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Crisis económica
Economías reales al límite
Desde el punto de vista estadístico, el panorama que pintan los medios internacionales es aterrador para cualquier Gobierno: entre un tercio y la mitad de la población activa puede caer en el desempleo durante los próximos meses en las principales economías de Europa. En el Estado español, la estimación del portal económico Bloomberg apunta a que al 13,6% de población en paro, según la tasa pre-covid, se le sume un 9,5% de trabajadoras temporales, un 5,9% de autónomos y un 24,1% de trabajadores indefinidos, que perderían su trabajo hasta alcanzar el 53,1% de la población activa. Las cifras indican una pérdida de empleo superior a la de la crisis de 2008, pero no dejan entrever las consecuencias sociales de que la mitad de la población se vea desconectada del mercado de trabajo. Las estadísticas no ahondan en cómo será la vida de las personas que pierdan sus ingresos como consecuencia de la crisis del covid-19. El sector turístico, los servicios y la construcción son los más afectados en una primera ronda que se ha llevado por delante el trabajo temporal.
Al contrario que en 2008, la solución en España ha pasado por incentivar el mantenimiento del empleo mediante las fórmulas de regulación temporal. Los ERTE por fuerza mayor afectan a más de tres millones de trabajadores. Ayer, lunes 11 de mayo, la dos principales centrales de la patronal (CEOE y Cepyme) y los sindicatos de concertación CC OO y UGT firmaron un acuerdo con el Gobierno para prorrogar la fórmula de los ERTE al menos hasta el 30 de junio, desvinculando el recurso de las prórrogas del estado de alarma que el Gobierno debe negociar en el Congreso. Los ERTE cubren los sueldos de las plantillas hasta un 75% y cubren asimismo las cotizaciones a la Seguridad Social que corresponden a los empresarios: completamente en el caso de las empresas con menos de 50 personas en plantilla y hasta el 75% en las grandes empresas y multinacionales.
El Gobierno, siguiendo el ejemplo de Alemania, que ya aplicó la misma fórmula durante la crisis de 2010, asume así la factura del mantenimiento del empleo con la única exigencia de que las empresas que opten por esta vía no puedan despedir en los siguientes seis meses. De esta manera, el Ejecutivo trata de evitar una escalada del desempleo como la anticipada por Bloomberg, que le debilitaría políticamente en un otoño que se prevé de crisis global por el miedo a un rebrote del sars-covd2.
Además de los ERTE, el Gobierno ha puesto en marcha una serie de medidas en su llamado “escudo social” que se deben completar, hasta cubrir aproximadamente a ocho millones de personas trabajadoras ─sobre una población activa que en la actualidad está en 19 millones─. En el acuerdo firmado ayer se mantienen las medidas para protección de desempleo con la misma fecha límite: el 30 de junio. A partir de ese momento, el Ejecutivo espera que la llamada economía productiva se sostenga por sí misma y que el Ingreso Mínimo Vital sirva para cubrir aquellos agujeros que va a dejar la recesión provocada por el covid-19.
La incertidumbre sobre la dirección de la curva macroeconómica en lo que queda de año es también la incertidumbre de millones de familias que han visto sus expectativas para el próximo año rotas o modificadas en las últimas nueve semanas. Tres meses de economías al límite. Elena Alonso, Salah Mesadi, Esther Peris, Esther Ruiz de Alegría, Laura, Zhora, Julio rojo y Alba Pitarch son personas anónimas que, desde distintas posiciones previas y en diferentes escalas de la economía, forman parte de esa clase trabajadora en crisis.
“Para mí, esta es una situación agobiante cargada de incertidumbre”
Esther Peris, hostelería
Regenta un bar, sin terraza, en Castelló de la Plana. Es autónoma.
¿Cómo te ha afectado económicamente la pandemia?
Para mí, esta es una situación agobiante cargada de incertidumbre. Antes de entrar en confinamiento, declararon que se suspendían las fiestas de la ciudad, con toda la bebida y comida encargada. Parte de la bebida la podremos devolver, pero otra la hemos tenido que pagar. ¿Qué vamos a hacer con tanto vino? En Castelló, las fiestas de la Magdalena son una fuente de ingresos muy importante, más que el verano. A continuación, decretaron el estado de alarma y cerramos. El bar lo llevamos mi marido y yo, ambos somos autónomos. Así que ahora no disponemos de ingresos pero se mantienen nuestros gastos.
¿Has podido acogerte a alguna de las medidas del Gobierno?
Hemos pagado el alquiler del local, el préstamo del coche y nuestra comida y la de nuestras hijas. Hemos aplazado la luz y el agua del bar y hemos pedido una moratoria de tres meses de la hipoteca de casa, que nos la han concedido. También nos han concedido a los dos la ayuda de autónomos. Ahora estamos valorando cómo seguir: si uno se tendrá que darse de baja en la Seguridad Social, quién se quedará en casa con las niñas o, incluso, si tendremos que cerrar el bar. El bar no tiene terraza y no sabemos si la gente tendrá miedo a entrar dentro.
