Coronavirus
Guerra contra el covid19, cesión al mercado

La población lucha contra un virus, mientras la industria sigue produciendo lavadoras. El virus se expande, pero la sociedad del trabajo es intocable. Si esto es una guerra, el campo de batalla está de parte del covid19 tras años de descuidar neoliberalmente los servicios públicos de cuidados.

Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz coronavirus - 9
Un conductor de autobús aplaude a la Sanidad mientras un control policial continúa su tarea. Álvaro Minguito

Se le escapó, como un pedo, como un estornudo, como una visión del mundo bien encajada en el subconsciente. El jefe del Estado Mayor de la Defensa, Miguel Villarroya, señaló en rueda de prensa: “Hoy es viernes en el calendario, pero en estos tiempos de guerra o crisis, como queráis llamarlo, todos los días son lunes”. 

El ejército toma el asfalto pero la industria sigue fabricando lavadoras que nadie va a comprar, poniendo en riesgo la salud de las trabajadoras y de la población, que hace lo que puede por asumir un confinamiento que hay quien dice, en voz baja, también dentro del CSIC, que se alargará hasta junio. En un documento dirigido al Gobierno de Pedro Sánchez, en el que le solicitan un confinamiento real, setenta científicos han puesto fecha al colapso sanitario: el miércoles 25 de marzo.

Primero, las administraciones cerraron los colegios, dejando a nueve millones de menores a cargo de sus madres y padres. Pero no ordenaron parar la productividad. Sugirieron un poco de teletrabajo, mezclado con grandes dosis de desinformación: ¿cuántas muertes se prevén en el Estado? Respuestas evasivas, que no son más que desinformación. 

Luego llegó el anuncio de confinamiento, pero las peluquerías a pie de calle permanecerían abiertas por real decreto. Caos, risas en las redes, descontrol. ¿Cuántos tests se han practicado hasta la fecha? Otra vez evasivas, y un extraño anuncio: Catalunya y la Comunidad de Madrid dejaron de realizar tests a contagiados y focos de infección, los reservan para pacientes graves y sanitarios, en contradicción con la recomendación —súplica, en realidad— de la Organización Mundial de la Salud. Metros y trenes amanecen cada día abarrotados, atascos en la autopista, la producción sigue en marcha. El virus se expande.

Científicos de la Universitat Politècnica de València estiman que el pico de infectados se producirá entre el 11 y el 21 de abril, podrían infectarse entre 1,8 y 2,8 millones de personas

Pedro Sánchez comparece anoche y asegura que se han comprado 649.000 tests, y que cada día se podrán practicar más de 15.000, pero sigue sin ofrecer el dato que tanto interesa a las periodistas: ¿cuántos se han realizado ya? Los presidentes más duchos regatean las preguntas como Lionel Messi el balón. Sánchez no da el dato y se centra en el futuro. Tampoco es capaz de describir, en un Estado centralizado donde Sanidad asumió desde el estado de alarma todas las competencias de las autonomías, la edad, el sexo y las patologías previas de los fallecidos por covid19. Sánchez lanza el balón a escuadra: ofrecerá un censo “en los próximos días”. 

El presidente sigue sin poner fecha al final del confinamiento, a las previsiones de fallecidos, al pico de la pandemia. En la mañana de ayer, su ministro de Sanidad anunció que han creado un comité científico, de solo seis científicos, para afrontar la pandemia. Mientras, un grupo de científicos de la Universitat Politècnica de València hace sus propios cálculos, en base a los datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad entre el 24 de febrero y el 21 de marzo: “Estimamos que el pico de infectados se producirá entre el 11 y el 21 de abril”. Se infectarían entre 1,8 y 2,8 millones de personas, prevén. Si se asume una tasa de mortalidad del 1%, los fallecidos oscilarían entre 18.000 y 28.000. Italia decretó anoche paralizar su producción, tras contabilizar 793 decesos en solo 24 horas. El número de víctimas mortales asciende a 4.825.

¿Es posible que se hayan abierto más expedientes sancionadores que pruebas de coronavirus? Es posible, ya se han abierto más de 31.000 procesos sancionadores

Antes de los tests generalizados, comenzaron las sanciones masivas. ¿Es posible que se hayan abierto más expedientes sancionadores que pruebas de coronavirus? Es posible. Los controles de las policías municipales, autonómicas, la Nacional y la Guardia Civil. La Ley Mordaza en su máximo esplendor. 601€ por ir a casa de tu ex pareja para cuidar de la hija cuando la madre trabaja —mi ex pareja, mi hija—. Llamada al Ministerio de Interior, ¿pero cuántas sanciones se están poniendo? “Es demasiado pronto para dar ese dato, la población se podría traumar”. Horas antes, Interior había filtrado el dato a otro diario, horas después cambia de estrategia y el ministro Fernando Grande-Marlaska ofrece por fin la cifra, que triplica la filtrada: hasta el pasado viernes, 31.000 sancionados en el Estado, lo que supone más de 18 millones de euros en procesos administrativos que acarrean multa (la más baja, de 601 euros). 

