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Educación
Cómo 15 años de PP en la Xunta de Galicia han aniquilado la oferta de material educativo en gallego
Un desembolso de más de nueve millones de euros fue lo que se calculó en el 2010 que supondría la compra de libros de texto en castellano tras la entrada en vigor del Decreto 79/2010, conocido como decreto de plurilingüismo, que forzaba a desechar las anteriores guías didácticas de asignaturas como Matemáticas o Física y Química. Su predecesor, el Decreto 124/2007 promovido por el bipartito del PSOE y BNG, establecía un mínimo del 50% en gallego en todas las etapas de la enseñanza no universitaria y fijaba la obligatoriedad de impartir en esa lengua una serie de asignaturas en Primaria y ESO, entre ellas las dos mencionadas.
Galego
'Sotaques' (II): Galegos prohibidos
La movilización de la derecha contra la “imposición del gallego” marcó la carrera electoral de las autonómicas del 2009, algo que quedó estampado en las fotografías de Albert Rivera (Ciudadanos), Rosa Díez (UPyD) y Alfonso Rueda (secretario general del PPdeG) en una manifestación convocada por Galicia Bilingüe a menos de un mes de los comicios. Rueda, como jefe de campaña, impulsaría a Feijóo a estrenarse aquel año como Presidente de la Xunta de Galicia.
A partir del decreto de plurilingüismo, lo que hasta entonces era el mínimo de horas impartidas en gallego pasó a constituir el máximo
Aquella agitación cristalizó en el decreto de plurilingüismo, que prescribe que la oferta de asignaturas impartidas en gallego y en castellano debe ser equilibrada en todas las etapas educativas salvo Infantil, donde se prioriza la lengua materna predominante. Es decir, lo que hasta entonces era el mínimo de horas impartidas en gallego pasó a constituir el máximo.
Los centros educativos son libres de configurar este reparto en muchas asignaturas, si bien el decreto fija que en Primaria debe darse en gallego Conocimiento del medio natural, social y cultural, y en castellano Matemáticas, y en la ESO deben darse en gallego Ciencias Sociales, Geografía e Historia, Ciencias de la Naturaleza y Biología y Geología, y en castellano Matemáticas, Tecnologías y Física y Química, más allá de desarrollar las asignaturas de lenguas en la lengua correspondiente. Además, posibilita la impartición en lengua extranjera de hasta un tercio de las horas lectivas, en detrimento del gallego y el castellano.
Por lo que respecta a los libros educativos, el decreto establece que “los materiales y libros de texto de las asignaturas impartidas en gallego y en castellano estarán redactados en la lengua en que se imparta la materia” y que “la consellería competente en materia de educación fomentará la elaboración y publicación de los materiales curriculares correspondientes”. La realidad educativa, sin embargo, no indica lo mismo.
Sin libros de texto en gallego en Bachillerato
Al margen de las asignaturas de lenguas, en el Bachillerato los centros educativos tienen libertad para escoger el idioma vehicular con tal de que exista un equilibrio horario entre gallego y castellano. No obstante, de entre las áreas para las que en la ESO el decreto fija el castellano como lengua vehicular, solo las matemáticas disponen de libro de texto en gallego de la misma editorial para 1º y 2º de BAC, concretamente de Anaya. Este grupo también provee una guía didáctica de Física y Química para el primer curso de Bachillerato, pero si los docentes desean emplear libro de texto en la Física y en la Química de segundo deben cambiar de casa editorial y adoptar los manuales de Baía, a pesar de que lo aconsejable por la coherencia de los contenidos sea utilizar la misma editorial en los dos niveles. De Tecnología no hay libros en gallego.
Esta situación contrasta con la anterior a la promulgación del decreto de plurilingüismo. Cibrán Arxibai, profesor de Matemáticas, gestiona un blog en el que denuncia agravios contra el gallego, Carta xeométrica, y otro de divulgación matemática, Retallos de matemáticas. Explica para El Salto Diario que, antes, en su área había libros “de Rodeira, de Santillana, de Anaya, de McGraw Hill… Podía haber diez o doce fácilmente” que publicasen en gallego en Bachillerato.
Andrea Estévez, sindicalista de la CUT que ejerce como profesora de Geografía e Historia, achaca la disminución de la oferta a que, aunque en el Bachillerato el centro tenga libertad para decidir, “como tiene que haber unos porcentajes”, la lógica interna conduce a utilizar “el criterio de continuidad” con respecto a la ESO en el reparto lingüístico, lo que reduce la demanda de material educativo en esas asignaturas. La comparación con el área de Historia evidencia esta inercia: “En Historia en Bachillerato tenemos un montón de libros en gallego: de Historia, de Historia del Arte y de Geografía. Los hay porque es una asignatura que como en la ESO es en gallego lo habitual es darle en gallego en el Bachillerato”.
