Explotación laboral
Las moras de la fresa contra el racismo y el sexismo

España parece estar sorprendida ante unos hechos que llevan años sucediendo.

Durante estos días, los niveles de revictimización y paternalismo que hemos podido observar, escuchar y leer en relación a las protestas y denuncias de las mujeres marroquíes, trabajadoras temporales de la fresa en la provincia de Huelva, han alcanzado niveles insoportables. España parece estar sorprendida de unos hechos que llevan años sucediendo y llevamos una década denunciando.

Nadia Messaoudi ya denunció, durante 2008, la situación de las mujeres marroquíes en los campos de Huelva en un medio francés con un artículo titulado “12.000 mères marocaines pour la fraise espagnole”. Jaouad Midech también lo hacía en el mismo año. Después de una extensa investigación en los campos españoles, franceses e italianos, Chadia Arab publicaba, bajo el título “Les Marocaines à Huelva sous ‘contrat en origine’. Partir pour mieux revenir”, un trabajo que a través de entrevistas con mujeres temporeras y de un amplio trabajo en el terreno sacaba de nuevo la situación a la luz en 2009. El trabajo se ha hecho libro este febrero pasado con el título Dames de Fraises, doigts de fée, les invisibles de la migration saisonnière marocaine en Espagne. En Marruecos, la revista Bladi.net se refería a esta realidad en 2010. En 2016, Fatiha El Mouali, coautora de este artículo, hacía la misma denuncia en el seno de unas jornadas sobre feminismos y violencias en Barcelona.

En primer lugar, habría que dejar claro lo que parece no ser importante sino para unas pocas. ¿Quiénes son estas mujeres? Se trata de mujeres trabajadoras migrantes en situaciones de explotación y bajo múltiples violencias en los campos andaluces; mujeres marroquíes provenientes de una excolonia española. Todas ellas provienen de zonas empobrecidas de Marruecos, tierras abandonadas por los gobiernos locales y saqueadas en su momento por los poderes coloniales.

Muchos marroquíes, sobre todo hombres jóvenes, venían a trabajar a los campos andaluces antes del cierre de las fronteras. Venían a hacer la temporada y se iban, sin ninguna intención o necesidad de quedarse en España. Todo cambió cuando el Fondo Monetario Internacional obligó a Marruecos a implantar, en 1984, un plan de austeridad que forzaba al Gobierno a bajar las inversiones en educación, sanidad, infraestructuras y asuntos sociales. Dicho plan afectó de forma más aguda al norte de Marruecos. No es casualidad que, un año después, el Estado español cerrara sus fronteras con la aprobación de la Ley de Extranjería. Todo formaba parte del mismo plan: empobrecer Marruecos creando en sus territorios la necesidad de migrar mientras se desarrollaba toda la maquinaria conformada por los dispositivos de control y expulsión migratorio que tan lucrativos resultan para Europa.

Capitalismo y patriarcado racial: el horror en los campos de Huelva

Debemos entender la forma a través de la que ciertos trabajos se racializan y generizan. Las mujeres marroquíes hacen el trabajo que la población blanca española no quiere hacer. Y son ellas las que recogen la fresa, no los hombres, ya que el imaginario colonial español nos ha construido como seres sumisos y obedientes. Es necesario tener en cuenta que, para estos trabajos, se contrata principalmente a mujeres provenientes de áreas rurales y empobrecidas que no han recibido una educación formal, mujeres menores de 45 años que dejan hijos menores de edad en Marruecos. Esta es la cruda realidad. Todo ello para poder someterlas, explotarlas y abusar de ellas con mayor facilidad y asegurarse de que no huyan cuando las devuelvan. Pero esto no acaba aquí. ¿Qué es exactamente lo que está ocurriendo en Huelva?

