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Coronavirus
Los farmaceúticos piden reconocimiento y protección desde la primera línea frente al covid19
Casi tres semanas después de que se decretara el estado de alarma, las farmacias son de los pocos establecimientos que siguen con sus puertas abiertas, atendiendo al público. Los profesionales que en ellas trabajan se reivindican como parte del colectivo sanitario, en primera línea ante la pandemia. En el sector hay descontento por lo que consideran una falta de reconocimiento desde las instituciones a la labor que realizan y el riesgo que esta comporta. El pasado 23 de marzo, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, valoró la exposición de este colectivo como “riesgos inherentes a su profesión”, equiparando su situación a la de los trabajadores de los supermercados, declaraciones que fueron recibidas con enfado.
La reacción fue instantánea. Colegios de Farmaceúticos y colectivos implicados escribieron cartas transmitiendo su malestar, sin obtener ningún tipo de disculpa. Si bien no discuten que se deba dar prioridad a los sanitarios en los hospitales, “eso no significa que tengamos que sacrificar nuestra salud ni tampoco la de nuestras familias, porque no dispongamos de medidas de protección por una falta de previsión total”, señalaba en su web el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM).
El colectivo recuerda que realiza una función imprescindible por su contacto directo con el público, cuyas inquietudes en muchos casos resuelve
El colectivo recuerda que, aunque no se encuentren en los centros sanitarios, realizan una función imprescindible por su contacto directo con el público, cuyas inquietudes en muchos casos resuelven. Señalan que prestan un servicio público, aun siendo un comercio privado. En este sentido, en una carta abierta a los farmacéuticos madrileños, el presidente del COFM reclama medios de protección adecuados para continuar con su trabajo. “Queremos seguir siendo una parte importante de la solución, como estamos demostrando ahora, al informar y atender a la población, evitando así la sobrecarga y colapso de nuestro Sistema Nacional de Salud”, afirma en el documento.
En conversación con El Salto, la vicepresidenta del Col·legi de Farmacèutics de Barcelona (COFB), Núria Bosch, considera que estos profesionales cuentan con el reconocimiento de la población: “Nuestra mayor recompensa es que la sociedad nos considere profesionales próximos y de confianza”, en contraste, lamenta, con declaraciones como las realizadas por Simón, por lo que valora que es necesario “seguir haciendo hincapié en que los farmacéuticos somos profesionales sanitarios que estamos trabajando en primera línea de actuación y colaborando con el resto de agentes de salud”.
Farmacéuticos contagiados y farmacias cerradas
De hecho, a día 2 de abril en Madrid, donde la situación es especialmente alarmante en cuanto a número de contagios y fallecidos, el covid19 se habría cobrado las vidas de seis farmacéuticos, han tenido que cerrar 26 farmacias y el 11% de las plantillas estaría afectado, según cifras proporcionadas a El Salto por la Responsable de Comunicación del COFM. En Andalucía hay 29 casos de farmacéuticos ingresados o en cuarentena por covid19, según ha señalado el Consejo Andaluz de Colegios de Farmacéuticos recientemente. El Col·legi de Farmacèutics de Barcelona (COFB) dice no disponer de “datos de farmacéuticos afectados, pero sí de farmacias que han cerrado, que en total ascienden a siete”.Y es que cada día pasan por las farmacias decenas de personas que desconocen si portan el virus consigo. Incluso, algunas que empiezan a notar los primeros síntomas, además de muchos familiares, cuidadores y voluntarios que acuden a recoger las medicaciones de los más mayores, un colectivo de riesgo especialmente vulnerable.