Para el jefe de ediciones en gallego de Tambre, el decreto marcó un punto de inflexión: “Nosotros hemos pasado de tener oferta a no tener nada en Bachillerato”
Óscar Fontán, jefe de ediciones en gallego de Tambre (Grupo Edelvives), corrobora los efectos del decreto: “Hemos perdido mucho mercado en gallego y fue un palo bastante duro para las editoriales”. Cita el rechazo de algunos docentes a emplear libros de texto y la reducción del alumnado que cursa Bachillerato con respecto a la ESO —algo que se ha intensificado en los últimos años con el impulso que tomó la matriculación en los ciclos de Formación Profesional— como factores que también merman la rentabilidad de publicar en Bachillerato, pero para Fontán el decreto marcó un punto de inflexión: “Nosotros hemos pasado de tener oferta a no tener nada en Bachillerato”.
Desde la misma casa, la asesora comercial de Tambre y Edelvives Matilde Caamaño precisa que la disminución del porcentaje que se imparte en gallego también afecta a la oferta en las asignaturas para las que no se define ninguna lengua vehicular en la ESO, como las optativas, y atribuye la carencia de libros de texto a la inacción de la Xunta: “Por ejemplo, hay una asignatura de nueva creación que se llama Psicología. Como tiene muy poquitos alumnos, no vas a encontrar a ninguna editorial que la haga en gallego. Si tuviésemos más medios y apoyo por parte de la Xunta las editoriales gallegas sacarían eso en gallego. No lo sacamos porque no compensa”.
Estas circunstancias dejan para muchas asignaturas al profesorado al que le corresponda impartirlas sin libertad para elegir, en función de la calidad o el enfoque, los materiales curriculares que mejor se adapten: o se acoge, en el mejor de los casos, a la única editorial que los publica o debe ser el docente quien confeccione su material. “En las optativas siempre hay oferta en español y es más difícil que haya en gallego. Si das en gallego tienes que añadirle horas a hacer tú tu propio material didáctico. Es una sobrecarga de trabajo al profesorado que quiere darlo en gallego”, apostilla Marcos Maceira, presidente de A Mesa pola Normalización Lingüística que trabaja como profesor de Xeografía e Historia.
Desequilibrio lingüístico en la ESO: protección para el castellano, trabas para el gallego
Si un incentivo para que las editoriales oferten libros de texto en gallego es su obligatoriedad en algunas asignaturas, ya que garantiza un mayor mercado que en aquellas de libre configuración, las asignaturas para las que el Decreto 79/2010 fija la impartición en gallego representan una carga horaria sensiblemente inferior a la de castellano, idioma en el que la oferta editorial no corre peligro.
Entre las asignaturas comunes, aquellas que el decreto prescribe que se den en gallego suman 29 horas frente a 39 en castellano
De las 128 “horas” semanales que suman los cuatro cursos de la ESO (32 periodos lectivos de 50 minutos por curso), 109 se corresponden con asignaturas comunes. Las 19 restantes son optativas: 1 hora en cada curso de Religión Católica o Proyecto Competencial, una optativa de 3 horas en 3º de ESO y cuatro optativas de 3 horas en 4º. Entre las asignaturas comunes, aquelles que el decreto prescribe que se den en gallego suman 29 horas, frente a 39 en castellano y 16 en lengua extranjera. En lo que respecta a las optativas, el alumnado podría añadir 3 horas de imperativa impartición en gallego —Biología y Geología de 4º de ESO— frente a 6 en castellano —Física y Química y Tecnología de 4º de ESO— y 6 en lengua extranjera —asignatura de segunda lengua extranjera en 3º y 4º de ESO—.
Según el decreto, los centros educativos pueden solicitar impartir en lengua extranjera hasta un máximo de 42 horas (33% del horario), pero esto dejaría 86 horas a distribuir equitativamente entre gallego y castellano, algo que no sería posible para un estudiante que curse las optativas de Física y Química y Tecnología, ya que, tan solo de asignaturas con lengua vehicular fijada por decreto, ya estaría recibiendo en castellano 45 periodos lectivos. Entre los de libre configuración lingüística con los que se debería compensar la balanza a favor del gallego se encuentran asignaturas como Tutoría o Proyecto Competencial, en las que la adquisición de competencias lingüísticas es mucho más limitada.
Pero un informe de A Mesa publicado en el 2023 advierte que este desequilibrio se agrava en los 634 centros educativos acogidos a EDIXGAL, un programa de la Xunta que empresta portátiles con guías didácticas interactivas a alumnado de entre 5º de Primaria y 4º de ESO. El de la plataforma es el único material de referencia del que puede disponer el alumnado, más allá del que el profesorado confeccione. El estudio se enfoca en los centros públicos en los que se imparte la Enseñanza Secundaria Obligatoria (CPI e IES), entre los que 178 de 303, un 59%, suscriben el programa.
