Contigo empezó todo
Las once de Basauri que lograron el derecho a abortar

El proceso judicial contra once mujeres de Bizkaia supuso un avance clave para el derecho a decidir sobre el propio cuerpo.

27 oct 2019 06:00

10 de septiembre de 1976

“Tengo una falta”.

Desde que Isabel se lo ha dicho a su marido, aclarándole que, por lo que conoce su cuerpo, eso solo puede significar una cosa, este ha pasado por varias fases. De un par de minutos de mutismo a encadenar un cigarro tras otro mientras da vueltas nerviosamente, farfullando maldiciones, alrededor del banco en la orilla del Nervión desde el que Isabel mira fluir el río.

Tienen poco dinero y ella cuenta ya 36 primaveras. Un hijo inesperado es una condena. Eso si sale adelante, lo cual Isabel duda. Ya perdió uno hace tres años y no está dispuesta a pasar por lo mismo. Sabe que su marido no se opondrá, aunque le preocupará el tema de la seguridad e intentará disuadirla mostrándose más optimista sobre el embarazo recién anunciado. Le va a resultar difícil convencerla después de la escena que acaba de montar. Pero todo el mundo conoce casos en que el embarazo acabó… junto a la vida de la madre. Isabel espera a que él se tranquilice y se siente en el banco. Cuando lo hace, enterrando la cabeza entre los brazos y exhalando un suspiro de hartazgo, ella le habla.

“Voy a abortar. Me han hablado de una mujer. Está limpio y sabe lo que hace, conozco a un par de mujeres que lo han hecho y sin problema. Vale 3.000 pesetas”.

Su marido, como esperaba, hace alegaciones débiles durante un rato. “Si no te pasa nada y es lo que quieres…”.

9 de octubre de 1976

Han acostado a las niñas y acaban de terminar de cenar. Llaman a la puerta. Al poner el ojo en la mirilla, se le pasan varias ideas por la cabeza. Le ha pasado algo al niño, que hoy duerme en casa de un amigo. El marido se ha metido en otro lío con el sindicato de la fábrica. El tío Ander se ha vuelto a pasar con la incontinencia político-verbal que siempre le da el tercer vino. No, es peor. “Buenas noches, señora… ¿usted conoce a…?”. “Tiene que venir un momento”.

El momento se convierte en horas, las horas en tres largos días. Comparte la celda con otra mujer acusada de haber abortado. La abortera fue detenida y acabó confesando el nombre de sus clientas. Su asombro inicial da paso a las lágrimas, y estas se acaban transformando en cólera. No nos dejan hacerlo de forma segura, y nos detienen cuando lo hacemos de todas formas. A estos policías, a este juez, ¿qué les importará lo que haga con su cuerpo? ¿Iban a cuidar ellos al niño? Cuando por fin llega a casa, se desploma en el sofá. Después de abrazar a sus hijos, su marido la intenta animar.
“¿Te cuento un chiste? ¿Sabes qué me dijo el juez cuando intenté visitarte? Que soy idiota, que te tenía que haber llevado a Londres y aquí paz y después gloria”.

Isabel estalla y un jarrón se hace añicos contra la pared del salón.

25 de marzo de 1982

Ante ella tiene el documento de la sentencia, pero Isabel se demora en leerlo. La rabia que siente desde que empezó todo, más de cinco años antes, sigue ahí. ¿Quiénes son ellos para decidir por mí?
El paso del tiempo no ha aplacado su rabia, sino todo lo contrario. Aumentó al principio, cuando conoció a las otras diez acusadas del grupo, que ya se conocía popularmente como ‘las once de Basauri’. En la mayoría de los casos, las situaciones eran más complicadas que la suya: mujeres más pobres, mujeres que previamente habían tenido niños con graves problemas físicos y mentales. La sensación de ser juzgada cada vez que se explicaba. Y habían sido muchas las veces, desde que las acusadas habían decidido confiar en el movimiento feminista, especialmente en la Asamblea de Mujeres de Bizkaia, que había vencido sus reticencias a darse a conocer y había logrado convertir su problema en un debate social de primer orden. Mientras miles de mujeres organizaban encierros, manifestaciones y todo tipo de protestas, ellas habían aparecido sin cesar en los medios de comunicación. A Isabel le había servido para desahogarse, sentirse acompañada y recuperar la dignidad. Pero el pensamiento le surgía desde las entrañas, hasta casi llegar a su boca en forma de grito. ¿Quiénes son ellos para decidir por mí?

El juicio, nueve días antes, la había llevado al límite. Por fin había llegado, tras años de suspensiones. La extrema seriedad del juez, la lengua viperina del fiscal, los gritos de las manifestantes desde el exterior. Demasiado. A punto estuvo de desmayarse, como le ocurrió a alguna de sus compañeras. Tras 12 horas por fin se terminó y en su interior se había hecho hueco una cierta sensación de alivio, independientemente de cuál fuera el resultado. Pero ahí seguía la rabia. ¿Quiénes son ellos para decidir por mí?

Isabel leyó el documento. Absolución. Se puso a llorar, esta vez de felicidad.