A pesar de este nivel de exposición las farmacias no han recibido ningún tipo de ayuda. La primera necesidad —según comentan los nueve farmacéuticos entrevistados para este reportaje, procedentes de diversas regiones del Estado— son mascarillas, guantes y geles hidroalcóholicos. Tan solo el COFM —de todos los colegios oficiales contactados, que incluyen los de Córdoba, Murcia, Barcelona y Álava— ha proporcionado tres mascarillas por farmacia, independientemente de su número de trabajadores. Por su parte, desde el Consell de Col·legis Farmacèutics de Catalunya, reportan que tras “reiteradas peticiones” a “la Administración sanitaria”, han sido autorizados a importar mascarillas. Esperan una primera entrega para su reparto entre los profesionales, informa Bosch.
Cada día pasan por las farmacias decenas de personas que desconocen si portan el virus. También algunas que empiezan a notar los primeros síntomas, además de muchos familiares, que acuden a recoger las medicaciones de los mayores
Por parte de los colegios sí que se han facilitado carteles informativos para sensibilizar al público y algunos mantienen una buena línea de comunicación con los colegiados, según afirman las personas entrevistadas. En este sentido la gestión es dispar, mientras que el COFB cuenta ya con una cuenta de correo electrónico para consultar al Centro de Información del Medicamento, en Madrid, el colegio no estaría facilitando información suficiente sobre la situación: “La información que tengo es por los medios, porque sale Fernando Simón todos los días y va contando la información que tienen o la que les interesa”, sentencia Javier Viloria, farmacéutico en la capital.
RESPONSABLES DE SU PROPIA PROTECCIÓN
La mayoría de estas farmacias comenzaron ya a implementar las medidas de protección antes de que se decretara el estado de alarma o les llegaran la recomendaciones de los Colegios Oficiales. Entre estas medidas destacan el establecimiento de la distancia seguridad, la organización del espacio para asegurar que el público la respete a la hora de esperar turno, la elaboración de pantallas de metacrilato caseras y el encargo de éstas, asumiendo íntegramente su coste. “El gasto de material ha sido elevado sin ningún tipo de ayuda colegial ni de la Administración. Aquí cada uno se averigua lo suyo”, explicita la farmacéutica de Córdoba entrevistada.Maria del Carmen Martel, titular de la Farmacia Martel, en Madrid, fue la primera entre los entrevistados que dispuso medidas preventivas. “Seguimos muy de cerca lo que pasaba en Italia, por lo que dos semana antes del estado de alarma, ya empezamos a decir a los clientes que dejasen distancia entre ellos, que se alejasen del mostrador y por favor no se apoyaran”, cuenta. Además, comenzaron a higienizar las superficies y lavarse las manos cada hora. Poco después completaron las medidas usando mascarillas y guantes y adquiriendo una mampara de mostrador.
Los demás farmacéuticos narran secuencias similares, con iniciativas que se adelantaron al confinamiento. Los dos profesionales de A Coruña entrevistados aseguran haberse anticipado a la recepción de las directrices colegiales: “En ningún momento nos aconsejaron las mamparas ni nada por el estilo. Todo eso ha partido de cada farmacia”.
El COFB, según informa Bosch, ya había constituido un grupo de trabajo, antes del confinamiento de la ciudad de Igualada y los municipios cercanos, con el fin de elaborar un protocolo interno para los profesionales “formado por un conjunto de recomendaciones y medidas organizativas para las oficinas de farmacia y, sobre todo, para mantener la seguridad de todos los profesionales que trabajan en ella”. Ya antes, el COFB junto con CatSalut produjeron “un documento con unas recomendaciones sobre el papel que podían desarrollar las farmacias en relación con el coronavirus”. El Colegio de Córdoba afirma haber facilitado información de la pandemia desde febrero, principalmente pautas preventivas ante posibles contagios a través de personas procedentes de “zonas de alto riesgo en esos momentos”.