Teresa Palomo, fotoperiodista que se ha trasladado a la provincia de Huelva, relata las condiciones en las que las mujeres marroquíes trabajan, desde hace años, en el campo andaluz. Muchas de estas mujeres no saben ni siquiera cómo se llama la empresa que las contrata y tampoco cómo formalizar una queja. No se permite que las trabajadoras sociales y activistas entren a las fincas y si, por casualidad, alguna de estas trabajadoras consigue ponerse en contacto con ellas, ocurre lo siguiente. Los capataces gozan del favor de algunas de las mujeres —las más antiguas en las campañas temporales— que son usadas como “chivatas”. Cuando los representantes políticos, por ejemplo, acuden para descubrir lo que está sucediendo, estas “chivatas”, aliadas de los capataces, son utilizadas para negar todas las denuncias y confirmar las posiciones de los empresarios. Si éstas descubren que existe la posibilidad de una queja pública, los dueños del negocio castigan a las responsables. ¿Cómo? Con una o dos semanas sin trabajar y cobrar o enviándolas directamente de vuelta a Marruecos. Hay que añadir la dificultad del idioma, la inmensa mayoría de ellas no hablan ni leen español por lo que necesitarían intérpretes para formalizar las quejas.

Muchas de las mujeres que han llegado a Huelva han tenido que hacer una inversión desmedida para pagar sus propios visados y viajes a pesar de que, según los convenios, los viajes deberían cubrirlos las empresas. En muchos casos, no llegan a ganar lo suficiente para recuperar tales gastos, ya que no se les garantiza en ningún momento que vayan a trabajar los tres meses que dura la temporada. Además, ellas se tienen que costear su manutención y en algunos casos incluso se les cobra el alquiler habitacional.

Los territorios del Estado español son el escenario de múltiples cruzadas contra “lo moro” y, también, los encargados de mantener las fronteras de Europa

En los finiquitos que han firmado no se les paga la cantidad estipulada para el trabajo por el que fueron contratadas. Los capataces les aseguran que el resto les será enviado cuando estén de vuelta en Marruecos, pero hablamos de acuerdos de palabra que no figuran en ninguno de los documentos legales. En muchas ocasiones, el importe ausente es usado, sin su consentimiento, para pagar el precio de los viajes de vuelta. A causa de que la mayoría de ellas no saben leer es imposible que se percaten de que serán engañadas y estafadas. Muchas de ellas no saben lo que deben cobrar, así que, cuando se les paga menos o, directamente, se les roba, no se quejan.

Teresa reporta que si se ponen enfermas o tienen alguna molestia no las trasladan al médico. Si no saben cómo moverse o no tienen alguien que las ayude, la situación se endurece, y si preguntan, las castigan sin trabajar. Además, viven en cortijos o chabolas que se encuentran a kilómetros del núcleo urbano, mal comunicados, por lo que si tienen que comprar comida o ir al médico tienen que andar durante horas.

El numero de abortos en esta zona es extremadamente elevado, especialmente entre las mujeres migrantes. Los abusos sexuales y las violaciones son constantes y quedan impunes en fincas que están perdidas en medio de los campos. De hecho, a muchas de ellas les sucede lo siguiente. Al llegar a España, los capataces les quitan los pasaportes y no se lo devuelven hasta el momento de expulsarlas a Marruecos. Para recuperarlo, antes les piden cantidades enormes de dinero o favores sexuales.

El visado de las trabajadoras cubre el tiempo total hasta fin de temporada. Sin embargo, a partir de las quejas públicas, los capataces han decidido que la temporada ha finalizado. La intención no es otra que poder enviarlas de vuelta a Marruecos, aunque los campos siguen llenos de fresa. En Almonte, donde trabajaban las mujeres que iniciaron las denuncias el viernes pasado —16 del mes de Ramadán—, ya no queda ninguna mujer, todas han sido devueltas a Marruecos.

El legado colonial y la recogida de la fresa

No es una cuestión abstracta. Solo una comprensión de la forma en que raza, clase y género se imbrican en el orden colonial moderno nos ayudará a entender las violencias estructurales que se dan en el campo andaluz, ejercidas desde el Estado y sus instituciones. Cuando las mujeres marroquíes se trasladan (o son trasladadas) de Marruecos a España siguen estando atrapadas, encerradas en esas relaciones coloniales de dominación.

