Barrios
El barrio como horizonte político

¿Qué papel juega ‘el barrio’ como marco espacial en las demandas políticas? ¿Puede el barrio erigirse como alternativa a dos siglos de hegemonía del Estado-nación? En este artículo exploramos las oportunidades que nos ofrece retomar el barrio como espacio político, como refugio de la comunidad y eje de actuación frente a los retos de un futuro, que ya es presente.
Protesta Aluche Casas de apuestas 4
Apostar por el barrio en oposición al juego, la consigna que defienden las entidades vecinales de Aluche. Pablo 'Pampa' Sainz

@javisittu

Instagram: @Garcia_Mag97

8 feb 2022 06:59

Todo el mundo vive en un barrio, pero no todo el mundo es de un barrio. En Madrid esta distinción es fácilmente palpable: cuando la gente no es de ningún barrio y le preguntan dónde vive, responde con la parada de metro más cercana (en Canal, al lado de Tirso de Molina…). Cuando se pregunta la procedencia, en cambio, a alguien que sí es de algún barrio, entonces la respuesta es instantánea y fuera de dudas: de Vallecas, de toda la vida de Carabanchel. Sucede lo mismo en otros lugares del panorama nacional: en Murcia hay quien dirá Vivo cerca de la Circular. Sin embargo, otras dotarán de entidad propia a su barrio: Soy de Santa María de Gracia.

¿Cómo puede esta paradoja tener lugar? ¿Cómo puede alguien vivir en un barrio, pero no ser de un barrio? Esto es posible porque son dos formas distintas de concebir el espacio. Siguiendo el análisis de Heidegger en Ser y tiempo, por un lado, el espacio se puede concebir como mero contenedor, como espacio vacío que rellenamos. Cuando pensamos así, obviamente, todas vivimos en un barrio, pues todas nos localizamos en un espacio.

Sin embargo, y continuando todavía con Heidegger, el espacio también puede entenderse como un complejo de significados, como un mundo de referencias: no vemos un cubo de 2x2x2, sino que vemos nuestra habitación. Cuando entendemos el espacio así, no estamos en el espacio, sino que lo habitamos. En este sentido, no todas las disposiciones espaciales de la ciudad generan un anclaje simbólico tan fuerte como para que sus habitantes logren insertar referencias, mitos comunes y espacialidades compartidas. Por eso no todas —desgraciadamente— somos de barrio. Dicho de otra forma: no podemos disociar el concepto de barrio del espacio geográfico —el barrio tiene necesariamente un componente físico—, pero sí podemos entenderlo como algo más allá de eso.

Entender el barrio como forma de hacer política consiste en comprender al barrio como refugio de la comunidad

Entender el barrio como forma de hacer política consiste en comprender al barrio como refugio de la comunidad, como lugar con una entidad propia donde se generan redes de apoyo, de confianza, de aprendizaje y de construcción colectiva (Tapia, 2015; Thurber, 2019). En un mundo cada vez más individual, más aislado, los barrios se convierten en trinchera de lo común, de la proximidad, del nosotros y no del yo.

Pero ¿por qué esta atención en el barrio? ¿Es relevante el barrio como marco político? Sí, y en varios sentidos. En primer lugar, porque las experiencias más relevantes en los últimos años de la izquierda radical han germinado a partir de este contexto espacial. Un buen ejemplo de ello son los centros sociales autogestionados. Además, las nuevas propuestas municipalistas han mostrado cómo el marco local es relativamente idóneo para tensar la democracia y radicalizarla, en tanto que pensar el barrio supone un buen escenario para localizar las asambleas vecinas y establecer la democracia directa —además de desafiar la lógica capitalista del individualismo y afrontar los retos de la sociedad como colectivo—.

Otro argumento expuesto por los defensores del barrio como marco político de toda acción transformadora es que el barrio es más accesible y abarcable. En otras palabras, los barrios suponen pequeñas comunidades manejables dentro de mastodónticas urbes excesivamente complejas. Por eso,  ha de ser la unidad básica de actuación política (Tapia, 2015).

