Feminismos
Las raíces del movimiento #MeToo en los derechos de las mujeres trabajadoras

Heroína olvidada de principios del siglo XX, Rose Schneiderman organizó a las mujeres para luchar por leyes que las protegieran del acoso y agresión sexuales en el trabajo.

Rose Schneiderman y otras integrantes de la Liga del Sindicato de Mujeres (WTUL, por sus siglas en inglés).
Rose Schneiderman y otras integrantes de la Liga del Sindicato de Mujeres (WTUL, por sus siglas en inglés).
Traducción: Eduardo Pérez
27 oct 2018 06:00

Cuando surgen nuevos movimientos de protesta, la gente mira a la historia en busca de lecciones de activistas y pensadores que vinieron antes. Todos nos subimos a los hombros de aquellos que lucharon, se sacrificaron y se organizaron para impulsar una sociedad más humana.

#MeToo [“Yo también”, hashtag utilizado en una campaña iniciada en EE UU en 2017 para denunciar el acoso y la agresión sexual] es un movimiento de este tipo. No sólo ha generado conciencia sobre la omnipresencia del acoso y agresión sexuales —particularmente a mujeres— sino que es un ejemplo de lo que sucede cuando aquellos que son relegados a un estatus de ciudadanía de segunda clase se unen para expresarse.

La historia está llena de mujeres valientes y heroicas que lanzaron cruzadas para la liberación de las mujeres y los derechos de las trabajadoras, y campañas contra la violación y otras formas de agresión sexual. Estas mujeres fueron escritoras y pensadoras tales como Sojourner Truth, Susan B. Anthony, Charlotte Perkins Gilman, Ella Baker, Betty Friedan, Dolores Huerta, y muchas más.

La historia está llena de mujeres valientes y heroicas que lanzaron cruzadas para la liberación de las mujeres y los derechos de las trabajadoras, y campañas contra la violación y otras formas de agresión sexual

Otra de ellas es Rose Schneiderman, una precursora olvidada del movimiento #MeToo, quien organizó a las mujeres para luchar por leyes que las protegieran, entre otras explotaciones, del acoso y agresión sexuales por parte de hombres de mayor rango en sus espacios de trabajo.

Activismo por las mujeres trabajadoras

El 25 de marzo de 1911, un incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York mató a 146 trabajadoras, en su mayoría mujeres inmigrantes y adolescentes. Una semana después, activistas celebraban un acto en la Ópera Metropolitana de Nueva York para conmemorar a las víctimas.

Con 29 años, Schneiderman —inmigrante judía, trabajadora fabril, organizadora sindical, feminista y socialista— se levantó para hablar. Habiendo visto a la policía, los tribunales y los políticos alinearse con los empresarios textiles contra los trabajadores, ella se cuestionó si mejores leyes supondrían una diferencia si no se aplicaban.

“Sería una traidora hacia a estos pobres cuerpos quemados si viniera aquí a hablar de camaradería. Os hemos probado, buena gente del público, y hemos visto que sois insuficientes”, dijo Schneiderman a 3.500 oyentes.
“No es la primera vez que chicas han sido quemadas vivas en la ciudad. Cada semana, me entero de la muerte prematura de una de mis hermanas trabajadoras. Cada año, miles de nosotras quedamos lisiadas”, dijo Schneiderman a un público formado por trabajadoras y reformadores de la ciudad de clase media y alta. “Hay tantas de nosotras para un puesto de trabajo que importa poco si 146 de nosotras ardemos hasta la muerte”.
De sólo metro y medio de altura, de cabello rojo encendido, Schneiderman era una oradora hipnótica. Su discurso encendió a las trabajadoras textiles en la balconada y a las mujeres adineradas en las primeras filas.

Sus primeros años

Nacida en Polonia, Schneiderman llegó a Nueva York con su familia judía ortodoxa en 1890. Tenía ocho años. Dos años después, su padre murió de meningitis. Para llegar a fin de mes, su madre alojó inquilinos, cosió para vecinos, y trabajó de chapuzas. Pero aun así la familia estaba obligada a depender de la caridad para pagar el alquiler y la comida.

Con 13 años, Schneiderman dejó la escuela para ayudar a su familia. Encontró trabajo como dependienta en una tienda, lo que se consideraba más respetable que trabajar en un taller de ropa, en parte porque las trabajadoras del comercio sufrían menos acoso sexual. Pero tres años después, tomó un trabajo mejor pagado pero más peligroso fabricando gorros en una fábrica de ropa.