“Es un programa financiado por la Xunta con dinero público en el que no hay editoriales gallegas”, critica el presidente de A Mesa. Solo tres empresas tienen adjudicada la elaboración de materiales didácticos para EDIXGAL: el Grupo Planeta, la empresa de herramientas digitales de aprendizaje Netex y la Editorial Edebé, perteneciente a la Congregación Salesiana. De las tres, solo Edebé es una editorial educativa. “Si a ti te pagan bien entras a concurso, pero si te van a dar una ridiculez no te interesa. No está Xerais, no está Obradoiro, no estamos nadie. Está Planeta porque tiene un poderío digital importante. La Xunta no está primando la calidad”, valoran desde Edelvives.
“Hemos recibido muchas críticas de profesorado que dice que hay muchos errores. En EDIXGAL la competencia es mínima, y encuentras una limitación de contenidos en gallego enorme”, comenta Suso Bermello, secretario nacional de la CIG-Ensino y docente de Geografía e Historia. En este aspecto incide el informe de A Mesa. Maceira denuncia que “es imposible que los centros cumplan con el Decreto porque los materiales no están en gallego en EDIXGAL. A medida que se introduce EDIXGAL desaparece el gallego”.
La única posibilidad es que los docentes elaboren su propio material, para lo cual según la CUT “no dan horas ni formación suficiente”. Bermello detalla que en los centros con EDIXGAL en teoría todo el material tiene que estar digitalizado, pero “hay muy poca capacidad de que el profesorado haga sus propios materiales, entonces se acaba recorriendo a las fotocopias”.
De las 25 horas semanales correspondientes a asignaturas comunes de libre configuración lingüística, EDIXGAL ofrece cobertura exclusivamente en gallego en una hora, tanto en gallego como en castellano en otras 8, y solo en castellano en otras 8. Quedarían sin cubrir las 4 horas de Tutoría, además de las 4 de las que cada centro educativo dispone en 1º y 2º de ESO para incrementárselas a las asignaturas comunes que estime oportuno.
En total, EDIXGAL puede aprovisionar materiales en castellano para un total de 74 horas semanales del itinerario de un estudiante. Para el gallego, esto se reduce a 45, lo que no llega a cubrir las 56 horas que deberían darse en este idioma
En lo que respecta a las asignaturas optativas de libre configuración lingüística, EDIXGAL solo cubre en gallego la asignatura de Religión Católica, para la cual también ofrece versión en castellano. Todo lo demás está en castellano (una optativa de 3º y seis de 4º) o lengua extranjera (Francés en 3º y 4º), o bien carece de material (Proyecto Competencial, dos optativas de 3º y tres de 4º).
En total, EDIXGAL puede aprovisionar materiales en castellano, dependiendo de las optativas escogidas, para un total de 74 horas semanales del itinerario de un estudiante, ampliables a 78 en función de las cuatro horas de las que los centros disponen para añadir a otras asignaturas. Para el gallego, esto se reduce a 45, ampliables a 49 en el mejor de los casos. Esto no llega a cubrir, en los centros en los que solo impartan en lengua extranjera las asignaturas de lengua extranjera (16 horas), el 50% de los 112 periodos lectivos restantes, es decir, las 56 horas que deberían impartirse en gallego. El contraste es todavía mayor si se tiene en cuenta que es frecuente que en castellano haya varias opciones entre Planeta, Edebé y Netex, y en gallego una.
Todos los estudiantes cursan por lo menos 47 horas para las que EDIXGAL solo surte de materiales en castellano, frente a las 30 en las que únicamente lo hace en gallego (29 de ellas por decreto). Un estudiante que elija Cultura Clásica en 3º de ESO y Física y Química, Tecnología, Economía y Música como optativas en 4º estaría cursando, como mínimo, 62 horas en las que EDIXGAL solo proporciona material en castellano, superando las antedichas 56. El dato análogo para el gallego serían 33 horas, para aquel alumnado que se decante por la Biología y Geología de 4º.
Al margen de esto, otro efecto del programa es la restricción del marcado para las editoriales gallegas, ya que, manifiestan desde Edelvives, “nosotros no tenemos la posibilidad de ofertar en los institutos que están dentro de EDIXGAL nuestros materiales”. Caamaño explica que su editorial proporciona libros de texto tanto en papel como en digital para los centros educativos, según el formato en el que prefieran trabajar, pero en aquellos acogidos a EDIXGAL “los ordenadores ya vienen con un contenido, no pueden trabajar con otras licencias de otra editorial”.
Las editoriales afiliadas a la Asociación Nacional de Editores de Libros y material de Enseñanza (ANELE) mueven el 90% del mercado estatal de libros educativos. En los informes publicados por ANELE correspondientes a los cursos que van del 2014/2015 al 2020/2021, la asociación incluye el número de libros de texto publicados en papel y en formato digital desde Infantil hasta Bachillerato y FP desglosado por idiomas. Si bien la tendencia a poner en circulación la versión digital para cada publicación en papel hace que cada vez haya mayor oferta digital en gallego y castellano, en lo referido al papel los datos de ANELE indican que la oferta de libros educativos en castellano se mantiene constante mientras que la de gallego decae, pasando de superar los 1.200 ejemplares en el 2014/2015 a no alcanzar los 900 en el último curso de la serie.
