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Transfobia
No abordar la transfobia es abrir las puertas al fascismo
Nací a finales del 57 y en el disco duro de mi memoria tengo almacenadas todas las instantáneas que hicieron transitar a este país de la dictadura a la democracia, todo lo que costó y en los diferentes ritmos y velocidades, las personas trans hemos sido uno de los colectivos más relegados, puedo decir, como he dicho muchas veces, como lo he dicho desde el dolor pero también desde la certeza que las personas trans fuimos de las más maltratadas por la dictadura y las grandes olvidadas de la democracia.
Los avances a nosotras nos han costado sangre, huelgas de hambre, protestas, nadie nos regaló nunca nada, todo tuvimos que arrancarlo y siendo honesta, en 45 años de democracia con respecto a representantes institucionales, solo encontramos empatía y valor en la Ministra de Igualdad, Irene Montero que recibió a cambio las iras furibundas de la reacción, a modo de correctivo, para que no cundiera el ejemplo.
De la normalización de la vulneración de nuestros derechos que vivíamos en el letargo democrático, nos sacó un fenómeno internacional que inauguró Argentina en 2012 reconociendo por primera vez el principio jurídico de la autodeterminación del género, como una herramienta imprescindible para alcanzar nuestra igualdad real. Rápidamente se extendió por el mundo, siendo adoptado como imprescindible por numerosos organismos internacionales en sus recomendaciones a los países y replicado en las sucesivas leyes de reconocimiento de derechos de las personas trans que se iban promulgando. En 2014, España a través de la Ley andaluza, que también me costó el anuncio de dos huelgas de hambre y mi cara en la diana del PSOE andaluz, introdujo por primera vez este principio jurídico. La revolución trans había comenzado, de la patologización a ser sujetos de derecho.
El inicio de la tramitación de la Ley Trans Estatal desató una tormenta de odio hacia nuestras vidas sin parangón, una tormenta perfecta incubada en el PSOE, socio mayoritario de la coalición de Gobierno, tras perder las competencias en Igualdad había una intencionalidad política de boicotear todas leyes que salieran del Ministerio de Igualdad con lo que alimentaron y permitieron un discurso de odio hacía las personas trans nacido de sus propias filas y cuya correa de trasmisión fue el movimiento asociativo ligado a sus redes y su maquinaria mediática e intelectual.
Estos últimos 3 años hemos estado soportando bulos, criminalización, negación de nuestra identidad por parte de una inmensa mayoría de medios de comunicación e intelectualidad progresistas que se unían y coincidían sin rubor en los mismos marcos ideológicos que la ultraderecha, pero casi más sangrante era ver como también gran parte de la progresía miraba para otro lado mientras nos daban una paliza de muerte a la que ellos llamaban “debate” u “opinión” porque hay que ser muy valiente para enfrentarte a los tuyos, a los que quizás necesitas para alcanzar acuerdos políticos o recomendaciones o simplemente no formar parte de una lista negra en los espacios de la progresía. Mientras tanto no dudan en usarnos como arma arrojadiza cuando el emisor del mensaje es la ultra/derecha.
Y aunque se sepa, no deja de ser doloroso que ante las quejas de colectivos LGTBIQ, antirracistas y antifascistas por la elección de la escritora Najat El Hachmi como pregonera de las fiestas de la Mercé en Barcelona, por sus posturas islamofobas y transfobicas en las que ha difundido bulos sobre la Ley Trans, negado nuestras identidades, las ha identificado con trastornos y ha justificado las terapias de conversión hacía las personas trans, la respuesta del Ayuntamiento de Barcelona ha sido hacer oídos sordos y no solo eso, la maquinaria mediática e intelectual del PSC y la progresía han salido al rescate criminalizando la demanda de los colectivos sociales e incluso defenestrándoles.
No deja de ser doloroso que un Alcalde como Jaume Collboni (PSC), que no solo representa a un partido que se dice progresista sino que incluso pertenece al colectivo, no tenga la empatía y la responsabilidad de rectificar y reconocer que la pregonera que ha elegido en esta ocasión, por muchos méritos que tenga en otras facetas de su vida, está sosteniendo un peligrosísimo discurso de odio hacia uno de los colectivos más vulnerables de nuestra sociedad.
