2 dic 2020 06:17

En noviembre se estrenó en Francia el documental Hold-up, una vuelta al caos del director Pierre Barnérias. Esta película pretende contar la historia secreta de la pandemia del covid-19 apoyándose en numerosos testimonios e intervenciones de personalidades, algunas de ellas prestigiosas. Encontramos, por ejemplo, científicos, políticos franceses de primer plano e incluso sociólogos de renombre.

Sin embargo, al ver el documental, pronto saltan a la vista muchas afirmaciones no demostradas. Por ejemplo, nos enteramos de que el dr. Fauci, un pilar del grupo de trabajo estadounidense contra el virus, ha cambiado de opinión sobre el uso de la hidroxicloroquina bajo la presión de la industria farmacéutica. En el documental se sostiene también que la interrupción del uso de esta molécula habría causado un pico de mortalidad en ciertos países durante el mes de junio, que el investigador Richard A. Rothschild ya habría presentado un ensayo preliminar contra el covid 19 en octubre de 2015, o que se ha planteado la existencia de “campos de internamiento” para los pacientes en Canadá.

La tesis principal del documental es que esta pandemia ha sido cuidadosamente organizada por las élites del mundo político, económico, intelectual y tecnológico para establecer un “Great Reset”, un “gran reinicio” de la sociedad. Los autores se basan en un anuncio del Foro Económico Mundial que parece sostener esta tesis. De hecho, el Foro ha planeado celebrar una importante reunión en enero de 2021. Esto fue incluso anunciado en un comunicado en junio. El texto indica claramente que se trata de un proyecto que tendría como objetivo imaginar un “sistema económico y social para un futuro más justo, más sostenible y más resistente” frente a las pandemias, el cambio climático y otros desafíos.

Pero los autores del documental proponen una lectura muy diferente, sin presentar ninguna prueba que apoye sus afirmaciones y afirman que el propósito de esta pandemia es tanto destruir una parte inútil de la humanidad como facilitar el despliegue de 5G para controlar mejor la circulación del dinero

Si bien es perfectamente legítimo discutir la utilidad real o las intenciones del Foro Económico Mundial y de esta reunión, afirmar que este “Gran Reinicio” fue pensado antes de que se produjera la epidemia no se basa en ningún hecho verificable. Y el documental no aporta ninguna prueba sobre este punto. Aún sin pruebas, los autores afirman que el propósito de esta pandemia es tanto destruir una parte inútil de la humanidad como facilitar el despliegue de 5G para controlar mejor la circulación del dinero, que se convertirá en dinero virtual mediante el uso masivo de criptomonedas.

Cada una de estas afirmaciones se revelan totalmente infundadas después de las verificaciones meticulosas de periodistas franceses que quisieron llegar al fondo de la cuestión. Por ejemplo, un artículo publicado en el diario Le Monde demuestra metódicamente, con todas las fuentes disponibles, cada uno de los puntos mencionados.

Barnerías, el director

Llama la atención el perfil de Pierre Barnérias. Experiodista y reportero de guerra, creó un canal de Youtube en 2019 con el evocador nombre de ThanaTV (de la raíz griega thana, muerte). Podemos encontrar en ese canal el documental “Thanatos, el paso final” que entrevistó a quienes están convencidos de que vivieron una “EMI”, una experiencia de muerte inminente. Pero es el revoltijo que podemos adivinar detrás del personaje lo que más nos intriga. Su lista de amigos en primer lugar, que incluye muchas personalidades de raíces ideológicas opuestas.

Así se encuentran, a lo largo de este documental sobre el covid 19, prestigiosas personalidades de izquierda como la pareja de sociólogos Pinçons-Charlot, especialistas indiscutibles de la alta burguesía y Valérie Bugault, abogada, o Alexandra Henrion-Claude, ex investigadora del Inserm (Instituto Francés de investigaciones en medicina), que presenta programas en la televisión web de extrema derecha TV-Libertés. También participan personas como la ex diputada macronista Martine Wonner, Silvano Trotta, un YouTuber pro-Trump que comparte montañas de fake news con sus 170.000 suscriptores, afirmando en particular que la luna es artificial y hueca; Laurent Toubiana, un experto “tranquilizador”, que sostuvo que la epidemia no llegaría a provocar una segunda ola, o Jean-Dominique Michel, que habló de una “alucinación colectiva” el pasado mes de marzo.

