Juan Carlos I
Platón, Frodo y la impunidad del rey

¿Hay alguien tan íntegro que con el poder de ser invisible persista en la responsabilidad de abstenerse de hacer todo lo que quiera?

Frodo 2
Arpad Pou
13 ago 2020 06:47

“El héroe normalmente es el hombre sencillo y desconocido”

H:D. Thoreau

Para que las democracias liberales funcionen es imprescindible que el Estado tenga confianza en la responsabilidad de cada uno de sus ciudadanos. A falta de competencias para decretar un estado de alarma que permita restringir ciertas libertades fundamentales, los gobiernos de algunas comunidades autónomas, respaldados por el gobierno central, como en Aragón, Cataluña, Navarra o la Comunidad de Madrid, apelan a la responsabilidad individual (incluso con campañas que espolean la criminalización) como única respuesta para frenar los contagios incluso por encima del ejercicio de las responsabilidades públicas.

En ese estado de las cosas en el que se nos exige responsabilidad a la ciudadanía supura como una broma pesada la desfachatez moral del rey Juan Carlos de Borbón, investigado por delito fiscal y blanqueo de capitales. Los casos cada vez más habituales de corrupción o incumplimiento de las leyes por parte de quienes tienen las mayores responsabilidades públicas parecen reflejar que la honestidad está reñida con el poder. Éso serviría para demostrar que cualquier régimen político podría ser corrupto sin caer en la cuenta de que podríamos estar justificando una forma de estado poco democrático. Pero en realidad de lo único que nos sirve dicho razonamiento es para entender que las corruptelas de los poderosos son parte de una conducta moral determinada. ¿Qué impulsa al rey emérito, que lo tiene todo y sabe con certeza que no le faltará nunca nada (riqueza, bienes, reconocimiento, poder…), robar, prevaricar o lucrarse?

La práctica de la responsabilidad no es una tarea nada sencilla sobretodo cuando no hay nada que condicione nuestra forma de actuar, es decir, cuando nuestra conducta está determinada por nuestra propia voluntad. Las normas de tráfico subordinan nuestra manera de comportarnos en la carretera. Tendríamos que vivir sin ellas para comprender si actuamos por responsabilidad hacia la vida de los demás o por precaución a que nos caiga una multa por infringir el límite de velocidad o saltarnos un semáforo en rojo. En medio de una calle vacía resulta muy fácil dejar los excrementos del perro en la acera. Ninguna ley y ningún reproche te impiden que lo hagas si no es que te lo pida, nos diría Kant, tu deber ciudadano.

Un rey podría justificarse porque desde la cuna ha cimentado los valores absolutos del ciudadano ejemplar, sobre una formación exclusiva que ningún otro ciudadano ha tenido la oportunidad de recibir

A lo largo de la historia de la filosofía occidental se ha establecido un perfil de buen ciudadano dirigido a unos principios morales basados en la autodeterminación absoluta respecto a los demás; una ética que nada tenía que ver con castigos y recompensas. Esta idea que empieza a diseñar Platón posibilitó también un marco teórico para la ficción narrativa que sirvió para dibujar un arquetipo común cuya virtud fue mirar a la humanidad del mismo modo que se miraría a sí mismo. Con el ideal del superhéroe (Übermensch) que apareció en las primeras viñetas de Superman (1938) de Jerry Siegel y Joe Shuster, vimos como un tipo que podría destruir un planeta entero decide ser el mejor de los ciudadanos sin esperar nada a cambio.

Platón, muy dado a las metáforas, construyó en esencia ese principio de responsabilidad civil que le valió, 2.500 años después, a J.R.R. Tolkien vertebrar la dimensión moral de toda su mitología sobre la Tierra Media, especialmente en El Hobbit (1932) y El Señor de los anillos (1954). En la República, Platón explica como Glaucón, un ateniense acomodado, pone a prueba al sabio Sócrates ante la parábola del anillo de Giges para que le convenza de que hay razones válidas para actuar correctamente más allá del miedo al castigo. ““Convéncenos —le dice Glaucón a Sócrates— de que hay motivos sólidos para hacer lo correcto, no sólo razones como el miedo a ser descubierto, sino razones que serían válidas incluso en caso de que no nos descubrieran. Demuéstranos que, a diferencia del pastor, una persona sabia que encontrara el anillo seguiría haciendo lo que está bien”.

El anillo de Tolkien resigue perfectamente y con exactitud la alegoría platónica de Giges: un pastor, que servía al rey de Lídia, se encuentra, tras una fuerte tormenta, un anillo que si al ponérselo lo movía de una determinada manera, se volvía invisible. Giges, que siempre había sido un hombre recto y honesto, no supo resistirse a los poderes del anillo y entró a palacio para seducir a la reina, matar al rey y usurpar la corona. Quien narra la historia quiere demostrar que no hay nada que distinga a una persona que actúa con prudencia de quien lo hace con total impunidad. En el legendarium de Tolkien será el famoso hobbit Frodo Bolsón quien encarne a este individuo que no se doblegará ante las tentaciones del Mal: el elegido capaz de tener suficiente firmeza en su voluntad para actuar responsablemente aunque fuera invisible.

