Gobierno de coalición
Un balance de tres años de gobierno progresista

Frente a la estrategia conciliadora de Unidas Podemos, es urgente volver a insistir en el conflicto y la lucha de clases como centro gravitatorio de toda política transformadora. Intentar hacer política sin actividad de las clases populares es como predicar en el desierto.
Es militante de Anticapitalistas.
30 dic 2022 05:31

Este 30 de diciembre se cumplen tres años de la firma del acuerdo de coalición entre PSOE y Unidas Podemos. El tiempo que resta a esta legislatura es año electoral, por lo que a buen seguro nos espera una copiosa ración de promesas y decretos de última hora que permitan vender, de cara a la galería, avances en todos aquellos temas que han sido guardados en el cajón durante el grueso de la legislatura. Previendo esto, este artículo pretende hacer un balance del gobierno PSOE-UP, asumiendo que ya hay suficientes elementos para este.

Este gobierno asumió el cargo con una significación histórica que ellos mismos se arrogaban: frenar al fascismo. Vox había pasado de 24 escaños en las elecciones de abril de 2019 a 52 en las de noviembre de ese mismo año. El miedo a que siguiera creciendo animó a PSOE y UP a llegar al acuerdo que no habían sabido alcanzar hasta el momento.

Ríos de tinta han corrido intentando responder a la pregunta de cómo frenar al fascismo, muchas veces desde sillones liberales que han demostrado históricamente que, en caso de disyuntiva, han preferido siempre al fascismo que a la clase obrera organizada. (Y no tan históricamente: en las últimas elecciones legislativas francesas, el partido de Macron se negó a dar la consigna de votar a la Unión de la Izquierda,que desde luego no son revolucionarios, frente a los candidatos de la extrema derecha). Pero una cosa esta clara: si este gobierno conseguía situar a la clase trabajadora y al conjunto de las oprimidas en una situación mejor de la que había encontrado, y atacaba las bases del fascismo, este no tendría espacio en el que crecer.

Una situación “mejor” no solo significa, como repiten incansablemente las ministras de UP, “mejorar la vida de la gente” en un sentido material, lo cual tampoco ha logrado este gobierno, como veremos. “Mejor” también supone situar al conjunto de la clase trabajadora en una posición más favorable para presentar batalla frente a la clase dominante y el fascismo. Está claro que este gobierno no estaba dispuesto a dar esa batalla. El PSOE es el partido por antonomasia del régimen del 78, el pilar más importante que garantiza su estabilidad (no olvidemos que tras la crisis de 2008 legisló la primera reforma laboral de calado). Unidas Podemos renunció hace tiempo a ser una fuerza rupturista, aceptando el mantra de que la democracia liberal —y en concreto el sistema político del Estado español— es capaz de representar los intereses de toda la sociedad.

Esta caracterización básica de las dos fuerzas del gobierno señala los límites del mismo: un gobierno de colaboración entre clases que iba a asegurarse de que las élites se seguían enriqueciendo mientras no obtenía ninguna conquista para la clase trabajadora. Pese a ello, quedaba por despejar la incógnita de lo que conseguiría arrancar Unidas Podemos en su primera participación gubernamental. A día de hoy lo tenemos bastante claro.

En el punto 5.6 del acuerdo de coalición aparecía la derogación de la ley Mordaza. La existencia de esta ley crea un estado de excepción permanente en el ejercicio de los derechos políticos más básicos que se parece mucho más a lo que los fascistas entienden por “orden” que a lo que los ecosocialistas entendemos por “libertad”. La Ley Mordaza refuerza la “libertad”, sí, pero una en concreto: la de actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE), uno de los bastiones sociales y electorales de la extrema derecha. El fascismo crece en el interior del Estado gracias a la violencia normalizada de la sociedad liberal.

Algo similar hemos podido observar en los ataques antidemocráticos del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial al poder legislativo. Esto no nos debería sorprender, pues desde la Transición el poder judicial se configuró como un bastión del pasado dictatorial y las fuerzas reaccionarias. Muchos años de gobierno del PSOE han pasado sin atender esta cuestión, y ahora se llevan las manos a la cabeza. Para acabar con el coto privado en el que se ha convertido el poder judicial para la derecha haría falta reconocer que esta es una característica básica del régimen del 78, y por lo tanto tener una voluntad decidida de superarlo, algo que va en contra de la naturaleza de este gobierno.

