En el margen
Moustapha Ady: “Sonko es la esperanza que tenemos ahora mismo en Senegal”

Criado entre León y Dakar, el senegalés Moustapha Ady supo desde bien temprano qué era el racismo y la islamofobia. Desde las redes sociales comparte su mirada panafricanista y divulga contenido sobre el pasado y el presente de África.
Moustapha Ady
Moustapha Ady. Foto: Yousra El Mansouri
6 jul 2023 09:37

Nacido en Senegal y emigrado a los dos meses a León, Moustapha Ady volvió de nuevo a Senegal ocho años porque sus padres querían que conociese su cultura, su idioma y sus raíces. Técnico sanitario en emergencias, se ha encontrado con comportamientos racistas desde muy joven y aún ejerciendo su profesión.

Musulmán practicante, defensor del papel de las mujeres en todas las luchas y admirador de Malcom X, a partir del que se acercó al Panafricanismo, vive ahora en Barcelona a donde llegó unos años después de su vuelta a España.

Este militante panafricanista realiza numeroso contenido en redes con el que intenta mostrar “la grandeza de África”, sobre todo de Senegal, que vive ahora uno de los momentos políticos más convulsos de su historia.

Naciste en Dakar, a los dos meses emigraste a León con tus padres y a los ocho años volviste de nuevo a Senegal, ¿por qué?
Yo era un chico muy movido y mis padres estaban un poco preocupados, decidieron llevarme a Senegal de vuelta para que aprendiese la cultura, la religión y supiese de dónde venía. Fui cuando tenía unos ocho años y me quedé hasta los 14. Cuando volví de nuevo lo hice otra vez a León. A Barcelona me trasladé hace poco, en torno al 2019, porque mi hermana estaba ya estudiando aquí.

Los recuerdos que tengo de mi infancia en León tienen siempre presente el racismo, recuerdo muchas anécdotas en el colegio. Pasaban cosas, desaparecía algo en clase, por ejemplo, y todo el mundo me señalaba a mí

¿Cómo recuerdas León en esos primeros años de tu infancia?
Los recuerdos que tengo tienen siempre presente el racismo, recuerdo muchas anécdotas en el colegio. Pasaban cosas, desaparecía algo en clase, por ejemplo, y todo el mundo me señalaba a mí. Una vez desapareció una moneda y un profesor me obligó en mitad de la clase a descalzarme para comprobar que no la tenía escondida.

¡Madre mía! ¿Cómo vivías tú todas esas cosas?
Yo lo había normalizado. En el comedor a veces me registraban la mochila para comprobar que no me había escondido un yogur para llevármelo a casa. Es algo triste, ahora te ríes, pero no tiene gracia.

¿Hablabas wolof cuándo volviste a Senegal?
Lo entendía, pero cuando llegué fue un cambio muy grande. Para que te hagas una idea, la primera vez que llegué, me tiré a la arena de piscinazo y empecé a dar vueltas como un loco. Nunca había visto la tierra así y me resultó muy raro.

¿Cómo fueron esos años?
No te voy a engañar, al principio fue un poco difícil. Me quedé con mis abuelos, pero, cuando vuelves, te consideran el que viene de fuera. Después me acostumbré y cuando me dijeron que tenía que volver a España ya no quería.

¿Cuánto tiempo estuviste en León al volver nuevamente?
Unos siete años, luego me trasladé a Barcelona.

¿Cómo fue el cambio de León a Barcelona, sentiste diferencia, por ejemplo, en el tema del racismo que me estás contando?
Sí, fue un cambio muy grande, se nota bastante. Al principio me costó adaptarme, porque venir y no conocer a casi nadie es muy duro. En cuanto al tema del racismo, también se nota bastante. El racismo está presente igual. Cuando estaba en León no era tan consciente de él porque había normalizado muchas situaciones.

¿Qué diferencias notaste entre León y Barcelona en cuanto al trato de las personas racializadas y en cuanto al día a día?
En Barcelona hay una red más grande, notabas que no te sentías tan solo en el día a día. Hay más movimiento y más tejido asociativo. También me costó adaptarme al tamaño de la ciudad y al trabajo.

