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Universidad
Eliminación de las eufemísticas pruebas de Acceso a la Universidad
Las eufemísticamente llamadas Pruebas de Evaluación para el Acceso a la Universidad (EvAU), conocidas popularmente como «La Selectividad», también van a celebrarse este año 2020, por encima incluso de la pandemia por el COIVD-19, con estados de alarma y fases de desconfinamiento incluidas; asumiendo los previsibles riesgos que ello puede suponer para la salud del alumnado, profesorado y personal de administración y servicios; no valorando suficientemente las dificultades organizativas que supone su realización en relación a la desinfección de instalaciones, servicios, limpieza, transporte…; ignorando, o no considerando en su justa medida, que desde el mes de marzo no hay clases presenciales, que las clases virtuales solo palían parcialmente el aprendizaje presencial y, sobre todo, que un porcentaje superior al 8% del alumnado y sus familias (precisamente las más desfavorecidas y vulnerables, las que han sufrido despidos, ERE o ERTE) no tienen acceso a internet, ni puede pagarse clases particulares de apoyo.
Sin embargo, lejos de cualquier espíritu creativo de cara a lo que nos venden como la “Nueva Normalidad”, ajenas a las peticiones de miles de firmas, del movimiento estudiantil, sindical y sociedad civil, sin pestañear y carentes de toda voluntad política, las Administraciones Públicas (de todo signo político) con el Ministerio de Educación y Formación Profesional y Ministerio de Universidades a la cabeza, arropado por las Comunidades Autónomas, Consejo Escolar de Estado y Conferencia de Rectores de Universidades Españolas… dictaminan que este año sí hay Selectividad, perdón, EvAU. Por cierto, Francia, por ejemplo, las ha suprimido.
Las pruebas se celebrarán entre el 22 de junio y el 10 de julio con el riesgo sanitario que pueda suponer la movilización de unos 300.000 alumnos y alumnas. Bienvenidos/as a la “Nueva Normalidad”.
Desde luego se podrían haber eliminado si existiese esa voluntad política porque, como se ha demostrado, con el estado de alarma, todo es posible, desde confinarnos en la casa hasta controlar digitalmente nuestra movilidad, nuestras vidas.
Estamos ante una decisión absolutamente ideológica, coherente con el modelo neoliberal. No hay voluntad política por cambiar porque las pruebas de Selectividad son el último escalón que sufre el alumnado desde que comienza su escolarización en la educación infantil, son la guinda del pastel del sistema educativo miserablemente sumiso al interés de los mercados y los valores neoliberales. La educación está concebida por el Estado como una progresiva carrera de obstáculos, exámenes, reválidas, prueba de madurez, pruebas de acceso… que persiguen la clasificación, etiquetación, selección del alumnado y no su formación, crecimiento personal y educación integral.
Todo ello responde a la misma lógica, perpetuar, inculcar los valores del neoliberalismo y el capitalismo, generar ansiedad ante el alumnado, extirpar los valores de la vida, del apoyo mutuo, de la solidaridad, favorecer el egoísmo, el individualismo, la competitividad, el ilusionismo de que es posible progresar y cambiar de clase social y ascender en la escala que nos conduce al éxito, el dinero, el trabajo de calidad, la felicidad...
Con la realización de estas pruebas, el sistema educativo en su conjunto, lava su conciencia, nos tranquiliza, se autoconvence y arropa de pseudovalores como ecuanimidad, cientificidad, objetividad, equidad, justicia, garantismo de igualdad de oportunidad...
No nos engañemos, esto es solo un espejismo. La igualdad de oportunidades no es real, no la garantiza el sistema educativo. El fracaso escolar está determinado de manera directa por el sesgo de la clase social, el grupo étnico al que pertenecemos, nuestra cultura, nuestro género, el país de origen, etc. Numerosos estudios e informes de investigaciones científicas, de universidades y organizaciones internacionales así lo ratifican.