“Este era mi primer contrato en nuevo años y ahora estoy en ERTE”
Laura, sector turístico
Trabaja como asalariada en una agencia de turismo de Madrid.
¿Cómo te ha afectado económicamente la pandemia?En febrero firmé un contrato de fijo discontinuo con una agencia de viajes. Desde que volví a España, hace nueve años, tras la última crisis, este era mi primer contrato, ya que todos estos años he trabajado en precario y cobrando en negro. Si me llega a pasar esto antes, mi situación hubiera sido mucho peor, por ello me siento afortunada aunque no sepa qué va a pasar en seis meses.
¿Has podido acogerte a alguna de las medidas del Gobierno?
Estoy en situación de ERTE. La segunda quincena de marzo me la abonaron mis jefes y abril, el Estado, por lo que el último mes he cobrado el 70% de mi salario. El 70% no es mucho, pero es un alivio poder acogerte a las medidas.
“Ha paralizado completamente mi trabajo. El domingo tenía que estar volviendo de la gira latinoamericana de Barón Rojo”
julio rojo, cultura
Técnico de sonido autónomo, vive en Madrid.
¿Cómo te ha afectado económicamente la pandemia?
Ha paralizado completamente mi trabajo. El domingo tenía que estar volviendo de la gira latinoamericana de Barón Rojo. Teníamos gira de abril a mayo y estos conciertos representaban el 25-30% de los ingresos anuales. 2020 iba a ser un bueno año: por una vez en la vida, iba a tener el calendario cerrado y con certezas económicas. El trabajo de técnico de sonido es muy precario. Tengo la suerte de que mi compañera tiene un trabajo estable con un salario mejor que el mío, por esa parte estoy tranquilo y puedo seguir ocupándome de los cuidados que requieren nuestras hijas sin el agobio que tienen otros compañeros de profesión.
¿Has podido acogerte a alguna de las medidas del Gobierno?
Sí, estoy acogido a la prestación extraodinaria de autónomos.
“Estos dos meses he podido no agobiarme con lo que ahorré los últimos años”
Elena Alonso, comercio
Trabaja en el sector textil. Tiene su propia tienda de confección en Bilbao.
¿Cómo te ha afectado económicamente la pandemia?
Los ingresos han descendido casi por entero, a excepción de los pedidos que me han entrado de confección de mascarillas. Abrí la tienda hace cinco años y estoy acostumbrada a estar achuchada y a contar el dinero, pero los últimos dos años fueron un poco mejor y no he variado en mis aficiones y vacaciones low cost, por lo que estos dos meses he podido no agobiarme con lo que ahorré. El miedo que tengo es lo que nos viene ahora, por ejemplo, con la geolocalización. Creo que nos han callado de una manera muy delicada: “Ponte la mascarilla”. Y nos las hemos puesto, también metafóricamente hablando.
¿Has podido acogerte a alguna de las medidas del Gobierno?
Pedí la ayuda del paro de autónomos y, en un primer momento, me la denegaron porque mi actividad profesional no se incluye en comercio, sino en artesanía, a pesar de tener una tienda a pie de calle. En mayo me notificaron que mi recurso era favorable y el día 4 me ingresaron la mitad de marzo y la mitad de abril, y se supone que me tienen que devolver las cuotas de autónomos que avancé. Me he presentado a las ayudas del alquiler del servicio vasco de empleo, pero la resolución llegará en tres meses. Al casero del local le he dicho que no podía pagarle. No entiendo porqué esa ayuda no la tramita directamente el propietario, sería más sencillo. Las tiendas de Zara volverán a abrir con geles, máquinas ionizantes, guantes y cajas para desinfectar la ropa, pero el pequeño comercio, ¿qué? Nos piden una inversión, tanto de medios como de tiempo, desproporcionada a nuestra capacidad. Miles de tiendas han cerrado ya, y muchas más que cerrarán.
“Mientras no tenga que tocar el dinero de mi cuenta personal, puedo aguantar un tiempo sin beneficios”
Salah Mesadi, comercio
Tiene una frutería y una carnicería en Bilbao. Es empresario.
¿Cómo te ha afectado económicamente la pandemia?
Durante el confinamiento, hemos seguido abiertos todos los días, con un descenso de la facturación de alrededor del 40%. Somos una frutería de paso y ahora solo nos compra la gente del barrio. Tengo a cinco empleados y no he despedido a ninguno, bastantes despidos hay ya. Mantienen las tiendas abiertas a la tarde aunque en las primeras semanas de confinamiento más estricto apenas había clientes. Mientras no tenga que tocar el dinero de mi cuenta personal, puedo aguantar un tiempo sin beneficios. Es lo que hay.
¿Has podido acogerte a alguna de las medidas del Gobierno?
No me he planteado pedir ayudas. Como dice el refrán, te cuesta más el collar que el perro. De momento, no las necesito y si no las necesito, no las voy a pedir. Iremos aguantando como podamos, aunque sea sin obtener beneficios. Hace unas semanas el pimiento verde lo compré a 3,50 euros. ¿Qué margen le puedes añadir a ese precio? No veo lógico vender el pimiento a cuatro pavos, así que, al final, mantienes el precio sin añadirle tu margen, los clientes están contentos, no ganas nada con ese producto pero ganas con otros. Hay problemas con el género, no somos conscientes de que mucha fruta es de fuera, por lo que se ha incrementado el consumo de género local.