Cuando no abordamos de manera responsable la transfobia como una lacra social, estamos abriendo las puertas al fascismo
No deja de ser doloroso que la ex Alcaldesa Ada Colau, quien lleva años abanderando al colectivo LGTBIQ haya declarado que pese a tener “discrepancias” con Najat el Hachmi a este respecto, apele a no practicar la cultura de la cancelación para sostener su participación en el pregón, ¿esto haría posible también que Santiago Abascal, que participa de las mismas “discrepancias” fuera orgulloso pregonero el año que viene? Defender y proteger a un colectivo vulnerable de las consecuencias de dar visibilidad y reconocimiento a quienes entonan discursos de odio nunca se puede llamar cultura de la cancelación, hacerlo es utilizar argumentos trumpistas.
Llevamos años puestas en la diana. Trivializar o maquillar la transfobia es ser cómplice del aumento de la violencia hacia las personas trans que se ha demostrado directamente proporcional al auge de estos discursos. Cuando no abordamos de manera responsable la transfobia como una lacra social, estamos abriendo las puertas al fascismo.
A todas aquellas personas que miran hacia otro lado, restan importancia o justifican en sesudos análisis teóricos una violencia que no aceptarían en otro contexto, les pido, no que se pongan, sino que bajen a nuestros zapatos, porque está claro que nos ven desde la frialdad de las alturas y de no sentir y vivir nuestro día a día, de no tener que salir a la calle y enfrentarse con una sociedad que lee, escucha y ve todo lo que califican como “opiniones”, les pido, desde el dolor que siento y lleva décadas sintiendo mi colectivo, un enorme ejercicio de empatía y también, porque no, de vergüenza.
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Dudo que compartan el mismo marco la ultraderecha y el feminismo crítico con el cuirismo.
Buen artículo. Entonces las mismas "feministas" del POSE que aplaudían con las orejas cada asesinato de los GAL, son ahora las pseudo feministas (o pseudo socialistas) que dicen con odio: "Los transexuales son señores con tetas". Y ¿quienes pactan con socialfascistas y no derogan ni la ley mordaza ni la disminución de derechos laborales ("reforma" laboral peperra y psocialfascista), son progres?? Bravo por los que abandonaron ese barco a la deriva que es POSE-PODEMOS: la izquierda anticapitalista, los "anticapis" que formaron la columna vertebral del inicial Pokemon, después de ver el fiasco y el incumplimiento de promesas de amor electorero: Abandonaron la formación. Menos mal que nos queda Portugal, dónde los partidos a la izquierda del PS apoyaron al Gobierno socialdemócrata desde fuera, y sólo mientras haga leyes que merezcan la pena, pero sin pringarse en ministerios (ni misterios como la volatilización de promesas electorales que figuraban en los programas). La socialdemocracia siempre ha habierto la puerta al fascismo. Recordemos el pacto entre el PSOE y el dictador Primo de Rivera. Recordemos al coletas llamando "La Casta" a la mafia clientelar del PPSOE, para de inmediato pactar sillones con el POSE. Después se cortó la coleta, cuestión de POSE. Irene Montero tiene valor y esmero, la ley "del sólo si es si" es muy completa y un gran trabajo jurídico feminista. Pero el muro de los tribunales franquistas es infranqueable, al fascismo se le para desde la calle como han demostrado en Burriana (Valencia) al protestar hasta conseguir derribar la censura contra las revistas en valenciá que habían instaurado los neofranquistas del PPOX. Faxismoaren kontra, ekintza zuzena !
Mil gracias por tu artículo y por tu lucha, nos obliga a todxs a ser mejores personas. Estoy a tu lado hermana.