Por lo tanto, ¿es suficiente señalar a la empresa Doñana 1998 o a los múltiples integrantes de la Manada convertidos en capataces de plantación? No, no lo es. ¿Es suficiente señalar los abusos sexuales y los incumplimientos de los convenios? No, no lo es. Hay que señalar que debemos entender “el racismo, el sexismo, las prácticas del capitalismo racial e imperialistas del Estado como jerarquías vinculadas entre sí” (como ya hemos dicho anteriormente).

El legado colonial español no puede entenderse sin atender a la realidad del extractivismo económico practicado durante siglos por las empresas españolas en Marruecos para explotar sus materias primas y enriquecer las arcas de la potencia extranjera. En la actualidad, además de lo mencionado, se extraen personas, a través de diversas estrategias, para hacer los trabajos que los españoles no están dispuestos a hacer. Los territorios del Estado español son el escenario de múltiples cruzadas contra “lo moro” y, también, los encargados de mantener las fronteras de Europa.

La Ley de Extranjería se creó para que el Estado español pudiera disponer de los cuerpos de las poblaciones de las excolonias mientras se reservaba el “derecho” a desecharlos cuando no le fueran necesarios, objetivo que ha sido exitoso. La tan citada Ley de Extranjería se promulga, entre otros motivos, para “extranjerizar” a la población marroquí de las actuales colonias africanas españolas, Ceuta y Melilla, obligándolas a someterse a un proceso de “regularización o expulsión”. Es por medio de esta ley que se comienza a construir la categoría de inmigrante trabajador (siempre) temporal. Que las experiencias moras sobre esta ley racista y colonial no tengan ningún impacto mediático o discursivo tiene que ver, precisamente, con la forma de racismo específica que afecta a la población marroquí.

Es el sistema racista, sexista y colonial el que convierte a las mujeres marroquíes trabajadoras temporales en Huelva en sujetos dispensables que pueden ser explotados, laboral y sexualmente

No podemos entender la situación de las temporeras marroquíes en Huelva sin atender a las relaciones de poder que se inauguran con el colonialismo. Estas relaciones de poder perduran hoy en día y, muy especialmente, a través de los procesos de deshumanización que experimentan las personas provenientes de los territorios colonizados, ahora convertidos en “territorios de origen migratorio”. Lo repetimos porque parece que no acaba de aceptarse: es el sistema racista, sexista y colonial el que convierte a las mujeres marroquíes trabajadoras temporales en Huelva en sujetos dispensables que pueden ser explotados, laboral y sexualmente.

El discurso colonial sobre la mujer marroquí, que la construye como sumisa, oprimida y sin agencia política, se ha ido sofisticando a lo largo del tiempo. Durante la época colonial, los relatos de viajeros, antropólogos y cronistas coloniales construyeron a esta “mujer marroquí” de forma impune. Actualmente, en un mundo globalizado que sigue reproduciendo los mismos discursos y patrones, se hacen necesarios dispositivos de control más sofisticados.

Esta imagen sobre nosotras se desmorona desde el momento en que nos hacemos carne en estos territorios, y, sobre todo, cuando nos hacemos voz. Por lo tanto, había que diseñar nuevas y mejores formas de invisibilizarnos y silenciarnos. La forma más efectiva de llevar a cabo lo mencionado fue la Ley de Extranjería, dispositivo deshumanizador, racista y patriarcal. Por un lado, y a través de la misma, se prohíbe trabajar a las mujeres marroquíes migradas al Estado español por reagrupación familiar, relegándolas a un rol eterno de cuidados no remunerados. Así mismo, la única manera en la que se permite trabajar a una mujer marroquí es en el ámbito doméstico. Es decir, ocupando el mismo rol de cuidados, esta vez remunerado, pero sin derechos laborales algunos. Por último, se encuentran las trabajadoras temporales de los campos de Huelva, que sí tienen permiso de trabajo; de hecho eso es lo único que tienen.

