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Crisis energética
El Kremlin sortea la sanción al petróleo con la ayuda de Arabia Saudí y la gasolina subirá
En la noche del martes los embajadores de la UE llegaron a un acuerdo que crea la base legal para establecer un precio topado para el precio del petróleo ruso. Forma parte del octavo paquete de sanciones propuesto por las instituciones europeas desde que Rusia invadió Ucrania. De este modo, la UE adopta la medida que había propuesto el G7, grupo que engloba a las grandes economías euroatlánticas, y que habían criticado distintos países con puertos de mar, muy especialmente Malta, Grecia y Chipre, en cuanto supondrá una merma de sus ingresos.
La limitación se desarrolla en dos fases: por un lado, establece la prohibición de transportar petróleo ruso, por medio de una limitación del precio de los seguros, las finanzas, el corretaje y la navegación. Se establecen esos límites a los cargamentos de petróleo cuyo precio sea superior a un tope que aun está por definir. Esto se aplicará incluso a los barcos que navegan con pabellones de terceros países. Desde que esté vigente, será exigida una declaración responsable que indique que el petróleo se ha comprado por debajo del tope.
En segundo lugar, habrá exenciones para el petróleo que tenga un precio igual o inferior al establecido por los Estados del G7. El veto no es total, por lo tanto, y se hará una evaluación sobre las pérdidas que genera en esos puertos para compensarlas.
La medida fue avanzada en septiembre por el grupo de los siete (formado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) que tiene pendiente definir el precio real o el rango de precios del límite propuesto. El objetivo es que la bajada obligatoria de precios disminuya los ingresos del Gobierno ruso por la presión en el mercado a favor de los descuentos que pueda ejercer uno de los grandes compradores de petróleo ruso, China. Según ha publicado Reuters, el rango estaría entre 40 —el coste marginal al que lo produce Rusia— hasta 60 dólares por barril de crudo.
Sin embargo, ante la más que posible entrada en vigor de este acuerdo, Rusia ha movido ficha en el marco de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Este grupo, formado por los países productores de cuatro de cada diez barriles, que acumulan el 80% de las reservas mundiales, está encabezado por Arabia Saudí, mayor productor mundial de petróleo, que también controla las reservas.
Reunidos en Viena el 5 de octubre, los miembros de la OPEP acordaron un ajuste a la baja la producción global de dos millones de barriles diarios a partir del próximo mes de noviembre, sobre el volumen actual limitado a 43,85 millones de barriles diarios, que no aplica a Venezuela, Irán y Libia. Se trata de una medida que contrarresta el tope aprobado por el G7, visto como un peligroso precedente por los países alineados en la OPEP.
La decisión fue tomada, según la organización de productores “a la luz de la incertidumbre que rodea a las perspectivas de la economía mundial y el mercado del petróleo” y para mejorar “la orientación a largo plazo para el mercado del petróleo”. Los precios del crudo podrían alcanzar los 100 dólares por barril según una fuente citada por Bussiness Insider; actualmente el barril de Brent está en torno a los 94 euros, su precio más alto desde el 14 de septiembre pero lejos de los 128 euros a los que se llegó a situar en marzo.
Nuevas amistades
Esta reducción de la oferta ha sido interpretada por el Gobierno de Estados Unidos como un favor a Putin de parte del flamante primer ministro de Arabia Saudí, el príncipe heredero Mohamed Bin Salman. Karine Jean-Pierre, portavoz de la Casa Blanca, calificó la decisión de los productores como un favor a Rusia.
Aunque a priori el escenario de mayor oferta favorece a un país productor como Estados Unidos, el espaldarazo de la OPEP a Rusia supone un problema para la Administración de Joe Biden que, al margen de las sanciones a Rusia que ha promovido, basa su política interna —y las opciones de los demócratas en las elecciones mid term de noviembre— en contener los precios de la gasolina en el escenario de inflación.
Biden ha pedido “que sigan bajando los precios de los surtidores” a las empresas energéticas que, a pesar de la hostilidad manifiesta hacia el Demócrata han obtenido beneficios récord durante su mandato. Además, su administración ordenará al Departamento de Energía que libere otros 10 millones de barriles de petróleo de la Reserva Estratégica de Petróleo el próximo mes.
Tras 99 días consecutivos de descenso en el precio del galón en Estados Unidos, el aumento del precio en la última semana y la “promesa” por parte de la Casa Blanca de seguir dirigiendo sus productos energéticos a Europa son una amenaza política, en especial en Estados en disputa como Arizona o California.
Al margen del impacto interno de la ofensiva aprobada por los productores sobre Estados Unidos y la Unión Europea, el movimiento de Arabia Saudí cobra especial relevancia por la tradicional alineación de intereses entre Riad y Washington. La diplomacia saudí, recordaba esta semana The Guardian, no ha condenado la invasión de Ucrania iniciada en febrero, del mismo modo que el Gobierno ruso tampoco ha hecho declaraciones sobre la invasión de Yemen, iniciada en 2014.