Me gustó venir, pero muchas veces salía solo y no conocía a nadie. Gracias al encuentro de CNAAE (Comunidad Negro Africana y Afrodescendiente en España) que se había publicado en las redes, empecé a contactar con personas de aquí. Con el primero que contacté fue con Jeffrey Abé Pans, que me aconsejó pasarme por La Panafricana y ahí empecé ya a conocer a más gente y entablar más relaciones.

En el margen
Jeffrey Abe Pans “El Panafricanismo promueve el hermanamiento entre el continente africano y su diáspora”
El activista Jeffrey Abé Pans es coordinador del libro ‘Cuando somos el enemigo: activismo negro en España’ y un firme defensor del panafricanismo como movimiento emancipador.

¿Qué supuso para ti el hecho de tener una red?
La diferencia, a nivel de conocimientos, es enorme. Tener una red te facilita compartir ideas y temas de preocupación. Sentí, eso sí, que había llegado tarde. Y, después, conocer a Yousra fue de las cosas más bonitas que me pasó, ya que ha sido un gran apoyo para mí y fue quien me animo a tirar adelante en la lucha.

¿Qué supone para ti hablar wolof?
Antes me daba vergüenza, porque se reían mucho de nosotros cuando lo hablábamos, por eso cuando hablaba con mi madre por teléfono y ella se dirigía a mí en wolof, yo prefería contestarle en castellano. Actualmente me siento muy orgulloso de hablar un idioma africano.

¿A qué dificultades dirías que te has enfrentado por el hecho de ser negro?
De todo, desde lo que pasa de manera física, por ejemplo, que entres en una tienda y te sigan los guardias de seguridad, hasta el nivel mental. El hecho de ser negro está tan demonizado que te afecta hasta al enfrentarte a tu día a día. Cuando buscaba trabajo tenía miedo de que no me llamasen a entrevista por mi nombre. Y a nivel laboral, cuando estaba ya trabajando, ni te cuento… He tenido pacientes que no querían montarse conmigo en la ambulancia por ser negro o he escuchado a familiares de otros pacientes insultándome por lo mismo.

¿Cuáles eran los referentes a los que podías acudir cuando eras niño?

Aquí en España ninguno, porque todo lo que veía era blanco. En Senegal, en la escuela coránica, te enseñan diferentes historias de vida.

¿Eres mouride?
Soy mouride y tidianya, podemos decir.

¿Y eso?
Porque mi padre es mouride y mi madre es tidianya. Mi familia está muy cercana a los dos guías religiosos, con lo que un día puedo ir a un Dahira tidianya un día y otro día a un Dahira de los mourides. Yo aparezco en todos sitios y eso lo considero una riqueza.

A nivel de los mouride sabemos que Serigne Touba fue una persona muy importante, realizó una lucha parecida a la de Martin Luther King o a la de Mahatma Gandhi, aunque muy criticable este último por su racismo. Son personas que han resistido sin violencia y con la espiritualidad. En África Occidental tenemos a Serigne Touba, que ha sido un gran ejemplo y forjó una identidad común para resistir contra el colonialismo. Para mí ha sido, en ese sentido, ha sido un gran referente.

¿Qué importancia le das a la práctica del Islam en tu vida?
Mucha importancia. En Senegal, como sabes, el 93% de la población es musulmana y la práctica religiosa es muy profunda. El Islam forma parte de mi vida siempre, es de las cosas más importantes que tengo ahora mismo.

En el instituto se reían de mis prácticas religiosas. Me decían: “Te llamas Moustapha, a ver si nos vas a poner una bomba” o me llamaban “moro” despectivamente solo por el hecho de ser musulmán.

¿Crees que es bien aceptado dentro del Estado el Islam y su práctica?
El problema que hay aquí en España es que, cuando hablamos del Islam, pensamos únicamente en la población magrebí. Cuando se habla de islamofobia, se tiende a pensar en lo árabe, pero no es así, las personas negras musulmanas también sufrimos islamofobia. En el instituto, por ejemplo, se han reído de mis prácticas religiosas. Me decían: “Te llamas Moustapha, a ver si nos vas a poner una bomba” o me llamaban “moro” despectivamente solo por el hecho de ser musulmán.

Mi madre es una mujer negra, lleva hiyab y ha recibido insultos por ello en la calle. Siempre digo que la Umma es más amplia que lo árabe; abarca lo blanco, lo negro, lo chino…

En León, por ejemplo, nos hemos encontrado con pintadas racistas o islamófobas en la puerta de la Mezquita. Lo limpiábamos y a esperar a que lo vuelvan a pintar.

