Derechos reproductivos
Callar no es objetar: cómo la regulación de la objeción de conciencia limita el derecho al aborto en la Sanidad Pública

El Hospital Severo Ochoa de Madrid no notifica abortos desde 2005. En el Hospital Universitario de Burgos nunca se han hecho interrupciones voluntarias de embarazo, pero esperan poder añadir pronto este servicio a su cartera. Voluntad personal y política junto a una normativa más clara sobre la objeción de conciencia son las claves para que el aborto en la Sanidad Pública, que hoy supone solo el 15%, no sea la excepción. Hablamos de ello con dos médicos no objetores.
Feminismos contra la Ley Gallardón
Manifestación por el derecho a decidir en Madrid, el 12 de abril de 2014. Álvaro Minguito

En 1991, un artículo de El País daba cuenta de cómo los profesionales del Hospital Severo Ochoa, en Madrid, se oponían a seguir realizando abortos a las pacientes que no correspondieran a su área sanitaria por las masivas derivaciones que se producían a este centro desde otros que no querían asumirlos. Las clínicas privadas atendían entonces el 95% de la demanda de IVEs (Interrupción Voluntaria del Embarazo) y en la Comunidad de Madrid había tres hospitales públicos que hacían interrupciones de embarazo: el Hospital Príncipe de Asturias (Alcalá de Henares), el Hospital del Móstoles y el Severo Ochoa. 

“Pasábamos gran parte de la jornada haciendo IVEs”, recuerda Beatriz Juliá, que entonces era ginecóloga en el hospital de Leganés, donde hoy sigue ejerciendo. “Nuestro servicio estaba muy equilibrado: un 50% de la plantilla era objetora y otro 50% no lo era”, explica. 

El equipo se organizó de modo que en cada turno de guardia hubiera al menos una persona no objetora, algo que se arregló de la misma manera en los equipos de quirófano. El Hospital Severo Ochoa asumía los abortos que cabían en los tres supuestos que despenalizó la Ley Orgánica 9/1985: riesgo grave para la salud física o mental de la mujer embarazada, violación y malformaciones en el feto. “Era un tema que no creaba conflicto entre nosotros, nadie hacía nada que no quisiera y las pacientes eran respetadas y tratadas de forma amigable, sin ser juzgadas ni culpabilizadas”, dice la doctora. 

Entre las claves que hacían posible este funcionamiento, Juliá menciona un nombre propio, el del jefe de servicio de entonces, el doctor Javier Martínez Salmeán. “Él no era objetor, y sabíamos que no iba a tomar ninguna represalia contra los que fueran objetores, ni tampoco contra los que no lo fueran”, explica Juliá, que cree que en otros hospitales la supuesta objeción de conciencia tenía su origen en el jefe de servicio. Cuando esto ocurría, asegura, “los demás no se complicaban la vida y, así, se libraban de un trabajo que no se iba a pagar de forma extra y que no es agradable”. De este modo, más que una objeción de conciencia activa, lo que se imponía era un silencio que, junto a otros factores, ha acabado perpetuando la derivación a clínicas privadas. Para Beatriz Juliá se trata de una actitud hipócrita y que no responde a una objeción de conciencia “real”. 

Entre 1991 y 2004, el Hospital Severo Ochoa notifica todos los años abortos, como recogen los informes anuales del Ministerio de Igualdad. 2005 es el primer año en que este hospital no aparece entre los que notifican interrupciones voluntarias de embarazo, y ya no lo va ha hacer ninguno más según los datos disponibles en la web del Ministerio. Es el año en que se produce la denuncia anónima que daría lugar al Caso Severo Ochoa, por el que se acusó a un grupo de médicos de haber realizado sedaciones a pacientes de forma ilegal. El caso fue archivado y la Audiencia Provincial de Madrid concluyó que no no solo acabó sobreseído sino que no hubo “mala praxis”.

Beatriz Julia 2
Beatriz Juliá, ginecóloga en el Hospital Severo Ochoa de Leganés. David F. Sabadell

Aunque hasta cuatro hospitales públicos han hecho IVEs en Madrid desde que el aborto se despenalizó, ninguno ha notificado una IVE en 2019, una situación que se repite en varias Comunidades Autónomas: ni Aragón, ni Extremadura, ni Castilla La Mancha, ni Murcia ni Canarias cuentan con centros públicos que en 2019 notificaran abortos al Ministerio de Sanidad.

