Tribuna
Ministros europeos, ¿conducen para nosotros o para Uber?

Carta a los ministros de trabajo de la Unión Europea firmada por varios sindicatos de toda Europa.
Uber Bruselas
Manifestación de taxistas y riders frente al edificio de la Comisión Europea. Foto: The Left

Señoras y señores, Ministros de Trabajo de los Estados miembro de la Unión Europea,

Los próximos 12 y 13 de junio, tendrán que decidir sobre la directiva de derechos de los trabajadores de plataformas. Para nosotros, trabajadores de plataformas, esta directiva es crucial. De ella dependen nuestras vidas. La directiva debe determinar nuestro estatus (autónomos o asalariados), nuestra relación con las plataformas y la transparencia de sus algoritmos.

Somos repartidores o conductores de VTC. Elegimos estos trabajos creyendo ingenuamente en el mito de la libertad empresarial. Pensábamos que seríamos libres de definir nuestros precios, elegir nuestros horarios y determinar nuestras condiciones de trabajo. Pero la realidad es bien distinta. Nos pasamos el día esperando un pedido o un recado, como si fuéramos rehenes sin saber cuándo nos permitirán hacer un recado. Si por casualidad rechazamos uno, la plataforma nos asignará uno menos las próximas veces.

Muchos conductores de VTC trabajamos hasta 13 horas al día, 7 días a la semana. Uber, Bolt, Heetch, estas plataformas nos utilizan, ya que nos hacen trabajar para ellas. Dependientes de su voluntad, estamos bajo su control, por miedo a no poder llegar a fin de mes. Por 70 horas de trabajo a la semana, muchos de nosotros sólo ganamos 1300 euros al mes. Es decir, 4,30 euros por hora. ¿Es esto un ingreso digno y deseable para alguien que quiere servir a sus conciudadanos? Las plataformas nunca se salen con la suya. Nos cobran comisiones de hasta 40 euros por trayecto. ¿Cómo estas comisiones pueden justificar la simple “conexión” entre un cliente y un profesional? ¿Cuánta riqueza producen estas empresas por el simple hecho de poner en contacto a un cliente y un conductor? Como consecuencia de los precios impuestos por las plataformas, cada vez somos más los que no podemos reembolsar el alquiler de nuestros coches ni pagar el seguro. Sometidos a las condiciones de las plataformas, ya no podemos ganarnos la vida decentemente.

Como repartidores, a menudo recorremos más de 100 km al día para repartir comida. Contra el viento, bajo la lluvia, en la nieve o en plena canícula, pedaleamos para que los sushi, hamburguesas o pizzas lleguen en las mejores condiciones posibles al cliente. Haga el tiempo que haga, pedaleamos tan rápido como podemos para cumplir los plazos de entrega. La aplicación nos transmite los pedidos y para llegar a tiempo nos ordena omitir las normas de tráfico. Si tenemos un accidente durante una entrega, las plataformas, tan rápidas para supervisarnos, desaparecen inmediatamente. Ni accidente laboral, ni baja por enfermedad, de nada se ocupan UberEats, Deliveroo o Wolt. Ni de nuestro equipo ni de nuestra salud.

Esto nos debilita físicamente y psicológicamente. La presión es tal que los infartos son frecuentes en nuestras profesiones, y los accidentes ocurren todos los días. El miedo a perder una entrega y las horas de espera bajo tensión debilitan nuestras relaciones humanas. Cada vez somos más los que sufrimos divorcios, el alejamiento de nuestras familias y el aislamiento que nos impone nuestro trabajo.

Nos dijeron que éramos “asociados”, pensamos que nos trataban como iguales, pero no es así. Sólo somos esclavos digitales al servicio de un algoritmo

Nos dijeron que éramos “asociados”, pensamos que nos trataban como iguales, pero no es así. Sólo somos esclavos digitales al servicio de un algoritmo. Oficialmente independientes, pero en realidad abiertamente subordinados a las plataformas. Porque son ellas las que fijan nuestros precios, eligen nuestra apariencia, imponen nuestras rutas y tiempos de viaje. Durante la pandemia, muchos de nosotros nos pusimos al servicio de nuestros conciudadanos. ¿Quiénes les llevaba la compra, la comida, cuando estaba prohibido salir? ¿Quiénes recorrieron en bicicleta calles desiertas, muertos de miedo, aterrorizados de llevar a casa un virus del que no sabíamos nada? Al final de la pandemia, sin mediar palabra, las plataformas nos bloquearon a miles. Porque sí, Uber, Deliveroo y compañía nos “desconectan” cuando ya no nos necesitan, sin razones, sin posibilidad de explicación con un humano y sin algún tipo de recurso. Ni recursos humanos ni servicio postventa para nosotros. Nuestros intentos de reunirnos con ellos no son atendidos. Es como si nos hubieran borrado de la noche a la mañana, deshumanizando nuestro trabajo y nuestra existencia.