Atender sin guantes ni mascarillas suficientes
La escasez de materiales de prevención limita la utilidad de estos protocolos y pautas, denuncian los profesionales. “Necesitaríamos más mascarillas, pues no nos llegan porque las tiene retenidas el Gobierno”, protesta J.L., farmacéutica de la Comunidad de Murcia. “Como no nos consideran sanitarios de primer nivel, no llega el suministro a las distribuidoras, con lo cual la farmacia no puede comprar mascarillas ni para los propios farmacéuticos. Ni el Gobierno las proporciona, ni el Colegio...”. Ante las dificultades para conseguirlas, los trabajadores acaban atendiendo sin mascarillas o reutilizando las pocas que tienen.La preocupación por la falta de materiales se extiende a todas las personas entrevistadas, una farmacéutica de Córdoba, donde ya han cerrado dos farmacias porque su personal ha dado positivo, comenta: “No teníamos mascarillas, no teníamos guantes y gracias a que había hecho un pedido anterior de guantes y termómetros me llegó un resto, que nos quedamos para nosotras”, los guantes los lavan con lejía y reutilizan cada día porque no tienen más. Las tres mascarillas que tienen las usan cada día, “su efecto es más psicológico que de barrera”, lamenta la profesional.
“Como no nos consideran sanitarios de primer nivel, no llega el suministro de mascarillas a las distribuidoras, con lo cual la farmacia no puede comprarlas ni para los propios farmacéuticos”
Juan María Serra, de la Farmacia Serra Mandri en Barcelona, considera que, por precaución, el material había que haberlo guardado antes del estado de alarma, cuando era más fácil adquirirlo. No responsabiliza a ningún organismo ni institución en concreto, pero considera, en general, que “no han hecho su trabajo adecuadamente, que el riesgo se podía haber abordado con una correcta gestión de recursos”.
En este contexto, cada farmacia ha hecho lo que ha podido, pagando de su propia caja materiales y medidas de prevención. “La medida más costosa ha sido la instalación de mamparas en los mostradores”, afirma L.C.C. El gasto asumido por varias farmacias entrevistadas se encuentra alrededor de 250€.
Junto a la falta de apoyo para dotar del material necesario a los profesionales, el colectivo señala cambios constantes en las directrices de seguridad. “Por ejemplo, el cambio de bata diario nos llegó cuando estábamos ya en plena crisis. Está siendo una locura porque nos decían limpiar y desinfectar cada mañana y cada noche; ahora nos dicen cada hora...”, recalca J.L. desde Murcia, quien intenta adaptarse. “El Colegio envía circulares a diario con cambios de procedimientos a la hora de dispensar: Se ha aumentado la posibilidad de retirar medicación para dos meses, ciertos medicamentos cambian de pauta para poder ser dispensados, sin visado, sin especial control...”, explica C.A., farmacéutica del País Vasco.
La demanda del público
Precisamente el mismo material que les falta a los propios profesionales es el más requerido por el público. “Los clientes demandan mascarillas, que no hay; guantes, que tampoco se encuentran o a unos precios mucho más altos de lo normal —hasta 7 u 8 veces lo que costaría normalmente—. También hay una falta de geles hidroalcohólicos”, precisa M.C.L. No solo eso, explica esta farmaceútica, piden tratamiento para la malaria o acitromicina, pues en los medios se les asocia con el tratamiento contra el covid19. La farmaceútica apunta a una cierta flexibilización con las recetas, admitida por el Colegio, dada la saturación de los centros de salud.“Los clientes demandan mascarillas, que no hay; guantes, que tampoco se encuentran, o si están es a unos precios mucho más altos de lo normal. También faltan geles hidroalcohólicos”
L.C.C. añade: “En los últimos días estamos recibiendo también bastantes visitas por casos de ansiedad, depresión, dificultad para conciliar el sueño”. Mientras, Serra asegura que no se ha reducido la afluencia a la farmacia pero que se ha incrementado la atención telefónica y los pedidos a domicilio, distribución que realizan ellos mismos: “Nos vamos apañando”.
