Franquismo
Cómo documentar la miseria del franquismo
A finales del mes de octubre de 2025 concluían los trabajos de la cuarta y última campaña arqueológica del equipo codirigido por el arqueólogo Alfredo González-Ruibal y el historiador Luis A. Ruiz Casero en el madrileño barrio de Vallecas. Este proyecto, que comenzó en 2022 por iniciativa de la Fundación Anastasio de Gracia (hoy renombrada Manuel Fernández “Lito”), tenía como objetivo inicial documentar los bombardeos que sufrió Entrevías durante la guerra, especialmente durante el primer año. En palabras de Ruiz Casero, “nos trae aquí el bombardeo de noviembre de 1936, icono internacional de la violencia contra los civiles durante las guerras y que inmortalizó Capa con algunas de sus fotografías en este mismo lugar”.
En las primeras campañas se encontraron los restos de las viviendas de los números 6 y 8 de la calle Peironcely, arrasados por las bombas. El número 10 aún sigue en pie, aunque muy dañado, y se encuentra actualmente en proceso de restauración por parte del Ayuntamiento de Madrid. Los trabajos dieron los con muros originales de aquellas viviendas, que conservaban en algunos casos hasta un metro de altura, pero sobre todo sirvieron para documentar la ocupación chabolista tras el fin de la guerra, que se creía completamente arrasada y que, como señala González-Ruibal, se había mantenido intacta hasta los niveles de abandono de los años 70.
La última campaña de 2025 ha perseguido dos objetivos concretos. Por un lado, localizar el cráter de una de las bombas italianas en noviembre 1936, visible en algunas fotografías del año 1943, y por otro, documentar un basurero que estuvo en activo desde los años 20, junto a las viviendas primero y las chabolas tras la guerra. El cráter ha sido localizado pero el equipo ha preferido mantener el suelo posterior de las chabolas, de unos 12 metros cuadrados y hecho a partir de baldosas hidráulicas recuperadas, para una posible musealización del lugar.
El trabajo arqueológico desarrollado estos años en Entrevías subraya, a partir de los materiales encontrados, una de las grandes mentiras del franquismo, la del atraso histórico de las condiciones de vida de las clases menos pudientes que se arrastraba desde finales del siglo XIX. Y pone además sobre la mesa del laboratorio ejemplos claros de cómo el franquismo condenó a la mayor parte de la población española a 20 años de miseria.
Tras la guerra civil, la pésima gestión económica de la dictadura provocó escenas de hambruna en nuestro país comparables a las que en los 80 años tuvieron lugar en Etiopía o estos últimos años en Gaza.
La hambruna que se extiende en todo el país entre el año 1936 y el 1942 es terrible, y afecta especialmente al barrio de Entrevías en Vallecas
Como indica González-Ruibal: “al excavar los niveles de los años 20 y 30, previos a la guerra, llama la atención la calidad de las construcciones, con alcantarillado, electricidad, cuartos de baño…también los objetos y restos aparecidos son una combinación de materiales que arrojan la impresión de que aquí vivían distintos grupos sociales, algo común en aquella época”. Este modelo de “barrios multiclase” desaparece con el franquismo, que promueve además una fuerte segregación social. El centro se queda para las clases burguesas y el extrarradio para las clases trabajadoras. A partir de los objetos encontrados se puede observar como los trabajadores durante la época previa a la guerra comenzaron a mejorar sus condiciones de vida. Vajillas, tazas de té… patrones de consumo que se ven también en los restos de alimentos, que hasta entonces habían sido privativos de las clases altas, como determinadas carnes o pescados.
Los estudios concluyen, a partir de estos restos materiales, que Entrevías no era una zona especialmente deprimida antes de la guerra. A partir de 1936, el hambre es usada por el bando franquista como arma en todo el estado, además de los bombardeos, y esta práctica se extiende hasta al menos los años 60, aunque después nunca llegan a recuperarse los niveles de consumo de principios de siglo. La hambruna que se extiende en todo el país entre el año 1936 y el 1942 es terrible (se estiman en aproximadamente 200.000 las muertes directamente asociadas a esta causa), y afecta especialmente a este barrio. Incluso se acuña el concepto del “síndrome de Vallecas”, asociado a la carencia de nutrientes en la población infantil.
La idea, tan complaciente con el franquismo, de que en España la clase trabajadora vivía casi como en el antiguo régimen hasta el triunfo de la dictadura y el despegue económico de los 60, se demuestra falsa
“La proyección del franquismo es que la clase obrera comenzó a prosperar en los años 60 gracias al empuje de las economías impuestas por la dictadura, cuando la realidad es que la clase obrera ya prosperaba desde finales del XIX y hasta la 2ª república. Y todo esto desaparece durante 20 años y retrocede a situaciones más característicos del siglo XVIII” afirma González-Ruibal. Tanto es así que en los 70 la gente aún vivía en chabolas sin electricidad ni agua corriente.
La idea, tan complaciente con el franquismo, de que en España la clase trabajadora vivía casi como en el antiguo régimen hasta el triunfo de la dictadura y el despegue económico de los 60, se demuestra falsa. Los resultados de esta excavación corroboran lo que señalan historiadores como Luis Enrique Otero Carvajal o Santos Juliá: “lo que define a este decenio no es el comienzo del proceso de modernización, sino la reanudación de una historia paralizada por una voluntad política victoriosa al término de una guerra civil. Pues el triunfo de la rebelión y de la represión que se abatió sobre las clases obrera y campesina quebraron todas las tendencias al cambio social alumbradas desde principios de siglo”.
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