Agricultura
Caos como norma en los huertos de autoconsumo durante el estado de alarma
Mientras algunas comunidades autónomas y municipios permiten trabajar en los huertos de autoconsumo, en amplias zonas del país las autoridades están multando a quienes van a cuidar las tierras que labran.

Coordinador de Clima y Medio Ambiente en El Salto. @pablorcebo.bsky.social, pablo.rivas@elsaltodiario.com
“¡Por la huerta de autoconsumo en tiempos de coronavirus!”. Este es el encabezado de la petición de firmas online que el nodo extremeño de la Asociación por la Recuperación del Bosque Autóctono (ARBA) ha lanzado en internet y que ya se acerca a las 10.000 adhesiones. La petición, que será enviada a los ministerios de Interior y Agricultura, solicita al Gobierno que se autorice explícitamente el poder trabajar las decenas de miles de este tipo de huertos que existen por todo el país, una actividad que no está regulada específicamente por el real decreto de estado de alarma ni por sus modificaciones posteriores y que, mientras en algunas zonas se está permitiendo, en otras las autoridades están sancionando a los agricultores.
La respuesta a la pregunta de si está permitido cuidar de los huertos de autoconsumo durante el estado de alarma, aunque pudiera parecer simple, es compleja. “Cada comunidad lo está haciendo de una forma y no hay una lectura común del real decreto”, indica Verónica Hernández-Jiménez, de Comunidades en Transición Zarzalejo, un colectivo que gestiona una huerta comunitaria en este municipio de la sierra madrileña. “El real decreto nunca ha hecho mención explícita a que no se pudiera ir a los huertos, con lo que lo dejó a la interpretación”, apunta por su parte Elisa Oteros, doctora en Ecología y portavoz de Ecologistas en Acción. Tal como explica esta responsable, “hubo quien entendió que eso no era un desplazamiento de primera necesidad y quien entendió que eso era para abastecimiento de alimentos y que sí que lo era”.
Aunque la iniciativa de ARBA viene motivada por la situación que se está viviendo en algunas comarcas extremeñas, en concreto las de Sierra de Gata y Las Hurdes, sus responsables hacen extensible la petición a todo el territorio estatal. “Aquí ha habido ya varias multas”, señala Álvaro Tejerina, portavoz de la delegación extremeña de la organización, quien destaca la situación de desinformación y caos al respecto: “Hay cierta confusión a nivel social. Entre lo que parece ser que nos autorizan y la realidad hay una diferencia muy grande”. Y es que aunque el decreto no prohíbe esta práctica, tampoco la permite. Aquí comienza este embrollo.
“Si tú estás dado de alta en el régimen agrario o puedes justificar que eres el propietario de esa huerta, sí puedes ir, pero las huertas de autoconsumo muchas veces están arrendadas, con o sin ningún tipo de contrato”
NADA CLARO
El problema reside en que no existe hasta la fecha un pronunciamiento gubernamental claro al respecto, más allá de las personas que están dadas de alta como agricultoras o ganaderas, que sí tienen permitido trabajar sus campos con un fin económico y desplazarse a los mismos manteniendo una serie de medidas de seguridad. “Si tú estás dado de alta en el régimen agrario o puedes justificar que eres el propietario de esa huerta, sí puedes ir, pero las huertas de autoconsumo muchas veces están arrendadas, con o sin ningún tipo de contrato”, cuenta Verónica Hernández-Jiménez, en cuya organización no han tenido por ahora problemas. La cesión, circunstancia que tampoco permitiría el desplazamiento a las fincas, es otra práctica habitual en el sector agroecológico.

Ante la falta de claridad en la norma, varias son las peticiones de información que se han hecho al Gobierno. Podemos Aragón señalaba el pasado lunes 13 de abril que considera imprescindible “que se permita a la gente acceder a sus huertos de autoconsumo, siempre que se encuentren en el mismo término en el que tiene su residencia habitual”. Además, la formación recordaba que en territorios como Aragón, con decenas de pequeños núcleos cercanos a su desaparición por el despoblamiento, “mucha de la gente que en ellos todavía resiste, vive y se abastece de sus pequeños huertos para comer y llenar sus despensas y congeladores de cara al invierno, siendo esta temporada que nos está tocando vivir en confinamiento, la época de la siembra de gran parte de estos víveres”.
“Mucha gente vive y se abastece de sus pequeños huertos para comer y llenar sus despensas y congeladores de cara al invierno, y esta temporada es la época de la siembra”
Del permiso a la multa
Pero a falta de concreción, asociaciones y particulares están llevando su particular batalla con la administración de turno. “Cada autonomía y cada ayuntamiento está tomando decisiones por su cuenta”, denuncia Oteros. El caso de la ciudad de Sevilla es un ejemplo de ello. Mientras el Consistorio permite el trabajo de los espacios integrados en la Red de huertos urbanos de la ciudad de Sevilla, los gestionados por la Junta de Andalucía, como es el caso los que se encuentran en el parque del Alamillo, no pueden recibir cuidados de sus gestores. “La Junta no ha dicho que sí y por ahora está siendo que no”, concreta Oteros respecto a este caso, en el que se han registrado varias amonestaciones por parte de las fuerzas de seguridad.
En Extremadura, la delegada del Gobierno, Yolanda García, indicaba el 6 de abril que el desplazamiento a huertos no profesionales y sin fines económicos quedaba prohibido, señalando que “solo está permitido cuando forma parte de los ingresos, pero no para situaciones de ocio”. El portavoz de ARBA señala que “a nivel huertos tradicionales, hay que mezclar el recreo y el ocio con la extracción de una serie de productos que te vienen bien y con los tiempos que estamos atravesando”. De hecho, denuncia que, ante esta situación, “en algunas comarcas la gente está literalmente atemorizada de que les caiga una multa por acercarse administrar los huertos”. Este jueves día 16, el Ejecutivo autonómico publicaba una instrucción bajo la que se permite el trabajo en las fincas bajo algunos supuestos.
La delegada del Gobierno, Yolanda García, calificó la labranza de autoconsumo como una “situación de ocio” y señaló que solo se puede cuidar de la tierra como fuente de ingresos económicos profesionales
Interpretación dispar
En declaraciones como la de la delegada extremeña, calificando de “situación de ocio” una práctica que se considera una de las bases de la agroecología y la soberanía alimentaria, está una de las bases del problema de interpretación. El 30 de marzo más de 600 organizaciones enviaban una carta al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, remitida de nuevo a los de Consumo y Sanidad el 8 de abril solicitando “que se autoricen explícitamente los desplazamientos a granjas, huertos y corrales de autoabastecimiento de alimentos, incluso sin estar la persona dada de alta en el régimen agrario, tanto para el mantenimiento del funcionamiento de la granja, como para la cosecha de alimentos, tal y como ha hecho la Consejería de Medio Rural de Galicia”. También pedían autorizar “los desplazamientos de ganado trashumante y transterminante”.
La respuesta inicial de del Ministerio de Agricultura, aunque señalaba que “todas y cada una de las piezas que componen el sector agroalimentario son fundamentales dado su carácter estratégico”, no concretaba si los desplazamientos a los huertos de autoconsumo eran posibles. Este viernes 17 de abril los promotores de la carta tienen una reunión con el Ministerio de Consumo que podría arrojar algo más de luz.

