Laboral
Cinco errores y cinco aciertos de la ley que regula el trabajo a distancia

“Voluntario” y “reversible” son las claves del real decreto que regula el trabajo a distancia. La abogada Emilia de Sousa, la economista Isabel Pla, el sindicalista Xabier Ugartemendia y el periodista David Blay valoran un texto que introduce en la conversación sobre las relaciones laborales un nuevo lenguaje más acorde al trabajo actual, pero deja la posibilidad de trabajar en manos de las empresas.
Yolanda Díaz Consejo Ministros teletrabajo
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz en la comparecencia posterior al Consejo de Ministros que aprobó el decreto-ley del trabajo a distancia.

“En junio me concedieron el plan MeCuida para poder teletrabajar al 50% y así poder hacerme cargo de mis hijos. Ahora la empresa me dice que que no puedo seguir teletrabajando porque está supeditado a que mis hijos estén confinados o sean positivos. Ayúdame, ya no sé qué pensar”. Esta consulta llegaba hasta el despacho de una abogada esta semana tras la aprobación en el Consejo de Ministros de este 22 de septiembre del Real Decreto-ley de trabajo a distancia.

El Decreto contempla también la prórroga para el Plan MeCuida recogido en el Real Decreto-ley 8/2020 de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del covid-19, un plan que recoge el derecho a la adaptación de jornada o a la reducción de horario con la consiguiente reducción de sueldo para personas trabajadoras por cuenta ajena que acrediten deberes de cuidado.

La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, defendía este texto como “un auténtico proceso de modernización” que “nos coloca en la vanguardia de las legislaciones europeas”. Y lo cierto es que el decreto-ley cubre un vacío ya que, hasta ahora, la única referencia al trabajo a distancia estaba en el artículo 13 del Estatuto de los Trabajadores. Pero, pese a no existir normativa, más de tres millones de trabajadores han estado teletrabajando durante la pandemia, según subrayó la ministra.

Para la abogada experta en conciliación y asuntos de familia Emilia de Sousa, receptora del mensaje transcrito más arriba, la ley cae en un error de bulto al eliminar el carácter preferente del teletrabajo que se había establecido en el decreto de medidas urgentes del 17 de marzo. Ahora, la posibilidad de teletrabajar queda limitada a los casos en los que haya un acuerdo entre empresa y persona trabajadora. Se hace, explica, estableciendo en la disposición transitoria tercera, que “al trabajo a distancia implantado excepcionalmente en aplicación del artículo 5 del Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, o como consecuencia de las medidas de contención sanitaria derivadas de la covid-19, y mientras estas se mantengan, le seguirá resultando de aplicación la normativa laboral ordinaria”. 

“Es decir, mientras se mantengan las medidas de contención sanitaria sí es de aplicación el teletrabajo preferente, pero si no existen estas medidas esas personas pasan a no tener teletrabajo preferentemente”, explica De Sousa, que considera que, en una situación de crisis sanitaria como la actual, el teletrabajo debería darse en todos los casos en los que sea posible “por imperativo legal”.

Esta voluntariedad es uno de los errores de una ley que ve “necesaria” y que supone un avance al iniciar una conversación sobre las relaciones laborales en unos términos novedosos y más acordes al contexto actual. De errores y aciertos de esta ley hablan la economista feminista Isabel Pla, el sindicalista de LAB Xabier Ugartemendia y el periodista David Blay, además de la abogada Emilia de Sousa.

Errores: poca ambición y algunas renuncias

Uno. El texto renuncia a establecer el teletrabajo como un derecho.
El sindicato LAB ve en la ley que regula el teletrabajo una oportunidad perdida de regularlo como un derecho de las personas trabajadoras. “Tiene que ser un derecho en la situación actual, pero luego también”, explica Xabier Ugartemendia, secretario de acción sindical y negociación colectiva de este sindicato. En su opinión, concede aún más capacidad de tomar decisiones de manera unilateral a las empresas. “Con este texto, las empresa puede impedir que puestos que se pueden hacer en modalidad de teletrabajo sin ningún problema se desempeñen en esta modalidad”.

La propuesta de este sindicato toma como principio el reconocimiento del teletrabajo como un derecho. Para ello, plantean que cada empresa, junto a la representación de los trabajadores, elabore una descripción de puestos donde se detalle cuáles son susceptibles de realizarse en la modalidad de teletrabajo de modo que, en aquellos puestos donde sí sea posible, el puesto se pueda desempeñar en modalidad de teletrabajo a petición de la persona trabajadora.