Asimismo, la estructura relacional de los barrios —la confianza, reciprocidad y los valores compartidos insertos en su red— facilita que las actuaciones sean autogestionadas por la comunidad del barrio, apropiadas y sostenidas en el tiempo (Thurber, 2019). Dotando de poder a los barrios, logramos que los barrios se desarrollen.

Y no solo eso, desde un punto de vista ecológico, el barrio es el marco necesario para cualquier praxis política que quiera afrontar la crisis socioecológica a la que se enfrenta nuestra sociedad. Pensar y actuar desde el barrio nos ayuda a decrecer, a frenar nuestros ritmos de producción y consumo, a reducir los tiempos de transporte y a generar una cotidianidad que no se pierda en las interminables horas de desplazamiento.

En fin, hacer política desde el barrio nos permite enfrentar las dinámicas del sistema capitalista orientadas a la atomización de las masas y la alienación de los individuos. Pensar desde el barrio es pensar desde lo común.

Sin embargo, la hipótesis barrial no está exenta de problemas o críticas. Para el filósofo francés Henri Lefebvre, la ideología de barrio es eso, una ideología y, como tal, está llena de juicios de valor que no permiten analizar la realidad de la ciudad tal como es. Dos puntos son interesantes de esta crítica: por un lado, para Lefebvre, el barrio como horizonte político enmascara a la ciudad como verdadero centro urbano de la producción capitalista. Para el pensador francés, debe ser la ciudad el marco desde el que pensar las acciones políticas en el capitalismo tardío. Por otro lado, el hecho de que el barrio se construya a partir de las vivencias y experiencias de quienes lo habitan es, para este autor, motivo de crítica, pues aleja las intervenciones urbanas y los estudios sociales de lo racional. Como el propio pensador francés señala en De lo rural a lo Urbano, toman esta ideología como concepción explicativa confundiendo su dogmatismo por una bien establecida verdad crítica. El barrio se establece como contexto por sentimientos de pertenencia, identidades vacuas, además de carecer empíricamente de potencial transformador.

El barrio no es independiente del resto de la ciudad, pero apostar por el marco barrial supone aceptar que la geografía de la ciudad no es uniforme, sino que es una geografía heterogénea donde los márgenes son profundamente divergentes con procesos plurales que enriquecen la ciudad

Las críticas de Lefebvre son acertadas hasta cierto punto. Por ejemplo, estamos de acuerdo en que toda forma de concebir el barrio desligado de la urbe y sus dinámicas productivas es una concepción estéril. El extrarradio de una ciudad no puede concebirse sin las tensiones y dominaciones del centro-periferia. Entendemos que el barrio no es independiente del resto de la ciudad, pero —más allá de Lefebvre—  apostar por el marco barrial supone aceptar que la geografía de la ciudad no es uniforme (no toda periferia es igual), sino que es una geografía heterogénea donde los márgenes son profundamente divergentes con procesos plurales que enriquecen la ciudad.

Lefebvre desecha el barrio como marco de acción política con, quizá, demasiada facilidad porque no contempla el potencial emancipador de su papel identitario. Este puede servir para dar cierto sentido en una época posnacionalista o en la que la identidad obrerista se muestra demasiado férrea y con ciertos problemas de encaje con nuestra diversa realidad cotidiana. El aspecto cultural-identitario del barrio aparece, así,  como un aspecto fundamental del que carece la ciudad. La comunidad, como elemento democrático radical y centro de riqueza compartida y común, no puede sostenerse por mera cercanía física o por identidades frágiles, sino que necesita de un componente cultural que le dote de cierto sentido. Se requiere de un fuerte sentimiento de comunidad y de experiencias comunes para sostener eficazmente una colectividad (Thurber, 2019).

Además, y respecto a la ciudad como marco político, las redes de barrio tienen un componente inevitable de cercanía que no se da en las grandes urbes. Cada vez más barrios se autoorganizan en torno a  redes de apoyo mutuo con el objetivo de ayudar a sus vecinos, y, si esto es así, es precisamente porque el barrio supone ventajas evidentes para la autoorganización. El barrio aparece como un refugio, como lugar donde estar a salvo y donde pedir ayuda. El barrio como hogar de la comunidad.