Para Beatriz Juliá, que la Sanidad Pública se desentienda de practicar abortos no tiene justificación. Para empezar, dice, se alega una “pseudo-objeción de conciencia” que Juliá asegura que no es tal. Además “te dicen que sale más barato realizarlo en las clínicas privadas”, aunque Juliá no ha visto los números de esa cuenta. Pero es que, “aún saliendo más barato, no me parecería un motivo suficiente”, dice esta médica, que cree que la calidad asistencial es mayor en un hospital y que no hacerlo en la pública incurre en una discriminación. 

“Es un tema que se ha dado por perdido, pero pienso que hay que recuperarlo: las mujeres deben poder realizarse una interrupción de embarazo en cualquier hospital público”, asegura esta médica no objetora. “Yo lo he hecho por responsabilidad profesional y porque me parece que las mujeres tienen que poder ejercer su derecho al aborto de una forma segura y en las mismas condiciones en que se pueden hacer una ligadura de trompas o cualquier otra prestación, no lo veo diferente”, explica. Claro que para ello, añade, hace falta una voluntad política que a día de hoy no existe en la Comunidad de Madrid.

Hacia la IVE pública en el Hospital de Burgos

Abel Renuncio Roba es ginecólogo en el Hospital Universitario de Burgos (HUBU), un centro que antes de verano solicitó la acreditación necesaria al Sacyl y al Ministerio de Sanidad para poder realizar interrupciones del embarazo. El proyecto, que responde al impulso de un nuevo jefe de servicio, Modesto Rey —nombrado en mayo de este año Jefe de Ginecología— prevé que la Unidad de Atención a la Mujer incorpore esta prestación que nunca antes se ha dado en este centro. 

Se trata de un pasito en el camino hacia la normalización de la IVE en la Sanidad Pública en Castilla y León. Pero el camino que se prevé largo a juzgar por los datos: en 2010, el número de abortos que se hacían en la Sanidad Pública no llegaba al 2%. En 2019, esa cifra es casi del 15%.

De momento, el único hospital público de Castilla y León que incluye la IVE a su cartera de servicios es el Hospital Santiago Apóstol, en Miranda de Ebro (Burgos).

El proceso para hacer esto posible empieza en torno al año 2010, cuando se aprueba la Ley Orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, y en él participó este ginecólogo que responde con una sola palabra cuando se le preguntá qué hace falta para incorporar la IVE en los hospitales públicos: “voluntad”.

“La prestación se daba de forma concertada en una clínica de Valladolid y, una vez que surge el cambio legislativo, la jefa de servicio de entonces y su equipo decidimos que era un plus de calidad para nuestras pacientes”. A ese impulso contribuyó, dice Renuncio, el hecho de ser un hospital de dimensiones pequeñas donde hay cercanía con las pacientes hacia un equipo conocedor de sus necesidades: muchas se quejaban del escollo que suponía desplazarse a Valladolid para hacerse esa intervención. 

Por parte del equipo médico, ese trato cercano permitía abordar una IVE como parte de un proceso donde el aborto “no es un episodio estanco, algo extraño, sino que forma parte del periplo vital de esas mujeres igual que antes o después tienen un embarazo deseado o un proceso anticonceptivo o cualquier otra cosa; pasas a verlo como una parte más”, dice Renuncio.

Una vez en marcha el servicio, dice este doctor, lo que sucede es que se produce una normalización. “Es un proceso normal que da cobertura a una necesidad y a un derecho que tienen las mujeres en nuestra área asistencial al que tenemos que dar una respuesta”. 

La experiencia de Miranda de Ebro lleva a Renuncio a afirmar que la formación que tiene cualquier ginecólogo debería ser suficiente para poder poner en marcha este servicio. Sin embargo, puntualiza, hay que distinguir entre dos tipos de procedimientos: los abortos farmacológicos y los quirúrgicos. “El primer tipo es muy sencillo y cualquier profesional puede realizarlo aunque su experiencia quirúrgica sea mínima, es un tratamiento con medicamentos seguido de un control posterior, que la mayoría de las veces se hace ecográficamente, para ver que se ha producido la expulsión de ese embarazo”, detalla. En este tipo de intervenciones, “la medicación es sencilla, los posibles efectos secundarios son mínimos y las tasas de éxito de un 95% o más”, si bien solo puede hacerse en las primeras semanas de embarazo. 