Popularmente, estas pruebas son conocidas como «La Selectividad» porque efectivamente sirven para seleccionar quién sigue estudiando en la universidad, dónde y qué estudiar. Ahora hubiera sido el momento excelente para eliminar dichas pruebas y con ello entrar de lleno en la «Nueva Normalidad» a la que nos conmina el gobierno.
De acuerdo, la normalidad volverá a establecerse pero pretendidamente se nos adjetiviza que va a ser nueva. Pues planteemos novedades. Propongamos que la enseñanza se plasme en una educación sin calificaciones, sin exámenes, sin selección, sin competición, sin aprobados y suspensos, que siempre responden a criterios universalmente subjetivos y provocan miserables agravios comparativos.
Esa tarea de calificar no es tarea del profesorado, no es una tarea docente, no es una tarea educativa. La función docente, por el contario, es la de formar, la de ayudar a crecer, a aprender, a desarrollarse integralmente, a descubrirse, a contribuir a encontrar el camino que cada alumno, cada alumna, desea seguir según sus intereses, habilidades, necesidades…
No quiero enfocar este texto en definir y argumentar sobre las bondades del modelo de evaluación educativa frente al modelo de la mera calificación. Ya lo han hecho y de forma extraordinaria, durante décadas, tanto profesorado de los Movimientos de Renovación Pedagógica y de la Pedagogía Libertaria, en su trabajo día a día, como numerosas investigaciones del profesorado universitario entre los que se encuentran Miguel Sola, Ángel Pérez, M. A. Santos Guerra o Gimeno Sacristán…, mostrándonos que la evaluación educativa va mucho más allá de una simple y fría nota que representa un resultado que, a su vez, ignora el proceso educativo de enseñar y aprender. Estamos en condiciones de afirmar que la calificación no es en modo alguno una tarea educativa ya que se utiliza solo para jerarquizar, discriminar, etiquetar, seleccionar y eso no es una función educativa.
En coherencia con este modelo experimentado de evaluación educativa, lo oportuno y procedente en este periodo de pandemia, tras muchos años de movilizaciones y huelgas, es eliminar las pruebas de acceso a la universidad y con ello abolir la vieja normalidad para ingresar ya en el futuro. La selectividad solo responde al modelo de calificación.
Además no está justificado tanto revuelo con las pruebas y sus preparativos en estos tiempos de pandemia. ¿Para qué y por qué esta obcecación por llevarlas a cabo? Sin duda es una decisión político-ideológica.
Si analizamos las consecuencias y resultados que históricamente ofrecen estas pruebas, realmente son insulsos en comparación con el perjuicio que suponen para la mayoría del alumnado en tiempo, frustraciones, tensiones, ansiedad, por no hablar del gasto económico que representan para la comunidad educativa y las arcas públicas. Pero claro, no podemos quitar este juguete al sistema educativo y sistema social porque forma parte de su naturaleza.
Las pruebas no prueban nada, no miden nada, no educan (a niveles prácticos no aportan nada dado que más del 94% del alumnado las supera en junio y el 70% en septiembre); en todo caso sirven justo para lo contrario, perjudican el proceso de evaluación continua que vienen reflejando los expedientes individualizados del alumnado, sirven para someter en el engranaje de la competitividad a toda la población.
Por su parte, las universidades no necesitan estos procedimientos selectivos, ya que, actualmente, como consecuencia de las tasas abusivas, siempre quedan plazas vacantes tras los procesos de asignación. Así mismo, la inmensa mayoría del alumnado consigue estudiar aquella carrera elegida como primera opción siendo una minoría de carreras las que presentan una demanda superior a la oferta, por ejemplo, las carreras de las ciencias de la salud, abriéndose comprobado, en esta situación de pandemia, que existe un déficit de tales perfiles profesionales.
Las EvAU son pruebas externas a los centros educativos, lo que representa una humillación al profesorado de educación secundaria, un no reconocimiento y desconfianza de su labor, una falta de credibilidad en el expediente académico del alumnado, aquel que refleja el proceso de evaluación continua que ha llevado a cabo el profesorado.
Se nos argumenta que el Estado es quien tiene que validar la calidad del sistema educativo y en consecuencia impone esas pruebas, como si esas pruebas fueran realmente científicas y discriminaran algo.