¿O sea que en tu practica islámica no te has sentido siempre respetado?
No, para nada. Cuando hacemos el ayuno, en el mes de Ramadán, te dicen que si estás loco. O en el trabajo me decían que si me desmayaba no me iban a proteger, iban a decir que era porque no me había dado la gana no comer en todo el día. O te preguntan por qué no bebes o comes a escondidas, lo cual no tiene sentido para mí.

¿Tú practicas un Islam correcto, con los rezos, el mes del ayuno y todo lo demás?
Efectivamente, cumplo los rezos, el ayuno y todo a lo que estoy obligado.

¿Cuál es, una vez que has vuelto a España, tu relación con Senegal?
De mucho amor. Siento amor y orgullo por saber de dónde vengo, conocer mi historia y haberme educado también allí.

¿Cuándo vuelves ahora te vuelves a tirar en la arena para rebozarte como cuando eras niño?
(Risas) No, no. Cuando vuelves siendo más mayor, vas viendo otra realidad. La situación que hay o cosas que veías y te parecían normales ya no te lo parecen tanto. Cuando ves a un niño talibe sí que te marca. O que un señor de la edad de tu padre te ayude a descargar las maletas y te pida dinero. Eso te indica que algo va mal.

La situación de los niños talibe es algo que choca bastante, estoy de acuerdo con eso.
Yo siempre digo que en el caso de los talibe el que tenía que meter la mano es el Estado. Muchos talibe son niños a los que han abandonado o cuyos sus padres no tenían ningún recurso y les han llevado a una Dara para que estudien. El problema es que muchas Dara no tienen medios para financiarse y estos niños se dedican, después de estudiar, a la mendicidad para poder financiar su educación y su estancia allí. Yo soy de los que piensa que esto sería una cuestión del Estado y de meterlo en los presupuestos. Hay mucha gente ahora que está luchando por eso, porque se meta dinero en los presupuestos del Estado igual que se hace con la escuela francesa.

Tú, que has nacido en Senegal, has vivido aquí, luego allí y luego nuevamente aquí, ¿cómo te sientes con respecto a tu identidad?
Senegalés, no me da ninguna vergüenza decirlo y nunca lo escondo.

Cuando somos pequeños, cuando nos hablaban de África nos enseñaban únicamente pobreza, yo llegué al punto de decir que era francés para que no se me asociara con eso. Una vez en el colegio un profesor me dijo que en Senegal no había agua del grifo y, por mucho que yo le decía que sí, insistía en que en África vamos a buscar el agua con barreños. Al final, él me estaba corrigiendo a mi sobre lo que yo había vivido. En Dakar por supuesto que hay agua del grifo, en ese momento tal vez no sabes cómo responderle, pero le podría haber dicho: “Señor, lo que hay en Dakar ni siquiera lo hay en León” porque al final Dakar es la capital y allí se mueve mucho dinero, aunque se lo queden los tres políticos de turno, como pasa siempre y también pasa aquí.

Una vez en el colegio un profesor me dijo que en Senegal no había agua del grifo y, por mucho que yo le decía que sí, insistía en que en África vamos a buscar el agua con barreños

Realizas mucho contenido en redes, mucho de ello también sobre Senegal, ¿qué importancia le das a ese contenido que desde el activismo se realiza en redes?
Para mi sirve mucho para concienciar a las personas o para acercarlas a la realidad africana. Mi contenido es para todos, pero sobre todo intento que las personas africanas o afrodescendientes veamos el poderío y la grandeza que tiene África, lo que ha significado y significa en el mundo. A menudo nos encontramos con relatos que intentan empequeñecer el continente, yo intento ponérselo fácil a la gente, para que vea un poquito más allá y siga buscando por su cuenta.

Tristemente, a día de hoy es más fácil llegar a las personas a través de las redes que de las charlas. Eso nos sirve para hablar e intercambiar ideas y pensamientos.

¿A qué activistas sigues tú?
Sigo a activistas senegaleses y de muchos países de África. Con algunos estoy en contacto e intentamos organizar cosas. Por ejemplo, con un grupo de activistas de Reunión que buscan la Independencia estuvimos a punto de montar algo en La Panafricana antes de que la desalojasen.