Las ONG de la zona, como Cruz Roja o Cepaim, alegan que no tienen constancia ni pruebas de lo que está aconteciendo. Es importante advertir que ninguna de las mismas se persona en los campos y cortijos donde trabajan y viven las mujeres para comprobarlo. No tener constancia de un secreto a voces solo significa que se está siendo cómplice del mismo. No vamos a pedir a estas instituciones una radicalidad antirracista que ni ha formado ni formará parte de sus programas. Pero si están interesadas en desarrollar el papel de la asistencia primaria, hay que decir que, en el caso de la situación de las trabajadoras migrantes en los campos andaluces, están eludiendo este cometido de una forma alarmante.

Por otro lado, se están produciendo narrativas y estrategias feministas que no están siendo capaces de percibir su propia blanquitud y superar los límites correspondientes en lo que respecta a sus bienintencionadas denuncias y análisis. Ignorar constantemente las cuestiones raciales y coloniales tiene un precio que va mucho más allá de la teoría. Dichas estrategias no son suficientes y, cuando se reiteran estas cegueras, se convierten, además, en cómplices del capitalismo y el patriarcado raciales, así como del imperialismo. Por eso es tan necesario y urgente hacer un llamamiento a los feminismos, para que descentren sus experiencias particulares, locales; para que se sumen a la lucha de las mujeres marroquíes y no impongan lecturas y estrategias que lejos de ayudar a liberarlas acaban legitimando y enraizando las violencias estructurales que las oprimen. También hay que extender el llamamiento a las organizaciones que luchan en este territorio por los derechos humanos y pedirles el mismo ejercicio de descentramiento para poder desarrollar herramientas eficaces entre todas.

Mujer marroquí significa dignidad y resistencia

Los pueblos marroquíes son resistencia y dignidad. El Rif, Yerada y los boicots a Danone, Sidi Ali y Afriquia nos lo están recordando. Las mujeres marroquíes somos resistencia y dignidad. Nosotras lo sabemos, nuestras abuelas, madres y tías nos lo han enseñado. Las temporeras de la fresa de Huelva nos lo están recordando.

Para nosotras, las denuncias y protestas en Huelva forman parte de un momento político de la población marroquí que no está teniendo la atención que merece y que no es reducible a las retóricas que tienen como únicos sujetos posibles la clase obrera y “las mujeres”. Este momento político nos lleva a ilusionarnos con el despertar de una conciencia que no es otra que la que movilizó a Abdelkrim contra el colonialismo español. Las mujeres marroquíes que hoy están protestando contra el poder colonial y racista español están movidas por el mismo espíritu de dignidad. ¿Cuándo nos uniremos las marroquíes de la diáspora en España? ¿Y lxs demás?

No nos olvidamos de los centenares de hombres racializados, sobre todo moros y negros, que trabajan en las mismas situaciones y que reciben las mismas violencias en los invernaderos andaluces. Hermanos, a vosotros también os creemos.

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#19201
22/6/2018 16:10

Aquí una critica la mar de interesante a la perspectiva decolonial, desde el marxismo latinoamericano. Y muy en la línea de los comentarios criticos aqquí vertidos. "el giro decolonial se inscribe en la lógica del Foro Social Mundial (FSM) y su propuesta de “otro mundo es posible”, combinando rasgos reformistas y anti-comunistas" : https://www.mas.org.ar/?p=5474

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#18639
12/6/2018 15:44

Lo que mantiene unidxs a todxs lxs decoloniales es la pasión triste del odio que profesan hacia la izquierda, aspecto que comparten con el facherío y demás fauna, cosa por demás tragicómica y patética....

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#18744
14/6/2018 16:57

"Los decoloniales"... Hasta donde yo sé, todos los decoloniales forman parte de la izquierda anti imperialista, así que esto que dices solo puede creerlo quien no acaba de enterarse de nada...

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#18834
16/6/2018 19:10

Una cosa es enterarse por artículos o por la prensa y otra muy distinta vivirlo desde dentro de los movimientos sociales: los decoloniales, un dia si y el otro también, se la pasan disparando contra la izquierda "euroblanca", el feminismo, los punks, los anti-fascistas, los anarquistas, etc, etc... ojalá fueran tan agresivos y ácidos con los fachas como lo son con quienes se supone estamos de su lado. Son de darse unas ínfulas de superioridad moral realmente despreciables. Así que claro, en teoría son "parte de la izquierda", pero en la práctica nada, moscas cojoneras con ganas de notoriedad, ególatras y sectarios. No he conocido unx solx que se salve.