Incumplimientos y consecuencias del decreto: el borrado del gallego en otras enseñanzas
Si hay una enseñanza en la que se vulnera sistemáticamente el equilibrio lingüístico que marca el decreto es la Formación Profesional. Andrea Estévez, de la CUT, solo recuerda, cuando impartió una materia de historia de FP básica del ámbito lingüístico, encontrar un libro de Xerais para el primer curso: “Teníamos que utilizar editoriales españolas con libros en español. No hay profesorado específico de FP básica: cae uno allí porque le ha tocado. Entonces todo el mundo acude a los libros, y los libros ahí sí que están prácticamente todos en castellano”.
La misma versión sostiene Suso Bermello, de la CIG: “En la FP, el 50% de los módulos en gallego no lo verás ni loco. Hay algunos ciclos con una presencia relativamente alta de gallego, pero puedes empezar un ciclo formativo, acabarlo en los dos años, y talvez si has tenido suerte un profe tenía materiales en gallego. Pero es rarísimo. Lo normal es que tengas todo en castellano, pero todo, todo. Y lo que tiene que ver con la FP a distancia ya es un escándalo. Ahí ya casi es imposible encontrar materiales en gallego”.
Por lo que él conoce, en la práctica el decreto se incumple con frecuencia, a menudo a favor del castellano: desde profesores que imparten en castellano asignaturas con material en gallego hasta webs de centros concertados en las que figura que el alumnado debe utilizar libros de texto en castellano para asignaturas de forzosa impartición en gallego.
Pero la inclinación de la balanza a favor del castellano, de acuerdo con Matilde Caamaño, de la editorial Tambre, parte de la base. Concretamente de la Educación Infantil. “No les enseñan en gallego. Llegan a 1º de Primaria y no saben que un oito es un ocho. Entonces, como hay un nivel bajísimo, al final se quita también el libro de gallego de las listas de libros de texto en 1º, porque ‘estos niños no pueden’. Es lo que te dicen”.
El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia estableció en el 2012 que debe ser la Administración quien fije la lengua en la que se desarrolle la Educación Infantil, anulando así el apartado del decreto que preveía hacerlo mediante preguntas a las familias. Pero estas encuestas llegaron a hacerse antes del dictamen y siguen usándose de referencia.
Según un informe del 2017, en Santiago de Compostela el 100% de centros de Infantil cuenta con materiales didácticos en castellano y en inglés, frente a un 29% en gallego
Según un informe de A Mesa del 2017 elaborado a partir de entrevistas a 941 centros públicos y privados de Infantil, en un 64% de los centros situados en núcleos de población inferiores a los 5.000 habitantes predomina el gallego sobre el castellano. Pero en estos núcleos solo reside el 16% de la población gallega. Si vamos al extremo opuesto, en los núcleos urbanos sobre los 50.000 habitantes, en los que habita un 36% de la población, el 39% de centros consultados utilizaba exclusivamente el castellano como lengua de aprendizaje, y un 33% lo hacía mayoritariamente, frente a un 29% en situación de equilibrio o mayoritariamente en gallego.
En lo referido al material didáctico, el 100% de centros de Infantil consultados para el estudio disponía de él en castellano para cualquier intervalo de población. En cualquier tramo por encima de los 5.000 habitantes la presencia de materiales en inglés superaba a la de gallego. En las urbes de más de 50.000 habitantes, el 94% tenía materiales en inglés y solo un 47% en gallego. En Santiago de Compostela el porcentaje era del 100% con materiales en castellano e inglés frente a un 29% en gallego.
De acuerdo con los datos más recientes del Instituto Galego de Estatística (IGE), el 24% de los niños de 5 a 14 años sabe hablar poco o nada de gallego, y un 74% habla más castellano que gallego, mientras que la situación en los mayores de 65 es la inversa. Un informe de la Real Academia Galega (RAG) apunta al Decreto 79/2010 como una posible causa de este proceso de castellanización.
“Yo estoy viendo por ejemplo en mi centro de A Estrada que cada vez hay menos chicos que hablan en gallego y que se desarrollan bien. Sobre el 2000 o 2005 prácticamente todos ellos hablaban en gallego y hoy en día a lo mejor es solo la cuarta parte”, valora Cibrán Arxibai. Forma parte de los profesores que se declararon en rebeldía contra el decreto: “Yo seguiría pidiendo a todo el mundo que no le haga caso al decreto y que siga dando las clases en gallego, porque es un desastre cómo está la situación”.
