Opinión
1 de enero de 2023, una nueva realidad sin latas ni botellas abandonadas

Conformarse con no molestar a las grandes cadenas de supermercados e hipermercados y a los sistemas integrados de gestión, que tras 20 años siguen sin solventar el problema del abandono de residuos, no será suficiente. Con el nuevo paquete legislativo sobre residuos y envases no valen medias tintas.

botella
Etienne Cada día se pierden en España 30 millones de latas, botellas y briks que acaban en vertedero, quemados en una incineradora o abandonados en el medio ambiente.

director de Retorna

17 jun 2020 05:48

La semana pasada nos encontramos en varios medios uno de esos titulares que te erizan el vello solo de leerlo. ‘Llueve plástico en los parques nacionales de EE UU’, rezaba la noticia. Un estudio publicado en Science demuestra cómo los microplásticos que inundan mares y océanos se están desplazando a través de las nubes hasta el punto que las mediciones hechas en varios parques nacionales estadounidenses demuestran que cada año ‘llueven’ más de 1.000 toneladas de esos microplásticos. O lo que es lo mismo, entre 12 y 30 millones de botellas de plástico fragmentadas cayendo del cielo durante un año.

Comemos plástico, bebemos plástico y ahora también respiramos plástico. El modelo de producción y consumo basado en el ‘usar y tirar’ no solamente ha colonizado todos los rincones del planeta, sino que ha acabado por invadir nuestro propio cuerpo.

Por suerte, estamos ante un momento decisivo a nivel legislativo para decidir qué dirección va a tomar la gestión de los residuos en los próximos años y décadas en España. El paquete de economía circular y la directiva de plásticos de un solo uso debe ser transpuesto por parte del Estado español en breve. Y el Ejecutivo de Sánchez, con la vicepresidenta Teresa Ribera a la cabeza, ha iniciado está labor aprobando en Consejo de Ministros el Anteproyecto para una nueva Ley de Residuos.

Las grandes multinacionales del comercio generan el problema y no están por la labor de solucionarlo

Se trata de un primer paso esperanzador hacia un cambio de modelo que ponga tanto la salud de las personas como un desarrollo económico mucho más sostenible en el centro de todas las acciones, pero el momento pide decisiones realmente ambiciosas y transformadoras. Esta vez, conformarse con no molestar a las grandes cadenas de supermercados e hipermercados y a los sistemas integrados de gestión, que tras 20 años siguen sin solventar el problema del abandono de residuos, no será suficiente. No valen medias tintas.

Las grandes multinacionales del comercio generan el problema y no están por la labor de solucionarlo. Hagamos memoria, ellas nos impusieron los productos de usar y tirar. Así que España debe decidir si apuesta por la prevención, la reutilización y el reciclaje de calidad o sigue dejando que los que lo pueden solucionar fácilmente, y que además son responsables del abandono de millones y millones de envases en nuestro entorno, se sigan yendo de rositas.

Por suerte, muchos países vecinos tienen claro cuál es el camino hacia una transición ecológica real. Por ejemplo, en los últimos tres años, 14 países y regiones del mundo han legislado a favor de devolver las latas y las botellas a la tienda para acabar con su abandono masivo en el entorno y conseguir reutilizar y reciclar más del 90% de estos envases. Con estos cambios legislativos, el Gobierno también tiene la oportunidad de que el Sistema de Depósito sea una realidad a partir del 1 de enero de 2023 y convertirse así en un referente en el área del Mediterráneo en materia de protección del territorio. Compramos bebidas, no envases. Y queremos tener el derecho de devolvérselas al comercio para que las puedan reutilizar o convertir en nuevas latas, botellas y bricks.

No nos cansamos de recordar que, en España, cada día se pierden 30 millones de latas, botellas y briks que acaban o enterrados en un vertedero, quemados en una incineradora o abandonados por nuestras calles, bosques y playas y, en consecuencia, poniendo en riesgo nuestra salud. Ante esa amenaza, países muy cercanos tienen claro que la solución pasa por vender aguas, cervezas, zumos y refrescos con un pequeño depósito que nos devolverán cuando devolvamos el envase vacío en cualquier tienda. El mejor ejemplo es Portugal, que desde hace más de un año trabaja para estrenar un Sistema de Depósito a partir de 2022 y que ya ha puesto en marcha, a pesar de la pandemia, pruebas piloto en más de una veintena de supermercados de todo el país para fomentar la devolución de botellas de plástico al comercio.

España debe decidir si apuesta por la prevención, la reutilización y el reciclaje de calidad o sigue dejando que los que lo pueden solucionar fácilmente, y que además son responsables del abandono de millones y millones de envases en nuestro entorno, se sigan yendo de rositas.

En esta misma línea han decidido actuar hace apenas unas semanas los Países Bajos, donde a partir del 1 de julio de 2021, se ampliará su Sistema de Depósito para incluir todas las botellas de plástico, incluso las de menos de 1 litro, que hasta ahora estaban exentas. El objetivo de esta decisión ha sido acabar con el abandono anual de más de 100 millones de estos envases. “Mientras que más del 80% de la gente estaba a favor de la ampliación, hemos esperado demasiado tiempo para ver tomar esta decisión al gobierno. Estamos muy contentos de que se incluyan pequeñas botellas de plástico a partir del 1 de julio de 2021 y de que todo indique que acabará ocurriendo lo mismo con las latas de aquí poco“, detalla Rob Buurman, director de la asociación Recycling Netwerk.

Y algo parecido ha ocurrido en Escocia, que hace también algunas semanas ha anunciado fecha definitiva para que los y las consumidores puedan devolver botellas de plástico y vidrio, latas y briks a las tiendas. ”Aunque desde 2017 se tomó la decisión de implantar un Sistema de Depósito, finalmente no será hasta julio de 2022 cuando pueda ver la luz. Eso sí, será un sistema amplio y muy eficiente, ya que se ha basado en las mejores experiencias tanto bálticas como escandinavas”, reconoce James Mackenzie, responsable de la campaña Have you got the bottle.

Parece evidente que pronto devolveremos de nuevo los envases vacíos a la tienda, al igual que acabarán imponiéndose el resto de medidas que pongan el freno definitivo a los envases de un solo uso. El abandono masivo y continuo de recursos ya no se trata solamente de un problema con graves consecuencias económicas o ambientales. Está en juego nuestra salud y la de un planeta que no podemos usar y tirar.

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