We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Pocas manifestaciones creativas pueden presumir de haber sido, casi a la vez, objeto de un intento de declaración como Bien de Interés Cultural y víctima de las llamadas ordenanzas cívicas municipales mediante cuantiosas sanciones; protagonista de una novela de Arturo Pérez Reverte; y el motivo alegado por agentes de la Policía Nacional para detener a nueve personas. El grafiti —el arte de pintar, generalmente sin autorización, en lugares públicos, sobre una pared u otra superficie resistente, según la definición de la Real Academia Española de la Lengua— es una de ellas. Tags para este párrafo: Muelle, El francotirador paciente y Operación Faena.
El miércoles 18 de julio, la Dirección General de la Policía informó de la detención de nueve grafiteros a quienes se acusa de cometer 105 delitos por daños en trenes y vagones en las provincias de Madrid, Salamanca, Valladolid, Segovia, Ávila, León, Murcia, Valencia y Asturias. Para la Policía Nacional, los arrestados “conformaban un grupo o crew de carácter itinerante” que ha actuado de forma reiterada en trenes causando daños valorados en unos 420.000 euros, empleados en la sustitución de materiales y en las labores de limpieza.
Añadamos otra capa, coincidente en el tiempo con las detenciones: numerosos grafiteros han firmado un manifiesto e impulsado la campaña Faltan Pintadas, que anima a la expresión en las calles el fin de semana del 21 y 22 de julio.
Más de 200 personas ya han estampado su rúbrica en el manifiesto, que aboga por que no haya “más censura, ni manipulación mediática, ni corrupción, ni montajes policiales, ni diferencias ante la ley, ni presos políticos, ni, por supuesto, que se sigan vulnerando los derechos humanos”. Objetivos muy ambiciosos para un colectivo, el de los grafiteros, que también reivindica que “los únicos muros que podemos y queremos admitir son aquellos que sirven para pintar, con libertad de acción y expresión, utilizando la crítica y la sátira”.
En mayo, muchos de los firmantes del manifiesto participaron en una primera acción conjunta: una pintada de 57 metros de largo con el mensaje ‘Llibertat d'expressió’ en el tejado del Ateneu Popular 9 Barris, en Barcelona. Después, el movimiento ha sido acogido por la plataforma No Callarem, ese paraguas colectivo que nació hace un par de años para protestar por las amenazas a la libertad de expresión, organizador en la primavera de 2017 de un gran festival por la libertad de Valtonyc y de la Semana por la Libertad de Expresión doce meses después. Así se ha dado forma a la campaña.
“Es una llamada a expresarse libremente, a tomar las paredes de las ciudades y mostrar el desacuerdo con todo lo que está ocurriendo en el terreno artístico en particular pero también en la situación sociopolítica en general”, explica a El Salto Fernando, miembro de No Callarem.
Faltan Pintadas toma el nombre del tema “Hace falta” de Elgio, del colectivo La Insurgencia, uno de los raperos que, como Valtonyc y Pablo Hasél, han sido condenados a penas de prisión por sus letras o expresiones en las redes sociales. A partir de sus versos, en abril más de un centenar de personas grabaron en la cárcel Modelo de Barcelona el tema “Los borbones son unos ladrones” como acción de denuncia y solidaridad con los artistas represaliados.
“Cuando estás cruzando determinadas líneas, debes ser consciente. Imagino que asumirlo no lo haces hasta que te encuentras en esa situación. Quien se mete por la noche en una cochera de tren, sabe que está jugando con cierto riesgo y transgrediendo ciertas normas”, señala Roc Blackblock, que pinta grafiti en la calle desde 1999 y se dedica profesionalmente al muralismo, acerca del filo de la navaja en el que se mueven y la consciencia con que lo hacen quienes realizan esas intervenciones. “Lo que hago en la calle son encargos que tienen que ver más con el muralismo que con el grafiti”, precisa.
Él es uno de los artistas cuya obra se podrá ver este fin de semana en el marco de Faltan Pintadas, una iniciativa que juzga necesaria por varias razones: “Como ciudadano, como usuario de arte, cultura, música, literatura, me siento interpelado en el momento en que se está cortando la libertad de expresión de personas a las que me gustaría poder escuchar. Como artista y creador, me siento interpelado directamente y en primera persona porque una amenaza a un ámbito concreto lleva tácita una amenaza a cualquier creatividad. Es aquello de ‘cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar’, con la diferencia de que el mundo del grafiti no queremos poner las barbas a remojar sino que damos un paso al frente para apoyar y para que no les corten las barbas a nuestros vecinos”.