Educación
Como 15 anos de PP na Xunta aniquilaron a oferta de material educativo en galego
Un desembolso de máis de nove millóns de euros foi o que se calculou no 2010 que supoñería a compra de libros de texto en castelán tras a entrada en vigor do Decreto 79/2010, coñecido como decreto de plurilingüismo, que forzaba a desbotar as anteriores guías didácticas de materias como Matemáticas ou Física e Química. O seu predecesor, o Decreto 124/2007 promovido polo bipartito, establecía un mínimo do 50% en galego en todas as etapas do ensino non universitario e fixaba a obrigatoriedade de impartir nesta lingua unha serie de materias na Primaria e na ESO, entre elas as dúas mencionadas.
Galego
'Sotaques' (II): Galegos prohibidos
A mobilización da dereita contra a “imposición do galego” marcou a carreira electoral das autonómicas do 2009, algo que quedou estampado nas fotografías de Albert Rivera (Ciudadanos), Rosa Díez (UPyD) e Alfonso Rueda (secretario xeral do PPdeG) nunha manifestación convocada por Galicia Bilingüe a menos dun mes dos comicios. Rueda, como xefe de campaña, impulsaría a Feijóo a estrearse aquel ano como Presidente da Xunta de Galicia.
A partir do decreto de plurilingüismo, o que ata daquela era o mínimo de horas impartidas en galego pasou a constituír o máximo.
Aquela axitación cristalizou no decreto de plurilingüismo, que prescribe que a oferta de materias impartidas en galego e en castelán debe ser equilibrada en todas as etapas educativas agás Infantil, onde se prioriza a lingua materna predominante. É dicir, o que ata o momento era o mínimo de horas impartidas en galego pasou a constituír o máximo.
Os centros educativos son libres de configurar este reparto en moitas materias, se ben o decreto fixa que en Primaria debe darse en galego Coñecemento do medio natural, social e cultural e en castelán Matemáticas, e na ESO deben darse en galego Ciencias Sociais, Xeografía e Historia, Ciencias da Natureza e Bioloxía e Xeoloxía, e en castelán Matemáticas, Tecnoloxías e Física e Química, alén de desenvolver as materias de linguas na lingua correspondente. Ademais, posibilita a impartición en lingua estranxeira de ata un terzo das horas lectivas, en detrimento do galego e o castelán.
Polo que respecta aos libros educativos, o decreto establece que “os materiais e libros de texto das materias impartidas en galego e en castelán estarán redactados na lingua en que se imparta a materia” e que “a consellería competente en materia de educación fomentará a elaboración e publicación dos materiais curriculares correspondentes”. A realidade educativa, porén, non indica o mesmo.
Sen libros de texto en galego no Bacharelato
Á marxe das materias de linguas, no Bacharelato os centros educativos teñen liberdade para escoller o idioma vehicular con tal de que exista un equilibrio horario entre galego e castelán. Non obstante, de entre as tres áreas para as que na ESO o decreto fixa o castelán como lingua vehicular, só as matemáticas dispoñen de libro de texto en galego da mesma editorial para 1º e 2º de BAC, concretamente de Anaya. Este grupo tamén fornece unha guía didáctica de Física e Química para o primeiro curso de Bacharelato, pero se os docentes desexan empregar libro de texto na Física e na Química de segundo deben mudar de casa editorial e adoptar os manuais de Baía, malia que o aconsellable pola coherencia dos contidos sexa utilizar a mesma editorial nos dous niveis. De Tecnoloxía non hai libros en galego.
Esta situación contrasta coa anterior á promulgación do decreto de plurilingüismo. Cibrán Arxibai, profesor de Matemáticas, xestiona un blogue no que denuncia agravios contra o galego, Carta xeométrica, e outro de divulgación matemática, Retallos de matemáticas. Explica para O Salto Galiza que, antes, na súa área había libros “de Rodeira, de Santillana, de Anaya, de McGraw Hill... Podía haber dez ou doce facilmente” que publicasen en galego no Bacharelato.
Andrea Estévez, sindicalista da CUT que exerce como profesora de Xeografía e Historia, achaca a diminución da oferta a que, aínda que no Bacharelato o centro teña liberdade para decidir, “como ten que haber unhas porcentaxes”, a lóxica interna conduce a utilizar “o criterio de continuidade” con respecto á ESO no reparto lingüístico, o que reduce a demanda de material educativo nestas materias. A comparación coa área de Historia evidencia esta inercia: “En Historia en Bacharelato temos unha morea de libros en galego: de Historia, de Historia da Arte e de Xeografía. Hai porque é unha materia que como na ESO é en galego o habitual e dála en galego no Bacharelato”.
Para o xefe de edicións en galego de Tambre, o decreto marcou un punto de inflexión: “Nós pasamos de ter oferta a non ter nada en Bacharelato”.
Óscar Fontán, xefe de edicións en galego de Tambre (Grupo Edelvives), corrobora os efectos do decreto: “Perdemos moito mercado en galego e foi un pau bastante duro para as editoriais”. Cita o rexeitamento dalgúns docentes a empregar libros de texto e a redución do alumnado que cursa Bacharelato con respecto á ESO —algo que se intensificou nos últimos anos co impulso que tomou a matriculación nos ciclos de Formación Profesional— como factores que tamén minguan a rendibilidade de publicar en Bacharelato, pero para Fontán o decreto marcou un punto de inflexión: “Nós pasamos de ter oferta a non ter nada en Bacharelato”.