De las más de 350.000 mujeres de la mano de obra de la ciudad, alrededor de un tercio trabajaban en la manufactura, fabricando y empaquetando cigarros, montando cajas de papel, fabricando velas, y creando flores artificiales, pero la mayor concentración de mujeres trabajadoras —aproximadamente 65.000— trabajaban en la industria textil.

Schneiderman creía en la construcción de un movimiento de hombres mujeres para cambiar la sociedad, pero ella también reconocía que las mujeres trabajadoras se enfrentaban a explotación extra (acoso sexual incluido) por parte de los empresarios y los líderes sindicales. Así, puso especial énfasis en organizar a las mujeres y luchar por leyes que las protegieran. 

Schneiderman se unió a la lucha por el voto femenino, una causa que muchos líderes sindicales masculinos —e incluso algunas sindicalistas— consideraban secundaria respecto a la batalla por los derechos de los trabajadores. Y ella trabajó para forjar alianzas con reformadoras de clase media y feministas de clase alta, como Frances Perkins y Eleanor Roosevelt.

En 1903, con 21 años, Schneiderman había organizado su primer sindicato, el Sindicato de Fabricantes de Gorros y Sombreros Socialistas Judíos Unidos, y había dirigido una exitosa huelga. En 1906, era vicepresidenta de la sección neoyorkina de la Liga del Sindicato de Mujeres (WTUL, por sus siglas en inglés), una organización fundada para ayudar a que las mujeres se sindicaran. En 1908, Irene Lewisohn, una judía alemana filántropa, ofreció dinero a Schneiderman para completar su educación. Schneiderman rechazó la beca, explicando que no podía aceptar un privilegio que no estaba al alcance de la mayoría de las mujeres trabajadoras. Sin embargo, aceptó la oferta de Lewisohn de pagarle un salario para convertirse en la principal organizadora de la WTUL de Nueva York.

Organización y política

Los esfuerzos organizativos de Schneiderman entre las inmigrantes prepararon el camino para una huelga de 20.000 trabajadoras de la confección en 1909 y 1910, la más grande hasta el momento de mujeres trabajadoras estadounidenses. La huelga, principalmente entre mujeres judías, ayudó a hacer una fuerza formidable del Sindicato Internacional de Trabajadoras de la Confección (ILGWU, por sus siglas en inglés). Las mujeres de clase alta de la WTUL —a las que Schneiderman llamaba la “brigada del visón”— recaudaban dinero para la caja de resistencia, abogados y fianzas, e incluso se unieron a las afiliadas en los piquetes. Schneiderman fue una figura clave en la movilización de esta diversa coalición en nombre de la histórica legislación laboral aprobada por la asamblea legislativa de Nueva York tras el incendio de Triangle.
Rose Schneiderman
Rose Schneiderman, pionera en la movilización de las mujeres contra el acoso en el trabajo.

En 1911, ayudó a fundar la Liga de Asalariadas por el Sufragio Femenino. “Mantengo que humanizar la industria es tarea de la mujer”, dijo en una manifestación por el sufragio. “Debe empuñar la papeleta para este propósito”. De esta forma, movilizó a las mujeres trabajadoras para pelear por el derecho al voto.

Aunque a menudo encontró difícil lidiar con la condescendencia, antisemitismo y antisocialismo de algunas de las sufragistas ricas, persistió y en 1917 las mujeres consiguieron el derecho a votar en el Estado de Nueva York.
Cuando la asamblea legislativa estatal dominada por los republicanos intentó derogar parte de la legislación laboral post-Triangle, Schneiderman, la WTUL y la Liga Nacional de Consumidores organizaron con éxito a las mujeres con su reciente derecho a voto para oponerse al intento y después derrotar a los legisladores contrarios a los derechos laborales en las elecciones de 1918.

