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Historia
Centenario del fin de la Primera Guerra Mundial: el último gran adiós
Pages of the Sea es el homenaje particular con el que director de cine Danny Boyle (Trainspotting o Slumdog Millionaire entre otras) quiere despedir, agradecer y rendir tributo al sacrificio de todos los que lucharon en la Gran Guerra, con retratos en treinta distintas playas, en el centenario del armisticio que puso fin a la I Guerra Mundial. El director británico abre la puerta a participar desde cualquier rincón del mundo en esta despedida mediante las redes sociales.
Es 11 de noviembre de 2018. Se cumple un siglo del final de la Primera Guerra Mundial, también conocida como la Gran Guerra. Esta fecha “originalmente se recordaba el final de las hostilidades por parte de Reino Unido y su Imperio en la Primera Guerra Mundial”, Día del Armisticio o Armistice Day, pero con el paso del tiempo ha evolucionado a “un día para recordar el sacrificio llevado a cabo por todos aquellos que han servido a las Fuerzas Armadas, en los distintos conflictos históricos hasta nuestros días”, explica a El Salto el doctor, y experto en la Primera Guerra Mundial, David Krauman de la Universidad de Edimburgo.
Este sentimiento de gratitud es visible durante estos días en la sociedad británica. En el corazón de la capital de Escocia, su arteria Princes Street, en las cercanías de su emblemático Scott Monument, paseando, uno se encuentra con el Garden of Remembrance (Jardín del Recuerdo), un espacio, temporalmente reservado, para todos aquellos que quieran rendir su respeto a esas personas que lucharon por la libertad de sus conciudadanos durante las dos históricas guerras.
¿Por qué El Día de la Amapola o Poppies Day?
Las amapolas “simbolizan los campos de Flandes, donde crecieron tras las batallas”, explica el Dr. Krauman, así lo recoge el teniente coronel John McRae —médico canadiense— en su poema En los campos de Flandes (1915). Se puede encontrar una pequeña diferencia entre la amapola escocesa y la del resto del Reino Unido en el número de lóbulos, cuatro —que simbolizan las cuatro naciones— por las dos y el tallo verde en el resto del país.“Hay aproximadamente 8.000 símbolos de recuerdo”, alrededor del monumento erigido al histórico escritor escocés Walter Scott, señala Kristin Mitchell, quien trabaja para la captación de fondos de la fundación Poppy Scotland que apoya a los veteranos de Guerra. “Cada persona que quiere recordar a alguien nos facilita sus datos y los clasificamos por orden alfabético para que así sea más sencillos de localizar” explica Kristin. La mayoría de estos símbolos son cruces cristianas pero es un jardín plural. Hay espacio para otros símbolos como la Medialuna o la Estrella de David. Todas las identidades se ven reflejadas en este edén que le da cobijo al Tree of Thanks (árbol de los agradecimientos).
30 países en guerra.
65 millones de personas lucharon
40 millones de damnificados (20 millones de muertos, de ellos 9,7 militares).
Armada Británica:
8,7 millones de personas lucharon. Más 750.000 civiles voluntarios en el primer mes.
1 millón de muertos, de ellos 956.703 militares.
Fuente: Centro Europeo Robert Schuman
“Nuestras vidas están sólo aquí gracias a vuestro sacrificio” luce la reflexión anónima de gratitud de una mujer en su dedicatoria en dicho árbol, vestido de dedicatorias por hojas que al paso de los días han ido brotando conforme los incesantes visitantes han ido dejando sus muestras de afecto. Otra hoja luce “gracias a todos aquellos hombres y mujeres que lo dieron todo durante ambas guerras mundiales. Gracias por nuestra Libertad”; en otra una madre da gracias porque su hijo volvió sano tras haber sido destinado a Iraq y Afganistán.
De este sentimiento también es partícipe el director de cine Danny Boyle, por ello ha llamado a todas las comunidades que quieran a reunirse en alguna de las treinta localizaciones costeras que a lo largo y ancho del Reino Unido —Inglaterra, Escocia, Irlanda del Norte y Gales— acogerán el último adiós a todos los caídos de la Gran Guerra. El arte y literatura se vestirán de etiqueta para esta especial ocasión, con el fin de rendir un último gran homenaje. Pages of the Sea.
