Precariedad laboral
¡Precarios del mundo, uníos!

Si en el siglo anterior era el proletariado la clase social a la que las organizaciones políticas y sindicales llamaban a ser motor de la historia y artífice de la revolución social que se veía tan cercana, en estos momentos –y bien entrados ya en el siglo XXI- parece que esa clase trabajadora, organizada y consciente, ha sido absorbida y transformada por el propio sistema capitalista.

kellys
Las Kellys de Huelva
CGT
26 nov 2017 15:23

Tan profundo y hábil ha sido este proceso de asimilación que hoy ser llamado obrero (y no digamos proletario) se toma por los aludidos casi como un insulto; poco importa que éstos tengan unos salarios absolutamente insuficientes para vivir con dignidad, y que soporten condiciones de explotación tan duras y mucho más refinadas de las que despertaban y concienciaban a sus hermanos de clase de hace apenas cincuenta años.

Tal es el deterioro de la calidad de vida y el proceso de pérdida de derechos, que se está produciendo a pasos agigantados la formación de una nueva clase social mucho más dispersa y desorientada de lo que lo estuvo el proletariado en sus comienzos. La notable diferencia es que los obreros de finales del XIX y principios del XX se sabían explotados y se sentían, aunque fuera de una manera emocional, parte de una misma clase trabajadora capaz de organizarse solidariamente para luchar por mejores salarios y unas condiciones laborales más humanas.
Evidentemente sigue existiendo esa enorme fuerza de trabajo, que aún conserva un cierto nivel económico y los derechos sindicales básicos, pero no es menos cierto que su volumen y sus garantías se van reduciendo de forma imparable en todo el planeta. En pocos años esas condiciones mínimamente dignas sólo las conservarán en algunos países ricos (y no todos los sectores) mientras que en la mayoría del mundo industrializado se habrá producido un proceso de sustitución por personal que ya entra con otras retribuciones económicas mucho más bajas y con unos derechos prácticamente inexistentes. Si un milagro (muy improbable) o una reacción social (bastante complicada) no lo remedían, habremos entrado en la era de la precariedad galopante.

Las leyes laborales son tan laxas y los salarios han caído tanto que ya no importa si el contrato es indefinido o temporal; en cualquier momento se te puede despedir (con una indemnización cuya cuantía es poco menos que simbólica) y el contar con un empleo tampoco es una forma de salir de la pobreza. Si a esto añadimos que se han recortado fuertemente servicios públicos (sanidad, educación, discapacidad, ayuda a mayores, etc.) y prestaciones (seguro de paro, jubilaciones, invalidez y otras ayudas) veremos que una mayoría de la población está siendo excluida del reparto de la riqueza generada por el conjunto de la sociedad, que es acumulada de forma creciente por las grandes fortunas y los bancos.

Sería erróneo y poco riguroso culpar de esta grave situación al ogro capitalista en exclusiva. Y lo sería porque aun reconociendo la falta de escrúpulos y la ambición ilimitada de los dueños de ese capital, que dejó de ser considerado enemigo irreconciliable por los ex proletarios, lo cierto es que la clase explotadora ha contado con la inestimable colaboración de partidos y sindicatos teóricamente del bando obrero. Fundamental ha sido el papel de colaboración de la socialdemocracia en este proceso de integración de la clase trabajadora; bien es cierto que en un principio dicho papel de domesticación y sumisión del proletariado se aceptó a cambio de algunas concesiones del sistema capitalista, mediante las que el proletariado de antaño tendría acceso al Estado de bienestar. Pero convertida la unidad de los trabajadores en una mera burocracia sindical, al capitalismo no le importó quitarse la careta y volver a utilizar sus viejas formas de explotar y acumular. Los partidos y sindicatos de izquierda, lejos de despertar y ponerse en su sitio (si es que su lugar está frente al capital) se han limitado a negociar y renunciar, proponiendo que las inquietudes y las reivindicaciones sociales se canalicen a través de las vías parlamentarias. Por otro lado, el hundimiento de lo que durante años (y a pesar de las muchas evidencias en contra) se consideró desde Occidente como el paraíso socialista –la URSS, y con ella todos sus satélites- vino a agravar la crisis del pensamiento de izquierdas. Y así nos luce el pelo al otrora orgulloso movimiento obrero en esta era de neoliberalismo económico e ideas conservadoras, por no llamarlas reaccionarias.