En 1927, la asamblea legislativa de Nueva York aprobó un histórico proyecto de ley que limitaba la semana laboral de las mujeres a 48 horas. Y en 1933, la asamblea legislativa aprobó una ley de salario mínimo 

En 1920, Schneiderman se presentó al Senado de EE UU por el Partido Laborista. Su programa proponía la construcción de vivienda sin ánimo de lucro para los trabajadores, la mejora de las escuelas de los barrios, propiedad pública de servicios de energía y de mercados de alimentos básicos, y sanidad financiada por el Estado y seguro de paro para todos los estadounidenses. Su campaña, sin éxito, aumentó su visibilidad e influencia tanto en el movimiento obrero como feminista.

Posteriormente elegida presidente de la WTUL nacional, pasó a centrar su atención en la legislación de salario mínimo y de jornada laboral de ocho horas. En 1927, la asamblea legislativa de Nueva York aprobó un histórico proyecto de ley que limitaba la semana laboral de las mujeres a 48 horas. Y en 1933, la asamblea legislativa aprobó una ley de salario mínimo.

Aliados en posiciones importantes

Una de las aliadas más cercanas de Schneiderman fue Eleanor Roosevelt, quien se unió a la WTUL en 1922, contactando por primera vez con mujeres de clase trabajadora y activistas radicales. Dio clases, recaudó fondos y participó en los debates políticos y acciones legislativas de la WTUL. Como primera dama, Roosevelt donó los ingresos de sus programas de radio de 1932-1933 a la WTUL y difundió la WTUL en sus columnas de prensa y discursos.

Schneiderman era regularmente invitada a Hyde Park a pasar tiempo con Roosevelt y su marido, Franklin D. Roosevelt. Las conversaciones de Schneiderman con éste sensibilizaron al futuro gobernador y presidente sobre los problemas a los que se enfrentaban los trabajadores y sus familias.

En 1933, tras su toma de posesión como presidente, FDR designó a Schneiderman para la Junta Consultiva Laboral de la Administración Nacional de Recuperación, la única mujer en ejercer ese cargo. Ella escribió las normas de la Administración Nacional de Recuperación para todas las industrias con mano de obra predominantemente femenina y, junto con Frances Perkins, jugó un papel importante en dar forma a la Ley (Wagner) Nacional de Relaciones Laborales, la Ley de Seguridad Social y la Ley de Normas Laborales Justas, que estableció el salario mínimo y la jornada de ocho horas.

Cuando las mujeres hoy afirman “me too”, deberían incluir a Rose Schneiderman entre sus agradecimientos 

Como secretaria de trabajo del Estado de Nueva York de 1937 a 1943, nombrada por el gobernador Herbert Lehman, Schneiderman hizo campaña por la extensión de la seguridad social a las trabajadoras domésticas, por igual salario para las mujeres trabajadoras, y por el valor comparable (dar a mujeres y hombres la misma remuneración por trabajos diferentes que tienen valor comparable). Prestó apoyo a las campañas sindicales entre el creciente número de trabajadoras de servicios en el Estado: empleadas de hotel, trabajadoras de restaurantes, y trabajadoras de salones de belleza.

Schneiderman se retiró como presidenta de la WTUL en 1950 y murió en 1972, justo mientras la segunda ola del feminismo estaba surgiendo como un poderoso movimiento político. Este, también, tuvo que lidiar con las divisiones de clase y raza entre las mujeres, pero sus filas pronto incluyeron un importante componente de mujeres trabajadoras.

Cuando las mujeres hoy afirman “me too”, deberían incluir a Rose Schneiderman entre sus agradecimientos.