Cuidados
Los cuidados: la crisis contra la que no hay decreto ley ni medidas estrella

Con la llegada de la crisis sanitaria, las familias con menores se vieron privadas de dos herramientas fundamentales para su supervivencia cotidiana: los centros educativos y la ayuda de los abuelos. Tres meses después, la ecuación de cómo aterrizar en una nueva normalidad con niñas y niños en casa, sigue siendo una incógnita que el Estado no parece tener prisa en resolver.


Dos. Muchos trabajadores quedarán fuera.
Ugartemendia señala otro error del decreto-ley, que es el de dejar fuera a buena parte de los trabajadores al establecer que los derechos para aquellos que teletrabajen se establecen a partir de una jornada del 30% o superior a distancia. Tal y como recoge el documento, “se entenderá que es regular el trabajo a distancia que se preste, en un periodo de referencia de tres meses, un mínimo del treinta por ciento de la jornada, o el porcentaje proporcional equivalente en función de la duración del contrato de trabajo”. “Esto no lo entendemos”, explica Ugartemendia. “Puedes estar un 10% teletrabajando porque es lo que necesitas para conciliar y no entendemos por qué a esa gente se la deja fuera, como se deja fuera a la gente que ya estaba teletrabajando como consecuencia de la pandemia porque podía hacerlo por ese carácter preferente”.

En ese sentido se pronuncia también De Sousa, que cree que fijar la frontera en un 20% habría supuesto que entraran en esta regulación muchas más personas, entre ellas aquellas para quienes ya era habitual trabajar un día a la semana desde casa antes de la pandemia. “La prevención de riesgos laborales, el derecho a la desconexión digital, a la intimidad… muchos derechos se quedan en el aire si solo teletrabajas un día a la semana”.

Tres. Adolece de perspectiva de género.
Emilia de Sousa echa en falta también medidas más concretas sobre conciliación como, por ejemplo, establecer prioridad para las personas que soliciten teletrabajar aduciendo necesidad de cuidar de una persona dependiente. 

Isabel Pla Julián, directora de la Unidad de Investigación de Economía Feminista del Departamento de Economía Aplicada de la Universidasd de Valencia y profesora en esta universidad, encamina sus críticas en la misma dirección y echa en falta una redacción más concreta o un capítulo específico para garantizar la corresponsabilidad y la perspectiva de género. Sin esa perspectiva, la ley tiene el peligro de fijar aun más a las mujeres en el espacio doméstico.

Isabel Pla, economista feminista: “Todo lo que sea voluntario es peligroso para las mujeres porque tienen menos poder de negociación”

En ese sentido, señala, es importante tener en cuenta que la situación de partida no es la misma para unas y otros: “Las mujeres teletrabajamos menos que los hombres porque trabajamos en sectores que son menos susceptibles de posibilitarlo y, además, cuando teletrabajamos, las mujeres lo hacen en espacios domésticos y los hombres en un espacio más móvil”.

Sobre la voluntariedad, es tajante: “Todo lo que sea voluntario es peligroso para las mujeres porque tienen menos poder de negociación”.

Cuatro. Es poco ambicioso en cuanto a los gastos.
Pese a reconocer el valor de que una ley recoja la responsabilidad de la empresa en hacerse cargo de los gastos y la seguridad laboral de su plantilla, Ugartemendia cree que en este aspecto el texto es poco ambicioso. “Regula cosas que antes eran discutibles, como los gastos, pero se queda a medias porque plantea que hay que poner medios a disposición del trabajador o trabajadora, o pagárselos, pero no habla de los gastos indirectos”, explica a El Salto.

El periodista David Blay, autor de ¿Por qué no nos dejan trabajar desde casa?, también cree que el texto deja cosas en el tintero. “Por ejemplo, se habla de los gastos tecnológicos pero nadie habla del coste de una silla ergonómica, y estoy seguro de que mucha gente tiene problemas de espalda y no tiene una silla ergonómica en casa”.  

Cinco. No aborda excepcionalidad de la situación.
“Creo que han ido muy rápido, esta ley tiene que ser una base pero que habrá más incidencia cuando empiecen a haber denuncias y haya jurisprudencia”, dice Blay. Para de Sousa, estas prisas son difíciles de entender cuando la ley, a su entender, no sirve para atajar la situación de excepcionalidad que se da ahora: “Creo que era necesaria pero se tenía que haber trabajado más porque no regula la situación de excepcionalidad sino que está llamada a permanecer en el tiempo”.

Aciertos: hacia un nuevo concepto de las relaciones laborales 

Uno. Recoge nuevas realidades laborales.
Pese a las críticas, las personas entrevistadas coinciden en dos puntos: el primero, que esta ley era necesaria dada la ausencia total de normativa y la irrupción del teletrabajo desde marzo, y, en segundo lugar, que el texto introduce un lenguaje más adaptado al mercado laboral de hoy en día. “Creo que introduce conceptos que hasta ahora no estaban de ninguna manera en la ley, como los de la flexibilidad horaria”, dice, aunque cree que ese intento de introducir la flexibilidad entra en contradicción con la norma de registrar las horas trabajadas. 