Además de las farmacias que han tenido que cerrar sus puertas, muchas han tenido que reorganizarse, al verse afectados por bajas de trabajadores, por conciliación con la vida familiar o, simplemente, para disminuir el riesgo del personal. En este sentido, intentan aplicar turnos que faciliten que los farmaceúticos no coincidan. “Dentro de nuestras posibilidades hacemos todo lo que podemos para mantener al personal protegido”, afirma Martel, “lo único que nos han proporcionado han sido los excipientes para la elaboración de geles hidroalcohólicos y hemos tenido que elaborar nosotros mismos en el laboratorio que disponemos de fórmulas magistrales”.
Un público en particular preocupa al colectivo, el que componen las personas mayores. El miedo y la alarma les empuja a acudir aún con asiduidad a las farmacias en busca de información, ayuda y consejo. “Son personas mayores las que viven en esta zona y es un continuo venir y llamar por teléfono y les tenemos que llamar la atención para que no salgan solo para esto”, indica la farmacéutica de Córdoba. Algunos de los servicios que requieren, como medirles la tensión, implican contacto, por lo que se desaconsejan, por otro lado los más aprehensivos “vienen a la farmacia simplemente a desahogarse, cosa que tampoco deben hacer porque es un riesgo innecesario. Hay que ir a la farmacia a recoger la medicación crónica que una necesite y nada más”, alerta M.L.C.
Impacto en las vidas del personal
Todo este clima de incertidumbre, continuos cambios, desgaste, estrés y presión que experimentan los farmacéuticos también se traslada al plano personal y llega a tener impacto en las familias. “Mi mujer y yo somos los cotitulares de la farmacia y tenemos un hijo de dos meses. Desde el estado de alarma estamos en casas separadas porque no quiero ponerlos en peligro y me estoy perdiendo su crecimiento”, afirma el farmacéutico de A Coruña. La farmacéutica de Córdoba también lamenta el riesgo de contagio para la propia familia que implica el entrar y salir de casa.Martel trata de ver el lado más positivo: “Dentro de lo que cabe, nosotros no estamos encerrados en casa. Salimos a trabajar y por lo menos cambias de aires. Pero siempre tienes algo de incertidumbre por si caes enfermo”. Aunque de momento su familia esté gestionando bien la situación, esta farmaceútica teme los efectos psicológicos de un eventual alargamiento de la cuarentena. Serra, viudo, ya los está padeciendo: “Me he vuelto casi hipocondríaco. Por momentos, parece que estemos metidos en una película de ciencia ficción.”
VALORAdos socialmente
Es en este tenso marco que las palabras de Simón generaron malestar. Quienes se sintieron infravalorados por sus declaraciones, destacan que sin embargo cuentan con el reconocimiento de los clientes. “Están muy agradecidos, sobre todo los mayores, a los que les estamos pudiendo acercar —con un permiso especial del colegio— la medicación a casa, pues son personas con alto riesgo y movilidad reducida”, comenta desde Murcia J.L.
Con el fin de poner en valor el sector, el COFM ha elaborado un vídeo “para uso de los medios, como un merecido aplauso” y un “homenaje sentido a la fuerza, el valor, la profesionalidad y la voluntad de todos los farmacéuticos que están en primera línea de la atención ciudadana”.
Aunque nadie lo haya explicitado, el COFCO da por hecho que el regular aplauso de las 20h incluye al personal farmaceútico, y afirma rotundamente que la profesión es valorada públicamente: “La sociedad reconoce que los grandes héroes que están librando la batalla ante el coronavirus visten bata blanca. Ojalá las Administraciones Públicas también lo tengan presente una vez que pase todo”.
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Me parece muy bien que se reconozca su labor, pero como ellas hay muchos tipos de trabajadoras también en primera linea que no son reconocidas y van sin ningún tipo de protección, como son las conductoras de transporte publico, bus, metro, taxi, trabajo domestico, internas...
Además de los precios abusivos que están poniendo a los productos como alcohol para manos, mascarillas... Un ejemplo; 57€por dos botes de alcohol el 15 de Marzo en Gernika.
Yo no quiero aplausos, los aplausos no sirven si luego los empleos son precarios y en situación de explotación.
Un saludo