, allí cuentan con un servicio de atención a las personas trans, que es el que la plataforma apoya : “En Cataluña apareció el servicio Transit, que es con el que estamos haciendo un nuevo protocolo para las personas trans, que es de acompañamiento, donde no tienes que mentir y puedes empezar el tránsito, probarlo, y que cada persona tenga su ritmo”.
Al final, la experiencia íntima y personal de cada persona retratada consigue visibilizar la lucha trans y hacerla colectiva. En este sentido, para Mar, la celebración del Orgullo es otro día más de protesta: “Es un día de reivindicación para salir a la calle, que se nos vea en los medios de comunicación, y ya que nos juntamos tanta gente que solemos encontrarnos trabajando activismos, aprovechar para charlar de manera distendida y por que no, disfrutar un poco de fiesta”.
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