Cuestión de sesgos
A modo de post-data, una pequeña guía de higiene mental: nuestro cerebro es, de hecho, el resultado de una evolución azarosa y no es particularmente brillante en su organización. De hecho, todos cometemos errores cuando tomamos atajos que simplifican (demasiado) nuestra percepción del mundo. Esto se llama sesgo cognitivo. Por nombrar los más divertidos, encontramos:

*Anclaje mental: influencia dejada por la primera impresión.

*Sesgo de autocomplacencia: creer que uno mismo es la fuente de sus éxitos pero no de sus fracasos.
 
*Sesgo de confirmación: la tendencia a validar las opiniones con los que las confirman, y a rechazar de plano a los que las refutan.

*Efecto Dunning-Kruger: los menos competentes en un campo sobrevaloran su competencia, mientras que los más competentes tienden a subestimar su competencia.

*Efecto de halo: una percepción selectiva de la información en el sentido de una primera impresión que se trata de confirmar.

*Efecto rastrillo: exagerar la regularidad del azar.

*El sesgo retrospectivo o el efecto “lo supe todo el tiempo”: la tendencia a juzgar en retrospectiva que un evento era predecible.

*Punto ciego para los prejuicios: la tendencia a no percibir los prejuicios cognitivos trabajando en sus propios juicios o decisiones en detrimento de una información más objetiva.

*Sofisma genético: tendencia a juzgar el contenido según el contenedor, el mensaje según el mensajero, el fondo según la forma.

*Sesgo de confirmación de hipótesis: preferir las pruebas que confirman en lugar de las que refutan una hipótesis. -

*Sesgo de representatividad: considerar uno o ciertos elementos como representativos de una población.

*Sesgo de selección: tener en cuenta sólo los elementos o eventos que confirmen las hipótesis.

*Sesgo de optimismo: que parece estar profundamente arraigado en los seres humanos; es una creencia individual por la que el sujeto cree que está menos expuesto a la mayoría de los riesgos que otros. Etcétera.

Muchos de los participantes en el documental son en realidad miembros de la Asociación “Bon Sens”, un “lobby ciudadano” crítico sobre la gestión de crisis del gobierno francés y señalado por la organización “Conspiracy Watch”. Lo que es preocupante, y que ilustra este documental, es la porosidad que puede existir entre los conspiradores de extrema izquierda y los de extrema derecha y que pueden encontrarse en ciertas tesis. “La gente de la extrema izquierda o la extrema derecha del espectro político sería la más inclinada a transmitir las teorías conspiratorias. Perciben sus ideas políticas como la explicación lógica y única de los problemas de la sociedad”, analiza un equipo holandés que publicó un estudio sobre este tema en la revista Social Psychological & Personality Science.

Las teorías conspirativas y las fantasías de todo tipo no son nuevas. ”Todo conspira“, dijo Leibniz. Pero hoy estamos asistiendo a un resurgimiento de estos fenómenos, especialmente desde que Donald Trump llegó al poder. Su elección fue un poderoso vector de expansión de esas teorías, que penetran no solo en los entornos culturales, sino también, y quizás sobre todo, en los sistemas políticos democráticos. Este fenómeno parece tanto más preocupante por cuanto va en aumento a medida que nos enfrentamos una acumulación de crisis sociales, económicas, ambientales y pandémicas que parecen incontrolables.

En Estados Unidos, el movimiento de extrema derecha Qanon ha jugado un papel importante en el buen resultado de Trump en las ultimas elecciones. Una figura de este movimiento, Marjorie Taylor Green, la que Donald Trump considera una “futura estrella” de los republicanos, acaba de ser elegida cómodamente en la Cámara de los Representantes.

Nacido en Internet en 2017 y con el apoyo indefectible del Presidente Trump, supuestamente para luchar contra un ”Estado Profundo“ que durante décadas gobernó los Estados Unidos y apoyó ─entre otras cosas─ la pedofilia, el movimiento Qanon ha puesto en los últimos años un pie en Europa. Esto se revela en el último informe de NewsGuard, una organización que analiza la fiabilidad de las fuentes de información en línea: QAnon está atrayendo “más y más seguidores” a este lado del Atlántico, particularmente en Francia, Italia, Alemania y el Reino Unido. Toda la armadura de los movimientos conspirativos y milenaristas se encuentra en Qanon; la gran diferencia es su voluntad de penetrar en el orden político existente y cambiarlo desde dentro.