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#18835
16/6/2018 19:26

Y sin olvidar a los ateos! por que claro, antes la religión era la colonialista, pero ahora parece ser que también el secularismo.... y los ateos, vaya, la espada del neo-colonialismo.... LOL.

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#18636
12/6/2018 15:09

"España parece estar sorprendida de unos hechos que llevan años sucediendo y llevamos una década denunciando." Vaya, hasta enterarse, escandalizarse y apoyar las concentraciones va a estar mal porque son ahora y no hace diez años... somos solidarias de segunda (sí, parece que hay que jerarquizarlo todo, incluso la lucha también). Que pena. O peor aun, somos cómplices de la explotación por no habernos enterado antes, por no ser conscientes de lo que estaba pasando y por vivir en nuestra burbuja cotidiana de blanquitas privilegiadas... o de blanquitas precarias, da igual. Alguien está buscando una medalla parece o subir al podium. Saber que el capitalismo se sustenta en la explotación de los recursos humanos y materiales de unos países sobre otros no significa que estés enterado de todas las putas injusticias que te rodean.

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#18489
10/6/2018 17:50

¿ En donde está la Asociación de Empresarios de Huelva para desmentir esto ?
¿ O es que no hay nada que desmentir ?

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#18476
10/6/2018 14:30

Algunos ejemplos de la manera divisiva en que operan los decoloniales SI: LOS DECOLONIALES. Una de las autoras de este texto afirma en otro que “El Estado de Bienestar” es producto del colonialismo. FALSO. El Estado de Bienestar es producto de la lucha de los trabajadores. La seguridad social, los derechos laborales, etc, etc son victorias históricas de los trabajadores y las trabajadoras por las que ha tenido que correr sangre. El Estado de Bienestar es una victoria parcial de los trabajadores, pero victoria que cualquier trabajador quiere que se universalice, sin distinción de raza, credo o preferencia. ES UNIVERSAL (otra palabra que odian los decoloniales).

Mientras los decoloniales ven las victorias de los trabajadores de un lado como algo que resta a los trabajadores de otro. Esto no me lo invento yo, si lo dicen ellos mismos. Por ejemplo Grosfoguel que habla de los trabajadores occidentales como “trabajadores libres”. Señor Grosfoguel: no existe el trabajo libre. El trabajo asalariado no es trabajo libre. Todo trabajo es en mayor o menor medida trabajo esclavo y el ideal comunista ha sido 1) Destruir la sociedad burguesa, 2) Abolir el trabajo asalariado.

Dentro del “ethos” socialista una victoria de la clase trabajadora para unos era una victoria para todos. Y así fue. El mayor ejemplo fue la URSS ¿Ustedes creen que Fidel Castro se alegró de que cayera la URSS? Claro que no. Por que sin la URSS no habría sido posible el Estado de Bienestar cubano (salud y educación para todos). De hecho cuando cae la URSS empieza el periodo especial en Cuba. Fue una catástrofe.

Lubumba, Fanón, Argelia, Angola, La China colonizada por los Ingleses, El salvador, Nicaragua, Chile, Cuba, la Yugoslavia partisana.... TODAS LUCHAS ANTI-IMPERIALISTAS financiadas con dinero comunista. Los decoloniales deberian de sentirse avergonzados de tonterias como “izquierda euro blanca”. No entienden, ni entenderan. Que para el ideario comunista la lucha es Internacional. Sin colorcitos. Deberían aprender la palabra solidaridad. Pero hay que entender que no es lo mismo las luchas anti-coloniales que la moda academica YANQUI de los decoloniales. Surgida de las facultades estadounidenses como un instrumento para dividir a la clase obrera estadounidense y que ahora quieren colarse al resto del mundo.

