Los ‘memes’ con los que el fascismo propaga su mensaje de odio

Bajo la apariencia de memes y gifs, el fascismo campa a sus anchas disfrazado de humor, ironía y amor por lo friki.

Proyecto Una fascists
Imagen: Proyecto Una
28 may 2019 07:18

A finales de abril de 2018, en Toronto, diez personas morían atropelladas por un hombre montado en una furgoneta, en un acto que finalmente sería reconocido como un ataque terrorista. Antes de llevar a cabo este atentado, el autor había dejado publicado un mensaje en su cuenta de Facebook en el que afirmaba que la guerra contra los hombres de éxito y las mujeres atractivas comenzaba. El terrorista era un Incel (acrónimo de celibato involuntario), personas, en su inmensa mayoría hombres blancos, que no tienen relaciones sexuales pero que lo desean, y que culpan al resto de la sociedad por este hecho. Su rencor, dirigido sobre todo a las mujeres, a las que consideran culpables de su falta de relaciones, los induce a ser altamente misóginos y ensalcen la violación y la violencia como medio de conseguir lo que quieren.

El atentado de Toronto no fue el único acto violento de este grupo, pero la verdadera pregunta radica en cómo la tópica imagen del friki —comúnmente hombres que no practican sexo, amantes de los videojuegos y de las series, al estilo del estereotipo que se dibuja en ficciones como The Big Bang Theory— acabó convertida en una oda a la violencia y al odio.

La derecha está creciendo en las redes, y hay muchos trolls conspirando, pero realmente no es que sean tantos, sino que tienen una identidad muy construida.

La respuesta se encuentra en internet y en las redes sociales, caldo de cultivo de ideas de ultraderecha hasta convertirlas, para muchos, en el discurso más apetecible. Esta es la premisa de Leila, Rihanna y Trump, el libro que acaba de publicar Proyecto Una en la editorial Descontrol, una “colectividad millenial”, como se definen a sí mismas, “que tiene como cometido desenmascarar las nuevas formas de fascismo que se ocultan bajo simbología aparentemente inofensiva”.

De Pepe ‘The Frog’ al auge del fascismo.

En el año 2005, el dibujante estadounidense Matt Furie creaba Boy’s Club, un cómic protagonizado por un grupo de animales, entre ellos Pepe, una rana, hechos con el programa Microsoft Paint. Esto, que podría haber pasado como otra banda diseñada más en las redes, acabaría volviéndose muy conocido cuando Pepe se convirtió en uno de los memes más utilizados por la ultraderecha para “atraer gente a su terreno”.

Furie acabó matando a su creación en el 2017, harto de que se relacionara con movimientos de odio y de que se convirtiera en el símbolo de páginas de corte racista, misógino y fascista como 4chan. Sin embargo, Pepe no es el único símbolo recogido por la ultraderecha actual, y es solo un indicativo de lo que está pasando en internet: bajo la apariencia de memes, gifs, e imágenes de corte irónico y humorístico, el fascismo campa a sus anchas, con la ayuda de un ejército de trols, considerados a sí mismos como Alt-right, o derecha alternativa, y que comparten ideas de odio hacia 'el otro'. Todo esto disfrazado de humor, ironía y amor por lo friki, culpando a los demás de ser unos ‘ofendidos’.


“La identidad friki fue siempre una identidad cerrada, muy masculinizada”, comentan las creadoras de Leila, Rihanna y Trump. “Pero ahora lo friki es mainstream, y los frikis, al darse cuenta de esto, pensaron, ¿qué me queda a mí? No eran machos alfa, entendían que lo friki estaba ‘contaminado’ y que las feministas se apoderaron del mundo, y entraron en una teoría de la conspiración”, añaden.