Un aborto quirúrgico, en cambio, puede ser sencillo si es de pocas semanas, pero por encima de la semana 14, cuando se tratan casos donde exista grave riesgo para la vida o la salud de la embarazada o graves anomalías en el feto, presenta una mayor complejidad. Son estos abortos, los del artículo 15, los primeros que asumieron en el Hospital Santiago Apóstol. 

Luego, fueron incorporando también las interrupciones voluntarias, que son la mayoría, hasta el 90,90% en 2019 según los datos del Ministerio de Sanidad. Del total de los 99.149 abortos realizados ese año, el 5,85% fueron por grave riesgo para la vida o la salud de la embarazada, el 2,93% por riesgo de graves anomalías en el feto hasta la semana 22 y el 0,32% por anomalías fetales incompatibles con la vida.

Para este ginecólogo, pues, si la IVE no se hace en la Sanidad Pública es por dejadez o por falta de voluntad, y no tanto por una supuesta objeción de conciencia que cree que no existe de manera generalizada. “Es una cuestión de estadística”, razona: “En cualquier hospital grande donde hay una plantilla amplia es prácticamente imposible que haya una objeción de conciencia de todos los profesionales”. Porque es tramposo equiparar el silencio de los profesionales a la objeción de conciencia individual. “La mayoría de los y las profesionales que no se manifiestan no son objetores, y si tú como profesional no te manifiestas como objetor, la administración no tiene que considerarte como tal”.

Abel Renuncio
Abel Renuncio, ginecólogo del Hospital Universitario de Burgos. Álvaro Minguito

Un registro e incentivos para garantizar la prestación

Entre las ideas que aporta Abel Renuncio para una posible reforma de la regulación de la objeción de conciencia en la ley del aborto está la creación de un registro de profesionales objetores. También suma la posibilidad de crear unidades específicas en el caso de que todos los profesionales de un centro se declaren objetores o establecer incentivos para atraer profesionales no objetores. Beatriz Juliá, por su parte, cree que podría garantizarse la presencia de profesionales no objetores desde la convocatoria de las plazas, creando plazas específicas con el requisito de no ser objetor. Otra de las claves en su opinión es que los jefes de servicio no sean objetores y que se impulse también desde las administraciones.

Y es que el caso de Marta Vigara ha puesto de actualidad un asunto que ya tenía en la agenda el Ministerio de Igualdad, que prepara una reforma amplia de la ley del aborto: el límite que la normativa actual sobre la objeción de conciencia supone al acceso al aborto en la Sanidad Pública. Marta Vigara, médica geriatra en el Hospital Clínico de Madrid, denunció en la Cadena Ser el maltrato institucional que supuso para ella el que este hospital la derivara a un centro privado tras sufrir a las 17 semanas de gestación la rotura prematura de la bolsa y perder el líquido amniótico, lo que dio lugar a un pronóstico fetal que incluía difícil viabilidad.

Tras conocerse este caso, la ministra de Igualdad Irene Montero aseguró que la reforma de este aspecto es “urgente” y anunció para diciembre un borrador de la reforma de la ley del aborto en ma que trabaja este ministerio.

Sobre la objeción de conciencia, la idea del Ministerio de Igualdad es crear un registro de profesionales objetores. Esta fórmula sustituiría a la actual, que especifica que la objeción de conciencia debe ser manifestada “anticipadamente y por escrito”, una formulación que no ha dado pie a un registro claro. La idea de Igualdad parece ir en la línea de la regulación recogida en la Ley Orgánica de regulación de la eutanasia. 

Silvia Aldavert, coordinadora de la Associació de Drets Sexuals i Reproductius, mira atrás para poner en contexto el origen de la situación actual con respecto a la objeción de conciencia. “En el Estado español se legaliza el aborto en el 85, viniendo de la dictadura y de la transición, y estando muy bien enraizada la cultura religiosa”, contextualiza. En ese momento no existen profesionales formados en la red pública y algunos profesionales comprometidos que se forman fuera acaban creando las clínicas privadas. Eso hace que, desde el origen, se genere una forma de trabajar que deja en manos de las clínicas privadas la realización de la gran mayoría de las interrupciones del embarazo, tanto entre 1985 y el 2009, con la ley de supuestos, como a partir del 2010, cuando la ley establece que la IVE es una prestación pública que “excepcionalmente” se podrá prestar en cualquier centro acreditado cuando “el servicio público de salud no pudiera facilitar en tiempo la prestación”.