Cuando decimos que nos cuidan  nuestras vecinas y no la policía, no nos referimos a personas que viven en la otra punta de la ciudad, sino a la vecina a la que le compramos la fruta, a la que le sujetamos la puerta del portal y a la que vemos en el autobús

Antes de concluir, nos gustaría señalar dos ámbitos en los que se muestran los límites de la hipótesis-ciudad en pos de la hipótesis barrial: el cuidado y la seguridad. En realidad son dos caras de la misma moneda. La abolición de la policía como fuerza represora del Estado solo pasa por un establecimiento efectivo de redes de cuidado y apoyo entre vecinos (véase Defund the police). Para este ámbito, para el cuidado mutuo, conocerse entre vecinas y habitar el mismo territorio es fundamental. La confianza y reciprocidad que emanan de las redes barriales son esenciales a este respecto. Cuando decimos que nos cuidan  nuestras vecinas y no la policía, no nos referimos a personas que viven en la otra punta de la ciudad, sino a la vecina a la que le compramos la fruta, a la que le sujetamos la puerta del portal y a la que vemos en el autobús.

Por todos estos motivos, las fuerzas políticas que aspiren a una transformación radical de la sociedad y a una emancipación de la población deben situar su acción política dentro del marco espacial del barrio. La revolución será barrial o no será.

Archivado en: Barrios
Sobre este blog
Un espacio de encuentro y debate para personas que participan o están en los alrededores de ese difuso cuerpo conocido como Movimientos Sociales.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

El Salto Radio
El Salto Radio A dos velas
El documental “A dos velas”, de Agustín Toranzo indaga en las causas de los cortes de suministro eléctrico sistemáticos e indiscriminados que varios barrios obreros de Sevilla vienen denunciando desde hace años.
Literatura
Silvia Nanclares “Moratalaz nace como barrio franquista, solo que no contaban con la presión vecinal”
Con ‘Nunca voló tan alto tu televisor’ la escritora madrileña regresa a su barrio y examina lo que quedaba debajo de la cáscara de progreso que supuso la construcción del edificio de Torrespaña, aun hoy uno de los más reconocibles de la ciudad.
Sevilla
Komando G “Sin las mujeres, el barrio se pararía”
El Komando G es una red feminista ubicada en el Polígono Sur de Sevilla en la que participan vecinas y mujeres representantes de entidades sociales que busca ser un espacio de cuidados y reivindicación para todas las mujeres del barrio.
Sobre este blog
Un espacio de encuentro y debate para personas que participan o están en los alrededores de ese difuso cuerpo conocido como Movimientos Sociales.
Ver todas las entradas
Eléctricas
Oligopolio eléctrico Sánchez no admite responsabilidades en el apagón mientras sus socios piden nacionalizar la red eléctrica
El presidente del Gobierno señala a los “operadores privados”, entre ellos Red Eléctrica, cuyos últimos dos presidentes vienen del PSOE y cuyo principal accionista es el Estado, con el 20%, seguido por el 5% de Amancio Ortega.
Antimilitarismo
Rearme El gasto militar mundial se dispara
El gasto militar en el planeta aumentó en 2024 un 9,4% respecto a 2023, lo que supone el mayor incremento interanual desde la Guerra Fría.
Pobreza energética
Energía Apagón crónico: lugares donde no volverá la luz, a pesar de la restauración del sistema eléctrico
Miles de personas en el Estado español viven día a día apagones y falta de suministro en lugares como Cañada Real (Madrid), la Zona Norte de la ciudad de Granada o los asentamientos de jornaleras y jornaleros migrantes en Huelva y Almería
València
València El tejido social presenta su propuesta de reconstrucción tras la dana
Los Comités Locales de Emergencia y Reconstrucción y las asociaciones de víctimas definen los presupuestos de Mazón y Vox como una declaración de guerra.
Galicia
Galicia La Xunta aprobó la celulosa de Altri argumentando que su chimenea de 75 metros sería “icónica”
El Informe de Patrimonio Cultural, favorable a la multinacional, se emitió en base a dos encargos externos, contratados y pagados por la empresa al ex presidente y al actual tesorero de Icomos-España.