Volviendo al acuerdo de coalición, en el punto 1.3 se planteaba la derogación de la reforma laboral del PP, y en el 2.9.3 la regulación de los alquileres. Con respecto a la primera, el Ejecutivo (liderado por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz) decidió que era mejor optar por un acuerdo entre patronal y sindicatos (únicamente CCOO y UGT) que suponía un mero maquillaje de la misma aplaudido por la CEOE, dejando intactos los aspectos más lesivos de la reforma laboral de 2012. La regulación de los alquileres ni está ni se la espera.

El punto 5.12 prometía una ley Trans, y el 3.1 aprobar una Ley de Cambio Climático. Este último acuerdo sí se ha cumplido, pero mereciendo el calificativo de “insuficiente” por el grueso del movimiento ecologista. En cuanto a la Ley Trans, una iniciativa muy positiva del Ministerio de Igualdad, finalmente se ha logrado aprobar pese a las constantes trabas de un PSOE demasiado influido por transfobia. Sin duda, uno de los pocos avances de la legislatura.

Exceptuando la Ley Trans, Unidas Podemos ha ido aceptando, a veces con convencimiento y otras a regañadientes, todos los incumplimientos del acuerdo de coalición y de su propio programa. Solo algún ejemplo más: unos presupuestos con un aumento desorbitado del gasto militar (25%), cumpliendo con el mandato de la OTAN, o la política criminal del Ministro de Interior, en connivencia con el resto de la UE, en la frontera con Marruecos —de la cual las decenas de muertes del salto en Melilla el 24 de Junio de 2022 son sólo su más trágica consecuencia.

Podemos extraer una lección clara: el gobierno tan sólo ha reforzado a los sectores de su base social complacientes con su estrategia de pacto de clases —aparatos sindicales de CCOO y UGT, algunos sectores de los movimientos sociales…— mientras intentaba cercar y extinguir a las posiciones más combativas, véase su actuación en la huelga del metal en Cádiz, o la beligerancia de las delegaciones de gobierno con el movimiento de vivienda. Mientras tanto, el gobierno ha ido dando alas a los que deberían ser sus supuestos “enemigos” –los fondos buitre, la extrema derecha o la patronal. A la vista de todo esto, no albergamos ninguna esperanza de este gobierno. Menos aún de los que puedan venir de igual configuración, que parece ser el horizonte deseado tanto del PSOE como de las diversas fuerzas a su izquierda (Podemos, IU, Sumar, Más País/Más Madrid…) que se pasan el día hablando de unidad. ¿Unidad para esto?

Nuestra tarea es que estos conflictos aislados crezcan y den un salto político, pasando de la necesaria confrontación de unas trabajadoras concretas contra su empleador a la confrontación como clase del conjunto de las trabajadoras contra el conjunto de la burguesía

Frente a esta estrategia conciliadora, es urgente volver a insistir en el conflicto y la lucha de clases como centro gravitatorio de toda política transformadora. Intentar hacer política sin actividad de las clases populares es como predicar en el desierto. Por eso en este momento lo más relevante es animar las luchas existentes, participar en ellas activamente y ayudar a que escalen sus reivindicaciones sin conformarse con las migajas que les ofrece el tripartito sindicalismo reformista–Estado–CEOE. Lo que necesitamos son conquistas duraderas conseguidas a través de la autoorganización, que servirán para situarnos en una mejor situación para las luchas de mañana en un doble sentido: material, pues cuanto peores son nuestras condiciones de vida más difícil es organizarnos, y subjetivo, pues la consciencia sólo se puede crear en la lucha, donde miras a tus compañeras y te das cuenta de que perteneces a una misma clase con capacidad para cambiarlo todo. Ahí es donde se construye unidad, fuerza y sujeto.

Y en esas luchas surgirá una certeza: las victorias logradas son necesarias, pero no nos bastan, pues la satisfacción completa de las necesidades de las trabajadoras y del conjunto de la humanidad, no son metas realizables en el marco de las relaciones sociales capitalistas. Tampoco lo es la transición ecosocial, condición necesaria para asegurar la pervivencia de nuestra especie y la vida en el planeta. Por tanto, hacen falta organizaciones que, partiendo de la actividad política real de las clases populares, pongan encima de la mesa la necesidad de armar un proyecto revolucionario que aspire a la superación completa del estado actual de las cosas.