Mientras tanto, la variedad de casuísticas es total. En Catalunya, una campaña bajo el nombre Por los huertos de autoconsumo en tiempos de confinamiento, impulsada por cinco entidades del mundo agroecológico y que en solo unas horas superaba las 10.000 firmas, conseguía que el Govern permitiese desplazarse a los huertos para “recoger los productos necesarios para el autoconsumo”, tal como señalaron desde Protección Civil de Catalunya. Sin embargo, el permiso tiene una limitación: no se podrá ir a los huertos situados en segundas residencias, una medida impuesta para evitar desplazamientos de la ciudad a los pueblos.
En Catalunya se permite recoger lo sembrado para autoconsumo con una limitación: no se puede ir a huertos situados a segundas residencias, para evitar desplazamientos de la ciudad a los pueblos
Galicia es otra de las regiones en la que se permite trabajar los huertos, aunque de nuevo con restricciones. En concreto, la Xunta autoriza la práctica siempre que las fincas se encuentran a menos de 500 metros del domicilio y estar en posesión de un carnet de manipulador y aplicador de productos fitosanitarios. Es por ello que una treintena de asociaciones gallegas piden que el Ejecutivo autonómico abra la mano.
Como indica la cooperativa Aldea Integral, “en las mayoría de las huertas privadas, y más aún si aplican técnicas agroecológicas como es nuestro caso, lo normal es no usar este tipo de productos, con lo que, la mayoría de personas que trabajan una huerta de este tipo no poseen dicho carnet”. Además, señalan que “en un municipio como Vigo y con varias familias cuidando una huerta comunitaria, esos 500 metros máximos inhabilita la posibilidad de acceder a las huertas de facto”.
En una nueva casuística de interpretación, este jueves 16 de abril la Subdelegación del Gobierno en Segovia, en respuesta a una petición de información de Ecologistas en Acción-Segovia, señalaba: “El desplazamiento para el cuidado o la recolección de huertos particulares o de autoconsumo no tiene la consideración de actividad incursa en ninguno de los casos contemplados en el artículo 7.1., por lo que con carácter general no se encuentra autorizado”. Sin embargo, sí autoriza el cuidado y recolección de los huertos de autoconsumo “en aquellos casos en los que, en atención a la situación socioeconómica del interesado, el consumo del producto de los mismos resulte imprescindible para atender a su subsistencia”.
Por último, este jueves 16 de abril el Ejecutivo extremeño aprobaba una instrucción al respecto en el que señala que “únicamente podrán realizarse para llevar a cabo actividades de alimentación y cuidados de animales de naturaleza imprescindible por cuestiones de bienestar animal y salubridad pública así como para la recogida o recolección de frutos y productos alimentarios de procedencia animal o vegetal destinados a consumo o apoyo de la economía familiar”. También autoriza “la realización de actividades de labores de cultivo y mantenimiento de parcelas e instalaciones asociadas y reparación de averías o mantenimiento de aquellas parcelas que puedan originar daños irreparables a la propiedad o a terceros”. Para poder realizar estas tareas la Delegación de Gobierno señala que “las personas que se desplacen deberán llevar consigo la documentación identificativa y la justificativa del título de disposición de la explotación agraria no profesional”.
Así, mientras llega la aclaración final del Ministerio de Agricultura —una información que este periódico ha solicitado al Ministerio sin haber obtenido aún respuesta—, saber si es posible trabajar una finca agrícola de autoconsumo, según el lugar en cuestión, puede ser una aventura de riesgo que puede acabar en multa.
Agroecología
600 organizaciones piden salvar la producción agroalimentaria de pequeña escala
600 colectivos exigen que se revise el cierre generalizado de los mercados y ferias agroalimentarias de proximidad ante lo que consideran una interpretación “excesivamente restrictiva” de las prohibiciones decretadas por el Ejecutivo estatal ante la pandemia del covid19.
Relacionadas
Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.
Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!