La organización 1418NOW, creada para la conmemoración del Centenario del Final de la Primera Guerra Mundial, es la principal productora del proyecto de Danny Boyle. Se coordina con distintos entes del país británico para la ejecución del mismo, en Escocia —con seis localizaciones— la responsable es la organización sin ánimo de lucro National Theatre of Scotland cuyo fin es el patrimonio nacional del país.
En cada arena se inmortalizará un mega retrato de “una persona que haya luchado en la Guerra y que tenga una especial conexión y relación con la zona”, explica el Director Asociado del National Trust for Scotland, Simon Sharkey. Las dimensiones serán de 20x30x50 metros y será llevado a cabo por especialistas comenta. En torno este principal retrato las personas que se acerquen a las playas también podrán “dibujar el suyo propio, escribir en la arena sus pensamientos, mensajes de agradecimiento, recordatorios... a todos aquellos que en su momento —ya sea en la Primera Guerra Mundial, Segunda Guerra Mundial, o en otros conflictos— tomaron la decisión de participar y deseen homenajear”.
Esa es la naturaleza de Pages of the Sea: ser el marco común de los recuerdos de todas las comunidades y personas que quieran dar el último adiós a sus familiares, amigos y conciudadanos que decidieron luchar por unos valores y por la libertad de los demás. Hay miles de historias que serán recordadas, y miles y miles de personas que han querido despedir a sus familiares por una última vez.
“Hay miles y miles de historias, no sólo de gente que perdió la vida, si no también de otra que volvió de la guerra. Comunidades y familias de los que volvieron, y que tuvieron que vivir con ello el resto de su vida”, reflexiona Simon, que mostrándose algo afectado al otro lado del teléfono continúa “algunas de las historias que nos han llegado durante la preparación de esta conmemoración son verdaderamente desgarradoras”.
“Un hombre que colecciona relojes compró uno que tenía una inscripción detrás” prosigue Sharkey, “era de un hombre que dejó su trabajo para enrolarse en la Gran Guerra y luchar por la libertad. Perdió su vida, quedándose sin descendientes. Este hombre —el coleccionista— ha sentido la responsabilidad de recordarle porque no queda nadie que lo pueda hacer, no tiene familia… ha decidido rendir tributo a ese sacrificio que esa persona realizó hace 100 años. Es un gesto encomiable”.
Otra historia de recuerdo nos la cuenta Jacqueline MacLeod, de 49 años, quien dirá adiós por última vez a su bisabuelo, Robert McGarva. Murió de hambre siendo preso del Ejército alemán a los 32 años. Padre de dos niños —Ella, su futura abuela, y Robert—, y esposo de Elizabeth Dunbar McGarva. Vivían en Glasgow. McGarva descansa muy lejos de casa, en el cementerio alemán de Niederzwehren.
“Decidí participar en Pages of the Sea por mi interés por la Gran Guerra, debido a la conexión personal/familiar”, responde Jacqueline “No tengo foto de mi bisabuelo, pero sí su diario como prisionero del Ejército alemán (…) fue capturado por los alemanes en mayo de 1918 durante la batalla de Aisne. Al ser prisionero de guerra era forzado a trabajar todo el día y con poco alimento”.
Jacqueline reconoce que no sabía mucho sobre su bisabuelo. “He aprendido un poco sobre él a través de su diario”, además de alguna de las cartas donde hace especial mención a su pequeña hija —wee girl en escocés— Ella, abuela de Jacqueline. “De papá para su pequeña, mamá me cuenta en su carta que siempre estás preguntando por papá”.
“Es importante que no olvidemos los sacrificios que han sido hechos como también aprender del pasado para estar seguros de que la historia no se vuelva a repetir”, afirma reflexionando la bisnieta de Robert, quién trabajó como gancho de subastas antes de enrolarse en la Guerra. Murió el 15 de octubre de 1918.
Once del once a las 11:00
La firma del Armisticio, y derrota alemana, tuvo lugar el día 11 de noviembre a las cinco de la mañana (05:00 AM) —según detalla el periodista Guy Cuthbertson en The day the would turned upside down, la primera cláusula de aquel acuerdo estipulaba que “el fin de las hostilidades en tierra y aire no entrarían hasta seis horas después de la rúbrica del armisticio”. Meses más tarde la propuesta de un periodista australiano, Edward George Honey, de un respetuoso silencio por todos los caídos de la Guerra llegó a los oídos del por aquel entonces rey Jorge V quien estableció que su duración fuese de dos minutos.Tributos a historias como la de Robert McGarva irán creciendo alrededor del principal retrato en cada una de las treinta playas, hasta que la oscuridad del día —según la localización de cada uno de los enclaves rondará desde cerca de las cuatro de la tarde, en localización más septentrional, la Isla escocesa Shetland, y pasada media hora de la misma en la más meridional, Porthcurno, Cornwall (Cornualles), Inglaterra— y sus mareas difuminen sus retratos y les despidan.