Una situación tan extraordinaria como una pandemia mundial evidencia la fragilidad de nuestras vidas y de la sociedad que habitamos. Los menores no pueden salir de sus casas hasta nuevo aviso. Los mayores de 65 años que viven solos no disponen de un servicio público de ayuda a domicilio capaz de atender las necesidades básicas de todos ellos, que a diario cubre la familia. Pero se siguen fabricando lavadoras en el País Vasco, baldosas en Castelló, armas en Burgos. El virus se expande.

El confinamiento de la cuarta parte de la población coincide con la población la no productiva  (nueve millones de menores, dos millones de jubilados), a los que se añade el comercio de cara al público (en su mayoría, autónomos y pequeñas empresas). El aislamiento entorpece la complicada logística de producir para llegar a fin de mes y de cuidar de las personas a cargo para sostener la vida. 

Setenta científicos han puesto fecha para el colapso sanitario: el miércoles 25 de marzo, y solicitan al Gobierno que el confinamiento sea total

Mientras, en espacios de trabajo que siguen abiertos, tanto los necesarios como los inútiles, se suceden las denuncias ante la falta de medidas de protección laboral. Incluso entre el personal sanitario, vulnerable por su contacto constante con el covid19 y foco de infección desde el inicio de la pandemia. Quien tiene que cuidar ha sido neoliberalmente descuidado por los sucesivos gobiernos. El miércoles fallece la primera sanitaria, una enfermera de 52 años en el Hospital de Basurto de Bilbao.

Si la crisis económica de 2008 generó una crisis política que resplandeció con el 15M, pero que no fue suficientemente grande para cambiar el actual orden social, ¿qué cambio social se podría esperar tras la crisis económica a la que da pie esta pandemia mundial? Es el momento de la política, de los activistas, de los filósofos, de la ciudadanía.

Oskar Matute, EH Bildu

“Tras el confinamiento, nuestras vidas no serán iguales y ahí hay un relato. Habría que apostar por lo común y por todas las partes de la vida, también de los cuidados, tan denostados siempre”, indica el portavoz en el Congreso de EH Bildu, Oskar Matute, quien considera que esta crisis será aún más grave que la de 2008 y la de la reconversión industrial vasca de los 80. “Ninguna de ellas alcanzaron los hitos de excepcionalidad de esta pandemia”. Vaticina un “hiperconsumismo brutal hiperacelerado” cuando la cuarentena termine, y recuerda que “no vale con aplaudir a los sanitarios a las ocho de la tarde, si en dos o tres años seguimos apostando por recortar los servicios públicos. La dimensión de los cuidados, la eterna olvidada, es lo que consigue que este mundo pueda funcionar”.

Mireia Vehí, CUP

“Cuando la gente sufre literalmente por la vida, lo público es lo único común”, resume Mireia Vehí, parlamentaria por la CUP en el Congreso de los Diputados. “El Gobierno asegura que el plan de rescate del covid19 es la mayor movilización de dinero, pero es mentira. Con la crisis de 2008, movilizaron más de 300.000 millones con créditos blandos para salvar los bancos”, recuerda la política catalana. “El plan de rescate actual no protege la vida, a las familias cotidianas. Protege al capital, y supondrá décadas de miseria cuando volvamos a abrir las puertas de nuestras casas”, advierte. “En este estado de alarma se ha decidido no cerrar aeropuertos, ni tráfico ferroviario, no se han confinado Madrid, Catalunya, País Vasco ni La Rioja, que son los mayores focos de infección. No se decide parar el virus, pero se recentraliza el poder, mientras las medidas económicas adoptadas transfieren directamente renta de trabajo al capital. Se está haciendo lo mismo que en 2008, con la única diferencia de que ahora la gente se muere. Me parece una irresponsabilidad”, concluye. 

Coronavirus
Dos veces confinada

Laia Lluna pasó tres meses aislada de sus dos hijos, de su pareja y sigue de baja por tuberculosis en la escuela donde trabaja como maestra de educación física. Sus pulmones, más débiles que los de los demás, son considerados de riesgo en esta pandemia, así que vuelve a estar confinada, como todas, pero un poco más.