¿Hay alguien tan íntegro que con el poder de ser invisible persista en la responsabilidad de abstenerse de hacer todo lo que quiera? La historia que plantea el reto socrático y su adaptación tolkienana es muy útil para explicar la sensación de impunidad de quienes ostentan el poder. La historia del rey Juan Carlos es la historia del anillo de Giges, pero no la de Frodo. Si fuera ésta su historia, el rey sabría que tiene la obligación moral de ser intachable, un ejemplo de responsabilidad y honestidad hacia el conjunto de quienes representa. Un rey podría justificarse porque desde la cuna ha cimentado los valores absolutos del ciudadano ejemplar, sobre una formación exclusiva que ningún otro ciudadano ha tenido la oportunidad de recibir. Para un monarca -y no para cualquier otro gobernante- su deber tendría que estar a la altura de sus privilegios y su alta alcurnia.

No olvidemos que para que una democracia funcione, sea bajo una monarquía parlamentaria o una república de tradición comunitària, cada uno de sus ciudadanos debe asumir las responsabilidades que le correspondan sin excepciones. Exigir un compromiso ético a tus conciudadanos desde el atril de una institución del Estado sin tener la convicción de que este compromiso pasa por la ejemplaridad pública de quien es el máximo soberano del poder, sería no hacer caso a algo mucho más importante según los dictados de la filosofía moral socrática: el desafío de interrogarse sobre cómo hemos de vivir como única y verdadera cuestión que hay que examinar. Como diría Stuart Mill si hoy se levantara entre los muertos: más vale ser un Sócrates insatisfecho que un rey emérito satisfecho.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Oasis en directo y la melancolía
El anuncio de la vuelta de Oasis tiende a ser interpretado como la resurrección de un pasado heroico de la industria musical, menos algorítmico, más puro, donde los músicos tocaban de verdad y los conciertos eran de verdad.
Opinión
Opinión Razones para leer a Fredric Jameson
Gracias a las herramientas teóricas que desplegó Fredric Jameson es posible interpretar con acierto lo que sucede en las sociedades del capitalismo tardío.
Filosofía
Transmodernidad El último Dussel y el futuro de la Historia
El articulo que publicamos constituye el prólogo a la obra Al otro lado de la modernidad. Ensayos de filosofía de la Historia (Bellaterra, 2024)
Oriente Próximo
Oriente próximo La diáspora kurda ante la caída de Bashar al-Assad
Siria enfrenta el fin de un régimen que durante décadas pareció inquebrantable. Desde la diáspora, la esperanza contenida de quien ha vivido demasiadas traiciones y promesas incumplidas.
Análisis
Análisis Rojava en peligro
Las intenciones de Turquía en Siria ponen en peligro no solo la Administración Democrática Autónoma del Norte y Este de Siria (AADNES) sino también la convivencia del resto de minorías presentes en el país.
Amazonía
Caso Chevron Pablo Fajardo: “Sacrificaron la Amazonía y la vida de la gente por racismo y por la ganancia económica”
El activista y abogado Pablo Fajardo fue elegido hace casi 20 años por la Unión de Afectados por Texaco para el juicio más importante contra la petrolera Chevron. Dos décadas después sigue luchando por la justicia ambiental y social en Ecuador.
Especulación inmobiliaria
Especulación en Madrid Las vecinas de Tribulete, 7 denuncian la especulación de Élix Rental Housing con una acción musical “fúnebre”
VV.AA.
30 inquilinas de este bloque resisten en sus hogares pese a que este fondo buitre ya ha adquirido la totalidad del edificio para convertir los pisos en apartamentos turísticos. Este sábado, han vuelto denunciar el proceso de gentrificación del barrio
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
La vida y ya
La vida y ya Ya no sé quién vive en el primero
El barrio se ha transformado tanto que pueden pasar semanas sin ver por la calle una sola cara conocida porque los vecinos han sido sustituidos por turistas.

Últimas

Derecho a la vivienda
Vivienda El Sindicato de Vivienda de Euskal Herria propone la “expropiación de pisos turísticos”
Ponen en el punto de mira los intereses del sector inmobiliario y tachan de “falsas” a todas las medidas propuestas por los partidos políticos como la Ley de Vivienda.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Opinión
Opinión La oportunista invasión israelí de Siria
Desde la caída de Bashar al-Assad, Israel ha llevado a cabo una invasión de Siria sin provocación previa y con el apoyo de Estados Unidos. Los objetivos son claros.
Más noticias
Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.

Recomendadas

Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.
Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.