En su opinión, “la vivencia de la calle, la pasión, lo que te da trabajar en el espacio público, las respuestas de la gente, hacen del grafiti un espacio de expresión muy atractivo e interesante” pero también explica que hay muchos conceptos bajo la etiqueta grafiti y recuerda que a veces se usa para hablar de cosas que no lo son. Para él, el grafiti trata de tomar el espacio público, reapropiarlo y “usarlo no como un contenedor vacío de vida sino como un espacio propio, común. Es como si fuera mi casa, pero no la parte de mi casa que comparto con la familia sino con todos mis vecinos”.
Libertad de expresión
España lidera la persecución a los músicos por ejercer su libertad de expresión artística
España es el primer país del mundo en número de músicos encarcelados o con sentencias condenatorias por las letras de sus canciones, según un informe de la organización Freemuse.
Ni Fernando ni Roc Blackblock creen que la atmósfera de persecución de expresiones artísticas que se respira en los últimos años en España vaya a cambiar sustancialmente con el nuevo inquilino de La Moncloa. El participante en No Callarem explica su escepticismo aludiendo a razones poderosas —“tengo dudas de que un partido político responsable de terrorismo de Estado y que nunca ha pedido disculpas por ello pueda cambiar el contexto de represión política que vivimos. No tengo ninguna confianza”— mientras el artista apunta a otras vías para revertir los pasos atrás dados: “La esperanza es lo último que se pierde pero confío más en la capacidad de presión de la gente que en el interés político. Este vendrá por la presión y la movilización”.
Relacionadas
Música
Kaparrak “Runba abstraktua egiten dugu eta norberak interpreta dezala”
Literatura
Nerea Ibarzabal “En un bar me interesan más las conversaciones de cocina que las de barra”
Teatro
En defensa del teatro Extremadura Teatral, contra el cierre de la Sala Trajano de Mérida
Primeiro: é severo de mais o de mandar ó caldeiro por faceren pintadas. O segundo: non entendo unha cousa: se o grafito é unha arte clandestina per se por que piden un espazo público de tolerancia ("libertad de expresión")? Se cadra entendín mal. Terceiro: cólleme algo lonxe esta arte porque onde eu vivo non hai cidades-cidades. O muralismo si o entendo. O grafiti semella, desde lonxe, unha apropiación individual ou de banda dun anaco do xigantesco espacio urbano. Unha pegada de "aqui estou eu". Xa digo, non vexo interese nun impulso individualista que, penso, está esgotado (asi o vemos nesa reivindicación de 'liberdade burguesas' para unha manifestaciónartística aparentemente rebelde') mas, claro, tampouco é para mandar á cadea a alguén. É curioso o forte e vello que é o poder no Reino. Se fose mais novo e cruel, deixaría que "se expresen todo lo que quiern". Total, é inofensivo de todo...Bom, sorte para os encausado.
"O grafiti semella, desde lonxe, unha apropiación individual ou de banda dun anaco do xigantesco espacio urbano"
¿Que opinas da apropacion do espacio urban, por parte das corporacions, por medio da publicidade?
Cuando sacudes la lata y la pintura sale a chorrón vivo sientes que es la libertad corriéndose lo que pinta. Y eso es la hostia, deberíais probarlo todos. Íbais a ver el cielo abierto. Vosotros os pensáis que la gente consciente de eso nace todos los días en las ramas de los árboles? No es cierto, es gente poderosa, con un gran corazón.
Eu non dixen nada malo desa xente. Minto. Dixen que é unha vergoña que se lles queira encausar por facer grafiti.
O que queres dicir é que sinten un zorregazo de adrenalina e failles ben, non é? Pois quedo como estaba: fan o que fan por eles e para eles. Pois moi ben.
De novo: espero que non lles pase nada malo.
Que ten que ver unha cousa ca outra? Se un portal non queda enchido de sinaturas vai vir cocacola a enchelo?
É así?
Se non miro para eles han morrer?
Enton é certo que é unha apropación individualista: unha para marcar territorio e dicir que é seu e non noso e outra para vender?
Fixen un par de preguntas e sigo como estaba.
Obrigado por responderes pero non me sirve esa falsa dicotomía.