Desde a mesma casa, a asesora comercial de Tambre e Edelvives Matilde Caamaño precisa que a diminución da porcentaxe que se imparte en galego tamén afecta á oferta nas materias para as que non se define ningunha lingua vehicular na ESO, como as optativas, e atribúe a carencia de libros de texto á inacción da Xunta: “Por exemplo, hai unha materia de nova creación que se chama Psicoloxía. Como ten moi pouquiños alumnos, non vas atopar ningunha editorial que a faga en galego. Se tivésemos máis medios e apoio por parte da Xunta as editoriais galegas sacarían iso en galego. Non o sacamos porque non compensa”.
Estas circunstancias deixan para moitas materias ao profesorado ao que lle corresponda impartilas sen liberdade para elixir, en función da calidade ou o enfoque, os materiais curriculares que mellor se adapten: ou se acolle, no mellor dos casos, á única editorial que os publica ou debe ser o docente quen confeccione o seu material. “Nas optativas sempre hai oferta en español e é máis difícil que haxa en galego. Se dás en galego tes que engadirlle horas a facer ti o teu propio material didáctico. É unha sobrecarga de traballo ao profesorado que quere dálo en galego”, apostila Marcos Maceira, presidente da Mesa pola Normalización Lingüística que traballa como profesor de Xeografía e Historia.
Desequilibrio lingüístico na ESO: protección para o castelán, trabas para o galego
Se un incentivo para que as editoriais oferten libros de texto en galego é a súa obrigatoriedade nalgunhas materias, xa que garante un maior mercado que naquelas de libre configuración, as materias para as que o Decreto 79/2010 fixa a impartición en galego representan unha carga horaria sensiblemente inferior á de castelán, idioma no que a oferta editorial non corre perigo.
Entre as materias comúns, aquelas que o decreto prescribe que se dean en galego suman 29 horas fronte a 39 en castelán.
Das 128 “horas” semanais que suman os catro cursos da ESO (32 períodos lectivos de 50 minutos por curso), 109 correspóndense con materias comúns. As 19 restantes son optativas: 1 hora en cada curso de Relixión Católica ou Proxecto Competencial, unha optativa de 3 horas en 3º de ESO e catro optativas de 3 horas en 4º. Entre as materias comúns, aquelas que o decreto prescribe que se dean en galego suman 29 horas, fronte a 39 en castelán e 16 en lingua estranxeira. No que respecta ás optativas, o alumnado podería engadir 3 horas de imperativa impartición en galego —Bioloxía e Xeoloxía de 4º de ESO— fronte a 6 en castelán —Física e Química e Tecnoloxía de 4º de ESO— e 6 en lingua estranxeira —materia de segunda lingua estranxeira en 3º e 4º de ESO—.
Segundo o decreto, os centros educativos poden solicitar impartir en lingua estranxeira ata un máximo de 42 horas (33% do horario), pero isto deixaría 86 horas a distribuír equitativamente entre galego e castelán, algo que non sería posible para un estudante que curse as optativas de Física e Química e Tecnoloxía, xa que, tan só de materias con lingua vehicular fixada por decreto, xa estaría recibindo en castelán 45 períodos lectivos. Entre os de libre configuración lingüística cos que se debería compensar a balanza a favor do galego atópanse materias como Titoría ou Proxecto Competencial, nas que a adquisición de competencias lingüísticas é moito máis limitada.
Pero un informe da Mesa publicado no 2023 advirte que este desequilibrio se agrava nos 634 centros educativos acollidos a EDIXGAL, un programa da Xunta que empresta equipos portátiles con guías didácticas interactivas a alumnado de entre 5º de Primaria e 4º de ESO. O da plataforma é o único material de referencia do que pode dispoñer o alumnado, máis alá do que o profesorado confeccione. O estudo enfócase nos centros públicos nos que se imparte o Ensino Secundario Obrigatorio (CPI e IES), entre os que 178 de 303, un 59%, subscriben o programa.
“É un programa financiado pola Xunta con diñeiro público no que non hai editoriais galegas”, critica o presidente da Mesa. Só tres empresas teñen adxudicada a elaboración de materiais didácticos para EDIXGAL: o Grupo Planeta, a empresa de ferramentas dixitais de aprendizaxe Netex e a Editorial Edebé, pertencente á Congregación Salesiana. Das tres, só Edebé é unha editorial educativa. “Se a ti che pagan ben entras a concurso, pero se che van dar unha ridiculez non che interesa. Non está Xerais, non está Obradoiro, non estamos ninguén. Está Planeta porque ten un poderío dixital importante. A Xunta non está primando a calidade”, valoran desde Edelvives.