Aborto
Derechos reproductivos La falta de relevo de especialistas pone en riesgo el futuro de los derechos reproductivos en España
La generación de profesionales de la medicina y enfermería que se formó en interrupción voluntaria del embarazo en los años 70 y 80 por vocación no tiene a quién entregar el testigo.

“En 2010, cuando se aprueba esta ley, ni el sistema está preparado ni los profesionales de la Sanidad Pública están formados” dice Aldavert. Y, pese a que se establece una regulación y se aclara que las instituciones no pueden objetar, no se hace un seguimiento: “Y no se hace porque no se planifica dentro del sistema público sino contando con las clínicas”.

Para Aldavert, normalizar la práctica de las IVEs en la Sanidad Pública es fundamental, pero cree también que en ese camino hay que reivindicar el papel de las clínicas privadas, en varios sentidos: primero, porque las y los profesionales de estos centros son quienes cuentan con una formación más específica, y su papel puede ser fundamental tanto en la transmisión de experiencia a nuevos profesionales como en la formación de los que ya existen. Además, “pueden tener un papel fundamental a la hora de prestigiar la práctica de las interrupciones voluntarias de embarazo, algo esencial porque si no parece que son los marginados de la clase médica”. Porque no se trata solo de normalizar el aborto en la pública sino de hacerlo bajo unas lógicas feministas donde los profesionales sean conscientes de que están prestando un servicio público. 

Otras claves para que el aborto en la pública sea una realidad

En el camino hacia normalizar la realización de IVEs en la pública Aldavert cita también el papel fundamental que en su opinión debería jugar la Atención Primaria como referente a la hora de informar a las mujeres.

El informe El acceso al aborto voluntario en el Estado español: principales barreras de la L'Associació de Drets Sexuals i Reproductius —que incluye  la objeción de conciencia como una de las barreras de acceso al aborto— identifica la falta de información como la barrera principal.

El ginecólogo Abel Renuncio cree que otra de las claves pasa por prestigiar el aborto farmacológico, que actualmente se usa solo en un 20% de los casos, siempre y cuando la mujer pueda tomar decidir el método. Abortar con medicamentos “no requiere grandes medios, se puede hacer en consultas normales y supone unos costes bajos”, explica. De hecho, el Ministerio de Sanidad ha explorado esta vía y en enero de este año se conoció una modificación para promover el método farmacológico desde centros de Atención Primaria en abortos que no superen las nueve semanas de gestación, una idea contraria a los criterios del Ministerio de Igualdad. 

“El problema que yo vería en el caso en que se plantee hacerlo desde la atención primaria es el control, porque la técnica de seguimiento más usada es el seguimiento ecográfico, y veo limitado que se pueda hacer en los centros de salud, salvo que el sistema tenga asistencia ginecológica en el centro de salud, que hay sistemas que lo tienen”, concluye Renuncio.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Derechos reproductivos
Derechos reproductivos Feministas de ocho países piden que la UE garantice el derecho al aborto a todas las europeas
El movimiento Mi voz, mi decisión comienza la recogida de firmas que forma parte de su campaña para pedir que la Unión Europea cree un mecanismo para financiar abortos en otras países a aquellas mujeres que no tienen acceso garantizado en el suyo.
Derechos reproductivos
Luciana Peker y Cristina Fallarás “El aborto se ha apartado del relato feminista porque genera consenso”
Las periodistas Cristina Fallarás y Luciana Peker forman parte del grupo motor de una campaña europea que quiere blindar el derecho al aborto mediante una iniciativa ciudadana que necesita un millón de firmas para llegar a ser debatida.
Palestina
Palestina El terror de gestar, parir y maternar en una tierra devastada
La violencia reproductiva sacude más que nunca Gaza, donde las ONG están reportando un incremento alarmante del número de abortos espontáneos causados por el estrés extremo que atraviesan las madres durante la gestación.
Palestina
Flotilla de la Libertad Los cargos públicos integrantes de la Flotilla a Gaza regresan a España
Mientras la flota que llevará ayuda a Gaza permanece en Estambul por los impedimentos de Israel para que zarpe, las políticas españolas deciden retornar a España, ante el anuncio de Pedro Sánchez.
Cine
Estíbaliz Urresola “El cine no debe quedar impasible ante las atrocidades que suceden”
La directora de ‘20.000 especies de abejas’ sigue recibiendo reconocimientos por su película, pero pide que se transformen en aplicación de mejoras concretas para el colectivo trans.
Sidecar
Sidecar Prioridades cruciales de la izquierda francesa
La única forma que el partido de Mélenchon prevalezca en esta coyuntura desfavorable y preserve su frágil hegemonía sobre los demás partidos progresistas es ampliar su base electoral de cara a las elecciones presidenciales de 2027.
Galicia
Redes clientelares Todas las veces que la Xunta de Feijóo contrató a sus familiares y a los de otros altos cargos
Mientras Sánchez reflexiona sobre su dimisión tras el ‘lawfare’ contra su mujer, el líder del PP ha prometido que no consentiría a su pareja contratar con un Gobierno del que él formase parte, pero sí lo permitió con su hermana, su prima y su cuñado.
Sanidad pública
Sanidad a la madrileña Vecinas y vecinos de Madrid acampan frente al Hospital Doce de Octubre de Madrid
El colectivo prevé permanecer frente al gran hospital madrileño para mostrar su rechazo al deterioro de la sanidad pública y programa actividades para los próximos tres días.