“Por el covid, mi baja médica se alargó hasta triplicarse en días, con la consiguiente pérdida salarial”
Esther Ruiz de Alegría, industria
Administrativa asalariada en una fábrica, vive en Vitoria.
¿Cómo te ha afectado económicamente la pandemia?
Soy administrativa en la fábrica de Mercedes. Los trabajadores de planta entraron en ERTE, mientras que los administrativos fuimos considerados servicios mínimos y trabajamos días sueltos, hasta agotar un contingente de días de vacaciones que teníamos de años anteriores. Tras agotarlos, solo he estado dos días en ERTE, ya que me puse enferma y, debido a la pandemia, tuve que seguir de baja 14 días más. Tenía síntomas de gripe, y lo que en una situación normal hubiera sido una semana de baja, ha resultado ser casi de un mes.
¿Has podido acogerte a alguna de las medidas del Gobierno?
Al tener que estar en cuarentena por la gripe —nunca me hicieron el test del covid—, mi baja se alargó hasta triplicarse en días, con la consiguiente pérdida salarial. Aunque por decreto ley, las bajas médicas comunes ahora se consideran profesionales, por lo que en vez de cobrar el 65% del sueldo he cobrado el 75%.
“De nuevo me he quedado sin ingresos y solo tenía un mes de ahorros”
Zhora, economía sumergida
Trabajaba limpiando tres casas en Barcelona.
¿Cómo te ha afectado económicamente la pandemia?
El año pasado, cerré mi restaurante de comida para llevar tras veinte años de funcionamiento porque un fondo buitre compró el edificio donde estaba. Tras el cierre y quedarme sin trabajo, me puse a limpiar casas y, seis meses después, llegó la pandemia y volví a caer al suelo. De repente, de nuevo me quedé sin ingresos, y solo tenía un mes de ahorros.
¿Has podido acogerte a alguna de las medidas del Gobierno?
Llamé a Servicios Sociales y tardaron dos semanas en atenderme. Finalmente, me enviaron un mail requiriéndome documentación. Se la envié y cuatro días después me ingresaron 300 euros. No sé que ayuda es, ni si se repetirá el próximo mes, y 300 euros no te salvan el mundo. Consigo comida gracias a la Xarxa Solidària de mi barrio, en la que he empezado a participar activamente. He solicitado la moratoria de la hipoteca de casa.
“Ahora apenas tenemos gastos y me han contratado como auxiliar sanitaria”
Alba pitarch, estudiante
Cursa cuarto de enfermería en Barcelona.
¿Cómo te ha afectado económicamente la pandemia?
La pandemia me ha afectado económicamente de forma positiva. Hace cuatro años dejé mi trabajo de fisioterapeuta y con el paro y el dinero que tenía ahorrado me puse a estudiar enfermería. Ahora estoy en cuarto curso y me han llamado para trabajar en un hospital, en una de las plantas de covid. A las estudiantes nos han hecho un contrato como auxiliares sanitarias, por el que nos pagan alrededor de 900 euros. No es mucho, pero teniendo en cuenta que este año teníamos que hacer prácticas gratis, está bien cobrar. La parte negativa es que estamos trabajando en unas condiciones muy duras y realizando tareas que llevan a cabo las enfermeras tituladas. Por todo ello, ahora en casa ganamos más que antes de la crisis sanitaria y gastamos mucho menos. Mi compañero es profesor de instituto y está teletrabajando. Los niños no tienen escuela. Gastamos más en comida, pero ahorramos en las actividades extraescolares, el comedor escolar y en gasolina, mientras que nuestro consumo (salir a tomar algo) se ha reducido a cero. Apenas tenemos gastos, así que podemos ahorrar mucho.
¿Has podido acogerte a alguna de las medidas del Gobierno?
No hemos solicitado ayudas.
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Con los millones que hay, ¿no habéis podido encontrar a alguien que estuviera en paro antes del Estado del Alarma? Los parados son un colectivo absolutamente abandono, tanto por el Gobierno como por los medios, como si no existieran. A finales de marzo varios miembros del Gobierno deslizaron, y así lo publicó la prensa, que los parados a quienes se les agotara la prestación durante el Estado de Alarma, se le prolongaría automáticamente. Pues bien, esa medida no se tomó, y los medios que lo publicaron callaron. Son personas que tenían ingresos, y muchos esperaban precisamente a finales de marzo y abril para incorporarse a la oferta de trabajo de temporada, muchos de ellos son realmente fijos discontinuos, pero sin ese contrato, sino con contrato temporal y no renovación, para volver a ser contratado al año siguiente. Estas personas han sido absolutamente abandonadas.
Y desde aquí hacéis un flaquísimo favor al intentar representar a la población y hacer lo mismo que el resto con los parados, olvidarlos.