Sidecar
La camisa de fuerza de Israel

El parlamento más reaccionario de la historia se ha constituido este 15 de noviembre. Sin embargo, ello no debe interpretarse como un giro fundamental hacia la derecha de la política israelí sino como una continuación de un proceso largo que ha tenido lugar en el conjunto de la sociedad israelí.
Benjamin Netanyahu
Benjamin Netanyahu. Foto: Alan Santos/PR
21 nov 2022 11:59

Primero llegaron los chistes. El humor negro como respuesta natural a la frustración y la decepción. «¿Cómo fue ayer?», me gritó desde su balcón mi vecino de Tel Aviv, en pantalón corto y sin camiseta, y también de izquierdas, mientras sorbía su café matutino el día después de las elecciones. «No muy bien», le grité, continuando mi marcha a paso ligero camino de la escuela con los críos. «Seguro que te has divertido realmente votando ayer»», dijo con un énfasis deliberado en «divertido realmente». «¿Por qué?», le pregunté. «Porque —respondió encantado de haber llegado al nudo de su broma— ¡fue la última vez que lo hacías!».

Las elecciones israelíes del pasado 1 de noviembre fueron realmente impactantes. Por primera vez desde su creación en 1992, Meretz (el partido sionista de izquierda) fue expulsado de la Knesset, el parlamento unicameral israelí, al igual que Balad (el partido árabe-palestino que lucha por hacer de Israel «un Estado para todos sus ciudadanos»). Simultáneamente, asistimos al espectacular ascenso de la lista nacional-religiosa, formada por el partido HaTzionut HaDatit (Sionismo Religioso), liderado por Bezalel Smotrich (detenido en 2005 junto a otros cinco activistas de derecha por planear «la voladura de coches en la autopista Ayalon», según el informe del jefe adjunto del Shin-Bet, la Agencia de Seguridad de Israel) y el partido neofascista Otzma Yehudit (Fuerza Judía), liderado por Itamar Ben-Gvir (condenado en 2007 por incitación al racismo y por apoyo a una organización terrorista). Su programa conjunto fue respaldado por casi el 11 por 100 de los votantes israelíes y obtuvo 14 escaños. El partido derechista Likkud, dirigido por el exprimer ministro Benjamín Netanyahu, obtuvo 32 escaños, mientras que la formación supuestamente centrista Yesh Atid (Hay un futuro) del actual primer ministro Yair Lapid consiguió 24. El Partido Laborista –la principal fuerza política durante las tres primeras décadas de existencia de Israel y un actor importante después– únicamente obtuvo 4 escaños.

Para los partidos religiosos, Netanyahu es ahora un estrecho colaborador, mientras que los centristas y los izquierdistas se han convertido en el Otro antijudío por excelencia

La democracia israelí no tenía, por supuesto, nada de qué presumir antes de las últimas elecciones. El llamado «gobierno del cambio» del país, que se prolongó de junio de 2021 hasta noviembre de 2022, estaba compuesto en gran parte por partidos de centro y centro-derecha, que se unieron en oposición a Netanyahu y consideraron su actual juicio por corrupción como una vergüenza nacional. Su coalición también incluía los últimos restos de la izquierda israelí y, de forma controvertida, la Lista Árabe Unida. Su agenda doméstica giraba en torno a la buena gobernanza, la estabilización del sistema político israelí y la aprobación de los correspondientes presupuestos generales del Estado por primera vez en tres años. En lo que respecta a la ocupación, al asedio de Gaza y a la negativa a negociar con la Autoridad Palestina, sin embargo, sus propuestas políticas no eran muy diferentes de las seguidas por el anterior gobierno de Netanyahu. La camisa de fuerza sionista de Israel puede permitir cierto espacio para el debate sobre cuestiones internas, pero sus confines son claros.

La Knesset más reaccionaria de la historia se ha constituido este 15 de noviembre. Sin embargo, ello no debe interpretarse como un giro fundamental hacia la derecha de la política israelí. Se trata, por el contrario, del resultado de diversas maniobras estratégicas efectuadas por Netanyahu, así como de procesos de largo recorrido verificados en el seno de la sociedad israelí. Estos factores pueden explicarse analizando la historia reciente de dos agrupaciones políticas: los partidos religiosos judíos, por un lado, y los partidos árabe-palestinos, por otro.

