We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Energía nuclear
Grandes tecnológicas, grandes mentiras I

Artículo publicado originalmente en Beyond Nuclear International.
En los últimos años, Microsoft, Google y Amazon, por este orden, han anunciado que utilizarán la energía nuclear para cubrir sus necesidades energéticas. Describiendo la energía nuclear con adjetivos cuestionables como «fiable», «segura», «limpia» y «asequible», todos ellos desmentidos por los setenta años de historia de la tecnología, estos colosos tecnológicos estaban claramente interesados en exagerar sus credenciales medioambientales y la energía nuclear, que se mantiene viva sobre todo gracias a las subvenciones públicas.
Ambos conglomerados empresariales -la industria nuclear, sus amigos y estas corporaciones ultra-ricas y sus amigos- tienen sus propios intereses en tal bombo. Tras accidentes catastróficos como los de Chernóbil y Fukushima, y ante su incapacidad para demostrar una solución segura para los residuos radiactivos producidos en todos los reactores, la industria nuclear ha estado utilizando su influencia política y económica para montar campañas de relaciones públicas con el fin de persuadir al público de que la energía nuclear es una fuente de energía respetuosa con el medio ambiente.
Los gigantes tecnológicos como Microsoft, Amazon y Google también han intentado convencer al público de que realmente se preocupan por el medio ambiente y de que quieren aportar su granito de arena para mitigar el cambio climático. En 2020, por ejemplo, Amazon se comprometió a llegar a cero emisiones netas en 2040. Google fue un poco más lejos cuando su CEO declaró que «Google aspira a desarrollar su actividad con energía libre de carbono en todas partes y en todo momento» para 2030. No es que estén en una trayectoria real de cumplimiento de estos objetivos.
¿Por qué hacen estos anuncios?
Tras accidentes catastróficos como los de Chernóbil y Fukushima, y ante su incapacidad para demostrar una solución segura para los residuos radiactivos producidos en todos los reactores, la industria nuclear ha estado utilizando su influencia política y económica para montar campañas de relaciones públicas con el fin de persuadir al público de que la energía nuclear es una fuente de energía respetuosa con el medio ambiente
Efectos medioambientales del lavado verde
No es difícil discernir las razones por las que estas empresas invierten en tales campañas de relaciones públicas. Cada vez hay más conciencia del tremendo impacto medioambiental del insaciable apetito de datos de estas empresas, así como de la amenaza que suponen para los ya insuficientes esfuerzos por mitigar el cambio climático.
En 2024, la empresa de Wall Street Morgan Stanley estimó que los centros de datos «producirán unos 2.500 millones de toneladas métricas de emisiones equivalentes de dióxido de carbono hasta el final de la década». Los científicos del clima han advertido de que, a menos que las emisiones mundiales disminuyan drásticamente de aquí a 2030, es improbable que limitemos el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados, un objetivo ampliamente compartido. Incluso sin el dióxido de carbono adicional emitido a la atmósfera por los centros de datos y su demanda energética, la diferencia entre las emisiones actuales y las necesarias es enorme.
Pero no se trata sólo del clima. Según los cálculos de un grupo de investigadores académicos, las exorbitantes cantidades de agua necesarias en Estados Unidos «para el funcionamiento de los centros de datos, tanto directamente para la refrigeración líquida como indirectamente para producir electricidad» contribuyen a la escasez de agua en muchas partes del país. Lo mismo ocurre en otros lugares, y comunidades de países como Irlanda, España o Chile luchan contra los planes de instalación de centros de datos.
Según los cálculos de un grupo de investigadores académicos, las exorbitantes cantidades de agua necesarias en Estados Unidos «para el funcionamiento de los centros de datos, tanto directamente para la refrigeración líquida como indirectamente para producir electricidad» contribuyen a la escasez de agua en muchas partes del país.
Además, están los efectos indirectos sobre el clima. Greenpeace documentó, por ejemplo, que «Microsoft, Google y Amazon tienen conexiones con algunas de las compañías petroleras más sucias del mundo con el propósito explícito de sacar más petróleo y gas de la tierra y ponerlo en el mercado de forma más rápida y barata». En otras palabras, los modelos de negocio adoptados por estos gigantes tecnológicos dependen de que los combustibles fósiles se utilicen durante más tiempo y en mayores cantidades.
Además de la creciente concienciación sobre los impactos de los centros de datos, otra posible razón para que las empresas de la nube se interesen por la energía nuclear podría ser lo que les ocurrió a las empresas de criptodivisas. A principios de esta década, estas empresas también se encontraron con mucha mala publicidad debido a sus demandas de energía y las emisiones resultantes. Incluso Elon Musk, que no es precisamente conocido como ecologista, habló del «gran coste para el medio ambiente» de las criptomonedas.
Los impactos medioambientales de las criptodivisas jugaron algún papel en los esfuerzos por regularlas. En septiembre de 2022, la Casa Blanca publicó una hoja informativa sobre las implicaciones climáticas y energéticas de los criptoactivos, destacando la orden ejecutiva del Presidente Biden que instaba a estas empresas a reducir los impactos climáticos nocivos y la contaminación medioambiental. China llegó incluso a prohibir las criptodivisas, y su aspiración a reducir sus emisiones de carbono fue uno de los factores que influyeron en esta decisión.
China llegó incluso a prohibir las criptodivisas, y su aspiración a reducir sus emisiones de carbono fue uno de los factores que influyeron en esta decisión.
Los criptobros, por su parte, hicieron lo que las empresas de la nube están haciendo ahora: hacer anuncios sobre el uso de la energía nuclear. Amazon, Google y Microsoft siguen ahora esa estrategia para aparentar ser buenos ciudadanos. Sin embargo, la industria nuclear tiene sus razones para celebrar estos anuncios y hacerles el juego.
Sigue en la segunda parte.
Traducción de Raúl Sánchez Saura.