Dos. Regula la desconexión digital.
En esa nueva realidad cabe, por ejemplo, regular la desconexión digital, como hace el decreto-ley en su artículo 18. “Las personas que trabajan a distancia, particularmente en teletrabajo, tienen derecho a la desconexión digital fuera de su horario de trabajo”, dice el texto, que establece que “el deber empresarial de garantizar la desconexión conlleva una limitación del uso de los medios tecnológicos de comunicación empresarial y de trabajo durante los periodos de descanso, así como el respeto a la duración máxima de la jornada y a cualesquiera límites y precauciones en materia de jornada que dispongan la normativa legal o convencional aplicables”.

Tres. Establece un sistema mixto.
El sindicato LAB cuenta entre los aciertos del texto el regular en base a sistema mixto de trabajo a distancia y presencial, de modo que la plantilla no pierda ni el contacto con el centro de trabajo ni la relación con el resto de la plantilla. “Uno de los problemas que vemos en el teletrabajo es que puede dar lugar a una desconexión, que el trabajador sea una isla”, dice. No se trata solo, explica, de que el teletrabajo a tiempo completo dificulte la organización sindical, sino que el aislamiento de la persona puede ser en sí un problema.

En este aspecto, “el decreto-ley va en camino, pero vemos que, como otras cosas, no se remata”, explica, tras insistir en que una de las principales reclamaciones de LAB es una ley específica para el País Vasco. En esa ley, las claves serían cuatro, explica: la consideración del teletrabajo como derecho, la ausencia de porcentajes mínimos de jornada, la concreción sobre los gastos, tanto directos como indirectos, y la garantía de no individualizar a los trabajadores.

Cuatro. Obliga a firmar un acuerdo con las condiciones del teletrabajo.
Pla Julián señala como positiva la obligatoriedad de firmar un acuerdo por escrito en el que se detallen las condiciones del teletrabajo. Un acuerdo que “deberá recoger todas las informaciones escritas pertinentes, incluidas las especificidades que derivan del trabajo a distancia y que permiten garantizar con claridad y transparencia el contenido de sus elementos esenciales, más allá de que puedan deducirse de la normativa laboral de carácter general”, dice el texto, que incluso lista los contenidos que debe recoger este escrito, entre ellos el horario, los gastos o los medios de control de la empresa sobre el trabajo.

Cinco. Reconoce la igualdad de trato para teletrabajadores. 
“Las personas que desarrollan trabajo a distancia tendrán los mismos derechos que hubieran ostentado si prestasen servicios en el centro de trabajo de la empresa” es otro de los aspectos que recoge el decreto-ley que regula el trabajo a distancia, un aspecto que valoran positivamente algunas de las personas consultadas. Recogerlo en la ley, explican, responde a una realidad: la de que las personas que teletrabajan son más susceptible de sufrir discriminaciones. “Si trabajo un día en casa y otro en la oficina no puedo tener derechos diferentes un día y otro”, valora David Blay.

“Mientras que se abre la puerta a la flexibilidad horaria, se contradice diciendo que tiene que haber un registro de horas trabajadas y que los empresarios podrán tener todos los medios adecuados para comprobar eso”, explica, Blay poniendo en la mesa otro asunto: el de la idoneidad de los contratos por objetivos, y no por horas. Esto, dice, es un ejemplo de “una pelea entre en siglo XX y el siglo XXI” que queda reflejada en el decreto-ley.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Galicia
Laboral El Supremo confirma el fraude masivo de contratación en el sector cárnico gallego
La sentencia reafirma que Servicarne funcionaba como una falsa cooperativa y que sus socios tenían una relación laboral con Novafrigsa, del Grupo Coren
#70841
27/9/2020 10:16

¿Ayuda a qué, sustituir "trabajadores" por "personas trabajadoras"? Según mi ignorancia, Amancio Ortega es una persona trabajadora, dedicada con esfuerzo y tesón a sacar adelante su empresa y obtener beneficios, pero no es un 'trabajador' de su empresa. También se decía que el Jefe de no se que estado siniestro (no quiero dejar constancia de a quien me refiero) era una 'persona (muy) trabajadora", pero afortunadamente ningún trabajador lo consideraría de los suyos.

0
0
#70835
27/9/2020 1:43

por favor, cuidad el lenguaje. Indicar “personas trabajadoras” en vez de “trabajadores” ayuda, y más en un texto donde se habla de genero e igualdad.