Se arguye también que las pruebas se hacen para controlar el nivel del alumnado de los centros privados y concertados, al sospecharse que su profesorado sube discrecionalmente las notas, en lo que supone un hito más de desconfianza. Ciertamente esta leyenda urbana se rumorea pero este argumento resulta insustancial, otra falacia más, dado que este alumnado no tiene problemas económicos para acceder a las universidades privadas al no existir notas de corte ni problemas de oferta en la mayoría de las carreras.
No sean insensibles a la realidad, déjense llevar por la innovación, eliminen las pruebas por absurdas, no solo en esta exclusiva coyuntura de pandemia, que también, sino para siempre, y cumplan con la misión de educar y formar a la población. «La Selectividad» es pura ideología, representa lo peor del sistema educativo, carece de valor educativo, se basa en el memorismo, en el azar de una lotería, la ilusión engañosa de que el ser humano se mide con una nota, la invitación espuria que nos hace la sociedad neoliberal para hacernos creer que existe la igualdad de oportunidades.
Con las pruebas se prioriza la economía a la salud y a la educación. No se precisan más pruebas. Los expedientes académicos del alumnado aportan ya de forma fiel el balance de su proceso educativo, reflejan el fruto de la evaluación continua, son aquello con lo que cada alumno/a se presenta ante la sociedad para luchar por la vida.
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Totalmente en desacuerdo con este artículo. Primeramente da a entender que la prueba tiene el mismo valor para el aprendizaje que el que sería sacar un número de una tombola y que favorece de manera descabellada a las personas ricas. En que quedamos ? Es una tombola o es un instrumento de la malvada sociedad neoliberal para cristalizar las élites ? . Puedo entender que haya habido una crítica contra esto, parece que se le pudo dar más vueltas, pero a mí no se me ocurre ninguna mejor manera de decidir cómo se reparten las plazas. Porque quejarnos muy fácil pero ni una sola solución propones en el articulo. Literalmente he gastado 10 minutos de mi vida en ver cómo lloras por cosas sin ninguna coherencia
Muy cierto. Totalmente de acuerdo, van a ponernos en riesgo a todos. Por cierto, es EBAU (Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad) no EvAU. Saludos.
...y porque hay que decidir quién entra y quien no,...y porque no pueden entrar todxs, no se van a quedar a vivir en la universidad, habrá quien lo deje y quien termine pero será decisión suya y no de un grupo de desconocidxs ...
Entiendo que el sistema educativo no es muy allá en general, pero no pienso que hacer la selectividad sea lo peor del sistema educativo. Porque de no hacerla ¿cómo se decide quién entra a la universidad?¿Con qué criterios?
Cierto es también que se necesita una prueba igual en toda España, ahí sí que veo la verdadera injusticia de la selectividad.
De hecho sería todavía más injusto no hacerla que hacerla ya que si como bien dices la evaluación continua es suficiente, los alumnos de centros donde inflan las notas se benefician muchísimo más.
Asique aunque no sea el mejor método de todos, por lo menos es algo más justo hacerla que no hacerla.
El mejor artículo sobre educación que he leído en muchos años. La emoción que he sentido casi me hace saltar las lágrimas, tanta que me he puesto a comentarlo incluso antes de haberlo acabado de leer. Yo he sido profesor de Secundaria y Bachillerato durante muchos años y nunca me he sentido acompañado, en mi profesión, por palabras tan sólidas y cargadas de razón como las que estoy comentando. Gracias al autor por escribirlas y a El Salto por publicarlas.
La lucha es el camino, pero la prueba de selectividad es un seguro de vida sindicalista.
Quien sea el mejor estudiante que elija carrera primero. Que los "ricos" elijan cuando les toque.
Pero últimamente la lucha es para igualar a todos abajo. Muy en desacuerdo.
