Serie Elite
Una imagen promocional de 'Elite'

Cine
‘Cómete a los ricos’ en la pantalla: ¿moda, provocación o conflicto de clase?

Desde el éxito de ‘Parásitos’, de Bong Joon-ho, el mainstream del audiovisual, sea vía Hollywood, series o incluso Cannes, ha dejado más de una docena de títulos dedicados a ridiculizar a los megarricos, pero, ¿contienen una crítica real de clase o son simples gamberradas superficiales?
22 ago 2024 06:00

Los ricos dan asco. No es una declaración política del autor de este texto, sino una tendencia cinematográfica. En casos como el de El triángulo de la tristeza (2022), de Ruben Östlund, ni siquiera es una forma de hablar, sus muchimillonarios dan auténtica aversión física, a pesar de que alguno de ellos sea más que bello en términos normativos.

El sueco no es el único autor audiovisual al que le ha dado por recrearse en la estulticia o repugnancia de las clases más altas, sino que su aportación al tema se considera una más de las que han seguido la estela de Parásitos (2019), de Bong Joon-ho, ganadora de la Palma de Oro de Cannes —como haría después la película de Östlund— y del Óscar a Mejor Película un año después, todo un hito para una película no rodada en inglés.

A poco que uno piense salen unas cuantas: Saltburn (2023), de Emmerald Fennell; El menú (2022), de Mark Mylod, o Puñales por la espalda (2019) y su secuela El misterio de Glass Onion, ambas de Rian Johnson. Además de series como The White Lotus (2021-), por ejemplo. También producciones españolas como la reciente Calladita (2024), de Miguel Faus. Hilando fino, incluso Élite, que arrancó antes, en 2018, podría entrar en la familia.

Todas, o casi todas, son sátiras que exploran desde el humor negro a una clase megarrica estúpida, caprichosa y, sobre todo, grotesca, tanto en su aspecto como en sus formas de vida. Con un cachondeo más disfrutón en el caso de las películas de Johnson, o desde la misma zumba irónica pero con mucha cinefilia explícita en The White Lotus, pero siempre ridiculizando a las clases altas y retratándolas como merecedoras de todas las desgracias que les ocurran, e incluso alguna más.

¿Es el signo de los tiempos? ¿Encierra una crítica real de clase? Que los megamillonarios viven alejados de lo que el común de los currantes, por cómoda que sea su posición, considera ‘la vida normal’ no es necesario que lo subraye el cine, basta con atender a Instagram o a las noticias.

Ensayos recientes como La supervivencia de los más ricos (Capitán Swing, 2023) de Douglas Rushkoff, dan testimonio de una élite mundial hiperprivilegiada, egoísta y narcisista, pero al mismo tiempo un poco estúpida y que vive en una especie de burbuja de idiotez. La comentarista cultural Tania Lavin, autora de La cultura del odio (Capitán Swing, 2022), se preguntaba recientemente, en su newsletter The sword and the sandwich, por el potencial de “resentimiento de clase” real en los millones de vídeos que circulan en TikTok con el hashtag #eattherich. Y novelas como la también multipremiada La vida íntima (Anagrama, 2024), del italiano Niccolò Ammaniti, hablan de un fenómeno que no es solo audiovisual, sino transversal.

El dibujo de unos privilegiados completamente idiotas suena demasiado complaciente, demasiado cómodo para el hijo de vecino de clase más o menos media, o al menos con cierto capital cultural, que sirve de público a estas obras

Pero ese dibujo de unos privilegiados completamente idiotas suena demasiado complaciente, demasiado cómodo para el hijo de vecino de clase más o menos media, o al menos con cierto capital cultural, que sirve de público a esas obras. El triángulo de la tristeza y la segunda temporada de The White Lotus compartieron una misma línea de críticas: se pasaban de frenada. A pesar del atrevimiento visual de Östlund o de la ligera crítica de clase de la serie creada por Mike White, en ambas los analistas señalaron la superficialidad del planteamiento, un simple “los ricos también lloran” en el cual, casi como en Parásitos pero a un nivel más simple, los pobres solo pueden aspirar a estafarlos o reírse de ellos. Un mensaje, en el fondo, conformista.

En otra liga juega la mencionada Saltburn, ya que su directora, Emmerald Fennell, pertenece a la élite a la que, presuntamente, se ridiculiza. Su padre, Theo Fennell, es un joyero millonario británico, y ella estudió en el mismo Oxford donde se conocen los protagonistas de su película: un chico de clase baja que desea trepar y un guapísimo y relamido milmillonario que lo adopta como mascota. Aunque se puede decir que hay cierta crítica al ascensor social estropeado en la Gran Bretaña que presumió del Estado del Bienestar más potente del mundo en su día, Saltburn no es Parásitos, porque en ella los pobres son retratados como aún más miserables que los ricos.

También resulta curioso que queden fuera de la ecuación, cuando se discute si hay una crítica real detrás de todas estas películas y series, las que no son comedias. Por ejemplo, la aclamada Succession, que tiene su respuesta cañí en Galgos, miniserie de Movistar Plus+ sobre el relevo generacional en una familia de industriales de la bollería españoles que crearon su imperio por ser franquistas, pero eso nunca se verbaliza.

O Industry, otro título de HBO, de momento con su tercera temporada recién estrenada, que sigue a un grupo de veinteañeros que compiten por un puesto en un elitista banco de inversiones de Londres. Una lucha despiadada por el éxito que deja literalmente muertos de agotamiento por el camino, y que comparte algún momento provocador con Saltburn, como el de deglutir semen que no ha estado en la superficie más higiénica posible. Pero que está rodado más como thriller que como comedia, a pesar de que sentido del humor tenga, y donde, a pesar de dejar clarísimo que los graduados que vienen de familias poderosas tienen todo hecho, el punto de vista es el de los jóvenes desclasados, y son sus vidas precarias las que más se presentan al espectador.