Lo que más sigo es el contenido sobre Panafricanismo. Es importante concienciar a las personas de que aún el continente no está libre. Es importante saber que, si presionamos a los políticos de forma comunitaria, llegarán a darse cuenta de que tienen que resolver nuestros problemas como africanos.

¿Qué activistas recomendarías a las personas que estén interesadas en saber cuál es la situación en el continente?
Uno de los grupos de activistas que recomendaría ahora mismo es Xalaat tv, esos siempre consiguen sacar dossiers e información. Son muy objetivos y todo lo que te cuentan lo demuestran con pruebas. Tienen tanta incidencia que hasta en los videos de youtube salen con sus voces distorsionadas. Es un estilo a Anonymous, no sabemos ni quiénes son. Para mí es muy importante seguirles porque hablan de todo.

¿Qué es el Panafricanismo?
Es algo muy amplio. Se podría decir que es una ideología que busca la unión de todos los países africanos a nivel sobre todo político y también la solidaridad entre los africanos y afrodescendientes. Es una lucha para conseguir la completa liberación de continente y recuperar la dignidad que nos pertenece.

Creo que es una lucha del norte y del sur y que no tiene que ser confundido con el nacionalismo negro, porque muchas veces hay personas que confunden el Panafricanismo con el nacionalismo y eso es un error. No se debería excluir al norte de África, el que no quiera formar parte, que no lo haga, pero hay que abrir las puertas a los que sí quieren formar parte porque al final son también africanos.

Muchas veces hay personas que confunden el Panafricanismo con el nacionalismo negro y eso es un error. No se debería excluir al norte de África

Hablando de diáspora, la senegalesa es de las más grandes que hay en España, ¿qué importancia tiene la diáspora en la transformación de algunas de las realidades del continente?
La lucha de las personas que estamos en la diáspora es muy importante. En realidad, el Panafricanismo nació en la diáspora, hasta que vino Kwame Nkrumah y lo puso sobre el papel para intentar ponerlo en marcha.

La diáspora tiene un peso bastante importante en cuanto a posibilidades. Soy consciente de que el que está en Europa o América tiene cierto privilegio con respecto al que está en el continente y, a lo mejor, tiene más posibilidades de hablar sobre diferentes temas.

La fuerza de la diáspora es muy importante, aunque la acción directa pertenece a los que están allí. Creo que es una colaboración necesaria entre ambos.

¿Cómo percibes la situación en Senegal ahora mismo? ¿Qué está pasando con Macky Sall?
La situación en Senegal la percibo como muy mala. En Senegal ha habido presidentes muy malos, pero la actuación del presidente Macky Sall ha sido de lo peor, básicamente dedicándose a encerrar a las personas que no piensan como él. Ha habido asesinatos y le han quemado la casa a algunos activistas como al rapero Mollah Morgun. Ya viste en marzo de 2021 la represión tan brutal que se produjo cuando la gente salió a la calle. Macky Sall intenta forzar el tercer mandato y estamos en unos meses en los que la situación es muy crucial, porque sabemos que, si va a volver a presentarse, la gente va a salir a la calle. Me da miedo esto, porque lo mismo es lo que a él le interesa, que la gente salga a la calle y haya alboroto, así tendría la excusa perfecta para postergar las elecciones por desórdenes públicos y civiles. Eso le puede permitir un decreto de Estado de sitio, una forma con la que empezaron muchas dictaduras.

Se está diciendo que ha ido a comprar armas y eso demuestra que algo está preparando, tú no vas a comprar armas si no preparas nada.

Y también difamar a Sonko, el líder de la oposición, de todas las maneras posibles, ¿no?
Sí, han intentado difamarle, pero la verdad es que Sonko es la esperanza que tenemos ahora mismo en Senegal. El otro día me decía una persona: “¿Y si nos traiciona?”, pero, cuando has sufrido muchas cosas y una persona te trae un poquito de esperanza, no puedes estar pensando que te va a traicionar. No es eso lo que estamos pensando sino en la esperanza que tenemos con él.

De momento lo que nos ha enseñado es que está haciendo más o menos bien su trabajo en la zona de Ziguinchor.

