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Cine
Adrián Orr: “En Niñato he tratado la realidad de mi barrio, de mis amigos, de igual a igual”
Niñato nos acerca a la cotidianidad de un treintañero desempleado, que vive con sus padres y cuida a tres niños sin renunciar a crear canciones de hip hop. Su escenario es el Madrid de la crisis económica que no se supera, de familias extensas compartiendo un solo techo.
El primer largometraje como director de Adrián Orr, Niñato, se proyecta en el Festival de Cine Independiente de Barcelona L'Alternativa, después de haber sido galardonado en Sevilla.
La propuesta de Orr es austera: no hay un hilo narrativo férreo que dirija al espectador, sino fragmentos de cotidianidad rodados en forma de planos-secuencia.
Orr afirma que ha perseguido el equilibrio, la atención al detalle, sin buscar una lentitud deliberada. “Me interesa el cine que es libre, que explora el lenguaje, pero quiero llegar a la gente”, destaca.
Después de su paso por Cataluña, Orr seguirá recorriendo certámenes cinematográficos (el filme servirá para inaugurar el próximo Festival Márgenes) a la espera de un posible estreno en salas comerciales.
Has trabajado en el equipo de filmes como La isla mínima o Camino. Aquí estamos ante un tipo de proyecto muy diferente, sin apenas logística y muy apegado a lo real.
En el momento en que decidí hacer mi propia película, decidí que me sentía más libre trabajando solo. He hecho el sonido, el trabajo de cámara... Así vives de una manera distinta lo que estás filmando. Esto también me permitió alargar el proceso de rodaje y tener la oportunidad de equivocarme, aprender, volver a rodar cosas...
En Niñato vuelves a tratar unas vidas que ya habías abordado en el cortometraje en Buenos días resistencia. ¿Cual es la relación entre ambas obras?
Cuando terminé el rodaje, sentí que había esbozado algo pero no lo había completado. En la película hay tres escenas que ya estaban en el corto, y algunas que rodamos entonces pero no incluímos en el montaje final. Nos interesaba usarlas porque Niñato está pensada también como una película que refleje el paso del tiempo: transcurren cuatro años desde las primeras filmaciones hasta el final.
Partes de personas reales que conoces.
El protagonista, David, es uno de mis mejores amigos. Yo era dj de su grupo de hip hop cuando éramos adolescentes. Con el tiempo, fui observando que su forma de estar con los niños de su familia desprendía una pasión muy parecida a su forma de vivir la música. Me interesó ese padre joven en proceso de aprendizaje y que, a la vez, quiere seguir rapeando.
¿Cómo gestionaste tu presencia en la cotidianidad de la familia?
¡La gente me pregunta si me escondía! Esa aproximación la trabajamos mucho. No tener un equipo de filmación facilitó las cosas. Pasé mucho rato con ellos, filmando y sin filmar, compartimos momentos... Rodamos en otoño e invierno, uno o dos días a la semana. Mientras montábamos, íbamos pensando por dónde podía ir la película, nos dábamos cuenta de cómo iban cambiando sus vidas y qué podía ser más interesante mostrar.
¿Crees que Niñato entra en la categoría de cine social?
Todo el cine puede ser social, o puede ser político. A mí me gustan muchas películas del estilo de Ken Loach, pero tampoco he querido hacer cine social, aunque todo el cine sea político, aunque sea político lo que he filmado y cómo lo he filmado. Mi familia es de clase trabajadora, de clase media-baja, por decirlo de alguna manera. Ahora mi situación ha cambiado, pero he intentado mantener ese punto de vista... He tratado la realidad de mi barrio, de mis amigos, de igual a igual. Normalmente los trabajadores han sido representados por personas más burguesas.
Tu apuesta ha discutida, se ha hablado de una posible ausencia de contexto social. En cambio, hay escenas que explicitan mucho el Madrid de la crisis. Por ejemplo, un diálogo entre varios padres que llevan a comer a sus hijos a casa para no pagar el comedor escolar.
Yo creo que sí que hay un trasfondo claro. No es algo que he querido subrayar, pero creo que está ahí. Es una película del presente de Madrid y del presente de mi barrio. Hablo de una familia donde solo trabaja la hermana de David, él está en el paro, hay tres niños...
Y viven todos en una misma casa. Sobrevuela este fenómeno de la España posterior al crack de 2008.
La película plantea varios temas, sin dar muchas respuestas, porque forman parte de la cotidianidad de los personajes. Entre esos temas, está la familia y cómo cambian los roles. David es el hombre y se queda en casa con los niños, la madre trabaja porque ha conseguido un puesto interesante... Y todos están muy arropados por los abuelos de los niños. Las circunstancias hacen que se reorganicen.