Comencemos analizando los primeros. Lo más probable es que Netanyahu forme su gobierno con los siguientes componentes: el Likkud (32 escaños), el partido Sionismo Religioso (14 escaños), el Shas (el partido ortodoxo sefardí, 11 escaños) y el Yahadut Hatorah (el partido ultraortodoxo asquenazí, 7 escaños). El primer ministro entrante puede reunir fácilmente este bloque de 64 escaños en un parlamento compuesto por 120 miembros, que contará con el apoyo automático de los tres partidos religiosos judíos (que representan tanto a los mizrahi como a los asquenazíes), que ahora se consideran «aliados naturales» de la derecha sionista. Sin embargo, esta situación no es en absoluto natural. Es el resultado del plan a largo plazo de Netanyahu para atraer a los partidos religiosos, ortodoxos e incluso ultraortodoxos, que en gran medida no son sionistas, a su proyecto político, que a su vez enmarca como la quintaesencia de «lo judío». El viejo refrán dice que «la Torá tiene setenta caras», pero Netanyahu y la derecha dura sólo le han dado una. Para los partidos religiosos, Netanyahu es ahora un estrecho colaborador, mientras que los centristas y los izquierdistas se han convertido en el Otro antijudío por excelencia, lo que a largo plazo deja pocas esperanzas para otro cambio de guardia.

Netanyahu también explotará la impotencia del derecho internacional, además de las cálidas relaciones de Israel con las nuevas derechas autoritarias para hacer realidad el sueño de la anexión de facto de la zona C de Cisjordania

Pasemos ahora a analizar la situación y las perspectivas de los partidos árabes-palestinos. Respecto a ellos y a los ciudadanos y ciudadanas palestinos de Israel la estrategia de Netanyahu no fue menos astuta. Durante su anterior mandato, Netanyahu procedió a intensificar la estrategia de «divide y vencerás» de Israel hacia los palestinos, lo cual precipitó la total desintegración de la Lista Árabe Conjunta, y consiguió establecer la vinculación fantasiosa entre los partidos árabes y el terrorismo, desacreditando así las críticas de estos a la ocupación. Después de que la Lista Árabe Unida se uniera a la frágil coalición liderada por Lapid, Netanyahu (y la derecha en general) reiteró sin cesar la afirmación de que el nuevo gobierno «dependía de los partidarios del terror». La eficacia de esta difamación demostró lo arraigado que estaba el discurso del «uso indiscriminado y manipulador del terrorismo», gracias en parte al concurso de otros supuestos actores políticos sionistas del centro y la izquierda (Lapid, por ejemplo, se niega actualmente a reunirse con los líderes de los partidos árabes Hadash y Ta'al). Mediante esta retórica, Netanyahu estableció una fórmula global que significaba que todo árabe-palestino tendría que demostrar que no es un terrorista. Esta deslegitimación tenía un claro objetivo estratégico, ya que hacía casi imposible que los árabes-palestinos expresaran sus opiniones al tiempo que destruía las condiciones para crear una coalición estable de centro o centro-izquierda.

En otras palabras, al codificar a los partidos religiosos como de derecha y a los partidos árabes como terroristas, Netanyahu ha hecho impensable cualquier coalición conjunta de judíos y árabes. Lo que hace que esta estrategia sea tan exitosa y al mismo tiempo tan peligrosa es su aparente irreversibilidad. Durante los próximos cuatro años, el gobierno tomará medidas extraordinarias para afianzar su hegemonía. Tiene previsto introducir una «cláusula de anulación» que permitirá al Parlamento anular las sentencias del Tribunal Supremo, aboliendo de hecho la separación de poderes y garantizando que el juicio de Netanyahu termine sin condena. Netanyahu también explotará la impotencia del derecho internacional, además de las cálidas relaciones de Israel con las nuevas derechas autoritarias de Europa, Asia y Oriente Próximo, para hacer realidad el sueño de la anexión de facto de la zona C de Cisjordania.

A pesar de lo que dijo mi vecino, lo más probable es que nos encontremos de nuevo en las urnas una vez que el nuevo gobierno haya completado su mandato. Pero la cuestión es qué opciones tendremos nosotros —y no digamos los palestinos— tras cuatro años más de Netanyahu y de sionismo religioso.

Sidecar
Artículo original: Israel’s Straitjacket publicado por Sidecar, el blog de la New Left Review y traducido con permiso por El Salto. Véase Perry Anderson, «La casa de Sion», NLR 96.
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Sidecar
Sidecar El mismo filo de la navaja: Starmer contra la izquierda
Desde el principio de su liderazgo, Starmer y su equipo decidieron confundir el apoyo acrítico a Israel con una postura ecuánime contra el antisemitismo para poder utilizar esta confusión como un arma con la que matar a la izquierda.
Sidecar
Sidecar Control de daños en la República Islámica de Irán
El Estado iraní se enfrenta a una plétora de contradicciones estructurales. La elección de Masoud Pezeshkian, un reformista, representa el modo elegido para intentar superar esta crisis múltiple.
Sidecar
Sidecar Victoria aplazada de la izquierda francesa
Al disolver la Asamblea Nacional, Macron, el 'enfant roi' del Elíseo ha roto sus juguetes y ha pedido a otros que los arreglen.
Sirianta
Sirianta
21/11/2022 17:33

Es un horror. Gracias por informarnos.

