Hemeroteca Diagonal
Salir de la cárcel: un billete de ida y vuelta a la exclusión

Algo de dinero para llegar a la ciudad y el subsidio de excarcelación son los únicos recursos puestos a disposición de las personas ex presas por la Administración.

Cárcel de Soto del Real
Vista del Centro Penitenciario Madrid V, en Soto del Real, en la Comunidad de Madrid. David F. Sabadell

Suena el nombre de una persona presa por la megafonía de la cárcel. Abrazos de los compañeros y aplausos. Por fin sale en tercer grado o libertad condicional tras años entre muros. Los funcionarios le hacen entrega del certificado con el tiempo que ha estado encerrado, otro sanitario y los títulos formativos y profesionales si los hubiera adquirido.

Lo que le queda del peculio (asignación económica) decide regalarlo a un compañero de dentro. La prisión le entrega algo de dinero para pagar el transporte hasta la ciudad y le explican cómo solicitar el subsidio por excarcelación, en el caso de que haya estado encerrado más de seis meses. Y hasta ahí llegan los recursos dispuestos por la Administración para las personas que salen de prisión.

Si el Estado ofreciera recursos, haría evidente que la prisión genera problemas de mayor importancia
“Hay gente que entra a los 50 y sale con 70 años. Puede que esa persona no tenga familia, que sus redes de amistad sean muy limitadas, y se dan situaciones en las que esa persona no sabe ni dónde dormir. Ahí no está previsto nada, más allá de las iniciativas voluntaristas de organizaciones civiles”, explica Paz Francés, miembro de Salhaketa, entidad que lleva trabajando desde 1982 para denunciar las condiciones de vida en las cárceles y que presta apoyo a personas presas y expresas. “Si cuando sales no tienes dónde dormir, comer, alguien que te ayude a hacer las gestiones más bobas, cómo sacar una tarjeta de transporte público o la tarjeta sanitaria... —explica Francés—, no hay más que asociaciones que se ofrecen a suplir esta carencia del Estado, que es el que debería cubrir las necesidades de una persona al salir de prisión si realmente cree en el concepto de reinserción del artículo 25 de la Constitución”, continúa.

“Donde antes teníamos dos pisos de acogida y dos proyectos diferentes, uno ha desaparecido”, explica Francés. Las subvenciones que recibe la organización se han reducido a la mitad en los últimos años, lo que ha obligado a abandonar algunos proyectos con personas presas y expresas. “El proyecto requiere de estabilidad y seguridad. Es muy duro acoger a gente con perspectiva de que esté al menos ocho meses en el piso y, cuando hay que renovar la partida, ver que no hay dinero y tienes que decirle que se marche”. La situación es parecida con otros colectivos que trabajan con presos. Patricia, educadora social de la asociación La Calle, explica que el pasado año estuvo sin cobrar once meses y éste ya va por los cinco. “Hay muchos recortes y más exigencias en el programa”, concluye.

Son pocos los casos en los que los presos vienen de entornos acomodados o cuentan con redes de apoyo y, sin embargo, es una condición que facilita mucho las cosas. Tal y como explica Daniel Amelang, miembro de la Asociación Libre de Abogados, “para disfrutar de la libertad condicional y los beneficios penitenciarios piden un montón de requisitos: un domicilio fijo donde estar localizable, un aval penitenciario, alguien que diga que responde por esa persona, a ser posible un trabajo, etc.”. Este fue el caso de O., expreso que, durante su estancia en prisión, trabajó un año haciendo perchas para El Corte Inglés 8 horas al día por 300 euros al mes. Tuvo suerte, según explica a Diagonal, su sueldo estaba por encima de la media de lo que se puede cobrar en prisión, y más desde el comienzo de la crisis. "Ahora hay curros por 100 euros al mes, trabajan los que necesitan dinero para comprar tabaco". Ha estado un tiempo trabajando dando clases de boxeo "lo conseguí por unos amigos, pero no hay contrato, así que me amenazan con regresarme a prisión".

El pasado agosto, el diario alicantino Información publicaba que varios presos de la prisión de Fontcalent se niegan a abandonar la cárcel durante el día para acogerse al tercer grado ante la falta de trabajo y recursos para vivir dignamente. A su vez, la Agrupación de los Cuerpos de la Ad­mi­nistración de Instituciones Peni­ten­ciarias (ACAIP) denunciaba que las cárceles de la provincia de Alican­te superan en un 150% su capacidad.

