Sidecar
Falsas alternativas en el espectro político israelí

Una serie de cuestiones interconectadas han pasado a dominar la agenda política israelí: el futuro de Netanyahu, el futuro de la guerra y el acuerdo que se establecerá tras ella.
Likud elecciones Israel
Propaganda electoral del Likud durante las últimas elecciones en Israel. Foto: Roma Leviev
11 feb 2024 04:16

Al lanzar su asalto a Gaza, el gobierno israelí tenía tres objetivos principales: vengarse, restaurar el prestigio de su ejército, gravemente dañado por el ataque del 7 de octubre, y garantizar la supervivencia política de Netanyahu. Hasta ahora ha tenido un éxito relativo. Las Fuerzas Armadas de Israel se han embarcado en una eficaz campaña de relaciones públicas para reconstruir su credibilidad mientras arrasan la Franja. Y aunque la popularidad de Netanyahu se encuentra en su punto más bajo, las peticiones para que presente su dimisión siguen siendo marginales; la ciudadanía israelí parece dispuesta a esperar a que acaben los combates para exigirle responsabilidades, lo que le da un incentivo para prolongarlos indefinidamente.

Sin embargo, después de cuatro meses de violencia, la versión oficial de que el objetivo de la guerra es eliminar a Hamás y conseguir la liberación de los rehenes se torna absolutamente insostenible. Cada vez está más claro que estos objetivos son contradictorios, ya que la mayor amenaza para la vida de los rehenes es la continuación de la guerra. Con el número de bajas de las Fuerzas Armadas de Israel en aumento, más de un centenar de cautivos israelíes aún retenidos en Gaza y sin avances significativos en el debilitamiento de las capacidades operativas de Hamás, el apoyo público a la guerra está disminuyendo. Una mayoría significativa de la población israelí, el 58 por 100, ha expresado su falta de confianza en la gestión de la misma por parte de Netanyahu. Ahora son más los israelíes que creen que la devolución de los cautivos debería tener prioridad sobre la destrucción de Hamás que viceversa.

Entre los defensores occidentales de Israel, Gantz es considerado como una alternativa que podría salvar al país de la extrema derecha y restablecer su identidad como Estado «judío y democrático»

Con este telón de fondo, una serie de cuestiones interconectadas han pasado a dominar la agenda política israelí: el futuro de Netanyahu, el futuro de la guerra y el acuerdo que se establecerá tras ella. El candidato mejor situado para sustituir a Netanyahu es el exgeneral del ejército y ministro de Defensa Benny Gantz, cuyo partido Unidad Nacional se halla muy por delante del Likud en las encuestas. La visión política de Gantz nunca ha sido especialmente coherente. A lo largo de los años ha manifestado su apoyo a algún tipo de solución diplomática con los palestinos, pero también ha subrayado que la situación actual «no está madura para un acuerdo permanente». Se opuso a la «Ley fundamental: Israel como el Estado-nación del pueblo judío», pero se abstuvo de votar cuando se propusieron enmiendas a la misma en la Knesset. Durante las protestas contra las reformas judiciales de Netanyahu, evitó la confrontación directa con el primer ministro y subrayó la necesidad de un «acuerdo mutuo» entre las partes. Desde octubre, Gantz forma parte del gabinete de guerra como ministro sin cartera. En ocasiones ha intentado distanciarse de la retórica beligerante de Netanyahu, pero en la práctica ha sido igual de activo en la prosecución de la campaña militar.

Entre los defensores occidentales de Israel, Gantz es considerado como una alternativa bienvenida que podría salvar al país de la extrema derecha y restablecer su identidad como Estado «judío y democrático». Washington, en particular, lo contempla como alguien a quien se podría convencer de para que aceptase una «solución constructiva» al eterno problema de Palestina. La esperanza de Biden y su equipo es que, una vez finalizada la guerra, Netanyahu sea destituido y sustituido por este socio más fiable y menos errático. Sin embargo, tanto el historial de Gantz como la situación actual de Israel sugieren que se trata de una mera ilusión.

