Feminismos
Un siglo después del asesinato de Rosa Luxemburgo, ¿vuelven los Freikorps?
En el centenario de la muerte de la teórica revolucionaria sale a la luz un escándalo en el ejército alemán que recuerda a las unidades paramilitares de voluntarios que acabaron con su vida.

La manifestación y homenaje a la teórica comunista es considerada uno de los mayores eventos anuales de la izquierda alemanaEn la manifestación marchaban nostálgicos de la RDA junto a militantes de Die Linke, codo a codo con cada uno de los minúsculos partidos comunistas y las causas más variadas caminaban desde la avenida que antes se llamaba de Stalin y hoy se llama de Frankfurt: free Lula, Catalonia freedom, por la reunificación de los presos vascos y la liberación de presos kurdos, pro-Rojava... Muchas personas llevaban chalecos amarillos en solidaridad con el movimiento francés que desde hace meses está en las calles del país galo. También, como cada año, la fundación federal para el estudio de la dictadura comunista critica que en este acto se haga apología del comunismo, aunque obviando en su crítica que en realidad los textos de Luxemburgo también fueron censurados en la propia RDA. El sábado había tenido lugar asimismo la conferencia internacional Rosa Luxemburgo, organizada por el diario junge Welt, que celebraba su vigésima cuarta edición y a la que asistieron miles de personas llegadas de diferentes países del espectro de la izquierda. Hoy 15 de enero, El político de Die Linke y presidente del Partido de la Izquierda Europea (PIE) Gregor Gysi leerá a la tarde cartas de Rosa Luxemburgo en la Plaza de Breitscheid y tendrá lugar una marcha junto al canal al que fue arrojado el cuerpo sin vida de Luxemburgo.
El papel del SPD en el asesinato sigue en entredicho
Lo que nadie pone en duda es que el asesinato de Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht fue un crimen a sangre fría, una ejecución sin juicio ni condena que, además, tuvo lugar bajo un gobierno del partido socialdemócrata SPD. Ambos habían sido miembros de ese partido antes de fundar el primer partido comunista alemán, el KPD, debido a sus diferencias con los socialdemócratas sobre todo en cuanto a su oposición a participar en la guerra.La propia publicación del SPD, la revista Vorwärts (Adelante, en alemán), titula estos días: “Rosa Luxemburgo y el SPD: una relación complicada”. En el artículo explican que Luxemburgo escribió para esta publicación y dio clases en la escuela del partido antes de que llegase su ruptura. Durante el levantamiento espartaquista el SPD quería apaciguar a las masas después de llegar al poder y ello colocó a Luxemburgo y Liebknecht en una situación de supuesta subversión frente a sus anteriores camaradas. Lo cierto es que el SPD permitió a los denominados Freikorps acabar con el levantamiento mediante las armas.El asesinato de los líderes es considerada la ruptura definitiva entre socialdemócratas y comunistas, que llevará a una debilidad estructural durante la República de Weimar. Luxemburgo y Liebknecht pasarán a ser héroes, mártires de la causa comunista. Citas de Luxemburgo como “la libertad es siempre la libertad del que piensa distinto” son conocidas multiusos muy apañadas para las más diversas ocasiones. Ella es sin duda más conocida dentro y fuera de su país que su camarada de partido y colega cofundador del periódico Die Rote Fahne (La bandera roja, en alemán). Era polaca y de origen judío, fue una teórica pacifista, muy crítica con los nacionalismos. Considerada feminista, aunque no alardease de ello, ni se llevase bien con las burguesas de su época que pedían un voto tan solo para personas de sexo femenino que tuvieran altos ingresos.La historiadora alemana considerada la mayor experta en Luxemburgo, Annelies Laschitza, falleció el pasado diciembre. En Berlín hay una Plaza Rosa Luxemburgo y la sede del partido de Die Linke lleva el nombre de Karl Liebknecht. La fundación cercana al partido Die Linke, y que lleva el nombre de la revolucionaria, ha preparado una serie de actos en el aniversario de su asesinato, como no podía ser de otra manera, bajo el lema “no lloramos su cadáver sino que festejamos su vida”. Hace un par de meses la editorial Dietz sacó una biografía de Luxemburgo en forma de cómic que en su versión original fue financiada por la Fundación en los EE UU.