Se genera una mezcla compleja de estímulos. Por una parte, tenemos a David como padre en casa, fuera del estereotipo de división sexista del trabajo. A la vez, es la madre quien se encarga de lavar la ropa o cocinar.
Sí, viene de la tradicion familiar. Hay esa dicotomía, esas contradicciones. La madre de David siempre ha estado con sus hijos. Y sigue manteniendo eso, pero a la vez convive con otra generación que ha intercambiado roles. Una de las frases que él dice a los niños es que son un equipo y cada uno tiene sus responsabilidades. No aporta ingresos económicos pero juega un rol importante para que los demás puedan hacer lo que quieran hacer.
En la película, David es el padre de los tres niños; en la realidad es el padre de uno y el tío de dos. Y he visto las responsabilidades que ha asumido sobre ellos, aunque renuncie a un trabajo precario con el que pagar el comedor escolar. Prefiere la libertad de estar en casa con los niños, creando su música y viviendo con poco dinero.
Con tu película, muestras una serie de situaciones sin dirigir demasiado al espectador.
Sí, quería explorar cómo el cine nos puede llevar a prestar atención a algo a lo que quizá no damos importancia en el día a día, pero que cuenta muy bien quienes somos, sin dramaturgias muy elaboradas. Sin necesidad de representar muertes, accidentes y esas cosas.
Este planteamiento abierto tiene consecuencias interesantes. El público piensa y proyecta sus ideas en lo que ve. Tomas decisiones con las imágenes, el montaje, pero no marcas completamente un camino.
Para mí es muy importante dar ese espacio al espectador. Hay películas de Hollywood que te mantienen enganchado y son entretenidísimas, pero no te han dejado nada dentro cuando se terminan. Si hay huecos que tú puedes llenar, si hay un relato que tú vas completando, quizá ese proceso te deja más poso.
Yo creo que Niñato no es una obra complicada ni experimental. No deja de explicarte cosas, pero te permite mantener una distancia sobre lo que ves, y te permite pensarte a tí en relación con lo que estás viendo. Tampoco es una película triste ni amarga. A pesar de las circunstancias que les toca vivir a los personajes, quiero mostrar su optimismo, su proceso de aprendizaje.
Algunas críticas hablan del protagonista como un personaje demasiado peterpanesco, otros como un padre cariñoso y a la vez firme que imparte valores. ¿Cuál es tu Niñato? ¿Lo podrías resumir?
Me resulta difícil. Sobre todo, es una muy buena persona. Vive en casa de sus padres y no tiene trabajo, puede tener esa parte de niño grande. Su nombre musical, Niñato, está ahí. Pero también tiene ese corazón y esa ilusión cuando hace tareas de adulto como la crianza. Eso sí, el filme es una construcción, es mi mirada sobre todos ellos. Aunque creo que el resultado los representa bien, son muchas más cosas de lo que se ve en la pantalla.
Decías que no has hecho una obra complicada. Su metraje es breve, ¿es algo buscado para facilitar el visionado?
En realidad, no. El conjunto fue variando en duración a lo largo del proceso, entre los sesenta y los noventa minutos. Al final, se quedó en setenta y dos. Siempre pienso que lo menos es más, que es mejor dejar algunas cosas solo sugeridas. Y tomé las decisiones de montaje sin buscar una duración predeterminada.
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Es curioso que una de las cosas que se resalten de esta película como un gran hallazgo sea la labor del padre/tío como 'cuidador' de lxs hijxs, aquel encargado de la crianza. Parecería una hazaña que consiga esto, cuando el otro trabajo de los cuidados, el que siguen desarrollando las mujeres, queda, para variar, invisibilizado. En la cocina o poniendo la lavadora, solo vemos a mujeres. La hermana del protagonista tiene un trabajo, pero al llegar a casa la encontramos haciendo la comida, cuando nuestro amigo Niñato se pasa el día en casa 'creando' sus temas.
Es muy fácil "criar" a lxs niñxs si esto solo consiste en dialogar con ellos, mientras el mantenimiento de la vida sigue recayendo en las mujeres. Un día, Niñato le hace la cama a una de las niñas pero solo al final se da cuenta de que la cabecera tenía que ir al otro lado... Pequeños detalles que nos indican que esta peli ni siquiera roza los problemas de cuidados y feminismos que es tan urgente rescatar, como tampoco problematiza ninguna de estas situaciones. Y el hecho de que esté siendo tan celebrada también nos da una idea de que en todas las áreas de la cultura queda muchísimo por hacer. Que un padre cuide de sus hijos no tiene nada que ver con nuevas masculinidades ni con que sea un valiente ni con que sea muy tierno. Tiene que ver, simple y llanamente, con lo que debería ser NORMAL.