La EVAU no es una prueba común igualitaria para todos desde el momento que los exámenes o pruebas de acceso no son las mismas en todas las Comunidades Autónomas. No les parece que es también muy injusto? Si se hacen estás pruebas, que sean tipo test y calificadas digitalmente. Sabemos todos lo que pasa en las diferentes Comunidades y es injusta esa desigualdad
Les invito que vengan a las comuninidades autónomas a hacer la prueba de acceso. Las de la península son de risa. Igualdad? Dónde?
Gracias por tan buen artículo, soy estudiante de 2° de Bachillerato y esta prueba además de ser completamente inútil, es un insulto a los fallecidos por el Covid-19
Qué bien van a poder estudiar todos en la universidad pública, hay sitio para todos, y además gratis, que más se puede pedir!
No sé quién habrá escrito esto... Pero es precisamente un exámen igual para todos lo que nos da igualdad a los estudiantes. Si se suprime la EBAU, se estarían comparando notas de distintos centros y, por lo tanto, con criterios distintos. Por lo tanto, no le veo sentido a esta entrada... ¿Acaso prefiere que tengan prioridad los que van a institutos en los que se regala la nota a los que quieren que nos esforcemos por conseguirla? Porque es lo que parece...
Cuidado que examen no lleva tilde, aunque exámenes sí. Las faltas de ortografía dicen mucho del que escribe. ¡Ojito!
Hay comunidades con exsmenes de selectividad mas faciles que otros
Los exámenes son necesarios, son pruebas para saber qué has aprendido en ese curso. Obviamente si no hubiera exámenes, calificaciónes ni selectividad todo el mundo estaría haciendo lo que quisiera aun sin tener la experiencia y los conocimientos necesarios. La solución de la educación no reside en suprimir los exámenes, sino en reformar los métodos de enseñanza y los contenidos que se enseñan.
Creo, que el uso sesgado de información, lejos de contribuir a crear un estado de opinión, la envenena. En uno u otro sentido. Este artículo, escrito desde la vertiente ideológica contraria sonará igual de legítimo, reivindicativo y justo. Entiendo que, desde aquí no se busca convencer a nadie, sino que se trata de consumo interno para los que ya comparten este tipo de ideas. Dicho lo cual, me gustaría aclarsr que la PEvAU sólo supone el 40% de la nota, el 60% es el expediente académico de bachillerato. ¿Dónde está el insulto a las capacidades del profesorado de secundaria? La universidad es una institución independiente, o debería serlo, y es legítimo que plantee pruebas de acceso. Por esa regla de tres eliminamos las oposiciones, entrevistas de trabajo... y todo se reduce a una cuestión de buena fe en el demandante. Sl final, eliminado todo filtro externo a un proceso, la realidad es reducirlo todo a criterios personales y persinalistas, con lo que ello supone. Sólo hay que tener en cuenta los propios sistemas de acceso a la docencia en la universidad, ¿esos si que son justos?
Totalmente de acuerdo. Circunstancias excepcionales a parte, me parece un sistema obsoleto y sin sentido.
Estoy totalmente de acuerdo!!
Es absurdo que se realicen estás pruebas.
Me parece una locura en la situación que estamos.
Riesgos y gastos estúpidos.
Es más que suficiente el expediente académico del alumno.
Están pasando un estrés tremendo y muchos han tenido pérdidas familiares en casa.
Las familias tienen miedo y todo esto no se tiene en cuenta.
Está claro que importa muy poco la ciudadanía, sólo tienen en cuenta sus intereses políticos.
Los ciudadanos no importamos, está más claro que el agua.
Como haya contagios se monta la mayor. Suspendan la selectividad es NORMAL
Neoliberalismo? No tienes ni idea. Una prueba común, igualitaria es la única garantía para el concurso en igualdad de oportunidades para el acceso a las carreras más demandadas.
Haber eliminado la selectividad hubiera significado entregar las plazas más demandadas a los centros concertados más generosos en la evaluación
No es igualitaria desde el momento que los exámenes no son los mismos para todas las Comunidades Autónoma y todos sabemos certeramente la desigualdad que eso genera
Tu ideología es la primera en reivindicar la diferencia de las naciones españolas, pero cuando os interesa la igualdad entre todos es lo más.
Diferente vara de medir para mismos objetos.