Por un lado, cabe preguntarse hasta qué punto Gantz quiere realmente dirigir el país. Durante su corta carrera política ha salvado dos veces el pellejo político del hombre al que supuestamente intenta sustituir: primero, en abril de 2020, cuando ayudó a Netanyahu a formar un gobierno de emergencia; después, en octubre de 2023, cuando se unió al gabinete de guerra en nombre del «deber nacional». Tras dejar pasar estas oportunidades de derrocar a su oponente, Gantz se encuentra ahora sin un camino claro hacia el poder. Como la política israelí se ha desplazado hacia la derecha, su campo «centrista» ha perdido la capacidad de formar una mayoría en la Knesset por sí solo. Necesitaría el apoyo de los partidos árabes, que actualmente ocupan diez de los ciento veinte escaños. Pero dada la actitud de Gantz tanto hacia los palestinos como hacia los árabes israelíes, ganarse su confianza parece algo prácticamente imposible.

Adalah, el Centro Legal para los Derechos de las Minorías Árabes en Israel, ha documentado la represión continuada de cualquier expresión de solidaridad de la población árabe con Palestina

Durante la campaña electoral de 2019 Gantz presumió de que había «devuelto Gaza a la Edad de Piedra» durante la Operación Borde Protector, cuando ocupaba el cargo de jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Israel. También afirmó haber «eliminado a 1.364 terroristas», el número total de palestinos muertos en el asalto, incluidos cientos de niños. Ahora Gantz está reproduciendo estas fantasías apocalípticas a una escala mucho mayor, librando una guerra brutal contra una población civil atrapada, que ya se ha cobrado decenas de miles de vidas. Al mismo tiempo, está supervisando la persecución sistemática de los árabes en Israel, cuyo trato recuerda al régimen militar que se les impuso en los primeros años de vida del Estado israelí. Adalah, el Centro Legal para los Derechos de las Minorías Árabes en Israel, ha documentado la represión continuada de cualquier expresión de solidaridad de la población árabe con Palestina, que hasta ahora ha provocado cientos de detenciones, una oleada de despidos improcedentes y la expulsión de cientos de estudiantes de centros de enseñanza superior. A principios de este mes, cuatro destacados políticos árabes, entre ellos Mohammad Barakeh, jefe del Alto Comité de Seguimiento de los ciudadanos árabes de Israel, fueron detenidos por la policía por intentar participar en una protesta contra la guerra.

El gobierno israelí también ha impuesto contundentes recortes presupuestarios a las autoridades árabes locales, que ya sufren el abandono persistente, la existencia de unas infraestructuras en estado más que lamentable y el recrudecimiento de la delincuencia organizada, que el Estado se niega a abordar. A luz de todo ello, es poco probable que la población árabe apoye el ascenso de Gantz a primer ministro, aunque se presente como el «mal menor». Durante los últimos años, el discurso político israelí predominante se ha personalizado con una gran intensidad, centrándose en Netanyahu como figura individual. Pero para los árabes su destitución no supondría una gran diferencia.

Basta recordar en este sentido el «gobierno del cambio», hostil a Netanyahu, elegido en 2020 y liderado por Naftali Bennett y Yair Lapid, para poner de relieve este aspecto. La coalición, que representaba a la práctica totalidad del espectro político israelí y que incluso obtuvo el respaldo reticente de los partidos árabes, no contemplaba en modo alguno romper con las llamadas políticas de seguridad de su predecesor. No tenía tampoco ningún interés en poner fin al conflicto ni a la ocupación. Después de tan solo un año, se disolvió para salvar la normativa que regulaba el sistema jurídico dual vigente en Cisjordania, puesta en peligro cuando la derecha se negó a votar a favor de su renovación. Al final, el gobierno Bennett-Lapid prefirió devolver a Netanyahu al poder que ver amenazado el régimen de apartheid israelí.