Un ejemplo actual puede ser útil. A lo largo del Estado español, y de todo el mundo, la clase obrera está sufriendo un ataque sobre el salario. Como la rentabilidad del capital cada vez es menor, y ante la imposibilidad de reanudar un ciclo largo de acumulación, el capital acentúa la explotación de la fuerza de trabajo. En multitud de centros de trabajo del Estado Español están empezando a surgir reivindicaciones y huelgas por el mantenimiento del poder adquisitivo. Nuestra tarea es que estos conflictos aislados crezcan y den un salto político, pasando de la necesaria confrontación de unas trabajadoras concretas contra su empleador a la confrontación como clase del conjunto de las trabajadoras contra el conjunto de la burguesía. Esto permitiría introducir una perspectiva distinta para la salida de esta crisis, que pasase por el control social de amplios sectores de la economía —sanidad, transporte, energía, banca, alimentación—, que, desprivatizados y democratizados, permitirían ir satisfaciendo las necesidades de las clases populares mientras a la vez se esta se autoconstituye como clase. Unida, fuerte y consciente.

Mientras la clase trabajadora sufre para llegar a fin de mes, este gobierno prefiere invertir en la sostenibilidad del balance anual de las empresas del Ibex35 y utilizar tímidamente el gasto social para evitar un nivel de descontento peligroso. Nada debe atar a las clases populares a un gobierno que hace mucho eligió su trinchera como garante de la estabilidad del capitalismo en este rincón de Europa. Organicémonos para poder construir la nuestra, pues solo desde esa autonomía podremos alcanzar cuotas mayores.

Sobre este blog
Un espacio de encuentro y debate para personas que participan o están en los alrededores de ese difuso cuerpo conocido como Movimientos Sociales.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Partidos políticos
Partidos políticos Los satélites de Sumar activan la “operación Bustinduy”
El ministro de Derechos Sociales es el elegido por muchos dentro de la coalición electoral para sustituir a Yolanda Díaz, a quien dan por amortizada. Ya cuenta con apoyo simbólico de Mas Madrid, IU y los ‘comuns’.
Partidos políticos
Partidos políticos El Constitucional avalará el grueso de la Ley de Amnistía y el PP lo suma a su traca de verano
Los conservadores anuncian una denuncia contra Leire Díez por sus audios sobre la Unidad Central Operativa. La manifestación contra la “mafia” incluirá protestas contra la lectura del Constitucional de la ley de perdón.
Servicios públicos
Servicios Públicos La lección de Olof Palme, las ayudas para la compra de gafas y el transporte gratuito
La frase del político sueco, “un servicio para pobres siempre será un pobre servicio”, vuelve a estar de actualidad a cuenta del debate sobre la universalización de las ayudas públicas.
Sirianta
Sirianta
30/12/2022 15:26

¡Bravo! Enhorabuena por su elocuencia y lucidez. Da gusto leer un artículo como este.

0
0
yermag
yermag
30/12/2022 13:14

Excelente análisis, muy completo y riguroso. Resaltaríamos: "Unidas Podemos ha ido aceptando, a veces con convencimiento y otras a regañadientes, todos los incumplimientos del acuerdo de coalición y de su propio programa." Alta traición !

1
0
djcesarrubio
30/12/2022 13:03

Si el PSOE es un partido progresista yo soy cura. Con Sánchez para qué queremos a Feijóo, podrían intercambiarse ambos como lideres de cada partido y nadie notaría la diferencia.