“Temos recibido moitas críticas de profesorado que di que hai moitos erros. En EDIXGAL a competencia é mínima, e atopas unha limitación de contidos en galego enorme”, comenta Suso Bermello, secretario nacional da CIG-Ensino e docente de Xeografía e Historia. Neste aspecto incide o informe da Mesa. Maceira denuncia que “é imposible que os centros cumpran co Decreto porque os materiais non están en galego en EDIXGAL. A medida que se introduce EDIXGAL desaparece o galego”.
A única posibilidade é que os docentes elaboren o seu propio material, para o cal segundo a CUT “non dan horas nin formación suficiente”. Bermello detalla que nos centros con EDIXGAL en teoría todo o material ten que estar dixitalizado, pero “hai moi pouca capacidade de que o profesorado faga os seus propios materiais, entón acábase recorrendo ás fotocopias”.
Das 25 horas semanais correspondentes a materias comúns de libre configuración lingüística, EDIXGAL ofrece cobertura exclusivamente en galego nunha hora, tanto en galego como en castelán en 8 horas, e só en castelán noutras 8. Quedarían sen cubrir as 4 horas de Titoría, ademais das 4 das que cada centro educativo dispón en 1º e 2º de ESO para incrementarllas ás materias comúns que estime oportuno.
En total, EDIXGAL pode aprovisionar materiais en castelán para un total de 74 horas semanais do itinerario dun estudante. Para o galego, isto redúcese a 45, o que non chega a cubrir as 56 horas que deberían darse neste idioma.
No que respecta ás materias optativas de libre configuración lingüística, EDIXGAL só cobre en galego a materia de Relixión Católica, para a cal tamén ofrece versión en castelán. Todo o demais está en castelán (unha optativa de 3º e seis de 4º) ou lingua estranxeira (Francés en 3º e 4º), ou ben carece de material (Proxecto Competencial, dúas optativas de 3º e tres de 4º).
En total, EDIXGAL pode aprovisionar materiais en castelán, dependendo das optativas escollidas, para un total de 74 horas semanais do itinerario dun estudante, ampliables a 78 en función das catro horas das que os centros dispoñen para engadir a outras materias. Para o galego, isto redúcese a 45, ampliables a 49 no mellor dos casos. Isto non chega a cubrir, nos centros nos que só impartan en lingua estranxeira as materias de lingua estranxeira (16 horas), o 50% dos 112 períodos lectivos restantes, é dicir, as 56 horas que deberían darse en galego. O contraste é aínda maior se se ten en conta que é frecuente que en castelán haxa varias opcións entre Planeta, Edebé e Netex, e en galego unha.
Todos os estudantes cursan polo menos 47 horas para as que EDIXGAL só fornece materiais en castelán, fronte ás 30 nas que unicamente o fai en galego (29 delas por decreto). Un estudante que elixa Cultura Clásica en 3º de ESO e Física e Química, Tecnoloxía, Economía e Música como optativas de 4º estaría cursando, como mínimo, 62 horas nas que EDIXGAL só proporciona material en castelán, superando as devanditas 56. O dato análogo para o galego serían 33 horas, para aquel alumnado que se decante pola Bioloxía e Xeoloxía de 4º.
Á marxe disto, outro efecto do programa é a restrición do mercado para as editoriais galegas, xa que, manifestan desde Edelvives, “nós non temos posibilidade de ofertar nos institutos que están dentro de EDIXGAL os nosos materiais”. Caamaño explica que a súa editorial proporciona libros de texto tanto en papel como en dixital para os centros educativos, segundo o formato no que prefiran traballar, pero naqueles acollidos a EDIXGAL “os ordenadores xa veñen cun contido, non poden traballar con outras licencias doutra editorial”.
As editoriais afiliadas á Asociación Nacional de Editores de Libros y material de Enseñanza (ANELE) moven o 90% do mercado estatal de libros educativos. Nos informes publicados por ANELE correspondentes aos cursos que van do 2014/2015 ao 2020/2021, a asociación inclúe o número de libros de texto publicados en papel e en formato dixital desde Infantil ata Bacharelato e FP desagregado por idiomas. Se ben a tendencia a poñer en circulación a versión dixital para cada publicación en papel fai que cada vez haxa maior oferta dixital en galego e castelán, no tocante ao papel os datos de ANELE indican que a oferta de libros educativos en castelán se mantén constante mentres que a de galego decae, pasando de superar os 1.200 exemplares no 2014/2015 a non acadar os 900 no último curso da serie.
Incumprimentos e consecuencias do decreto: o borrado do galego noutras ensinanzas
Se hai unha ensinanza na que se vulnera sistematicamente o equilibrio lingüístico que marca o decreto é a Formación Profesional. Andrea Estévez, da CUT, só recorda, cando impartiu unha materia de historia na FP básica do ámbito lingüístico, atopar un libro de Xerais para o primeiro curso: “Tiñamos que utilizar editoriais españolas con libros en español. Non hai profesorado específico de FP básica: cae un alí porque lle tocou. Entón todo o mundo acode aos libros, e os libros aí si que están practicamente todos en castelán”.