La precariedad, al contrario que la situación temporal de paro, supone entrar en una espiral de necesidades sin satisfacer, de pérdida de autoestima y gran deterioro de las relaciones sociales y familiares.

Es vivir permanentemente esperando un trabajo cada vez más provisional y peor pagado; es deambular de una ETT a otra en busca de cualquier faena, es estar disponibles para acudir a zonas alejadas para emplearse en la temporada turística o las campañas de recogida de fruta, es, incluso, tener la maleta lista para emigrar a Europa o los EE.UU. dudando que las carreras universitarias cursadas sirvan para algo más que ser camarero o dependienta.

Los datos que se van publicando no pueden ser más demoledores. Pero aunque siempre nos los endulcen con los éxitos macroeconómicos, hay una realidad que la tenemos ante nuestros ojos: encontramos a más gente pidiendo comida a la puerta de un súper, vemos a más personas rebuscando en los contenedores de basura, conocemos a más familias que recurren a bancos de comida, casas de la caridad, etc. y más del 50% de los atendidos son ya españoles de nacimiento. Casi la mitad de trabajadores no llega a ingresar los 1.000 euros (el mileurismo, tan denostado hace un par de décadas) y el 34% no siquiera supera los 707 euros del SMI. El paro ronda el 20%, dos millones y pico de ciudadanos llevan más de dos años buscando infructuosamente un trabajo; aunque sea dentro del 92.7% que alcanza la contratación temporal. Con ese panorama no puede extrañarnos –aunque debería dolernos y preocuparnos- que muchas personas y hasta familias enteras tengan que vivir en pisos compartidos, en habitaciones realquiladas y otras fórmulas aún peores.

Este importante y creciente sector social no puede quedar fuera de las reivindicaciones y movilizaciones de una descolocada izquierda que aspire a continuar siéndolo. Desde luego que las viejas hormas organizativas no sirven para las nuevas situaciones y problemáticas; ha llegado –y así parecen atestiguarlo las recientes experiencias de manteros, estibadores, kellys, repartidores, PAH, mareas de todos los colores, asambleas de empresa, plataformas vecinales, etc.- el momento de organizarse desde abajo, participando y decidiendo directamente, aplicando la solidaridad a los problemas de la gente del barrio, de la fábrica o la escuela, y sumando cada vez a más procesos de lucha para mejor defendernos de Capital y Estado.

Archivado en: Precariedad laboral
Sobre este blog
Alkimia es un espacio de reflexión donde miembros o personas afines al Anarcosindicalismo dan su punto de vista sobre temas de interés general. En una sociedad en la que los medios de desinformación moldean la realidad al antojo de los poderes económicos y políticos, cualquier nueva vía de contrainformación se hace necesaria para lograr que se pueda conocer la realidad de la vida cotidiana de las personas a la vez que pueda servir para su transformación.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Madrid
Madrid Los bomberos forestales esperan una solución tras 17 años de espera por un nuevo convenio
Denuncian salarios congelados de 1250 euros, la temporalidad y que no están protegidos ante el riesgo de agentes cancerígenos propios de los incendios.
Medios de comunicación
Precarización en Canal Extremadura Denuncian “la precarización” de Canal Extremadura en la cobertura del cónclave del Vaticano
Más de 100 trabajadores de los medios han denunciado ante la dirección del ente público la grabación del evento sin operador de cámara y con un teléfono móvil.
Sevilla
Educación Pública Las interinas e interinos de Andalucía convocan una huelga por la falta de proceso de estabilización
Más de 28.000 docentes, que componen el 20% de las plantillas educativas en Andalucía, no han estabilizado su puesto a pesar de décadas de trabajar en las aulas, el 14 de mayo inician una huelga para denunciar su situación
Sobre este blog
Alkimia es un espacio de reflexión donde miembros o personas afines al Anarcosindicalismo dan su punto de vista sobre temas de interés general. En una sociedad en la que los medios de desinformación moldean la realidad al antojo de los poderes económicos y políticos, cualquier nueva vía de contrainformación se hace necesaria para lograr que se pueda conocer la realidad de la vida cotidiana de las personas a la vez que pueda servir para su transformación.
Ver todas las entradas
Baleares
Un modelo insostenible El rechazo a la turistificación se expande en Canarias, Baleares y Barcelona
Tras la masiva manifestación en las Islas Canarias del pasado mayo, Palma de Mallorca, Barcelona y San Sebastián salen este 15 de junio a la calle contra un modelo de turismo desmedido insostenible para el territorio y sus habitantes.
Ocupación israelí
Ocupación Israelí La policía egipcia impide con violencia la marcha internacional a Gaza
La marcha de 4.000 personas a Gaza es reprimida por la policía del régimen de Al-Sisi. La organización pide a las embajadas que reaccionen y protejan a sus ciudadanos.
Crónica
Justicia En la sala de un juicio a una madre protectora
Esta es una crónica de un juicio a una mujer que pidió medidas por sospechar de abusos sexuales a su hija en el domicilio paterno sin que ninguna institución moviera un dedo y, un mes después, cogió un vuelo a su país para intentar protegerla.
La vida y ya
La vida y ya Un rato de cada lunes
Pero, lo más coincidente ha sido, expresado de distintas maneras, su agradecimiento hacia ese lugar. Su lugar elegido.
Ocupación israelí
Movilizaciones Un centenar de organizaciones de 26 países denuncian a la empresa vasca CAF y su tren del apartheid
Más de 50 localidades salen a la calle este fin de semana para señalar a la empresa que construyó el tranvía que conecta Jerusalén con territorio ocupados y exigir el fin del genocidio en Gaza.
Río Arriba
Río Arriba Luis González Reyes: “Vivimos en un mundo en la que la escasez es un elemento central”
Primera entrevista del programa Río Arriba en formato podcast y vídeo donde hablamos de las nuevas guerras neocoloniales por recursos en la era de Trump y Putin, de la escasez, del decrecimiento y el colapsismo.
Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.