Nuevos grupos paramilitares decididos a ejecutar a políticos
El periódico mensual Analyse und Kritik (crítica y análisis en alemán), llevaba en su portada de diciembre un artículo con el título: “¿Los nuevos Freikorps? Las informaciones sobre un ejército en la sombra reciben poca atención”. Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht fueron asesinados por los llamados Freikorps, grupos paramilitares de soldados y voluntarios que luchaban junto al malherido ejército alemán, cansado y diezmado por la primera guerra mundial. Estos grupos habían comenzado a crearse por parte del kaiser con consignas como “contra el bolchevismo y la emergencia del hambre” y en sus filas desfilaban protofascistas cuando el SPD llegó al poder tras la abdicación del canciller del imperio Max von Baden. Estas tropas fueron responsables de acabar con las revueltas que fueron teniendo lugar por todo el país desde la llamada revolución de noviembre, considerada por los historiadores la única revolución en el sentido moderno que tuvo lugar en Alemania.Precisamente poco antes del aniversario del asesinato, el diario Taz publicaba una investigación propia titulada “El ejército en la sombra de Hannibal”. Según este diario y la revista FOCUS, la Oficina Federal de Investigación Criminal tendría indicios de una red de soldados, exsoldados de élite del ejército alemán, policías, funcionarios y trabajadores de los servicios secretos que se habrían organizado a través de una asociación para, llegado el “día X”, asesinar a políticos de izquierda. Ese día sería el momento en el que la seguridad del país ya no estaría garantizada como consecuencia de una crisis motivada por “ataques de refugiados a menores y mujeres, violaciones, ataques terroristas y similares”. Estos grupos se habrían creado a partir de 2015 a raíz de la llegada de cientos de miles de refugiados al país.Así, el “día X” entrarían en acción. Para ello, tendrían una lista de políticos y otras personalidades de la izquierda que planeaban asesinar. Las dos primeras figuras habrían sido los presidentes del partido de la izquierda Die Linke, Dietmar Bartsch y Sarah Wagenknecht. Al parecer, las publicaciones no desvelan sus fuentes pero habría un chat en el cual un tal André S. coordinaría diferentes grupos por todo el estado, así como en Austria y en Suiza, contando con unos 200 soldados. En el chat habrían explicado que cada uno había pagado una cantidad de dinero para comprar armas y víveres que guardarían en “casas seguras” en las que se refugiarían cuando tuvieran lugar los disturbios.La red estaba conectada con las cloacas del estado alemán
Lo más grave de toda la historia no es que radicales armados que forman o han formado parte del ejército se organicen de este modo, sino que además André S., que utilizaba el pseudónimo de Hannibal en los grupos de chat, habría sido advertido por un teniente coronel del servicio de contrainteligencia del ejército, que le habría avisado de que se iban a producir redadas en su entorno. A él, que en realidad era un informante de dicho servicio. Es por eso que el experto en servicios secretos Erich Schmidt-Eenboom hablaba en la revista Focus del “renacimiento” de los Freikorps: El haber maquillado durante años las operaciones ilegales que llevaban a cabo los comandos especiales del ejército en el extranjero, el bloqueo político de un control parlamentario que funcione adecuadamente y el deficiente control sobre esta “tropa-rambo” habrían llevado a la creación de estos grupos que la eminencia en el tema califica de “muy peligrosos”.Al parecer esta supuesta red de ultraderecha en el corazón del estado alemán habría salido a la luz a raíz de la detención en 2017 del exsoldado Franco A, que se hizo pasar por refugiado y que podría haber planeado atentados terroristas para cargar de culpa a los refugiados. El ex-soldado formaría parte de los grupos de chat, aunque la asociación que los controlaba niega que integrase también la asociación. Según esta organización los chats serían parte de juegos de rol. Sin embargo, en un registro en la casa de Hannibal encontraron una caja con granadas y detonadores. Además, habrían acusado a un miembro del servicio de contrainteligencia de traición por haber revelado información confidencial en relación a la investigación del entorno de Franco A. La oposición ha pedido que se esclarezca el caso en el Parlamento alemán.Relacionadas
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