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Fútbol
777 Partners, ejemplo de los riesgos de la multipropiedad en el fútbol
Hace tiempo que el crecimiento experimentado por la industria del fútbol llamó la atención de los fondos de inversión, atraídos por su popularidad, por las grandes sumas de dinero que mueve y también por la opacidad que acompaña muchas de sus operaciones y que no suelen ver con malos ojos sus socios. BlackRock compró en 2013 una participación del 8% en el Manchester United, el fondo saudí Public Investment Fund (PIF) se hizo con el Newcastle United en 2021 y el Abu Dhabi United Group ha venido creando en la última década el City Football Group, un paso más en la inversión en la industria del fútbol, al reunir a diferentes clubes de diferentes continentes en manos del mismo propietario. Un viejo sueño del director ejecutivo catalán Ferrán Soriano, inspirado en el modelo impulsado por Red Bull, que ya trató de implementar en su etapa en el Barcelona y que ha logrado desarrollar al frente del Manchester City.
Este mismo modelo de la multipropiedad es también el que ha perseguido el fondo de inversión estadounidense 777 Partners desde que puso sus ojos en el mundo del fútbol. No es el fondo de inversión más conocido, de hecho es de creación relativamente reciente, ya que nació en 2015; sin embargo, su importancia en la industria del fútbol ha crecido mucho en los últimos años. En 2018 compró el 10% de las acciones del Sevilla y ese fue el pistoletazo de salida para su entrada en el negocio del balón. Fijó su interés en clubes de ciudades con mucha población, con una importante base de aficionados y que no vivieran sus mejores años. En 2021 compró el Génova italiano. Un año más tarde se hizo con el Standard de Lieja, el Vasco da Gama de Brasil, Melbourne Victory y ya informamos en su día en El Salto de la polémica adquisición del histórico Red Star francés. En 2023 se hizo con el Hertha Berlin, su quinta compra en apenas un año y medio.
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En ese momento, 777 Partners se había posicionado como uno de los grupos destacados dentro del fútbol internacional e iniciaron las negociaciones para la compra de la que sería la cúspide dentro de la jerarquía de sus clubes: el Everton de la Premier League inglesa.
El histórico club de Liverpool llevaba varias temporadas acumulando pérdidas y buscaba financiación para la construcción de su nuevo estadio a orillas del rio Mersey. En septiembre se anunció el acuerdo para la compra del 94% de las acciones y su propietario, el británico-iraní Farhad Moshiri, no dudó en declarar que 777 Partners eran “los mejores socios para sacar adelante nuestro club”. Para que el acuerdo fuera efectivo debía ser aprobado por la Premier League, la Football Association inglesa y la Autoridad de Conducta Financiera (FCA en sus siglas en inglés), máxima autoridad financiera del Reino Unido. Sin embargo, la falta de garantías de viabilidad económica llevó a la FCA a exigir documentación de las cuentas auditadas de 777 Partners para autorizar la venta del Everton. Desde ese momento se han ido acumulando los problemas para el fondo de inversión estadounidense, hasta acelerarse la caída en las últimas semanas.
A principios de abril, los reguladores financieros de los estados norteamericanos de Utah y Carolina del Sur presionaron a cinco aseguradoras, socias de la plataforma A-Cap, para que redujeran sus inversiones en 777 Partners, ya que superaban el máximo permitido por la ley. La medida trataba de proteger las rentas y los seguros contratados por jubilados, viudas y huérfanos y que podían estar en riesgo tras la agresiva política de expansión del fondo de inversión, incluido el proceso de compra del Everton. Aunque desde A-Cap manifestaron invertir bajo “estrictos estándares de responsabilidad”, aceptaron reducir su participación en 777 Partners.
En mayo, la federación belga de fútbol impidió al Standard de Lieja fichar nuevos jugadores por la acumulación de impagos, mientras que el antiguo propietario demandaba a 777 Partners por no haber abonado el segundo tramo de la compra del club. El presidente, Jean-Michel Javaux, describió en ese momento al club en una “situación financiera crítica” antes de presentar su dimisión “para no ser cómplice de 777 Partners”. Los aficionados, por su parte, se concentraron a las puertas del estadio, impidiendo la entrada del equipo y obligando a la suspensión del partido de liga que debían disputar. Mientras tanto, en Río de Janeiro un juez retiró cautelarmente a 777 Partners el control de Vasco da Gama por los impagos del fondo de inversión. Al mismo tiempo, el gestor de activos británico Leadenhall Capital Partners demandó en un tribunal de Nueva York a 777 Partners por fraude continuado, al tratar de convencerles de financiar la compra del Everton garantizándoles unos activos por valor de 350 millones de dólares de los que no eran propietarios o ya habían sido prometidos a otra entidad. En el proceso de esa demanda, la semana pasada la Corte del Distrito Sur de Nueva York bloqueó los activos de 777 Partners por las deudas acumuladas y el propio fondo ha debido recurrir a expertos en bancarrotas.
Ante el aumento de la desconfianza hacia 777 Partners, grupos de aficionados de seis de sus clubes (Sevilla, Standard, Red Star, Vasco da Gama, Melbourne y Hertha) se unieron para manifestar su descontento
Ante el aumento de la desconfianza hacia el fondo estadounidense, grupos de aficionados de seis de sus clubes (Sevilla, Standard, Red Star, Vasco da Gama, Melbourne y Hertha) se unieron para manifestar su descontento, emitiendo un comunicado en el que definen a 777 Partners como un “jugador tóxico en el fútbol” y les llaman a “abandonar inmediatamente nuestros clubes”.
Con el fondo de inversión al frente, el resultado deportivo de los clubes tampoco está siendo bueno. El Red Star francés es el único que ha mejorado su posición desde la adquisición de 777 Partners, al haber logrado esta temporada el ascenso a la segunda división. Vasco da Gama también ascendió, pero para volver a la categoría que le corresponde por la importancia histórica del club. El Hertha Berlin sufrió el descenso de categoría la temporada pasada y este año no ha logrado recuperar la categoría. También el Génova vivió un descenso de categoría en 2022. En el caso del Sevilla, vive su propia crisis institucional, en la que 777 Partners se había aliado con José María del Nido Benavente, a pesar de llegar al club de la mano del presidente José Castro, se especula con que el fondo pueda desprenderse de su participación en el club.
Los clubes propiedad de 777 Partners deberán preparar la próxima temporada bajo un propietario con serios problemas de financiación y rodeado de problemas judiciales
Más allá de la propia viabilidad futura del fondo de inversión, parece difícil que continúe con su expansión en el mundo del fútbol. El acuerdo para la compra del Everton caducó en mayo y actualmente no tiene el control sobre Vasco da Gama y Standard de Lieja. Los socios y aficionados de Red Star, Hertha Berlin y Melboune Victory siguen manifestándose para que 777 Partners abandone sus clubes, pero por el momento no hay noticias de que pueda ser así. En el caso del Hertha, cuentan con la ventaja de que la conocida como norma del 50+1, establecida cuando se autorizaron las sociedades anónimas en el fútbol alemán, garantiza a los socios el control del club. En cualquier caso, tanto ellos como el resto de clubes propiedad de 777 Partners deberán preparar la próxima temporada bajo un propietario con serios problemas de financiación y rodeado de problemas judiciales.