Últimas

Galicia
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar a Altri
Queremos investigar a los responsables políticos y empresariales del que podría ser el mayor atentado ambiental de la historia reciente de Galicia.
Editorial
Editorial Justicia irracional
Por acción o por omisión, las instituciones pueden violentar a las mujeres. Se llama violencia institucional.
Análisis
Análisis del CIS La calma antes de la tormenta: la dimisión de Santos Cerdán como punto de inflexión
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha muerto pocas horas después de nacer por la dimisión de Santos Cerdán, aunque sirve como foto fija de un escenario que favorece a la derecha.
Que no te lo cuenten
El Salto Radio De océanos y detenciones
VV.AA.
La acidificación del agua marina supera sus límites mientras Israel aborda la Flotilla por la Libertad.
Argentina
Extrema derecha La motosierra de Milei se ceba con los hospitales públicos y las personas con discapacidad
Los recortes del Gobierno afectan al Hospital Garrahan, un centro de alta complejidad, referente pediátrico nacional y latinoamericano, y también a los recursos de las personas con discapacidad, a los que el ejecutivo califica de “idiotas”.
Más noticias
Estados Unidos
Estados Unidos “No Kings”: más de 2.000 manifestaciones en EEUU para protestar contra la deriva autoritaria de Trump
Con el nombre de movimiento No Kings (sin reyes), millones de personas están convocadas a manifestarse en todo el país este sábado y enfrentar el desfile militar organizado por Trump el día de su 79 cumpleaños.
Galicia
TSXG Peritos en el juicio contra la Xunta: la contaminación del embalse de As Conchas es “extremadamente peligrosa”
Siete vecinos, la Asociación de vecinos de As Conchas y la organización de consumidores CECU han demandado a varias administraciones gallegas por presunta mala gestión de una contaminación derivada del exceso de macrogranjas en la comarca de A Limia.

Recomendadas

Derecho a la vivienda
Jaime Palomera “La vivienda necesita una revolución”
Investigador y uno de los fundadores del Sindicat de Llogateres, Jaime Palomera presenta ‘El secuestro de la vivienda’, un libro sobre el juego amañado en el que los propietarios son cada vez más ricos y los inquilinos cada vez más pobres.
Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Brasil
Extrema derecha Arte en tiempos de fascismo: cuando enseñar a Goya y Rubens le cuesta el puesto a un profesor
Una clase de Historia en la escuela municipal en una localidad del Estado de São Paulo desemboca en acusaciones contra el profesor y una campaña de difamaciones que encabeza el concejal de educación de la zona, de la extrema derecha bolsonarista.
Literatura
María Agúndez “El trabajo de limpiadora es muy digno, pero nadie quiere hacerlo”
La escritora retrata en ‘Casas limpias’ las contradicciones de quienes considerándose personas igualitarias y progresistas delegan los cuidados y la limpieza para evitar el conflicto y sostener su comodidad.