Fue en este momento cuando páginas como 4chan o Forocoches —entre otras— vieron cómo se incrementaban sus visitas y su presencia en internet. “Sí, la derecha está creciendo mucho en las redes y hay muchos trols conspirando, pero realmente no es que sean tantos, sino que tienen una identidad muy construida, se identifican a sí mismos en las redes, y están casi todo el tiempo navegando. Esto es potente porque desde el punto de vista de una sociedad capitalista e individualizada, ellos están utilizando el arma de la identidad para aglomerarse”, advierten desde el proyecto. También inciden en que no es un problema de “hombres que juegan a los videojuegos”, sino que el tema es mucho más profundo. En una sociedad capitalista, que olvida a las personas, no es tan raro que se creen este tipo de cuestiones.

Desde el Proyecto Una dicen que “la guerra comienza”, y la mejor forma de librarla es hacer “que las risas cambien de bando”, utilizando memes o lo que haga falta

“El fascismo es la cara fea y el capitalismo la cara amable de un sistema que está basado en la jerarquía, que viene también del patriarcado, del dominio sobre los cuerpos y sobre los territorios. El fascismo es como una reacción a las causas de todo esto: la soledad, el abandono... Al final, cualquier persona —da igual su ideología— se da cuenta de que las cosas no están bien”, recuerdan desde Proyecto Una. El fascismo, señalan, se aprovecha de esto yendo al sentimiento en vez de ir a la raíz del problema, que es: el sistema económico es el que provoca desigualdades.

“El fascismo te dice, si estás solo y triste no te preocupes que yo te voy a dar símbolos: patria, gloria... o ‘memes’ de tus personajes favoritos que te vendan ese mensaje de odio. La rana Pepe, por ejemplo, es un personaje de un cómic de fumados, y ellos lo vaciaron de su significado original, llenándolo de significado fascista. Es ridículo, si lo piensas”, añaden.

Y es esto lo que crea y alimenta grupos como los Incel, hombres que se desprecian a sí mismos y que se sienten víctimas —porque albergan el sentimiento de que el mundo ya no gira alrededor suyo y de que se les está robando el privilegio— y que culpan a la sociedad de lo que les pasa sin ver que el sistema es el culpable. “Hay que hacerles ver esto, porque en realidad todos estos chavales jóvenes, trols, son infelices por lo mismo que están propugnando, y, además, en una sociedad como la nuestra ellos nunca van a ser el ‘macho alfa’”.

El fascismo, como una bestia herida, se siente amenazado y está intentando morir matando.

El fascismo dejó de disimular su odio contra las mujeres, contra el extranjero... contra lo ajeno. Aun así, como dicen desde Proyecto Una, esto no deja de ser la muestra de que el neoliberalismo, como una bestia herida, se siente amenazado y está intentando morir matando. Desde el colectivo advierten de que esto no quiere decir que la situación que vivimos no sea peligrosa, ni que la ‘batalla’ esté ganada. Tampoco que lo que está sucediendo en las redes no sea algo a tomar en serio. Sin embargo, también dicen que quieren “ser positivas y pensar que en ciertos aspectos la situación está más cerca que nunca de mejorar”. Por eso hay que seguir trabajando, y lanzarle el mensaje a estas partes de la sociedad de que su enemigo es justo aquel que se representa a sí mismo como el ‘héroe’.

“Tenemos que usar todos los medios necesarios para llegar a la gente”, indican. La izquierda tiene que dejar de ver internet, los videojuegos y la cultura pop como algo externo y residual, porque es ahí donde se mueve y se representa la sociedad. “‘Juego de Tronos’, por ejemplo, puede tener muchísima más influencia en el imaginario de las personas que cualquier ensayo, e internet es la herramienta para hacer llegar ese mensaje que defendemos: que en una sociedad en la cual la vida, y no el capital, estuviera en el centro, todo el mundo viviría mejor”. Desde el Proyecto Una dicen que “la guerra comienza”, y la mejor forma de librarla es hacer “que las risas cambien de bando”, utilizando memes o lo que haga falta. Pero hay que librarla. “Porque, en esto, nos va la vida”.

Machismo
Y el meme salió rana

En su propagación, la nueva extrema derecha estadounidense forjada en internet ha empleado lenguajes, herramientas y conceptos que parecían coto privado de la izquierda. Un breve ensayo de Angela Nagle ofrece pistas para desentrañar este cambio de paradigma.

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