Fuente original

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Violencia machista
El Estado que revictimiza Violencia institucional: “Si lo hubiera sabido antes, no hubiera denunciado nunca”
Rocío ha sufrido violencia psicológica, física y sexual por parte de su expareja. Y también violencia institucional en todas las puertas de la red de recursos institucionales que ha ido atravesando.
Literatura
María Agúndez “El trabajo de limpiadora es muy digno, pero nadie quiere hacerlo”
La escritora retrata en ‘Casas limpias’ las contradicciones de quienes considerándose personas igualitarias y progresistas delegan los cuidados y la limpieza para evitar el conflicto y sostener su comodidad.
Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Baleares
Un modelo insostenible El rechazo a la turistificación se expande en Canarias, Baleares y Barcelona
Tras la masiva manifestación en las Islas Canarias del pasado mayo, Palma de Mallorca, Barcelona y San Sebastián salen este 15 de junio a la calle contra un modelo de turismo desmedido insostenible para el territorio y sus habitantes.
Ocupación israelí
Ocupación Israelí La policía egipcia impide con violencia la marcha internacional a Gaza
La marcha de 4.000 personas a Gaza es reprimida por la policía del régimen de Al-Sisi. La organización pide a las embajadas que reaccionen y protejan a sus ciudadanos.
Crónica
Justicia En la sala de un juicio a una madre protectora
Esta es una crónica de un juicio a una mujer que pidió medidas por sospechar de abusos sexuales a su hija en el domicilio paterno sin que ninguna institución moviera un dedo y, un mes después, cogió un vuelo a su país para intentar protegerla.
La vida y ya
La vida y ya Un rato de cada lunes
Pero, lo más coincidente ha sido, expresado de distintas maneras, su agradecimiento hacia ese lugar. Su lugar elegido.
Ocupación israelí
Movilizaciones Un centenar de organizaciones de 26 países denuncian a la empresa vasca CAF y su tren del apartheid
Más de 50 localidades salen a la calle este fin de semana para señalar a la empresa que construyó el tranvía que conecta Jerusalén con territorio ocupados y exigir el fin del genocidio en Gaza.
Río Arriba
Río Arriba Luis González Reyes: “Vivimos en un mundo en la que la escasez es un elemento central”
Primera entrevista del programa Río Arriba en formato podcast y vídeo donde hablamos de las nuevas guerras neocoloniales por recursos en la era de Trump y Putin, de la escasez, del decrecimiento y el colapsismo.
Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.

Últimas

Galicia
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar a Altri
Queremos investigar a los responsables políticos y empresariales del que podría ser el mayor atentado ambiental de la historia reciente de Galicia.
Editorial
Editorial Justicia irracional
Por acción o por omisión, las instituciones pueden violentar a las mujeres. Se llama violencia institucional.
Análisis
Análisis del CIS La calma antes de la tormenta: la dimisión de Santos Cerdán como punto de inflexión
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha muerto pocas horas después de nacer por la dimisión de Santos Cerdán, aunque sirve como foto fija de un escenario que favorece a la derecha.
Que no te lo cuenten
El Salto Radio De océanos y detenciones
VV.AA.
La acidificación del agua marina supera sus límites mientras Israel aborda la Flotilla por la Libertad.
Argentina
Extrema derecha La motosierra de Milei se ceba con los hospitales públicos y las personas con discapacidad
Los recortes del Gobierno afectan al Hospital Garrahan, un centro de alta complejidad, referente pediátrico nacional y latinoamericano, y también a los recursos de las personas con discapacidad, a los que el ejecutivo califica de “idiotas”.
Más noticias
Estados Unidos
Estados Unidos “No Kings”: más de 2.000 manifestaciones en EEUU para protestar contra la deriva autoritaria de Trump
Con el nombre de movimiento No Kings (sin reyes), millones de personas están convocadas a manifestarse en todo el país este sábado y enfrentar el desfile militar organizado por Trump el día de su 79 cumpleaños.
Galicia
TSXG Peritos en el juicio contra la Xunta: la contaminación del embalse de As Conchas es “extremadamente peligrosa”
Siete vecinos, la Asociación de vecinos de As Conchas y la organización de consumidores CECU han demandado a varias administraciones gallegas por presunta mala gestión de una contaminación derivada del exceso de macrogranjas en la comarca de A Limia.

Recomendadas

Derecho a la vivienda
Jaime Palomera “La vivienda necesita una revolución”
Investigador y uno de los fundadores del Sindicat de Llogateres, Jaime Palomera presenta ‘El secuestro de la vivienda’, un libro sobre el juego amañado en el que los propietarios son cada vez más ricos y los inquilinos cada vez más pobres.
Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Brasil
Extrema derecha Arte en tiempos de fascismo: cuando enseñar a Goya y Rubens le cuesta el puesto a un profesor
Una clase de Historia en la escuela municipal en una localidad del Estado de São Paulo desemboca en acusaciones contra el profesor y una campaña de difamaciones que encabeza el concejal de educación de la zona, de la extrema derecha bolsonarista.
Literatura
María Agúndez “El trabajo de limpiadora es muy digno, pero nadie quiere hacerlo”
La escritora retrata en ‘Casas limpias’ las contradicciones de quienes considerándose personas igualitarias y progresistas delegan los cuidados y la limpieza para evitar el conflicto y sostener su comodidad.