Por no hablar, regresando a España, de Élite. El culebrón adolescente de Netflix, que ha emitido este año su última temporada, ha sido presentado por su creador, el guionista y director Carlos Montero, como un espacio de fantasía. Igual que Los Bridgerton no remite a un siglo XVIII inglés histórico con su diversidad racial, Élite no quiere retratar ninguna escuela privada real… Solo que gran parte de su historia giraba sobre el contraste entre los estudiantes “becados” de clase baja, y en casi todas sus temporadas, a pesar del baile de jóvenes actores, hay una subtrama sobre un personaje privilegiado que juega o subyuga sexualmente, de una forma u otra, a un personaje precario o de estatus inferior.

No son tanto sátiras sobre los ricos como quejas, desde abajo pero alguna certificada desde arriba, sobre la mentira de la igualdad de oportunidades

Quizás estas fábulas, pues casi todas las mencionadas lo son en mayor o menor medida, no aspiren a “comerse a los ricos”, pero acaban desvelando sin querer un cierto estado de ánimo de fondo. La cuestión no es tanto la comodidad para los milmillonarios de dicho retrato mientras se quede en el catálogo de HBO —o en el de Filmin, como la griega Animal y su retrato de la precariedad de un “todo incluido” turístico, un The White Lotus contado por los curritos, o la sueca Blinded, thriller sobre la corrupción en los bancos de inversiones— como la certeza de que el privilegio no tiene nada de meritocrático, y ni siquiera lo posee gente que sepa gestionarlo, se mantienen en él por pura inercia. No son tanto sátiras sobre los ricos como quejas, desde abajo pero alguna certificada desde arriba, sobre la mentira de la igualdad de oportunidades.

Cerrando con otro ejemplo también español. La diferencia de la mencionada Calladita con algunos de los otros títulos citados es el protagonismo, en este caso de Ana, una joven colombiana que entra al servicio de una adinerada familia catalana como interna. No carga tanto las tintas como otras películas, sino que muestra a sus empleadores como caprichosos, egocéntricos, clasistas y un poco idiotas. Pero, sobre todo, sigue el proceso de Ana en tener claras todas sus mentiras e ir perdiéndoles el miedo, hasta que acaba obteniendo su recompensa y “comprando” la libertad.

Archivado en: Audiovisual Series Cine
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cine
Ramón Lluis Bande “Asturies tiene sin construir el relato de su tiempo revolucionario”
El cineasta Ramón Lluis Bande entiende la memoria histórica como un “camino de exploración formal infinito” y de reflexión sobre el propio lenguaje cinematográfico “en relación con la realidad, la historia, el arte y la política”.
Notas a pie de página
Notas a pie de página La fantasía de las esposas perfectas
Hace mucho tiempo que la figura de la abnegada esposa tiene cuota de pantalla. Una obra literaria de ciencia ficción, escrita en los años 70, ha sido adaptada hasta tres veces al cine, en cada ocasión según la atmósfera de la época.
En el margen
Thimbo Samb “Ganar el Goya con ‘Los cayucos de Kayar’ implicaría que el mundo del cine español valora historias diversas”
Cansado de los papeles que le ofrecen como actor negro, Thimbo Samb busca sus propias historias para mostrar de lo que es capaz, la última, un documental sobre su propia vida, que ha sido preseleccionado para los Premios Goya.
Oriente Próximo
Oriente próximo La diáspora kurda ante la caída de Bashar al-Assad
Siria enfrenta el fin de un régimen que durante décadas pareció inquebrantable. Desde la diáspora, la esperanza contenida de quien ha vivido demasiadas traiciones y promesas incumplidas.
Análisis
Análisis Rojava en peligro
Las intenciones de Turquía en Siria ponen en peligro no solo la Administración Democrática Autónoma del Norte y Este de Siria (AADNES) sino también la convivencia del resto de minorías presentes en el país.
Amazonía
Caso Chevron Pablo Fajardo: “Sacrificaron la Amazonía y la vida de la gente por racismo y por la ganancia económica”
El activista y abogado Pablo Fajardo fue elegido hace casi 20 años por la Unión de Afectados por Texaco para el juicio más importante contra la petrolera Chevron. Dos décadas después sigue luchando por la justicia ambiental y social en Ecuador.
Especulación inmobiliaria
Especulación en Madrid Las vecinas de Tribulete, 7 denuncian la especulación de Élix Rental Housing con una acción musical “fúnebre”
VV.AA.
30 inquilinas de este bloque resisten en sus hogares pese a que este fondo buitre ya ha adquirido la totalidad del edificio para convertir los pisos en apartamentos turísticos. Este sábado, han vuelto denunciar el proceso de gentrificación del barrio
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
La vida y ya
La vida y ya Ya no sé quién vive en el primero
El barrio se ha transformado tanto que pueden pasar semanas sin ver por la calle una sola cara conocida porque los vecinos han sido sustituidos por turistas.

Últimas

Derecho a la vivienda
Vivienda El Sindicato de Vivienda de Euskal Herria propone la “expropiación de pisos turísticos”
Ponen en el punto de mira los intereses del sector inmobiliario y tachan de “falsas” a todas las medidas propuestas por los partidos políticos como la Ley de Vivienda.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Opinión
Opinión La oportunista invasión israelí de Siria
Desde la caída de Bashar al-Assad, Israel ha llevado a cabo una invasión de Siria sin provocación previa y con el apoyo de Estados Unidos. Los objetivos son claros.
Más noticias
Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.

Recomendadas

Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.
Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.