Lo que no saben es que en Europa hay una tradición de izquierdas que no existe en Estados Unidos. Acá la lucha es una y debe seguir siendo una. A lo máximo que aspiran los decoloniales es a obtener “derechos civiles” para las minorias, pero siempre dentro del marco de una sociedad burguesa. Mientras el ideal comunista es destruir esta sociedad burguesa. Años luz de diferencia. Algun día lo entenderán.

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Juan González
11/6/2018 20:51

Algunos ejemplos de las lecturas superficiales y tendenciosas que determinados sectores de la izquierda convencional europea hacen sobre la perspectiva decolonial. SI, ALGUNOS SECTORES DE LA IZQUIERDA CONVENCIONAL. Para comenzar, lo más sorprendente. Ninguna de las autoras del texto mantiene que el Estado de bienestar es producto del colonialismo. Lo que se dice es que el Estado moderno es producto del colonialismo. Hay todavía una gran mediocridad en ciertos elementos pseudo críticos de la izquierda que no perciben lo que sus propios pensadores clásicos dijeron sobre el capitalismo. El propio Marx mantiene en El Capital, especialmente en el capítulo dedicado a la "acumulación originaria del capital", que el origen del capitalismo está ligado inevitablemente al colonialismo. El capitalismo es incomprensible sin el colonialismo, esto es el abc del pensamiento marxista, aunque, claro, para eso hay que leer con atención. La emergencia del Estado moderno está ligada al imperialismo colonial occidental desde el temprano siglo XVI.

Segundo, el autor de este comentario dice lo siguiente: "Mientras los decoloniales ven las victorias de los trabajadores de un lado como algo que resta a los trabajadores de otro." Esto es tan absurdo que ni siquiera merece la pena rebatirlo. No hay ni una sola cita en todo el pensamiento decolonial -en el que hay un gran componente marxista, aunque eso, el autor, también lo ignora- que justifique una lectura tal.

Se refiere durante todo el tiempo a "los decoloniales", pasando por encima de los conflictos internos a esa red, que no grupo. ¿Conoce acaso el autor -por poner dos ejemplos- el pensamiento de Enrique Dussel, marxista de prestigio internacional (no en ejpaña, claro) o el del recién fallecido Anibal Quijano? Evidentemente no.

Tercero: . "TODAS LUCHAS ANTI-IMPERIALISTAS financiadas con dinero comunista. Los decoloniales deberian de sentirse avergonzados de tonterias como “izquierda euro blanca”. No entienden, ni entenderan. Que para el ideario comunista la lucha es Internacional. Sin colorcitos." El paternalismo mediocre de esta afirmación merece todo un tratado, pero me temo que no hay nada nuevo bajo el sol. No hay perspectiva decolonial sin anti imperialismo, pero si hay un supuesto anti imperialismo "sin colorcitos" tras el que se esconden los prejuicios raciales más burdos, prejuicios que conforman toda una carga política difícil de abandonar. Esta carga consiste en determinar como "particularismo" lo que no surge de su provincianismo pretendidamente universal. Es evidente que Grosfoguel no le cae bien y carga las tintas contra él, como si se tratara del presidente de "decolonialilandia". Gaste su tiempo en leer con más atención de qué trata eso de "lo decolonial" antes de seguir inventando piruetas para disfrazar los desvaríos de siempre.

Esto es lo más gracioso: "A lo máximo que aspiran los decoloniales es a obtener “derechos civiles” para las minorias, pero siempre dentro del marco de una sociedad burguesa". Es gracioso, esto haría reir a cualquier militante que se autodenomine como "decolonial". Ni siquiera en los autores más moderados de la red se encuentra una reivindicación tan absurda, más propia del mundo de la cooperación y de los izquierdistas de la integración. Debería saber que si algo critica y destruye el pensamiento decolonial es esa idea estúpida del multiculturalismo liberal, muy propia, por otra parte de individuos de la izquierda radical. Cuando se trata de racismo, ustedes son tan burgueses como los que más. El pensamiento decolonial es anti sistémico, ni es integracionista ni se funda en retóricas de los derechos civiles tan propias de la lucha YANQUI de los años 40, 50 y 60 que tanto critica en su despropósito. En fin, seguimos esperando un debate serio.