Al compás del vaivén de las mareas, y de las dispares actividades que cada equipo local tenga organizadas, se recitará The Wound in Time (la herida en el tiempo). Poema que la poeta Carol Ann Duffy, —primera británica laureada en 2009 en 350 años de historia—, ha creado para la ocasión. Está disponible para que se pueda disfrutar en inglés, galés y en gaélico, con independencia del lugar desde donde se celebre este último recuerdo.
“Creo que este poema es una invitación a que la gente venga, participe, y lo recite. Lo pueden hacer en grupo o personalmente, de forma individual. Es una creación que permite que la gente pueda reflexionar sobre el significado de la guerra, de la pérdidas, y de dónde estamos ahora —echar una mirada retrospectiva—. El mundo no es el mismo que hace cinco años, por ejemplo”, afirma el director asociado de National Trust for Scotland —haciendo referencia a los últimos fenómenos políticos como el Referéndum por la Independencia de Escocia o el propio Brexit—.
El poema The Wound in Time refleja el hecho de que la guerra, hasta el momento, ha sido inevitable en nuestra Historia. Puede incluso hasta provocar una cierta reverencia del ser humano hacia ella, evocar ese sentimiento de valentía y bravura que toda persona posee, que desemboca fatalmente en carnicería, destrucción y muerte. Por desgracia, la lección no parece aprenderse.
“El significado —cuando he estado con las distintas comunidades—, al ser un poema, evoca muchos y diferentes sentimientos y la gente lo interpreta de distintas maneras. La interpretación que más predomina es que no hemos aprendido lo suficiente de estos sacrificios”, asevera Sharkey.
“Creo que Remembrance Day es algo que atraviesa, identifica, a todas las generaciones. Da lo mismo si eres joven o mayor.” reflexiona Kristin —la recaudadora de fondos de Poppy Scotland en el Jardín del Recuerdo—. “Si eres mayor, quizás tienes un abuelo o padre que ha servido o en la Segunda Guerra Mundial —como el caso de su abuelo. Las jóvenes generaciones también están familiarizadas al haber servido en Iraq o Afganistán”. Kristin, mientras habla, hace notar ese sentimiento de comunidad y de respeto que estos días se hace más palpable en las calles al observar que en los abrigos de la gente, en la solapa izquierda, luce una amapola roja como símbolo de respeto. “Creo que es algo que es algo que está en la mente de todas las personas”, concluye.
Pages of the Sea es, concluye Simon, “un pequeño recuerdo complementario —junto a los dos minutos de completo y respetuoso silencio de las 11 de la mañana en todo Reino Unido— a la gente que cayó, y a la que volvió de la guerra”, que se podrá seguir a lo largo del día de hoy en las redes sociales bajo el hashtag #PagesOfTheSea
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¡"El Salto ayudando a recaudar fondos para la Poppy Scotland! Contribuyendo a exaltar una masacre millonaria de pueblos atrapados en una lucha para remodelar imperios, y llamar a ese sacrificio masivo "lucha por la libertad", extendiendo el relato "a las nuevas generaciones familiarizadas con la guerra por haber SERVIDO (¿a quien?) en Irak y Afganistán" utilizando a manos llenas la fibra de los sentimientos... Hay periodistas del salto de mucha talla que no merecen que sus trabajos de investigación se mezclen con esta basura. Ni una palabra que recuerde el acontecimiento que enfrentó al puebo ruso con el sistema zarista, retirándose de la guerra y lanzándose a una REVOLUCIÓN con el lema "Paz, Pan y Tierra, luchando, ellos sí por la LIBERTAD...
Sorprende un artículo como este en El Salto. Remembrance Day, y su símbolo la amapola roja, es actualmente una glamurización y exaltación del militarismo. El movimiento pacifista en Gran Bretaña es partidario de la amapola blanca, que recuerda a todas las personas muertas, civiles y militares, en todas las guerras, incluyendo las actuales. https://ppu.org.uk/
Es extraño que a alguien le sorprenda recordar y quizás agradecer a los que equivocados o no, se han sacrificado por el resto de los compañeros de viaje