Laboral
28 horas: la demanda de los trabajadores alemanes del metal

El poderoso sindicato IG Metall negocia nuevas condiciones de trabajo y exige, además de más sueldo, la posibilidad de trabajar 28 horas a la semana durante dos años.

Trabajador metal Alemania
Un soldador de la industria metalúrgica alemana. Foto: Sascha Knauf

@japedela

12 ene 2018 06:40

La flexibilidad se ha convertido en un mantra que acompaña la introducción de cada nueva reforma laboral, una flexibilidad exigida por los mercados para evitar la pérdida de competitividad y que normalmente se traduce en mayores facilidades para el despido o la creación de puestos de empleo a tiempo parcial. Hasta ahora. Al menos en Alemania, donde los trabajadores del metal reivindican este concepto, pero para trabajar menos y cobrar más.

“La flexibilidad de los horarios laborales no se tendría que aplicar siempre de forma unilateral y en contra de los intereses de los trabajadores, sino que también debería guiarse por las necesidades de estos, de manera que así puedan cuidar de sus hijos, de sus mayores o, simplemente, trabajar menos”, explica a El Salto un portavoz de IG Metall, el sindicato más grande de Alemania.

IG Metall negocia desde finales del año pasado el nuevo convenio colectivo con las diferentes patronales regionales de las industrias eléctricas y del metal. Los líderes sindicales piden, además de un aumento salarial del 6%, la posibilidad de reducir la jornada semanal de trabajo hasta las 28 horas durante un máximo de dos años, y recuperar el horario anterior una vez transcurrido ese período.

A lo largo de esta semana, los trabajadores del sindicato han protagonizado huelgas en diferentes puntos del país, con las que buscan ejercer presión durante las negociaciones.

“Es una respuesta a las necesidades de las personas, que han cambiado de las que se tenían hace 30 años”, apuntan desde IG Metall. “Los modelos de vida y de familia son hoy mucho más diversos. La gente quiere ser capaz de decidir cómo vivir y cómo trabajar. Y, al mismo tiempo, los cambios demográficos provocan nuevos retos para la economía y para las familias”, continúa.

¿Petición realista?

El sindicato señala a encuestas internas realizadas la pasada primavera para justificar la urgencia e importancia de sus demandas. Según estas, llevadas a cabo con una muestra de 680.000 trabajadores, casi dos tercios de todos los empleados realizan horas extra. Además, la mitad trabaja los sábados y un cuarto lo hace incluso los domingos.

IG Metall confía en la gran fuerza de presión de sus 2,3 millones de afiliados para poder salir de las negociaciones con todas las peticiones aceptadas. Algunos actores políticos y sociales, como el partido Die Linke, apoyan sus demandas, pero no todos creen que puedan implementarse de forma sencilla.

“IG Metall quiere que los empleados tengan el derecho a reducir sus horas de trabajo incluso aunque el empresario no esté de acuerdo. Además, quieren que suba el salario por hora. Eso incrementaría notablemente los costes laborales, por lo que la competitividad se resentiría”, señala a este diario Clemens Fuest, presidente de IFO, el Instituto para las Investigaciones Económicas con sede en Múnich. “La medida se puede implementar, sí, pero las empresas, sin duda, reaccionarían. Que trabajadores importantes redujeran horas causando problemas para la compañía se consideraría como algo desleal y tendría, por ejemplo, efecto en futuros ascensos”.

La reformulación de las jornadas laborales tradicionales no son un tema exclusivo del sindicato metalúrgico. Un nuevo marco legislativo laboral ha estado presente en las maratonianas y fracasadas negociaciones para formar la coalición de Gobierno conocida como Jamaica (conservadores, liberales y verdes). También serán un tema principal de las próximas conversaciones entre Angela Merkel, actual canciller en funciones, y Martin Schulz, líder socialdemócrata, para tratar de encontrar una salida al bloqueo político que vive Alemania.

El cambio viene, pero ¿en qué dirección?

Mientras en Alemania la modificación de la tradicional semana laboral de 40 horas es todavía objeto de debate, en países escandinavos como Suecia ya se ha comenzado a implementar, con resultados variables.