El Estado español, junto a Reino Unido, sigue a la cabeza de Europa en número de presos: 147 por cada cien mil habitantes, según datos del Consejo de Europa. Las cárceles están saturadas y, sin embargo, es uno de los países con los niveles de crímenes de sangre más bajos. La población reclusa está formada en su mayoría por gente empobrecida, con poca o nula formación, cuyos delitos son contra el patrimonio y la salud pública, es decir, robos y drogas. “Estamos hablando de gente que proviene de la pobreza y marginación, que es encerrada y aislada de la sociedad sin que su situación cambie, sino que se agrava, y que luego sale a la calle sin medios y es carne de cañón para volver a delinquir”, explica Amelang, quien señala que la situación de las cárceles puede verse empeorada con la reforma del Código Penal, que contempla “como uno de sus objetivos castigar la reincidencia, eliminando prácticamente la posibilidad de obtener beneficios penitenciarios y aumentando las penas a los reincidentes”.

Perdido en el mercado laboral

El subsidio por excarcelación, si no se tiene derecho a una prestación contributiva y se ha estado en prisión al menos seis meses, es el único recurso dispuesto por la Admi­nis­tración para los exreclusos. De ahí, el siguiente paso es acudir a una de las organizaciones que tienen programas de acompañamiento para recibir apoyo en la búsqueda de empleo y, en el caso de no tener una vivienda en la que alojarse, acudir a los albergues municipales o a los cada vez más escasos pisos de acogida a presos y personas que salen de la cárcel gestionados por organizaciones sociales.

“Son muy pocos los que salen de prisión con un contrato. Después de hacer cursos, etc., hay quien encuentra trabajo, pero muchos otros no”, señala Francés, quien resalta que, “en una sociedad en la que la socialización va de la mano del trabajo, recuperar las riendas de tu vida cuando no tienes un ingreso es dificilísimo, a nivel económico y social”. Según el estudio La inserción laboral de los ex internos de los centros penitenciarios de Cataluña, realizado por la Universitat Autònoma de Barcelona y el Centre d’Estudis Sociològics sobre la Vida Quotidiana i el Treball, entre 2009 y 2010, del total de reclusos bajo estudio, el 43,6% obtuvo algún tipo de inserción laboral tras la libertad definitiva, el 22,9% reincidió en actividades delictivas y el restante 33,4% no tuvo ninguna alta en la Seguridad Social por un empleo posterior a la fecha de libertad definitiva.

El estudio subraya que la mayoría de los exreclusos que consiguen empleo con contrato lo alternan con periodos de desempleo y, en la mayoría de casos, los trabajos a los que acceden son manuales poco cualificados, con contratos de duración breve. En el caso de las mujeres, “hay algo más de facilidad a la hora de encontrar trabajos”, aunque generalmente serán trabajos relacionados con los cuidados y sin contrato.

El informe de la Comisión Laboral del Consejo Social Penitenciario de 2011 explica que los dueños de las empresas prefieren no contratar expresos debido al miedo por el pasado de la persona o por estereotipos existentes de vagos e irresponsables. “El estigma de la cárcel sigue existiendo”, lamenta Patricia, educadora social de la asociación La Calle, que trabaja con presos ayudándoles a buscar empleo, preparar su currículum o tramitar los papeles necesarios. Al ya difícil panorama laboral se suma que, en la mayoría de los casos, las personas que salen de prisión carecen de formación y experiencia laboral, lo que convierte la búsqueda de empleo en algo “más difícil todavía” en un contexto social marcado por el paro a nivel general y en el que la única baza son las pequeñas bonificaciones que reciben las empresas por contratar personas en exclusión social.

