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Energía nuclear
Grandes tecnológicas, grandes mentiras II

Artículo publicado originalmente en Beyond Nuclear International.
Viene de la primera parte.
El estado de la energía nuclear
Por extraño que pueda parecer a la gente que basa su percepción de la salud de la industria nuclear en los principales medios de comunicación, en realidad esa tecnología está en declive. La cuota de electricidad mundial producida por reactores nucleares ha disminuido del 17,5% en 1996 al 9,15% en 2023, en gran parte debido a los elevados costes y retrasos en la construcción y explotación de los reactores nucleares.
Un buen ejemplo es la central nuclear de Vogtle, en el estado de Georgia. Cuando la empresa de servicios públicos que construye el reactor solicitó permiso a la Comisión Reguladora Nuclear en 2011, proyectó un coste total de 14.000 millones de dólares, y «fechas de entrada en servicio de 2016 y 2017» para las dos unidades. La central no empezó a funcionar hasta 2024, después de que la segunda unidad entrara en funcionamiento en marzo del año pasado, con un coste total de al menos 36.850 millones de dólares.
A la vista de estos antecedentes, no es de extrañar que no haya pedidos de más centrales nucleares.
Como en el pasado, la respuesta de la industria nuclear a esta situación es argumentar que los nuevos diseños de reactores nucleares resolverían todos estos problemas. Pero, una vez más, se ha demostrado que no es así. En noviembre de 2023, el proyecto insignia de NuScale, el diseño de reactor modular pequeño promocionado como el principal de su clase, se vino abajo debido a los elevados costes.
En noviembre de 2023, el proyecto insignia de NuScale, el diseño de reactor modular pequeño promocionado como el principal de su clase, se vino abajo debido a los elevados costes.
Los partidarios de la energía nuclear recurren ahora a otra táctica de eficacia probada para promover la tecnología: proyectar que la demanda de energía crecerá tanto que ninguna otra fuente de energía podrá satisfacer esas necesidades. Por ejemplo, el secretario de Energía del Reino Unido, Ed Davey, recurrió a esta táctica en 2013 cuando dijo que la central nuclear de Hinkley Point C era esencial para «mantener las luces encendidas» en el país.
Del mismo modo, cuando South Carolina Electric & Gas Company expuso ante la Comisión de Servicios Públicos del estado la necesidad de construir dos reactores AP1000 en sus instalaciones de V.C. Summer -este proyecto se abandonó posteriormente tras gastarse más de 9.000 millones de dólares-, pronosticó en su «Plan de Recursos Integrados de 2006» que las ventas de energía de la empresa aumentarían un 22% entre 2006 y 2016, y casi un 30% para 2019.
Este es el argumento que el crecimiento de los centros de datos, apuntalado en parte por el bombo publicitario sobre la inteligencia artificial generativa, ha permitido esgrimir a los defensores de la energía nuclear. Queda por ver si este bombo publicitario sobre la IA generativa se materializa realmente en un negocio sostenible a largo plazo: véase, por ejemplo, el argumento meticulosamente documentado de Ed Zitron sobre por qué OpenAI y Microsoft simplemente están quemando miles de millones de dólares y por qué su modelo de negocio podría «simplemente no ser viable».
En el caso del proyecto V.C. Summer, South Carolina Electric & Gas descubrió que sus ventas de energía habían disminuido un 3% en comparación con 2006 cuando llegó 2016. Por supuesto, eso no importaba, porque los accionistas ya habían recibido más de 2.500 millones de dólares en dividendos y los ejecutivos de la empresa habían recibido millones de dólares en compensaciones, según Nuclear Intelligence Weekly, una publicación especializada.
En el caso del proyecto V.C. Summer, South Carolina Electric & Gas descubrió que sus ventas de energía habían disminuido un 3% en comparación con 2006 cuando llegó 2016. Por supuesto, eso no importaba, porque los accionistas ya habían recibido más de 2.500 millones de dólares en dividendos.
Uno se pregunta qué ejecutivos y accionistas van a recibir una recompensa de esta ronda de bombo nuclear.
¿Y las emisiones?
¿Ayudarán las inversiones en energía nuclear de empresas como Google, Microsoft y Amazon a reducir las emisiones a corto plazo?
El proyecto que se espera que tenga un plazo más corto es el reinicio del reactor de la Unidad 1 de Three Mile Island, que según Constellation Energy estará listo en 2028. Pero si nos guiamos por la historia de la puesta en marcha de reactores, ese plazo se cumplirá sin que fluya energía alguna.
Nunca antes se había vuelto a poner en marcha una central nuclear cerrada. En el caso de la central nuclear californiana de Diablo Canyon, que no se ha cerrado pero cuyo cierre estaba previsto para 2024-25 hasta que el gobernador Gavin Newsom dio un giro de 180 grados, el presidente del Comité Independiente de Seguridad de Diablo Canyon explicó por qué era muy difícil hacerlo: «En los últimos doce años se han puesto en marcha muchos programas y proyectos diferentes basados en el cierre en 2024-25 y cada uno de ellos tendría que ser evaluado y algunos de ellos están bien, y otros no lo estarán y algunos van a ser un verdadero tramo y algunos van a costar dinero y algunos de ellos no van a ser capaces de hacerse, tal vez».