0
0
1 de mayo
1º de Mayo Euskadi se moviliza contra la 'patronal explotadora' este 1º de Mayo
Además de los temas laborales, ha habido otras reivindicaciones y recuerdos a favor del Euskera, los presos o el genocidio israelí en Palestina.
1 de mayo
1º de Mayo ‘Contra la guerra y el capitalismo’ en este Primero de Mayo interseccional de Madrid
Decenas de colectivos exigen en la calle acabar con el militarismo creciente, las violencias transversales y un espacio para todos los colectivos en la lucha de clase.
There Is Alternative
There Is Alternative There Is Alternative #2: de supermercados, las cosas del comer y todo lo que no sea Juan Roig
Segundo episodio del podcast There Is Alternative de El Salto Radio sobre el lado oscuro de los supermercados, las grandes superficies y sus alternativas cooperativistas.
Laboral
1º de Mayo Inmigración y sindicatos: derechos universales o derrota colectiva
Los líderes sindicales no pueden ofrecer soluciones realistas para la situación de las personas migrantes, porque parecen asumir la vieja tesis de que la inmigración perjudica a la clase trabajadora en su conjunto.
Energía
Gran apagón Apagones, energías renovables y estabilidad del sistema eléctrico: tareas pendientes y visos de futuro
Es posible avanzar en la penetración de las renovables, al menos hasta cierto punto, sin perder seguridad en el sistema energético. Este debe modernizarse, descentralizarse y estar planificado por el Estado, opina un experto.

Últimas

Eventos
Evento Un Salto al periodismo desde el barrio: acompáñanos en un directo sobre periodismo situado
El Salto organiza un evento centrado en el potencial de los formatos sonoros para transmitir información veraz y fiable de forma cercana. Para hacer periodismo desde el barrio y barrio desde el periodismo.
Ley Trans
Ley trans El Constitucional enfrenta el recurso del PP a la ley trans, los colectivos piden evitar la senda antiderechos
El Alto Tribunal deliberó por primera vez sobre este recurso sin llegar aún a ninguna decisión. Plataforma Trans pide que no se sume a la carrera de odio contra las personas trans y avale la norma.
1 de mayo
1 de mayo Primero de Mayo: contra el militarismo y por la paz universal
Europa reaviva su deriva militarista. Como en 1914, el movimiento obrero se enfrenta al dilema de sumarse al consenso bélico o alzar la voz por la paz.
Eléctricas
Oligopolio eléctrico Sánchez no admite responsabilidades en el apagón mientras sus socios piden nacionalizar la red eléctrica
El presidente del Gobierno señala a los “operadores privados”, entre ellos Red Eléctrica, cuyos últimos dos presidentes vienen del PSOE y cuyo principal accionista es el Estado, con el 20%, seguido por el 5% de Amancio Ortega.
Antimilitarismo
Rearme El gasto militar mundial se dispara
El gasto militar en el planeta aumentó en 2024 un 9,4% respecto a 2023, lo que supone el mayor incremento interanual desde la Guerra Fría.
Más noticias
Pobreza energética
Energía Apagón crónico: lugares donde no volverá la luz, a pesar de la restauración del sistema eléctrico
Miles de personas en el Estado español viven día a día apagones y falta de suministro en lugares como Cañada Real (Madrid), la Zona Norte de la ciudad de Granada o los asentamientos de jornaleras y jornaleros migrantes en Huelva y Almería
València
València El tejido social presenta su propuesta de reconstrucción tras la dana
Los Comités Locales de Emergencia y Reconstrucción y las asociaciones de víctimas definen los presupuestos de Mazón y Vox como una declaración de guerra.
Galicia
Galicia La Xunta aprobó la celulosa de Altri argumentando que su chimenea de 75 metros sería “icónica”
El Informe de Patrimonio Cultural, favorable a la multinacional, se emitió en base a dos encargos externos, contratados y pagados por la empresa al ex presidente y al actual tesorero de Icomos-España.

Recomendadas

Cómic
Fabien Toulmé “Hablar de trabajo es menos sexy que hablar de amor o de guerra”
En su libro ‘Trabajar y vivir’, el autor francés recorre distintas realidades reflejando cómo las personas se relacionan con ese mandato ineludible de hacerse con un empleo para sostenerse económicamente.
Empresas recuperadas
Natalia Bauni “En este primer año del Gobierno de Javier Milei casi no hubo empresas recuperadas”
Natalia Bauni es coordinadora del Observatorio Social sobre Empresas Recuperadas y Autogestionadas del Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
Eléctricas
Sistémica eléctrico Del lobby nuclear a la burbuja de las renovables: comienza la pugna por encontrar al culpable del apagón
Un crecimiento desmedido de las renovables guiado por intereses corporativos y una red eléctrica que no ha sido actualizada a la nueva realidad energética son algunas de las causas señaladas del apagón del 28 de abril.
Senegal
Migraciones El mito de la migración ordenada: la denegación de visados por el Consulado de España en Dakar
Maltrato institucional. Estas dos palabras son las más escuchadas cuando se pregunta a personas descontentas con el Consulado de España en Dakar. Cada vez más personas denuncian denegación de visados que no consideran justificados.