A mesma versión sostén Suso Bermello, da CIG: “Na FP, o 50% dos módulos en galego non o verás nin tolo. Hai algúns ciclos cunha presenza relativamente alta de galego, pero podes empezar un ciclo formativo, acabalo nos dous anos, e igual se tiveches sorte un profe tiña materiais en galego. Pero é rarísimo. O normal é que teñas todo en castelán, pero todo, todo. E o que ten que ver coa FP a distancia xa é un escándalo. Aí xa case é imposible atopar materiais en galego”.
Polo que el coñece, na práctica o decreto incúmprese con frecuencia, a miúdo a favor do castelán: desde profesores que imparten en castelán materias con material en galego ata webs de centros concertados nas que figura que o alumnado debe utilizar libros de texto en castelán para materias de forzosa impartición en galego.
Pero a inclinación da balanza a favor do castelán, de acordo con Matilde Caamaño, da editorial Tambre, parte da base. Concretamente da Educación Infantil. “Non lles ensinan en galego. Chegan a 1º de Primaria e non saben que un oito é un ocho. Entón, como hai un nivel baixísimo, ao final quítase tamén o libro de galego das listaxes de libros de texto en 1º, porque ‘estes nenos non dan’. É o que che din”.
O Tribunal Superior de Xustiza de Galicia estableceu no 2012 que debe ser a Administración quen fixe a lingua na que se desenvolve a Educación Infantil, anulando así o apartado do decreto que prevía facelo mediante preguntas ás familias. Pero esas enquisas chegaron a facerse antes do ditame e seguen usándose de referencia.
Segundo un informe do 2017, en Santiago de Compostela o 100% de centros de Infantil conta con materiais didácticos en castelán e en inglés, fronte a un 29% en galego.
Segundo un informe da Mesa do 2017 elaborado a partir de entrevistas a 941 centros públicos e privados de Infantil, nun 64% de centros situados en núcleos de poboación inferiores aos 5.000 habitantes predomina o galego sobre o castelán. Pero nestes núcleos só reside o 16% da poboación galega. Se imos ao extremo oposto, nos núcleos urbanos por riba de 50.000 habitantes, nos que habita un 36% da poboación, o 39% de centros consultados utilizaba exclusivamente o castelán como lingua de aprendizaxe, e un 33% facíao maioritariamente, fronte a un 29% en situación de equilibrio ou maioritariamente en galego.
No referido ao material didáctico, o 100% de centros de Infantil consultados para o estudo dispoñía del en castelán para calquera intervalo de poboación. En calquera tramo por riba dos 5.000 habitantes a presenza de materiais en inglés era maior ca en galego. Nas urbes de máis de 50.000 habitantes, o 94% tiña material en inglés e só un 47% en galego. En Santiago de Compostela a porcentaxe era do 100% con materiais en castelán e inglés fronte a un 29% en galego.
De acordo cos datos máis recentes do Instituto Galego de Estatística (IGE), o 24% dos nenos de 5 a 14 anos sabe falar galego pouco ou nada, e un 74% fala máis castelán ca galego, mentres que a situación nos maiores de 65 é a inversa. Un informe da RAG apunta ao Decreto 79/2010 como unha posible causa deste proceso de castelanización.
“Eu estou vendo por exemplo no meu centro da Estrada que cada vez hai menos rapaces que falan en galego e que se desenvolven ben. Sobre o 2000 ou 2005 practicamente todos eles falaban en galego e hoxe en día ao mellor é só a cuarta parte”, valora Cibrán Arxibai. Forma parte dos profesores que se declararon en rebeldía contra o decreto: “Eu seguiría pedindo a todo o mundo que non lle faga caso ao decreto e que siga dando as clases en galego, porque é un desastre como está a situación”.
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Es muy cierto lo que se cuenta en el artículo, y aún se queda corto.
La Consellería de Educación cuenta con el "Repositorio de contidos educativos", donde los docentes podemos colgar material educativo. Yo colgué, hace años, 5 libros (3 de Educación Plástica e Visual y 2 de Dibujo Técnico). Todos los libros estaban escritos por mi y publicados en gallego en pdf. Los alumnos podían descargarlos libremente y yo los usaba como libros de texto en mis clases. La realidad, a día de hoy, es que no se pueden encontrar ni descargar. Me he cansado de hablar con los responsables del Repositorio, donde me han ido dando largas y, hoy por hoy, como ya he dicho, no existen.
La Xunta en educación (y en cualquier otro servicio público) trabaja para las empresas privadas, con la Iglesia Católica a la cabeza.También hace lo mismo con la creación de contenidos o material de apoyo: Prefiere trabajar con la empresa privada (normalmente con contenidos en castellano), que habitualmente pertenecen a empresarios del PP, sus familiares o afines... Nepotismo, prevaricación y latrocinio en estado puro desde siempre.
Los gallegos decidirán este domingo 18 de febrero si quieren que todo siga igual.