Nunca sabemos por qué recibimos un transporte y no otro, por qué se asigna a un repartidor, a un conductor y no a otro. Un algoritmo determina y controla nuestro trabajo sin interrupción y sin ninguna forma de transparencia. Y mientras trabajamos a las órdenes de una máquina, nuestros datos son constantemente recogidos y procesados sin que nos podamos oponer.

Nosotros pagamos nuestros impuestos, mientras que las propias plataformas los evaden y elude

Nosotros pagamos nuestros impuestos, mientras que las propias plataformas los evaden y eluden. Lo decimos: esto es una competencia desleal inaceptable, que fomenta los niveles sociales más bajos. Como siempre, en este contexto, los empleados son la variable de ajuste.

Las plataformas intentan convencerles de que lo que necesitamos es un “diálogo social” entre ellas y nosotros. En realidad, esta idea no es más que un pretexto para evitar que las plataformas tengan que asumir sus obligaciones como empleadores. Lo que necesitamos son derechos reales, escritos en piedra, no falsos debates para conseguir migajas.

Las filtraciones en los medios nos dicen que ustedes están considerando el derecho discrecional de los diputados a no aplicar la presunción de empleo en caso de convenios colectivos o leyes existentes de antemano: nuestros derechos deben tener una base común en toda Europa y las excepciones son inaceptables.

Sabemos que muchos de ustedes están tentados de apoyar el modelo ultraliberal de las plataformas. Esas son de hecho bienvenidas en vuestras instituciones: según la Comisión Europea, las plataformas han tenido más de cien reuniones con la Dirección de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión durante el periodo de redacción de la directiva. Sindicatos y trabajadores son ahuyentados cuando acuden a defender su causa. Esto no es lo que sus electores esperan de ustedes.

Ministros de Trabajo de los Estados miembro de la Unión europea, nuestras vidas dependen de vuestras deliberaciones

Ministros de Trabajo de los Estados miembro de la Unión europea, nuestras vidas dependen de vuestras deliberaciones. Es vuestro deber reconocer nuestra subordinación a las plataformas. Os pedimos que el día de vuestro consejo os aseguréis de apoyar una directiva que permita incondicionalmente y sin criterios:

- Un uso transparente y seguro de los algoritmos;

- El respeto de los derechos de los trabajadores realmente autónomos;

- La correcta clasificación de trabajadores que deberían ser asalariados sin tener que acudir a los tribunales para ello;

- La competencia leal entre plataformas y otras empresas.

Finalmente, exigimos que exista presunción de laboralidad, no sujeta a una serie de condiciones, como el cumplimiento de tres puntos de siete. En nuestra experiencia, este tipo de condicionantes se prestan para burlar la ley buscando atajos.

En este sentido, apoyamos la propuesta hecha por el parlamento Europeo, en la cual hay presunción de laboralidad y son las empresas las que tienen que reclamar que los trabajadores son autónomos en cada contexto, sin que haya una lista de criterios que se puedan burlar o esquivar.

Asimismo, esta presunción de laboralidad debe ser regida por todos los Estados miembro. No se debe abrir la puerta a que los Estados la incumplan, pues eso significaría abrir la puerta al poderoso lobby a actuar en todos los Estados, uno a uno, y eliminar nuestros derechos aquí y allá.

Estamos al final del camino. Contamos con vosotros para tomar el relevo. Así sabremos el día del Consejo si trabajáis para Uber o para la gente.

Los sindicatos firmantes son:

Intersyndicale Nationale VTC, Francia

Taxiunionen, Suecia

Riders collective & vida trade union, Austria

GigWatch, Suecia

Collectif des coursier-es bruxellois-es, Belgium

Elite Taxi, España

Taxi Project, España

RiderXderechos, España

Deliverance Milano, Italia

Lieferando Workers Collective, Alemania

Collectif des Livreurs Autonomes de Plateformes, Francia

Syndicat CGT des Livreurs Ubérisés Toulousains, Francia

Federatie Nederlandse Vakbeweging, Holanda

FO just eat, Francia

ADCU App Drivers and Couriers Union, Reino unido

Filt Cgil Emilia Romagna, Italia

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