Los ciudadanos árabes de Israel, que constituyen el 20 por 100 de su población total, sucumben ahora a la desesperación, mientras el Estado sigue masacrando a sus hermanos en Gaza

La falta de voluntad de la «oposición» israelí para plantear un auténtico desafío al orden actual se reflejó en las protestas masivas registradas el año pasado durante las cuales cientos de miles de personas salieron a la calle para protestar por el golpe judicial de Netanyahu. El movimiento, que contaba con el apoyo de altos cargos de la clase política y militar, afirmaba estar «defendiendo la democracia», pero esto no significaba la plena igualdad política y jurídica para todos, ya que ello tendría que incluir a los árabes. Su concepción de la democracia era en realidad técnico-procedimental, postulando la separación de los poderes ejecutivo y judicial. La principal exigencia de los manifestantes era que los tribunales, que habían ratificado la «Ley fundamental: Israel como el Estado-nación del pueblo judío», además de otras innumerables medidas racistas y discriminatorias, mantuvieran su independencia formal. Sobre todo, los líderes de las protestas subrayaron que era necesario un sistema jurídico nacional imparcial para proteger a los soldados israelíes de enfrentarse a tribunales internacionales por crímenes de guerra. Como era de esperar, se trató de una «celebración democrática» en la que los ciudadanos árabes se negaron a participar.

Incluso si el bloque «centrista» de Israel lograra constituir de una u otra forma un nuevo gobierno con el objetivo de cambiar el statu quo sobre Palestina, los obstáculos para un acuerdo respaldado por Occidente seguirían siendo insuperables. Entre ellos se cuenta la fuerza de la extrema derecha israelí, que lucharía con uñas y dientes para bloquear cualquier «solución» diplomática, así como el drástico descenso del apoyo por parte de la ciudadanía israelí a la creación de un Estado palestino después del 7 de octubre. También debemos considerar los sensacionales cambios demográficos registrados en los territorios ocupados por mor de la limpieza étnica de la población palestina y el constante crecimiento del número de colonos a los que el gobierno israelí nunca aceptaría reubicar. En Palestina, mientras tanto, resulta crucial la desconfianza generalizada hacia la Autoridad Palestina, que carece de toda credibilidad para aplicar cualquier acuerdo de este tipo.

Los ciudadanos árabes de Israel, que constituyen el 20 por 100 de su población total, sucumben ahora a la desesperación, mientras el Estado sigue masacrando a sus hermanos en Gaza. Un gran número de judíos israelíes ha renunciado a la perspectiva de un acuerdo legal: una postura que la extrema derecha está explotando pidiendo la limpieza étnica completa de los palestinos de su patria histórica. Un gobierno de «centro» no resolvería esta crisis estructural. Sólo aplicaría una fina capa de maquillaje sobre la cara de la sociedad israelí.

Sidecar
Artículo original: False Alternative publicado por Sidecar, blog de la New Left Review y traducido con permiso expreso por El Salto. Véase Yonatan Mendel, «La nueva Jerusalén», NLR 81, Ilan Pappé, «Fantasías de Israel. ¿Puede sobrevivir el proyecto sionista?», El Salto, y Perry Anderson, «La casa de Sión», NLR 96.
Archivado en: Palestina Israel Sidecar
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Sidecar
Sidecar Las reglas del juego
Aunque es poco probable que el reciente intercambio de fuego entre Israel e Irán desemboque en una guerra total, este ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de Israel en un momento político decisivo.
Sidecar
Sidecar La izquierda gana terreno en Corea del Sur
El 10 de abril, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, y su conservador Partido del Poder Popular sufrieron una sorprendente derrota a manos del progresista Lee Jae-myung y su Partido Democrático.
Sidecar
Sidecar Prioridades cruciales de la izquierda francesa
La única forma que el partido de Mélenchon prevalezca en esta coyuntura desfavorable y preserve su frágil hegemonía sobre los demás partidos progresistas es ampliar su base electoral de cara a las elecciones presidenciales de 2027.
derROTista
14/2/2024 20:01

La única alternativa correcta consiste en penetrar Israel con un ejército a lo "blitzkrieg" para luego [REDACTED] y devolver toda Palestina a sus habitantes legítimos

0
0
Acaido
12/2/2024 6:49

Al final,, en todo conflicto el vencedor siempre tiene la razón, y aquí está claro desde un principio que está vez, los nazis no iban a perder, así que todos somos testigos inanimes del sadismo del ejército israelí.