Yo a las autoridades senegalesas y a Francia les pondría en el mismo nivel. Cuando Senegal obtuvo su Independencia, el primero que nos traicionó fue Senghor. Senegal podría haber sido un país muy panafricanista

¿Cuál es la responsabilidad de Francia, primero, y de todas las demás potencias occidentales con la situación que atraviesa Senegal?
Yo a las autoridades senegalesas y a Francia les pondría en el mismo nivel. Cuando Senegal obtuvo su Independencia, el primero que nos traicionó fue Senghor. Senegal podría haber sido un país muy panafricanista. Por ejemplo, había una persona que se llamaba Mamadou Dia, que quería que Senegal rompiese con Francia y buscase su propio camino y Senghor le metió en la cárcel para poder ceder el país a los franceses. Teniamos a Cheikh Anta Diop, que intento saltar a la política, pero también Senghor se lo impidió. Por eso, pienso que es una corresponsabilidad entre las autoridades y las potencias occidentales.

También la población hemos tenido parte de la responsabilidad porque hemos decidido aguantar muchas cosas.

¿Y el papel y la extensión de China por el continente?
El papel de China depende de cómo lo acojan y con qué responsabilidad los dirigentes. Rusia o China han entrado con tanta fuerza debido a que Europa ya no tiene credibilidad en el continente.

Es cierto que China está financiando muchas cosas en África porque saben y son conscientes de que África es el futuro. Nosotros también tendríamos que ser conscientes y saber cómo jugar las cartas para salir ganando nosotros y que salgan ganando ellos. En el caso de que nos quedemos dormidos y solo ganasen ellos, volveríamos a la misma historia de siempre.

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Uno de tus grandes referentes es Malcom X, ¿por qué? ¿Qué significa para ti en la lucha negra?
Para mí su figura es de las más importante, fue una persona que supo decir todas las verdades respecto a la situación de la población negra en general, a la vez que supo darle valor para que fuéramos conscientes de la importancia que tenemos.

Es gracias a su figura que yo me acerco al Panafricanismo. A los 16 años me topé con él en videos, recuerdo uno que era “La carta de Malcom X en La Meca” y me llamó mucho la atención. Después empecé a interesarme y a leer sobre él. Me identifico mucho con su persona porque yo he pasado por lo mismo, pasar de ser una persona que odiaba mucho lo que era a ser una persona que ama lo que es. Yo, por ejemplo, durante un tiempo me estiraba el pelo porque no me gustaba, o escondía mi parte africana. Me ayudó muchísimo a la hora de reconstruir y recuperar mi identidad.

¿Cuál crees que es el papel que desarrollan las mujeres en la lucha Panafricanista, en la lucha antirracista y en la lucha por los derechos de las personas negras?
El papel de las mujeres es fundamental en todas las luchas. En mis publicaciones intento, por ejemplo, alternar: si un día hablo de un hombre panafricanista, al día siguiente intento hablar de una mujer.

Si hablamos de Panafricanismo, en muchas revueltas su papel ha sido fundamental, incluso las han iniciado. En las revueltas que hubo en Nigeria en 1929 el papel de las mujeres fue fundamental porque se negaron a seguir pagando los impuestos, ocuparon los edificios públicos, se negaron a cocinar para los amos blancos e, incluso, obligaron a las mujeres europeas ir a los mercados y que vieran lo que sufren. En esta revuelta asesinaron a 50 mujeres y después trataron de ocultarlo. De la misma manera podríamos hablar del papel de las mujeres en la guerra de Argelia.

A día de hoy, es importante saber que muchas luchas no se darían sin las mujeres. Es absurdo hacer un movimiento solo de hombres.

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Hodei Alcantara
Hodei Alcantara
6/7/2023 16:04

Es increíble leer este tipo de entrevistas, nos dns un enfoque mucho más amplio sobre África y sus pueblos de lo que podemos obtener en otro medios. Es una vergüenza el racismo cultural y estatal que siguen sufriendo las comunidades de origen africano en nuestro país... Mientras las grandes empresas les siguen saqueando sus recursos e imponiendo dictadores que dejan a la población sin esperanza alguna.
A los africanos las corporaciones les siguen robando el futuro, por eso el panafricanismo es esencial para unificar su lucha y lograrlo a liberación nacional completa.

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