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#18638
12/6/2018 15:38

Aquí el que tergiversa es otro. Él del comentario de arriba dice que la autora EN OTRO TEXTO ha sostenido que el Estado de Bienestar es producto del colonialismo y no producto de la lucha de lxs trabajadorxs. Afirmación que me parece lamentable e insolidaria....

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#18743
14/6/2018 16:56

Insolidario... el colmo de la falsedad. Tus largos comentarios, escupitajos de rechazo, desprecio y sobre todo de incomprensión, no hacen ni una mención al objeto de este artículo, que es la horrorosa realidad que sufren las mujeres marroquíes trabajadoras de la fresa en Huelva. No utilices este artículo para despotricar y lanzar acusaciones vacías. No vengas a dar clases de solidaridad a nadie, cuando tu actitud es la muestra más clara de la insolidaridad y del EGO más descomunal. Preocúpate de tu propias solidaridad, la cual brilla por su bochornosa ausencia, y deja de darnos clases a las demás. Sigamos analizando y combatiendo la realidad de estas mujeres, causa de este artículo: http://puntocritico.com/2018/06/13/lo-que-verdaderamente-esta-ocurriendo-en-el-campo-onubense-contado-por-los-que-estamos-alli/

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#18422
9/6/2018 19:04

Marruecos Nunca ha sido una colonia española, si no francesa.
El artículo tiene errores. Siendo cierto y abominable lo que sucede con las temporeras de la fresa, los comentarios del artículo son infumables.

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Ramón
9/6/2018 20:08

¡Uy!, ahí te has colado. Todo el norte de Marruecos (excepto Tanger, que estaba "internacionalizada") fue "protectorado" español hasta la independencia marroquí. La fracción más fascista del ejército (Franco, etc.) se formó entre los militares africanistas. Una cosa es compartir que no todo es colonialismo y otra negar las evidencias.

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#77039
14/12/2020 17:13

Anti-colonialismo no significa estar en contra de todos los avances del colonialismo. En ningún país musulmán hay libertad religiosa, de pensamiento, o sexual. Criticar la ortodoxia islámica, o declararse ateo u homosexual, equivale a terminar en prisión o muerto.
El líder de la resistencia argelina contra Francia, Abdel Kader, no luchó por los derechos de las mujeres, ya que el mismo tenía varias, ni por el fin de los privilegios, sino para mantener en el poder los privilegios del patriarcalismo trdicional. Dónde terminó sus días tras la derrrota? Viviendo como un noble en Francia.
La educación pública ha sido un producto de exportación del colonialismo europeo, al igual que la abolición de la esclavitud.
El poder machista no tiene religión, aunque usa varias religiones o ideologías para justificar las desigualdades que provoca.
Las temporeras son musulmanas, católicas u ortodoxas del este de Europa. Lo que importa no es la etnia ni la religión sino las condiciones de trabajo. Hablar de religión es desviar el foco de atención sobre los ejes del conflicto: la explotación femenina y la explotación del medio ambiente.

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#18427
9/6/2018 20:28

Marruecos ha sido colonia francesa y española. Es sorprendente que todavía haya gente que desconozca la cuestión. El protectorado español tuvo un papel importante en la colonización del Magreb, aunque algunas voces españolas traten por todos los medios de negar su rol. Sólo hay que atender a la historia del Rif y al levantamiento de Abdel Krim.

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#18401
9/6/2018 14:35

Y cuando se trataba de temporeras de Europa del Este?, por que durante una década fueron temporeras de esos países.... Y con la crisis, se ha incrementado el numero de temporeras españolas. Ahí como se articula el tema de la raza? Solo es denunciable cuando los trabajadores explotados son de ex-colonias para asi confirmar mi teoría decolonial? Sin hablar de la responsabilidad y complicidad que tiene el país de origen...... Por que cuesta tanto trabajo llamarle simplemente capitalismo?