0
0
Catalunya
Catalunya Pere Aragonès, de presidente a segundo plato de Illa o Puigdemont
Las encuestas y el tirón de Pedro Sánchez acompañan a Salvador Illa, quien probablemente volverá a ganar las elecciones catalanas, como ya ocurrió en 2021. Esta vez, tiene más probabilidades de gobernar.
Pueblo gitano
Pueblo gitano Silvia Agüero y Nicolás Jiménez: “Hay que gitanizar a los anarquistas que se han burocratizado”
Son pareja en la vida, en la divulgación y en la tarea de gitanizar el mundo. Silvia Agüero y Nicolás Jiménez acaban de publicar '¿Anarquismo gitano?' para romper estereotipos y profundizar en la realidad de su pueblo.
Migración
Migración Maternidades migrantes: criar entre la precariedad laboral y la ley de extranjería
Sin redes familiares en las que sostenerse y en un contexto laboral enfrentado con la conciliación, las madres migrantes se ven especialmente expuestas a la precariedad.
Memoria histórica
Memoria Olvidadas por la historia: las mujeres del Patronato
Durante más de cuarenta años, la libertad de miles de mujeres fue arrebatada por el Patronato de Protección a la Mujer. Siguen invisibilizadas por una Ley de Memoria Democrática
Green European Journal
Green European Journal ¿Qué une al activismo climático con la guerra en Gaza?
La guerra de Israel contra Gaza ha dado mucho de qué hablar entre los movimientos por el medio ambiente.
República Democrática del Congo
República Democrática del Congo Chikuru quiere para la República Democrática del Congo esa paz que nunca ha conocido
La vida de Chikuru ha transcurrido en una República Democrática del Congo siempre en guerra, desde su organización FoBeWorld, aspira a ayudar a la infancia y juventud a construir un futuro mejor, frente al expolio que devora su presente.

Últimas

Genocidio
Genocidio La ONU advierte de que un ataque sobre Rafah colapsaría la distribución de ayuda en Gaza
Turquía suspende todo el comercio con Israel. El fiscal del Tribunal Penal Internacional advierte de que no admitirá “amenazas” después de que trascendiera que imputará a Netanyahu y los suyos.
El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
La vida y ya
La vida y ya Futuros laborales
Lo que está claro es que para mí pensar en mi futuro laboral tiene que ir acompañado de pensar qué puedo hacer para que el mundo sea un poco diferente.
Religión
Opinión Semana Santa y Ramadán
En el Sindicato de Vivienda de la Red de Apoyo Mutuo se celebró un desayuno con motivo del Ramadán, lo cual generó un debate interno interesante por ser una organización laica
Palestina
Palestina Bicicletada contra el genocidio palestino en Alicante
El núcleo local del BDS País Valencià ha realizado un recorrido reivindicativo para exigir el fin del genocidio contra Palestina por las principales calles de las tres capitales valencianas.
Más noticias
Que no te lo cuenten
Que no te lo cuenten De estrategias y misiones incumplidas
VV.AA.
La no dimisión de Pedro Sánchez y la imposibilidad de la Flotilla de la Libertad de llevar ayuda a Gaza marcan unas semanas intensas.
Fútbol
Fútbol Vicente del Bosque como respuesta a las presiones de FIFA y UEFA
El nombramiento del exseleccionador como presidente de la Comisión de Normalización, Representación y Supervisión busca alejar los fantasmas de una intervención política de la RFEF.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: Una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Comunidad El Salto
Palestina La campaña de apoyo a Gaza de El Salto recauda más de diez mil euros para la UNRWA
El pasado 26 de febrero, tras más de cuatro meses de ofensiva militar de castigo por parte Israel sobre la Franja de Gaza, desde El Salto decidimos ir más allá del periodismo ante la gravedad de los hechos.

Recomendadas

Literatura
Literatura Mallorca, el refugi de Vicent Andrés Estellés
El poeta trobà a l’illa la serenitat necessària per enfrontar-se a l’entorn sempre tens de València, a la vegada que publicà diversos volums i travà sòlides amistats.
Colombia
Colombia Sostener la vida en un ETCR
En la vereda colombiana La Plancha, la convivencia entre excombatientes y población civil es una realidad marcada por necesidades comunes.