Mientras tanto, el movimiento apoya la lucha política de Trump, presentada en forma de una agenda secreta para erradicar las prácticas criminales de los demócratas y los liberales. De ahí una forma de santificación política del actual presidente de los Estados Unidos. La pagina de Wikipedia dedicada a la desinformación sobre la pandemia de Covid-19 es impresionante . Muestra que cada uno hace su propia sopa según sus prioridades ideológicas.

Los anti-5G consideran que el brote de coronavirus fue encubrimiento de una enfermedad relacionada con 5G. En los Estados Unidas, la televangelista Kenneth Copeland afirmó en Victory Channel durante un programa llamado “Standing Against Coronavirus”, que puede curar a los televidentes de covid-19 directamente desde el estudio de televisión. En Irán, el ayatolá Ali Khamenei, dijo que Estados Unidos creó “una versión especial” del virus que está “específicamente construida para Irán utilizando los datos genéticos de los iraníes que han obtenido por diferentes medios”. Y por supuesto, un YouTuber apoyada por QAnon y el movimiento anti-vacunas, ha afirmado que el brote fue un esquema de control de población creado por el Instituto Pirbright en Inglaterra y el expresidente de Microsoft, Bill Gates.

En un reciente estudio sobre los anti-mascarilla en Francia, Antoine Bristielle, profesor Asociado de Ciencias Sociales, analiza el perfil sociológico atípico de estos activistas. Contrariamente a lo que se podría pensar espontáneamente, estamos en presencia de “individuos bastante educados, con una licenciatura, y también individuos bastante mayores compuestos por un 60% de mujeres”. “Son personas que se niegan a que las instituciones les digan qué hacer. Le dan mucha importancia al respeto de su libertad, y su libertad en este momento es elegir no llevar máscarilla”, explica el investigador, entrevistado por France Inter.

El investigador también insiste en un punto muy importante: se trata de personas con una “muy fuerte desconfianza en las instituciones políticas e incluso en los medios de comunicación”, que a menudo también son adeptos de las teorías conspirativas. Se preguntó a los participantes en la encuesta sobre su creencia en los Iluminati, la Gran Teoría del Reemplazo u otras teorías de conspiración. En cada caso, más del 50% de ellos declararon que estaban de acuerdo con estas teorías. “Estos resultados son mucho más altos que los que se pueden observar en el resto de la población francesa”, añadió Bristielle.

Cuando el investigador les preguntó si pensaban que la industria farmacéutica y el ministro de Sanidad francés estaban confabulados para ocultar la posible nocividad de las vacunas, casi el 90% de los anti-mascarillas encuestados expresaron su acuerdo con la declaración. Desde los ataques del 11 de septiembre hasta los primeros pasos en la Luna, las teorías más extravagantes han ganado en audiencia y respetabilidad, hasta el punto de inundar las discusiones entre amigos y los platós de televisión: ahora se pueden encontrar en todos los estratos de la sociedad. Tienen la ventaja de ofrecer explicaciones sencillas sobre todo. De ahí su continuo éxito.

La conspiración permite crear orden en una situación desordenada, para sumergir una trama explicativa. No importa si los hechos están probados o no. Los métodos que podríamos usar para protegernos de estas mentiras son sin embargo los mismos métodos para saber si una teoría científica es verdadera o no: Verificar la fuente, ¿quién dice qué? ¿Sobre qué base? ¿Cuáles son los hechos iniciales? ¿Es verificable y reproducible? ¿ Es refutable? La injusticia y el sufrimiento solo se pueden curar con la razón. Cada revolución comienza por sí misma. 

Coronavirus
La teoría de la conspiración que se hizo tan viral como el covid-19

La creencia de que la tecnología 5G está relacionada con la expansión del coronavirus, surgida como una teoría de la conspiración en foros y redes sociales, lleva propagándose por la red desde enero, pero no atrajo la atención de los medios hasta principios de abril, cuando un ataque a una antena de telefonía móvil en Birmingham dejó sin cobertura de red móvil a uno de los hospitales de la ciudad británica.

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