1
2
Ocupación israelí
Ocupación Israelí La policía egipcia impide con violencia la marcha internacional a Gaza
La marcha de 4.000 personas a Gaza es reprimida por la policía del régimen de Al-Sisi. La organización pide a las embajadas que reaccionen y protejan a sus ciudadanos.
Ocupación israelí
Movilizaciones Un centenar de organizaciones de 26 países denuncian a la empresa vasca CAF y su tren del apartheid
Más de 50 localidades salen a la calle este fin de semana para señalar a la empresa que construyó el tranvía que conecta Jerusalén con territorio ocupados y exigir el fin del genocidio en Gaza.
Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.
Análisis
Análisis del CIS La calma antes de la tormenta: la dimisión de Santos Cerdán como punto de inflexión
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha muerto pocas horas después de nacer por la dimisión de Santos Cerdán, aunque sirve como foto fija de un escenario que favorece a la derecha.
Argentina
Extrema derecha La motosierra de Milei se ceba con los hospitales públicos y las personas con discapacidad
Los recortes del Gobierno afectan al Hospital Garrahan, un centro de alta complejidad, referente pediátrico nacional y latinoamericano, y también a los recursos de las personas con discapacidad, a los que el ejecutivo califica de “idiotas”.
Estados Unidos
Estados Unidos “No Kings”: más de 2.000 manifestaciones en EEUU para protestar contra la deriva autoritaria de Trump
Con el nombre de movimiento No Kings (sin reyes), millones de personas están convocadas a manifestarse en todo el país este sábado y enfrentar el desfile militar organizado por Trump el día de su 79 cumpleaños.

Últimas

Galicia
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar a Altri
Queremos investigar a los responsables políticos y empresariales del que podría ser el mayor atentado ambiental de la historia reciente de Galicia.
Galicia
TSXG Peritos en el juicio contra la Xunta: la contaminación del embalse de As Conchas es “extremadamente peligrosa”
Siete vecinos, la Asociación de vecinos de As Conchas y la organización de consumidores CECU han demandado a varias administraciones gallegas por presunta mala gestión de una contaminación derivada del exceso de macrogranjas en la comarca de A Limia.
Palestina
Marcha a Gaza Poner el cuerpo contra el genocidio
Miles de activistas de todo el mundo participan en la Marcha a Gaza desde Egipto. Desde el movimiento solidario extremeño con Palestina, una reflexión acerca de la importancia de esta lucha y de su momento histórico.
La madeja
La Madeja Oído/lengua/vientre
El oído que deja de prestar atención a la palabra del amo y se vuelve, inclinado ligeramente hacia abajo, a las que durante siglos callaron y al fin abandonaron la mudez, no será nunca subyugado.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Un centro de salud desbordado y con cucarachas y otro pendiente de construir desde hace 22 años
Los vecinos del barrio de Comillas, en Carabanchel Bajo, se han manifestado para reclamar el nuevo centro de salud planificado desde 2003 y cuya parcela ya fue cedida por el Ayuntamiento a la CAM, que no da explicaciones por la paralización.
Centrales nucleares
Cierre de Almaraz Las empresas propietarias de Almaraz no acuerdan una propuesta conjunta para alargar la vida de la central
Solo Iberdrola y Endesa firman la propuesta de alargar la vida de Almaraz trasladada al MITECO. Naturgy se descuelga de la misma y bloquea su viabilidad, al estar la central explotada por las tres energéticas en un régimen de comunidad de bienes.
Más noticias
Israel
Oriente Próximo Israel mata al comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán, que prepara “una respuesta contundente”
Israel ha atacado Irán en la madrugada del viernes 13 de junio con bombardeos de unos 200 aviones de combate. La Guardia Revolucionaria iraní ha confirmado la muerte de su comandante, el general Hossein Salamí.

Recomendadas

Derecho a la vivienda
Jaime Palomera “La vivienda necesita una revolución”
Investigador y uno de los fundadores del Sindicat de Llogateres, Jaime Palomera presenta ‘El secuestro de la vivienda’, un libro sobre el juego amañado en el que los propietarios son cada vez más ricos y los inquilinos cada vez más pobres.
Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Brasil
Extrema derecha Arte en tiempos de fascismo: cuando enseñar a Goya y Rubens le cuesta el puesto a un profesor
Una clase de Historia en la escuela municipal en una localidad del Estado de São Paulo desemboca en acusaciones contra el profesor y una campaña de difamaciones que encabeza el concejal de educación de la zona, de la extrema derecha bolsonarista.
Literatura
María Agúndez “El trabajo de limpiadora es muy digno, pero nadie quiere hacerlo”
La escritora retrata en ‘Casas limpias’ las contradicciones de quienes considerándose personas igualitarias y progresistas delegan los cuidados y la limpieza para evitar el conflicto y sostener su comodidad.