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Este (no) es otro cuento
El bullying tiene más de una víctima
Todavía muchos se excusan en el “es cosa de niñes” para no afrontar todo lo que hay tras el acoso escolar. Miles de niños y niñas sufren estas agresiones a diario en nuestro país. Muchos de ellos llegan incluso a quitarse la vida porque no son capaces de seguir viviendo ese calvario y, lo que es peor, que nadie quiere darles una solución.
En 2018, el teléfono estatal contra el acoso escolar (900 018 018) recibió más de 12.000 llamadas, la mayoría de padres y madres. El alumnado aún no se atreve a tomar la iniciativa de denunciarlo. La plataforma “Dilo todo contra el bullying” aclara que el acoso no se centra solo en la parte física, las burlas e insultos también forman parte de ello.
Alberto Ramos sufrió un caso que va más allá del acoso escolar en Estocolmo. Este joven malagueño experimentó durante tres años episodios de LGTBIfobia en el instituto en el que estudiaba. A raíz de ello decidió contar su historia en el libro ‘Eighteen’. “Uno de los pensamientos que más me empujó a escribir este libro fue, literalmente, decir que no quiero olvidar de lo que esto ha sido. Yo voy a vivir mi vida y mi vida no va a ser ‘ay el bullying’. A mí el bullying me come el ‘pussy’ y yo voy a continuar con todo lo que yo quiera hacer y no me va a parar nada”.
“Yo voy a vivir mi vida y mi vida no va a ser ‘ay el bullying’. A mí el bullying me come el ‘pussy’ y yo voy a continuar con todo lo que yo quiera hacer y no me va a parar nada”.
Una de las partes fundamentales para prevenir este problema es la acción del profesorado. Para ello contamos con Aurora Soto Díaz, profesora y autora del libro infantil ‘Ponte mis gafas’, que nos habla de la importancia de la detección temprana de los casos de bullying y del papel de las personas que guardan silencio. “Guardar silencio significa ser cómplice de algo”.
Otra de las preguntas que nos hemos hecho es si el personal docente recién titulado está capacitado para solventar una situación de acoso escolar. Para ello hemos contado con cuatro profesoras menores de 30 años, de diferentes partes de España y que han trabajado para diversos centros escolares. Todas ellas aseguran no haber recibido formación al respecto y se sienten desamparadas, tanto por la universidad como por los colegios, al no tener información suficiente sobre el bullying y cómo actuar. “Como profesora echo en falta que se traten problemas tan frecuentes en el aula como el acoso escolar porque no te dan unas pautas a seguir y te obliga a hacer tu propia reflexión sobre ello”.
Un viaje para mirar la actualidad a través de la literatura.