Aunque la reinserción social es, en teoría, el objetivo último del sistema penal, Francés señala que las necesidades de las personas que salen de prisión evidencian lo contrario, que “la pena de prisión, además de tal vez no reinsertar, deso­cializa”. “Si el Estado ofreciera recursos, estaría evidenciando que la prisión, lejos de cumplir los fines que constitucionalmente tiene encomendados, genera otros problemas y de mayor importancia, y que el perfil de delincuencia desaparecería con políticas sociales justas”, concluye.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

El Salto Radio
El Salto Radio Te llamo desde mi muro: recordando a Marcos Ana
Cuando volvamos la vista atrás, que sea siempre para iluminar el presente… Hoy encendemos esa luz a través de la vida de Marcos Ana, y os podemos asegurar que hay motivos.
Euskal Herria
Kortatu El “Sarri, Sarri” suena en la cárcel de Martutene y el Gobierno Vasco no volverá a permitirlo
Tras las críticas de Covite, PNV y PSE-EE apuestan por una postura unitaria que pasa porque el departamento de Justicia y Derechos Humanos endurezca los requisitos para los actos culturales dentro de las penitenciarías.
Ocupación israelí
Palestina Vivir en alerta: la resistencia palestina frente la ocupación israelí
La cruda realidad de las feministas palestinas que, ante la represión y las detenciones arbitrarias, continúan su lucha por la libertad, la justicia y los derechos humanos.
Madrid
Ciudades Fake Madrid, un paseo por los hitos del simulacro
Un recorrido por los grandes éxitos de la conversión de Madrid en una ciudad irreal.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.

Últimas

Siria
Oriente Próximo Israel impone hechos consumados sobre Siria para condicionar la transición según sus intereses
“Está escrito que el futuro de Jerusalén es expandirse hasta Damasco”, dijo este octubre el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, uno de los exponentes ultras del Ejecutivo.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Un tercio de los asesinatos de periodistas en 2024 fueron obra del ejército de Israel
Reporteros Sin Fronteras documenta la muerte de 18 periodistas en Palestina y Líbano este año “asesinados deliberadamente por hacer su trabajo” y habla de una “masacre sin precedentes” de profesionales del periodismo.
Galicia
Galicia Activistas de Greenpeace instalan ‘una celulosa’ en la sede de la Xunta en protesta contra Altri
Los ecologistas han realizado una acción en la sede del Gobierno gallego de Alfonso Rueda para animar a gallegos y gallegas a asistir a la manifestación de este domingo en la Praza do Obradoiro, en Santiago de Compostela.
Comunidad de Madrid
Educación pública El Gobierno de Ayuso recula y aplaza hasta junio los despidos masivos en Educación
Integradoras sociales, enfermeras, educadoras, auxiliares y otros perfiles de personal laboral se enfrentaban a la incertidumbre de ser cesados en plenas vacaciones de Navidad.
El Salto Radio
El Salto Radio Mirada a los barrios andaluces
A partir de la presentación por parte de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía del informe “Pobreza Sur” hablamos sobre la realidad de alguno de los barrios más castigados de Europa.
Más noticias
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Vecindario y trabajadoras se plantan contra la privatización de los servicios en el Doce de Octubre
Denuncian la suspensión de intervenciones quirúrgicas desde que la empresa Croma Gio. Batta gestiona la esterilización del material. Una concentración el próximo sábado 14 de diciembre a las 12 horas se opondrá a esta deriva privatizadora.

Recomendadas

Fronteras
Túnez Túnez endurece la represión contra las ONG de ayuda a las personas migrantes
Mientras el presidente Kaïs Saied se prodiga en discursos racistas, el estado persigue a las entidades solidarias con quienes llegan al país, bajo el silencio cómplice de la Unión Europea.
Galicia
Economía ¿Quién lidera el negocio del eucalipto en Galicia al que Altri quiere sumarse?
El estallido social que ha producido el intento de la multinacional Altri y la Xunta de instalar una nueva celulosa en Galicia abre la necesidad de poner el foco en el sector forestal, donde se encuentran algunas de las mayores fortunas del Estado.
Siria
Rojava El rompecabezas sirio que estalló en Alepo
El nuevo escenario sirio se ha gestado bajo la intervención implacable de Turquía, patrocinadora del Ejercito Nacional Sirio y otros grupos yihadistas que libran la guerra de Erdogan contra el pueblo kurdo.
Cine
Ramón Lluis Bande “Asturies tiene sin construir el relato de su tiempo revolucionario”
El cineasta Ramón Lluis Bande entiende la memoria histórica como un “camino de exploración formal infinito” y de reflexión sobre el propio lenguaje cinematográfico “en relación con la realidad, la historia, el arte y la política”.