Últimas

Eventos
Evento Un Salto al periodismo desde el barrio: acompáñanos en un directo sobre periodismo situado
El Salto organiza un evento centrado en el potencial de los formatos sonoros para transmitir información veraz y fiable de forma cercana. Para hacer periodismo desde el barrio y barrio desde el periodismo.
Opinión
Opinión Provoquemos la próxima interrupción
Lo que nos resta es gobernar el apagón que habrá de venir, ser la causa colectiva de las próximas interrupciones, aquellas que lleven al fin de este mundo desbocado y sin sentido.
Energía
Energía El gran apagón de abril | El suministro de energía se recupera al 99%
Pedro Sánchez explica que se produjo una “pérdida” del 60% de la electricidad a las 12:33h: “15 gigavatios se han perdido súbitamente del sistema en apenas 5 segundos. Aproximadamente el 60% del sistema eléctrico”.
Energía
Energía La ley marca permisos retribuidos para situaciones como el apagón eléctrico
El Estatuto de los Trabajadores, en su artículo 37.3, protege a la plantilla cuando no es posible llegar a su puesto de trabajo o desarrollar con normalidad su tarea en situaciones como no tener electricidad durante horas.
Electricidad
Apagón ¿Qué le puedo reclamar a la empresa eléctrica y al seguro tras el apagón?
Tras el incidente con la electricidad de este lunes 28 de abril, los consumidores deben conocer qué pueden reclamar a las compañías de la luz o a sus seguros.
El Salto Radio
El Salto Radio Desmantelando E2 I El racismo institucional y sus grietas
Las redes de apoyo mutuo y la actitud de compartir privilegios son herramientas imprescindibles para combatir los impactos del racismo estructural.
Más noticias
València
València La jueza de la dana acorrala al relato político de Mazón
El president viaja a Estados Unidos la semana en la que el PP europeo celebra su congreso en València y no acudirá a la multitudinaria romería de Santa Faz.
Crisis climática
Informe Las diez empresas más contaminantes del país son responsables de un quinto de las emisiones españolas
Repsol mantiene el podio gris de empresa más contaminante que le arrebató a Endesa en 2020. Completan el top 10 de compañías más emisoras energéticas, cementeras y siderúrgicas, que copan entre ellas el 56% de las emisiones del mercado de carbono.
Comunidad de Madrid
Energía El apagón en Madrid, en imágenes
En Madrid, la gran urbe ha permanecido incrédula al pasar de las horas, entre rescates en el Metro, en el Cercanías y en ascensores, donde han quedado atrapadas algunas personas.

Recomendadas

Senegal
Migraciones El mito de la migración ordenada: la denegación de visados por el Consulado de España en Dakar
Maltrato institucional. Estas dos palabras son las más escuchadas cuando se pregunta a personas descontentas con el Consulado de España en Dakar. Cada vez más personas denuncian denegación de visados que no consideran justificados.
Guinea-Bissau
Internacional Guinea-Bissau arranca una ola de represión tras el sabotaje popular de una mina de arena en un parque natural
Una acción liderada por las mujeres del pueblo de Varela provocó un incendio en la bomba de extracción de la mina de arena pesada. El Gobierno ha llevado a cabo la detención de 16 personas, entre las que se encuentran líderes locales.
Galicia
Galicia Vigo, A Coruña y Ourense compraron material policial a Israel por medio millón de euros en solo cuatro años
El alcalde ourensano, Gonzalo P. Jácome, adjudicó un contrato por 70.000 euros días después del siete de octubre. Abel Caballero firmó otro de más de 200.000 euros y la alcaldesa de A Coruña siguió la estela con un contrato de 170.000 euros.