El fabricante japonés de automóviles Toyota, por ejemplo, hace cerca de una década que redujo la duración de los turnos en su planta de Gotemburgo. Con una semana de trabajo de 30 horas, la empresa ha visto aumentar sus beneficios, por lo que no se plantea volver al modelo anterior. No ha ocurrido lo mismo con el programa de la municipalidad de la misma ciudad, que se ha estado implementando durante dos años en un centro para la tercera edad. Tras reducir de ocho a seis horas, y sin bajada de sueldo, la jornada de 68 trabajadores de enfermería, las autoridades de Gotemburgo han decidido poner fin al proyecto debido a que tuvieron que contratar a 17 nuevas personas para cubrir las horas perdidas.

En Alemania, la ley laboral estipula que, por norma general, no se pueden trabajar más de ocho horas al día. Asimismo, los trabajadores deben tomarse obligatoriamente un descanso de 30 minutos tras seis horas en el puesto y, al menos, deben transcurrir 11 horas entre dos días consecutivos de trabajo. Hay que señalar, no obstante, que estas protecciones laborales, introducidas hace un siglo, no afectan a los autónomos, que conforman el 10% del total de la fuerza laboral alemana. Además, según datos oficiales, los trabajadores germanos realizaron el año pasado 772 millones de horas extra pagadas y otras 947 millones no remuneradas.

¿cómo revisar el modelo?

Todos opinan que el modelo se puede revisar, pero el cómo es algo en lo que no coinciden. La exigencia del sindicato IG Metall va en la línea de lo demandado por la dirección del Wissenschaftszentrum Berlin für Sozialforschung (Centro Científico para la Investigación Social de Berlín), que lleva años abogando por la reducción a las 32 horas semanales de trabajo. Sin embargo, el Consejo de Expertos Económicos, un órgano asesor del Gobierno de Berlín, aboga por más horas.

Los conocidos como “cinco sabios” consideran que el marco actual está “obsoleto” y sostienen que, en vez de un límite de ocho horas al día, sería más adecuado instaurar un máximo de 48 horas a la semana: “Las leyes de protección laboral han sido efectivas en Alemania, pero algunas de sus partes no son compatibles con nuestro mundo laboral digitalizado”, señaló el presidente del Consejo, Christoph Schmidt, en declaraciones al diario Die Welt.

Desde el Instituto para las Investigaciones Económicas de Múnich también opinan que la modificación tendría que ir en ese sentido. “Alemania se enfrenta a un cambio demográfico que supone una reducción de su fuerza laboral. Por tanto, esto sugiere que se tendría que alentar a los trabajadores a trabajar más, no menos”, opina su presidente, Clemens Fuest. Fuest subraya que, como sindicato más grande de Alemania, IG Metall es “muy importante, pero también muy responsable”, por lo que espera que sus representantes traten de encontrar “un acuerdo que funcione”.