Jorge León Casero, profesor de filosofía política

Sobre el Estado y el poder, así como su concreción a lo largo de la historia, el profesor de filosofía política Jorge León Casero es un experto. “El filósofo Michel Foucault se dio cuenta de que los modelos de gestión de población nacían a raíz de cómo se tratan las pandemias, como la peste del siglo XIV y la viruela del siglo XIX. La cuestión ahora es cómo interpretar esta crisis. Si virará hacia un sistema autoritario, estatal y centralizado, que implica una reducción de los derechos, o hacia uno que, siendo autoritario, cambie a un estado más social y medioamentalmente sostenible”, indica León sobre la figura del Estado y sus variables, tras cuatro décadas de Estado neoliberal, que sucedió a su vez al Estado del bienestar tras la crisis del petróleo de 1979. “Para que surjan políticas progresistas, una de las necesidades es que haya una gran presión social. De lo contrario, la deriva hacia un estado autoritario es muy peligrosa. Pero la declaración de un estado de alarma, que nos restringe la movilidad, dificulta que pueda haber presión en las calles”, advierte el profesor de filosofía política.

Rubén martínez, profesor de economía y cultura

Goldman Sachs ha redactado un informe a sus inversores en el que les conmina a comprar acciones de Inditex, ya que con la pandemia se ha devaluado un 21% pero calcula que, tras ella, la empresa de Armancio Ortega se revalorice un 28%. Compra barato, gana más. “Esta crisis vuelve a ser una oportunidad de negocio para el ámbito financiero, un ámbito que, junto con el bancario, fue rescatado con dinero público en 2008”, indica el miembro de la cooperativa La Hidra, desde la que da clases de economía y cultura en dos centros universitarios. “En el plan de rescate del Gobierno español vemos un tímido rescate a autónomos y pequeñas empresas, y un intento de cobertura con los Ertes, pero también muy tímido, cuando en una economía deseable, sin estar hablando de una colectivizada y socializada, tendría que poder controlar a los actores financieros, que no deberían poder hacer especulaciones en el ámbito del alquiler y en la producción”. Fernánez apunta que el único motivo para que los fondos buitre hayan sacado una moratoria de los alquileres es para evitar el precio de los litigios posteriores de los impagos motivados por la pandemia. “Simplemente, se ahorran futuras costas judiciales”.

Jule Goikoetxea, experta en políticas públicas 

“Esta crisis tiene que servir para ver que esto no se soluciona con un par de leyes, sino con un cambio del sistema”, indica Jule Goikoetxea, experta en políticas públicas y activista del movimiento feminista vasco. “Me gustaría que saliéramos de esta crisis con estrategias para la reivindicación de un sistema público comunitario. Un sistema cuyo primer nivel debería empezar en los barrios, con las redes ya existentes. Dando forma a un sistema público de recursos que asegure que todas las comunidades de barrio tengan capacidad de decisión y recursos suficientes para gobernarse y atenderse, porque no todas las comunidades están igual de envejecidas o racializadas. Este sistema ya no sostiene nada, hay que cambiarlo”.

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#51610
22/3/2020 19:14

Las tanquetas del ejército son para repartir mascarillas, o para lo que siempre las han empleado?.

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#51816
23/3/2020 11:37

Para lo que haga falta

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0
#51572
22/3/2020 16:55

Excelente cobertura, a varias bandas. Enhorabuena.

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5
#51800
23/3/2020 10:42

todo desde casa que en este medio el periodismo se hace a distancia incluso antes de la pandemia.

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#51526
22/3/2020 15:25

Siento decirte que el servicio de ayuda a domicilio no está suspendido, seguimos trabajando aunque estén acompañados por sus familias y con la única protección de guantes. Antes de informar a la torera informate tu bien

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7
#51468
22/3/2020 12:57

En Cantabria hace 4 dias, dijo el gobierno regional que de 800 tests que habian hecho (solo lo hacen a los que tienen sintomas muy muy notables) el 10 % habia dado positivo, por lo que pienso que el 10% o mas de la poblacion hemos pasado el virus. Yo pienso que los 1 o 2 millones de personas que mencionan la universidad, ya estan,y si hay que contar con los asintomáticos, seremos mucho mas ahora mismo.

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1
#51434
22/3/2020 10:55

Y tu que estas haciendo? Deja de escribir tonterias y ves de voluntario a tareas en un hospital. La de tonterias que se leen estos dias

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23
#51458
22/3/2020 12:10

La pluma ilumina mucho más el camino que ciertos movimientos. La práctica es indispensable, pero sin teoría se ahoga en el sinsentido

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4
#51463
22/3/2020 12:40

Y tú que haces a parte de escribir tonterías, vete a un mitín de VOX!

8
13
#51589
22/3/2020 17:55

tu si que eres de vox

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