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Los efectos requisados a ETA durante años de investigación policial y judicial en Francia, conocidos como “el archivo de ETA”, ya se encuentran en España, según ha informado el Ministerio de Interior.
Las autoridades judiciales francesas, en colaboración con el Gobierno de Francia, han entregado a España los efectos y documentos incautados a ETA en los últimos 20 años, que se hallaban en los procedimientos judiciales franceses. En total, son alrededor de una cincuentena de sumarios instruidos por la justicia francesa, que ya se encuentran concluidos definitivamente, y cuyos elementos de prueba han sido cedidos al Ministerio del Interior español.
Se trata, según el departamento dirigido por Juan Ignacio Zoido, de los sumarios de mayor relevancia de los últimos años, que se corresponden con las operaciones antiterroristas más importantes llevadas a cabo por la policía francesa en colaboración con los servicios de información españoles.
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El volumen del material que constituye el denominado “archivo de ETA” se compone de miles de documentos y efectos, a lo que hay que sumar una importante cantidad de dispositivos informáticos de gran capacidad de almacenamiento.
Los expertos del ministerio esperan encontrar datos relevantes sobre el funcionamiento interno de ETA, decisiones estratégicas, autocríticas sobre la realización de atentados terroristas, datos sobre la extorsión conocida como “impuesto revolucionario”, notas internas de aparatos y comandos de ETA o información sobre potenciales objetivos. Los analistas calculan que solo en formato papel habría más de 40.000 folios de documentación, a lo que habría que añadir los documentos en formato digital, que se estima en bastantes cientos de terabytes.
La entrega, bautizada por los agentes como “operación Mémoire vivante”, incluye también más de 300 armas y piezas de todo tipo (pistolas, revólveres, armas camufladas en objetos, lanzagranadas) que serán objeto de estudios balísticos para cotejarlas con atentados sin esclarecer que hayan sido cometidos en España.
El material entregado ya se encuentra almacenado y custodiado en España y su envío cumple dos objetivos: potenciar la investigación de los atentados de ETA sin resolver judicialmente y contribuir a dignificar la memoria de las víctimas a través del trabajo del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, con sede en Vitoria.