31 de mayo de 1985

Isabel se sabe ganadora y no se lo van a poder quitar. Poco le importa que el Tribunal Supremo, como ya habían advertido sus abogados, revocara la sentencia del 82 y condenara a seis de las mujeres. Poco le importa que el nuevo Gobierno del PSOE, tras haberlas apoyado anteriormente, las hubiera dejado tiradas frente a las maniobras reaccionarias de Fiscalía y tribunales. Poco le importa que hoy le comunicaran que el Tribunal Constitucional refrendaba la decisión del Supremo.

Ellas habían ganado con todo lo conseguido en estos años de persecución por parte de jueces, de la derecha y de la Iglesia. Habían ganado la sentencia del 82. Habían ganado la legalización de los anticonceptivos. Habían ganado la Ley del Aborto, muy insuficiente pero sin duda una victoria. Y no solo eran ganadoras por las victorias conseguidas, sino por las que indudablemente iban a venir. Mientras pasea con su familia junto al Nervión, la rabia ha dado paso al orgullo por ser de las once de Basauri. No os dejaremos decidir por nosotras.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Solo para socias
Sorteo 10 ejemplares de ‘Contigo empezó todo’, nuestro primer libro
Si aún no lo tienes, aprovecha nuestro sorteo entre el 9 y el 22 de diciembre para llevarte gratis este volumen con el que inauguramos El Salto Libros.
Contigo empezó todo
Contigo empezó todo Francisco Ponzán, el Schindler español
El anarcosindicalista oscense lideró una red de evasión que ayudó a escapar a miles de personas de la persecución nazi.
Contigo empezó todo
Contigo empezó todo Lucy Parsons, el último dinosaurio de Chicago
Opacada por la muerte de su marido, la vida de esta sindicalista revolucionaria abarcó los mejores años de la izquierda en Estados Unidos.
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.
Ocupación israelí
Palestina Vivir en alerta: la resistencia palestina frente la ocupación israelí
La cruda realidad de las feministas palestinas que, ante la represión y las detenciones arbitrarias, continúan su lucha por la libertad, la justicia y los derechos humanos.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Madrid
Ciudades Fake Madrid, un paseo por los hitos del simulacro
Un recorrido por los grandes éxitos de la conversión de Madrid en una ciudad irreal.
Opinión
Opinión Sobrevivir pagando en el Álvaro Cunqueiro
Una de las victorias ideológicas del PP de Feijóo en Galicia ha sido hacernos creer que pagar por servicios esenciales en los hospitales durante el cuidado de nuestros enfermos es lo natural, que no hay otra manera de abordarlo, pero es mentira.

Últimas

Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Siria
Oriente Próximo Israel impone hechos consumados sobre Siria para condicionar la transición según sus intereses
“Está escrito que el futuro de Jerusalén es expandirse hasta Damasco”, dijo este octubre el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, uno de los exponentes ultras del Ejecutivo.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Un tercio de los asesinatos de periodistas en 2024 fueron obra del ejército de Israel
Reporteros Sin Fronteras documenta la muerte de 18 periodistas en Palestina y Líbano este año “asesinados deliberadamente por hacer su trabajo” y habla de una “masacre sin precedentes” de profesionales del periodismo.
Crisis energética
Análisis Los aerogeneradores no son molinos, son gigantes
El megaproyecto eólico del Clúster Maestrazgo, punta de lanza del capitalismo verde, destruirá un área natural de alrededor de 1325 campos de fútbol.
Ecofeminismo
COP29 La brecha de género en las Cumbres del Clima
VV.AA.
Las cumbres del clima no están aisladas del resto de espacios políticos y también están atravesados por las dinámicas patriarcales, pero ¿en qué lo notamos? ¿cómo abordan las negociaciones climáticas las políticas de género?
Más noticias
Galicia
Galicia Activistas de Greenpeace instalan ‘una celulosa’ en la sede de la Xunta en protesta contra Altri
Los ecologistas han realizado una acción en la sede del Gobierno gallego de Alfonso Rueda para animar a gallegos y gallegas a asistir a la manifestación de este domingo en la Praza do Obradoiro, en Santiago de Compostela.
Comunidad de Madrid
Educación pública El Gobierno de Ayuso recula y aplaza hasta junio los despidos masivos en Educación
Integradoras sociales, enfermeras, educadoras, auxiliares y otros perfiles de personal laboral se enfrentaban a la incertidumbre de ser cesados en plenas vacaciones de Navidad.

Recomendadas

Fronteras
Túnez Túnez endurece la represión contra las ONG de ayuda a las personas migrantes
Mientras el presidente Kaïs Saied se prodiga en discursos racistas, el estado persigue a las entidades solidarias con quienes llegan al país, bajo el silencio cómplice de la Unión Europea.
Galicia
Economía ¿Quién lidera el negocio del eucalipto en Galicia al que Altri quiere sumarse?
El estallido social que ha producido el intento de la multinacional Altri y la Xunta de instalar una nueva celulosa en Galicia abre la necesidad de poner el foco en el sector forestal, donde se encuentran algunas de las mayores fortunas del Estado.
Siria
Rojava El rompecabezas sirio que estalló en Alepo
El nuevo escenario sirio se ha gestado bajo la intervención implacable de Turquía, patrocinadora del Ejercito Nacional Sirio y otros grupos yihadistas que libran la guerra de Erdogan contra el pueblo kurdo.