1
0
Sobre este blog
Un espacio de encuentro y debate para personas que participan o están en los alrededores de ese difuso cuerpo conocido como Movimientos Sociales.
Ver todas las entradas
Baleares
Un modelo insostenible El rechazo a la turistificación se expande en Canarias, Baleares y Barcelona
Tras la masiva manifestación en las Islas Canarias del pasado mayo, Palma de Mallorca, Barcelona y San Sebastián salen este 15 de junio a la calle contra un modelo de turismo desmedido insostenible para el territorio y sus habitantes.
Oriente Medio
Oriente Medio Decenas de muertos en una noche de sirenas y misiles cruzados entre Israel e Irán
Después del ataque israelí contra la infraestructura energética y militar iraní, cientos de misiles iraníes atraviesan el cielo israelí e impactan en Tel Aviv, Bat Yam, Tamra y Haifa.
Galicia
Galicia Activistas bloquean una planta de Altri en Portugal y avisan de que frenarán su expansión en Galicia
El grupo atrancó con cadenas y soldadura las entradas de la planta de Celbi en Leirosa, en la mayor acción directa hasta el momento contra la expansión de la multinacional papelera en territorio gallego: “O povo é quem para Altri”.
Crónica
Justicia En la sala de un juicio a una madre protectora
Esta es una crónica de un juicio a una mujer que pidió medidas por sospechar de abusos sexuales a su hija en el domicilio paterno sin que ninguna institución moviera un dedo y, un mes después, cogió un vuelo a su país para intentar protegerla.
Violencia machista
El Estado que revictimiza Violencia institucional: “Si lo hubiera sabido antes, no hubiera denunciado nunca”
Rocío ha sufrido violencia psicológica, física y sexual por parte de su expareja. Y también violencia institucional en todas las puertas de la red de recursos institucionales que ha ido atravesando.
Editorial
Editorial Justicia irracional
Por acción o por omisión, las instituciones violentan a las mujeres. Se llama violencia institucional.
Relato
Relato Rendirse
A mi pesar me tocaba compartir mesa con aquellos documentos y, como estaba de los primeros (no lo habría imaginado al llegar), ya no conseguía quedar por encima, con lo que me gusta.
Madrid
Movimiento republicano Miles de personas claman en Madrid contra la monarquía y por la República
En el 11 aniversario de la proclamación de Felipe VI, una marcha unitaria reclama que este reinado sea el último de España.
Rap
Rap Los Chikos del Maíz: “La música urbana está llena de fachas y votantes de Vox”
Tras un fin de gira accidentado, Toni y Nega dan una tregua indefinida a su proyecto con dos conciertos en Madrid. Horas antes de llenar la sala en la primera cita, visitan la redacción de El Salto.
Río Arriba
Río Arriba Luis González Reyes: “Vivimos en un mundo en la que la escasez es un elemento central”
Primera entrevista del programa Río Arriba en formato podcast y vídeo donde hablamos de las nuevas guerras neocoloniales por recursos en la era de Trump y Putin, de la escasez, del decrecimiento y el colapsismo.

Últimas

Ocupación israelí
Movilizaciones Un centenar de organizaciones de 26 países denuncian a la empresa vasca CAF y su tren del apartheid
Más de 50 localidades salen a la calle este fin de semana para señalar a la empresa que construyó el tranvía que conecta Jerusalén con territorio ocupados y exigir el fin del genocidio en Gaza.
La vida y ya
La vida y ya Un rato de cada lunes
Pero, lo más coincidente ha sido, expresado de distintas maneras, su agradecimiento hacia ese lugar. Su lugar elegido.
Ocupación israelí
Ocupación Israelí La policía egipcia impide con violencia la marcha internacional a Gaza
La marcha de 4.000 personas a Gaza es reprimida por la policía del régimen de Al-Sisi. La organización pide a las embajadas que reaccionen y protejan a sus ciudadanos.
Galicia
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar a Altri
Queremos investigar a los responsables políticos y empresariales del que podría ser el mayor atentado ambiental de la historia reciente de Galicia.
Que no te lo cuenten
El Salto Radio De océanos y detenciones
VV.AA.
La acidificación del agua marina supera sus límites mientras Israel aborda la Flotilla por la Libertad.
Más noticias
Análisis
Análisis del CIS La calma antes de la tormenta: la dimisión de Santos Cerdán como punto de inflexión
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha muerto pocas horas después de nacer por la dimisión de Santos Cerdán, aunque sirve como foto fija de un escenario que favorece a la derecha.
Argentina
Extrema derecha La motosierra de Milei se ceba con los hospitales públicos y las personas con discapacidad
Los recortes del Gobierno afectan al Hospital Garrahan, un centro de alta complejidad, referente pediátrico nacional y latinoamericano, y también a los recursos de las personas con discapacidad, a los que el ejecutivo califica de “idiotas”.

Recomendadas

Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.
Derecho a la vivienda
Jaime Palomera “La vivienda necesita una revolución”
Investigador y uno de los fundadores del Sindicat de Llogateres, Jaime Palomera presenta ‘El secuestro de la vivienda’, un libro sobre el juego amañado en el que los propietarios son cada vez más ricos y los inquilinos cada vez más pobres.
Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Brasil
Extrema derecha Arte en tiempos de fascismo: cuando enseñar a Goya y Rubens le cuesta el puesto a un profesor
Una clase de Historia en la escuela municipal en una localidad del Estado de São Paulo desemboca en acusaciones contra el profesor y una campaña de difamaciones que encabeza el concejal de educación de la zona, de la extrema derecha bolsonarista.