Últimas

Racismo
Delitos de odio La fiscalía pide tres años de cárcel para el excomisario que vinculó migración y delincuencia
Ricardo Ferris, en un acto organizado por Vox en el Ateneo de València en 2022, incitó a los “españoles a dejar de ser pacíficos" después de haber equiparado la inmigración con la delincuencia.
El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Justicia
Juana Rivas El Tribunal Supremo italiano anula el juicio civil que separó a los hijos de Juana Rivas y obliga a repetirlo
La corte de Casación ha respondido al recurso de apelación de la madre reconociendo la violación del principio básico de no separar a los hermanos y la carencia de un informe que analice en profundidad el interés superior de los menores.
Palestina
Genocidio en Gaza La Flotilla de la Libertad acusa a Israel de parar su salida con una nueva maniobra de presión
Los esfuerzos de Israel para impedir la partida del barco Adkeniz con destino a Gaza ponen otra traba que puede ser definitiva para el destino de una misión que pretende romper el bloqueo marítimo sobre Gaza.
Más noticias
Migración
Migración València suprime el Consejo municipal donde se abordaban las problemáticas migrantes
La supresión de este órgano consultivo pone en riesgo las iniciativas realizadas para facilitar la relación de la administración con el 22% de la población local.
Madres protectoras
Madres protectoras Escúchalas
Si un niño o niña le cuenta a su madre que su padre le toca, lo más probable es que al cabo de unos años ella acabe perdiendo a su hijo. Mira a tu alrededor, porque es posible que alguna de tus conocidas esté a punto de vivir algo como esto.
Crisis climática
Crisis climática ¿Cómo sería una transición ecosocial en la industria española?
El sector industrial es el segundo consumidor de energía, solo por detrás del de transporte. La transición ecosocial debe pasar obligatoriamente por la transformación de este sector de la economía.
Lawfare
Justicia a la derecha Pedro Sánchez no está solo: estos son los precedentes a su caso de ‘lawfare’
El presidente del Gobierno aseguraba en su carta que el suyo era un caso de lawfare “sin precedentes”. Lo cierto es que esta estrategia de judicializar la vida política se ha enraizado durante los últimos años.
Opinión
Opinión Cuando la mierda nos come
El panorama mediático se ha convertido en una amalgama de espacios a cada cual más insano. Basura fabricada por gabinetes ultras, aceptada por jueces afines y amplificada por pseudomedios de propaganda regados con dinero público. Hay que pararlo.

Recomendadas

Derechos reproductivos
Luciana Peker y Cristina Fallarás “El aborto se ha apartado del relato feminista porque genera consenso”
Las periodistas Cristina Fallarás y Luciana Peker forman parte del grupo motor de una campaña europea que quiere blindar el derecho al aborto mediante una iniciativa ciudadana que necesita un millón de firmas para llegar a ser debatida.
Música
Música Aprendiendo filosofía con el punk patatero de La Polla Records
Los cáusticos esputos lanzados por Evaristo en las canciones de La Polla Records contenían materia adecuada para hablar de filosofía política en el instituto. Así lo entiende el profesor Tomás García Azkonobieta, autor de ‘La filosofía es La Polla’.