¿Es posible creer que el sexo no se puede cambiar, y expresarlo, sin ser transfobo? ¿O TERF? ¿O catalogarlo como “discurso de odio? Creer que el sexo no se puede cambiar, no implica querer abolir la ley trans, esta u otra, no implica querer prohibir que las personas puedan vivir como un género diferente a su sexo, y con los apoyos que la ley les otorgue. Yo creo que la persona que cree que una operación de cirugía puede simular órganos, pero no lo son, no tiene porqué ser transfobo, pero que la persona que afirma que cambiar de sexo es inmoral, sí lo es. Un discurso basado en la razón, que no desprecia a las personas, sino que trata de analizar la realidad, no debe de catalogarse como transfobo o TERF o discurso de odio. Lo que habría que hacer es responderlo con la misma actitud. Lo que habría que hacer es abrir un debate racional y civilizado sin insultos.
Si el sexo lo circunscribes a los genitales, se pueden cambiar.
Los genitales sirven solo para la reproducción y el placer. Los genitales no piensan, ni siquiera siente emociones, es el cerebro el órgano con la capacidad de pensar y sentir emoción. Y te recuerdo hay niñas con pene y niños con vulva. De la misma manera que un riñón o un pulmón ( distintos en el hombre y en la mujer por su tamaño) no definen el género tampoco lo hace un órgano reproductor. ¿ o acaso las mujeres que son estériles no son mujeres?
Estimada Mariela, dadas la didáctica y educación con las que has contestado, en parte, las también educadas dudas de Paco: Partiendo con que todo el mundo somos criaturas de dios, con nuestras cosillas y gilipolleces, y exceptuando a quienes como la gente fascista, no respeta las diferencias, y por tanto debieran morir entre estertores, me permito hacerte una pregunta que viene a resultar parecida a aquellas que en ocasiones nos viene a algunas personas en cuanto al sentirse extraño con respecto a tu propio cuerpo:
Crees que puede una persona de raza blanca, por ejemplo, decir que se siente de raza negra, por poner otro ejemplo, y proceder a un cambio de documentación?? , digámoslo así....
Perdone que me entrometa.
No sé si existen investigaciones que estudien ese caso que usted propone, lo que sí conozco es una amplia bibliografía científica que demuestra la falsedad de la existencia de dos únicos sexos (los avances en genética han derrumbado muchas barreras que creíamos firmes), así como un interesante estudio de la Universidad de Liège que apunta a un funcionamiento químico del cerebro en una mujer transgénero compatible con el de una mujer, más que con el de un hombre.
Lo transgénero no es una moda, un vistazo a través de la historia humana nos puede mostrar la naturalidad con la que en ciertas épocas, culturas o lugares ha sido abordada esta cuestión. Si no le interesa a usted la historia, pues céntrese en la genética. Ahí puede encontrar las respuestas.
Feliz día.
Sirianta querida:
Lástima ése pequeño borrón con el que ha terminado su escrito, diciéndo no me interesa la historia. Para su conocimiento, le hago saber que me interesan muchas cosas de este mundo. Las que no comprendo mucho más. Simplemente lanzaba al aire una pregunta con la que se pueden plantear opiniones diversas. Tantas como la que la historia de Rachel Dolezal dió lugar. Esta mujer blanca y norteamerucana, durante más de 10 años se hizo pasar por afrodescendiente e incluso llegó. A presidir la Asociación para el Avance de las Personas de Color. Cuando se deshizo su engaño, ella seguía insistiendo en que su sentir era de una persona negra. Lo que me pregunto yo es quién tiene autoridad para negarle esa identidad, o no, y por qué se asume la transexualidad como algo natural. No quidro decir que esto último no lo sea, si no que en qué asuntos se admiten y en cuáles no. No tengo ningún problema con la gente trans, la respeto tanto como a la demás. No creo estén enfermos. No creo sea una moda. Les deseo lo mejor tanto como lo peor a la gente que les persigue. Para acabar, cfeo que la mayoría no tenemos mucha idea de estas cisas, y a buena parte de la gente pregresista le da miedo preguntarse en público dudas le lleven a la picita como en oarte se ve aquí a menudo.
Saludos
En ningún momento afirmé que no le gustase a usted la historia.