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#18412
9/6/2018 16:22

Qué comentario tan absurdo... se nota a la legua la reacción a la defensiva, en tu comentario sólo hay eso: reacción mediocre, insulsa y sin ton no son. El artículo está bastante claro, tus alusiones se basan en un triste "y qué hay de mi libro". Pobre, pobre, pobre...

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#18421
9/6/2018 18:14

Lo que no se entiende es que aporta a la denuncia de la explotación laboral "el reconocimiento de la blanquitud" como exigen las autoras. Me imagino a estas autoras pidiendo a las trabajadoras explotadas de europa del este que reconozcan "su privilegio de ser blancas", mientras estas recogen fresas y son abusadas, mientras las otras desde sus despachos leen a Fanon y hablan acerca de "privilegios".... Estxs posmodernxs que dividen a la clase trabajadora por colores son co-responsables del ascenso de la extrema derecha en el mundo. Todas estas criticas sin sentido a la "izquierda euro-blanca", al "feminismo europeo", etc, etc lo unico que genera es división, y ya lo dijeron los romanos: divide y vencerás ¿Alguien le suena lo de "trabajadores del mundo, uníos"?

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Ramón
9/6/2018 20:13

De acuerdo. Siempre que reconozcas, explícitamente y sin eufemismos, que el capitalismo realmente existente está trufado hasta los tuétanos de racismo y patriarcado. Me sumo a tus críticas al posmodernismo de las/los decoloniales que han descubierto la opresión racial y actúan como si la historia de la inmigración y sus resistencias empezase con ellas/ellos (y sólo destacando el componente racial del asunto). Pero la cosa tampoco se agota "rescatando las banderas tradicionales de la izquierda"... porque en buena parte ésta ha negado componentes machistas y racistas. ¿O no?

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Juan
10/6/2018 3:49

Hablar de "postmodernismo" en la perspectiva decolonial es un tanto problemático. Tampoco sé muy bien a quiénes te refieres con "los decoloniales". Cualquiera que profundice en la cuestión descubre rápidamente que lo decolonial es tremendamente heterogéneo y conflictivo. Mignolo no es Ochy Curiel, Quijano no era Dussel, Castro Gómez no es Bouteldja. Es muy facil caricaturizar la perspectiva para dar un brochazo. De ahí también que una de las manías más injustificadas consista em acusar a "los decoloniale" de centrarse exclusivamente en "la raza" tan sólo porque su protagonismo sea central, junto a otras jerarquías de poder. El concepto de capitalismo racial es fundamental, así como el de gobernabilidad colonial, para entender que aquí no se deja la clase, el género o la sexualidad -entre otros campos- a un lado. Este artículo es el ejemplo de ello: raza, capital, género

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#18428
9/6/2018 20:30

No, no se está pidiendo a las trabajadoras del este nada. Se os está pidiendo a vosotras, feministas etnocéntricas, que reconozcáis vuestros privilegios. Dejen de esconder sus reacciones tras retóricas vacías.

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#18411
9/6/2018 16:19

Es la simiente de ese viejo imperio de las españas arraigado en esta zona de manera arcaica, creo que de donde nació el capitalismo imperialista y estás son sus secuelas después de 5 siglos y en el siglo XXI, el látigo psicológico ante la necesidad abre el camino al abuso en todas sus vertientes

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Ante la sequía, la alcaldía de la capital colombiana arrancó con una política de racionamiento de agua. La medida ha puesto sobre la mesa las dinámicas estructurales que acompañan a la crisis climática.

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El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
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Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
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Sidecar Prioridades cruciales de la izquierda francesa
La única forma que el partido de Mélenchon prevalezca en esta coyuntura desfavorable y preserve su frágil hegemonía sobre los demás partidos progresistas es ampliar su base electoral de cara a las elecciones presidenciales de 2027.
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Redes clientelares Todas las veces que la Xunta de Feijóo contrató a sus familiares y a los de otros altos cargos
Mientras Sánchez reflexiona sobre su dimisión tras el ‘lawfare’ contra su mujer, el líder del PP ha prometido que no consentiría a su pareja contratar con un Gobierno del que él formase parte, pero sí lo permitió con su hermana, su prima y su cuñado.
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