Coronavirus
La tercera dosis de la vacuna, cada vez más cerca

La tercera dosis de la vacuna de covid-19 para el total de la población en los países de rentas altas cada vez está más cerca. Mientras este lunes la Agencia Europea del Medicamento (EMA) abría la puerta a que la vacuna de Pfizer sea administrada en un tercer pinchazo seis meses después del segundo para mayores de 18 años, pues habría demostrado su eficacia en el incremento de anticuerpos, el Ministerio de Sanidad en reunión con las Comunidades Autónomas ha decidido dar un paso más y autorizar estas dosis para mayores de 70.
Ahora bien, el posicionamiento de la EMA sigue sin ser contundente, ya que, en el mismo comunicado, indica que los datos disponibles aún son limitados y recomienda a cada organismo nacional que decida la pertinencia de esta dosis o no entre mayores de 18. Del otro lado, sí recomienda de forma contundente la administración de un tercer pinchazo de Pfizer o Moderna a personas inmunodeprimidas.
A principios de septiembre Sanidad y las Comunidades Autónomas, en consonancia con el dictamen del panel de expertos, aprobaban una tercera dosis de Pfizer o Moderna a personas trasplantadas y a pacientes en tratamiento de quimioterapia. Posteriormente se ampliaba a más colectivos como los pacientes con diálisis o los mayores de 40 años con Síndrome de Down. Ayer daba un paso más e introducía en esta estrategia a todos los mayores de 70 años.
La presión que han ejercido las compañías farmacéuticas para comercializar más dosis entre los países de rentas altas se ha visto cuestionada incluso por la Organización Mundial de la Salud
Cabe señalar que la ministra de Sanidad, Carolina Darias anunciaba a finales de julio que había suscrito un contrato con Pfizer por 1.800 millones de euros y con Moderna, por 480, en pos de la tercera dosis. La presión que han ejercido las compañías farmacéuticas para comercializar más dosis entre los países de rentas altas se ha visto cuestionada incluso por la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien exigió una moratoria a la tercera dosis de la vacuna hasta que el 10% de la población global tenga acceso a la pauta completa.
“Los suministros actuales de vacunas podrían salvar más vidas si se usan en poblaciones no vacunadas previamente que si se utiliza como refuerzos en poblaciones vacunadas”, concluía a mediados de septiembre un estudio publicado en la revista Lancet, elaborado por expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la agencia estadounidense del medicamento, la FDA, quienes afirmaban que la evidencia actual no parece mostrar la necesidad de impulsar una tercera dosis en la población general, “en la que la eficacia contra la enfermedad grave sigue siendo alta”.
La pandemia de la desigualdad
Fernando Lamata, experto en Salud Pública y Políticas de Salud, explicaba a El Salto que la propagación de la tercera dosis más que fines sanitarios, busca fines comerciales, mientras alertaba que la apertura a una tercera dosis para unos pocos grupos acabaría convirtiéndose en una estrategia global. “La experiencia nos dice que, por la puerta de una autorización de las agencias para unas indicaciones limitadas, entran luego las generalizaciones para otros grupos, y, al final, para toda la población. Y es que, con una bien estudiada presión de marketing, la opinión pública puede empezar a pedir a los gobiernos que nos pongan la tercera dosis a todos”. Este fue el caso de Israel, donde la tercera dosis comenzó en grupos de personas inmunodeprimidas y finalmente se amplió a toda la población.
“Hoy, apenas un 2% de las personas que viven en los países menos desarrollados han sido vacunadas, y 10.000 personas están muriendo cada día por culpa del virus”
Por su parte, la plataforma de organizaciones civiles Alianza People’s Vaccine, exigía la semana pasada a los líderes mundiales, ante la cumbre de Naciones Unidas que centró buena parte de su agenda en la crisis del covid-19, a “tomar medidas inmediatas y contundentes que consigan controlar el virus en todo el mundo”. “Hoy, apenas un 2% de las personas que viven en los países menos desarrollados han sido vacunadas, y 10.000 personas están muriendo cada día por culpa del virus”, advertían.
“Muchos gobiernos de países ricos, especialmente Alemania y la Unión Europea, Reino Unido y Suiza, están bloqueando la suspensión temporal de las normas de propiedad intelectual que están pidiendo más de 100 países”, alertan en una carta en la que avisan que la desigualdad en el acceso a la vacuna prolonga la pandemia y aumenta el riesgo de resistencia a las variantes.
En este este sentido, un informe de Amnistía Internacional emitido el pasado 22 de septiembre ponía cifras a la desigualdad en el acaparamiento de vacunas. Así, hasta ahora, Pfizer y BioNTech, que producen en alianza, han suministrado a Suecia nueve veces más vacunas que a todos los países de ingresos bajos juntos. Por su parte, Moderna ha suministrado un 0,3% de dosis a países de rentas bajas. Por ello esta organización insiste en la necesidad de que se entreguen 2.000 millones de vacunas a los países de ingresos bajos y medios-bajos antes de que termine el año.
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