El portavoz de los trabajadores del metal, en cambio, insiste en la necesidad de todas sus demandas ya que “durante los últimos años las horas de trabajo no han dejado de ser más y más flexibles, pero siempre en beneficio del patrón”. Y preguntado por si podrían sentar precedentes en otros sectores, responde: “Eso hay que preguntárselo al resto de sindicatos. Sin embargo, en el pasado, IG Metall ha sido a menudo pionero en demandas de políticas salariales”.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Galicia
Laboral El Supremo confirma el fraude masivo de contratación en el sector cárnico gallego
La sentencia reafirma que Servicarne funcionaba como una falsa cooperativa y que sus socios tenían una relación laboral con Novafrigsa, del Grupo Coren
Baleares
Un modelo insostenible El rechazo a la turistificación se expande en Canarias, Baleares y Barcelona
Tras la masiva manifestación en las Islas Canarias del pasado mayo, Palma de Mallorca, Barcelona y San Sebastián salen este 15 de junio a la calle contra un modelo de turismo desmedido insostenible para el territorio y sus habitantes.
Oriente Medio
Oriente Medio Decenas de muertos en una noche de sirenas y misiles cruzados entre Israel e Irán
Después del ataque israelí contra la infraestructura energética y militar iraní, cientos de misiles iraníes atraviesan el cielo israelí e impactan en Tel Aviv, Bat Yam, Tamra y Haifa.
Galicia
Galicia Activistas bloquean una planta de Altri en Portugal y avisan de que frenarán su expansión en Galicia
El grupo atrancó con cadenas y soldadura las entradas de la planta de Celbi en Leirosa, en la mayor acción directa hasta el momento contra la expansión de la multinacional papelera en territorio gallego: “O povo é quem para Altri”.
Crónica
Justicia En la sala de un juicio a una madre protectora
Esta es una crónica de un juicio a una mujer que pidió medidas por sospechar de abusos sexuales a su hija en el domicilio paterno sin que ninguna institución moviera un dedo y, un mes después, cogió un vuelo a su país para intentar protegerla.
Violencia machista
El Estado que revictimiza Violencia institucional: “Si lo hubiera sabido antes, no hubiera denunciado nunca”
Rocío ha sufrido violencia psicológica, física y sexual por parte de su expareja. Y también violencia institucional en todas las puertas de la red de recursos institucionales que ha ido atravesando.
Editorial
Editorial Justicia irracional
Por acción o por omisión, las instituciones violentan a las mujeres. Se llama violencia institucional.
Relato
Relato Rendirse
A mi pesar me tocaba compartir mesa con aquellos documentos y, como estaba de los primeros (no lo habría imaginado al llegar), ya no conseguía quedar por encima, con lo que me gusta.
Madrid
Movimiento republicano Miles de personas claman en Madrid contra la monarquía y por la República
En el 11 aniversario de la proclamación de Felipe VI, una marcha unitaria reclama que este reinado sea el último de España.
Rap
Rap Los Chikos del Maíz: “La música urbana está llena de fachas y votantes de Vox”
Tras un fin de gira accidentado, Toni y Nega dan una tregua indefinida a su proyecto con dos conciertos en Madrid. Horas antes de llenar la sala en la primera cita, visitan la redacción de El Salto.
Río Arriba
Río Arriba Luis González Reyes: “Vivimos en un mundo en la que la escasez es un elemento central”
Primera entrevista del programa Río Arriba en formato podcast y vídeo donde hablamos de las nuevas guerras neocoloniales por recursos en la era de Trump y Putin, de la escasez, del decrecimiento y el colapsismo.

Últimas

Ocupación israelí
Movilizaciones Un centenar de organizaciones de 26 países denuncian a la empresa vasca CAF y su tren del apartheid
Más de 50 localidades salen a la calle este fin de semana para señalar a la empresa que construyó el tranvía que conecta Jerusalén con territorio ocupados y exigir el fin del genocidio en Gaza.
La vida y ya
La vida y ya Un rato de cada lunes
Pero, lo más coincidente ha sido, expresado de distintas maneras, su agradecimiento hacia ese lugar. Su lugar elegido.
Ocupación israelí
Ocupación Israelí La policía egipcia impide con violencia la marcha internacional a Gaza
La marcha de 4.000 personas a Gaza es reprimida por la policía del régimen de Al-Sisi. La organización pide a las embajadas que reaccionen y protejan a sus ciudadanos.
Galicia
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar a Altri
Queremos investigar a los responsables políticos y empresariales del que podría ser el mayor atentado ambiental de la historia reciente de Galicia.
Que no te lo cuenten
El Salto Radio De océanos y detenciones
VV.AA.
La acidificación del agua marina supera sus límites mientras Israel aborda la Flotilla por la Libertad.
Más noticias
Análisis
Análisis del CIS La calma antes de la tormenta: la dimisión de Santos Cerdán como punto de inflexión
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha muerto pocas horas después de nacer por la dimisión de Santos Cerdán, aunque sirve como foto fija de un escenario que favorece a la derecha.
Argentina
Extrema derecha La motosierra de Milei se ceba con los hospitales públicos y las personas con discapacidad
Los recortes del Gobierno afectan al Hospital Garrahan, un centro de alta complejidad, referente pediátrico nacional y latinoamericano, y también a los recursos de las personas con discapacidad, a los que el ejecutivo califica de “idiotas”.

Recomendadas

Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.
Derecho a la vivienda
Jaime Palomera “La vivienda necesita una revolución”
Investigador y uno de los fundadores del Sindicat de Llogateres, Jaime Palomera presenta ‘El secuestro de la vivienda’, un libro sobre el juego amañado en el que los propietarios son cada vez más ricos y los inquilinos cada vez más pobres.
Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Brasil
Extrema derecha Arte en tiempos de fascismo: cuando enseñar a Goya y Rubens le cuesta el puesto a un profesor
Una clase de Historia en la escuela municipal en una localidad del Estado de São Paulo desemboca en acusaciones contra el profesor y una campaña de difamaciones que encabeza el concejal de educación de la zona, de la extrema derecha bolsonarista.