El coste de mantener Diablo Canyon abierta ha sido estimado por el propietario de la central en 8.300 millones de dólares y por grupos ecologistas independientes en casi 12.000 millones. No existen estimaciones fiables sobre el coste de la reapertura de Three Mile Island, pero Constellation Energy, propietaria de la central, ya está buscando un préstamo subvencionado por los contribuyentes que probablemente le ahorraría a la empresa 122 millones de dólares en costes de endeudamiento.
El coste de mantener Diablo Canyon abierta ha sido estimado por el propietario de la central en 8.300 millones de dólares y por grupos ecologistas independientes en casi 12.000 millones.
También hay que recordar que Microsoft ya anunció un acuerdo con Helion Energy, empresa respaldada por el multimillonario Peter Thiele, para conseguir energía de fusión nuclear en 2028. Las posibilidades de que eso ocurra son escasas en el mejor de los casos. En 2021, Helion anunció que había recaudado 500 millones de dólares para construir su instalación de generación de fusión que demostraría «producción neta de electricidad» en tres años, es decir, «en 2024». Eso no ha sucedido hasta ahora. Pero yendo más atrás, se puede ver una afirmación similar e incumplida de 2014: entonces, el director ejecutivo de la compañía había declarado al Wall Street Journal que la empresa esperaba que su producto generara más energía de la que utilizaría «en los próximos tres años» (es decir, en 2017). Es muy probable que los responsables de Microsoft supieran lo improbable que es que Helion pueda suministrar energía de fusión nuclear en 2028. El valor publicitario es la razón más probable para anunciar un acuerdo con Helion.
¿Qué pasa con los diseños de pequeños reactores nucleares modulares -X-energy y Kairos- por los que apuestan Amazon y Google? No contengan la respiración.
X-energy es un ejemplo de diseño de reactor de alta temperatura refrigerado por gas que se remonta a la década de 1940. Ha habido cuatro reactores basados en conceptos similares que se explotaron comercialmente, dos en Alemania y dos en Estados Unidos, respectivamente, y reactores de prueba en el Reino Unido, Japón y China. Cada uno de estos reactores resultó problemático, sufriendo diversos fallos y paradas imprevistas. El último reactor con un diseño similar se construyó en China. Su rendimiento deja mucho que desear: aproximadamente un año después de conectarse a la red, su producción de energía se redujo en un 25 por ciento de la capacidad de potencia de diseño, e incluso con esta capacidad reducida, funcionó en 2023 con un factor de carga de sólo el 8,5 por ciento.
Su rendimiento deja mucho que desear: aproximadamente un año después de conectarse a la red, su producción de energía se redujo en un 25 por ciento de la capacidad de potencia de diseño, e incluso con esta capacidad reducida, funcionó en 2023 con un factor de carga de sólo el 8,5 por ciento.
Kairos, por su parte, se enfrentará al reto de elegir sales fundidas como refrigerante. Éstas son químicamente corrosivas, y décadas de búsqueda no han identificado ningún material que pueda sobrevivir durante largos periodos en un entorno así sin perder su integridad. El único ejemplo empírico de un reactor que utilizó sales fundidas se remonta a los años 60, y esta experiencia resultó muy problemática, tanto cuando el reactor funcionó como en el medio siglo posterior, porque la gestión de los residuos radiactivos producidos antes de 1970 siguió siendo un reto.
Simplemente tirando el dinero no se superarán estos problemas que tienen que ver con la física y la química fundamentales.
Una distracción peligrosa
Aunque Amazon, Google y Microsoft afirman estar invirtiendo en energía nuclear para satisfacer las necesidades de la IA, las pruebas sugieren que su verdadero motivo es maquillarse de verde.
Aunque Amazon, Google y Microsoft afirman estar invirtiendo en energía nuclear para satisfacer las necesidades de la IA, las pruebas sugieren que su verdadero motivo es maquillarse de verde.
Sus inversiones son pequeñas y completamente inadecuadas en relación con lo que se necesita para construir un reactor. Pero sus inversiones son también muy pequeñas en comparación con los abultados ingresos de estas empresas. Así que, desde el punto de vista de los altos ejecutivos, invertir en energía nuclear debe parecer una forma barata de reducir la mala publicidad sobre sus huellas medioambientales. Por desgracia, «barata» para ellos no significa barata para el resto de nosotros, por no mencionar la carga que supondrá para las generaciones futuras el empeoramiento del cambio climático y, posiblemente, el aumento de la producción de residuos radiactivos que seguirán siendo peligrosos durante cientos de miles de años.
Como la energía nuclear se ha presentado como limpia y como una solución al cambio climático, los anuncios sobre ella sirven de distracción llamativa en la que centrar la atención pública. Mientras tanto, estas empresas siguen ampliando su uso del agua y recurriendo a centrales de carbón y, sobre todo, de gas natural para obtener su electricidad. Esta es la estrategia del mago: desviar la atención del público mientras el verdadero truco ocurre en otra parte. Su discurso sobre la inversión en energía nuclear también distrae de las conversaciones que deberíamos tener sobre si estos centros de datos y la IA generativa son socialmente deseables en primer lugar.
Hay muchas razones para oponerse y organizarse contra la riqueza y el poder que ejercen estas enormes corporaciones, como su apropiación de los datos de los usuarios para participar en lo que se ha descrito como capitalismo de vigilancia, sus contratos con el Pentágono y su apoyo al genocidio y el apartheid de Israel. Su inversión en tecnología nuclear, y lo que es más importante, su promoción, ofrece una razón más. También es una oportunidad para establecer coaliciones entre grupos implicados en luchas muy diferentes.
Traducción de Raúl Sánchez Saura.