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¿Qué tienen en común el Guernica y Chauen ? ¿Y la ciudad belga de Ypres y el pueblo rifeño de Amesauro? Las similitudes entre ambos son varias. Si Guernica se considera una tragedia por ser un bombardeo sin contemplación a población civil, la ciudad de Chauen fue la antesala, pues vivió la misma tragedia. Sin embargo es Guernica la recordada. En la ciudad belga de Ypres se utilizó por primera vez, durante la Primera Guerra Mundial, en 1917, el arma química llamada iperita o gas mostaza por el olor que desprendía, un lustro después en el pueblo rifeño de Amesauro se empleó de nuevo el gas mostaza, pero en esta ocasión, como en Chauen, la víctima fue la población civil. En el contexto de la guerra colonial del Rif, 1921-1927, en la que España se enfrenta a una coalición tribal de la región del Rif liderada por Abd el Krim, se utiliza por primera vez el bombardeo aéreo de forma indiscriminada. Sucedió tras el desastre de Annual en 1921 y la pérdida total de los territorios que España había ido ocupando desde 1912 en la zona, en apenas 20 días, dando lugar a que los rifeños proclamaran la República del Rif.
Este nuevo estado era vital para la supervivencia del pueblo rifeño, pues el sultán de Marruecos estaba a favor de la ocupación hispana y francesa en todo Marruecos, vendiendo su territorio con una firma. El ejército español inició inmediatamente la “reconquista” aplicando la violencia más extrema como modus operandi. Era bien conocido que la legión española no hacía prisioneros, la brutalización de la guerra se normaliza demonizando y deshumanizando a los habitantes del Rif. Todo esto sucedía en un menor grado antes del desastre de Annual: la diferencia tras el desastre es que contaban con la complicidad de varios sectores sociales, entre ellos los medios de comunicación que ayudaban a insensibilizar a la opinión pública a la hora de valorar la violencia utilizada en el Rif. Es en este contexto en el que España ve en la aviación y el uso de armas químicas la baza que les hará ganar la guerra contra los rifeños que luchaban por su libertad.
Era bien conocido que la legión española no hacía prisioneros, la brutalización de la guerra se normaliza demonizando y deshumanizando a los habitantes del Rif
El uso de la aviación como medio de ataque ya era anterior al desastre de Annual en el que los aeroplanos volaban a baja distancia y ametrallaban al objetivo, muchas veces zocos o aduares por lo que asesinaban a población civil provocando el pánico y el terror. De esta forma solo faltaba que la aviación desatara una tormenta de fuego con bombardeos de armas químicas que imposibilitaran, de forma prolongada, la pervivencia de los rifeños en el lugar, todo ello en una sola misión aerea. Es famoso el bombardeo realizado en 1925 en la ciudad de Chauen. Esta había sido abandonada por los españoles en 1924 debido al avance del ejército del República del Rif, que habían derrotado al Raisuni, uno de los apoyos rifeños de España más fuertes en la zona occidental del Rif. Tras el abandono hispano una escuadrilla de mercenarios americanos llamada Escadrille Chérifienne bombardearon sin piedad a la población civil que vivía en Chauen. Cabe recordar que esta ciudad no había sido objeto de ningún tipo de agresión debido a su carácter sagrado. El bombardeo fue de tal magnitud que continúa en la memoria colectiva debido a la crueldad con la que fue ejercida y en un momento en que la ciudad no representaba ningún peligro. El objetivo de tal destrucción era la desmoralización de la población y que estos se opusieron al nuevo gobierno de la República rifeña.
Siempre que se habla de armas químicas en el Rif se cita al trabajo de Sebastian Balfour El abrazo mortal de 2002, siendo pionero en el idioma español. Sin embargo, María Rosa de Madariaga, en su libro Abd el Krim el Jatabi, de 2009, realiza un trabajo encomiable en la exposición y muestra de fuentes. Maria Rosa en su libro nos desvela el peso de las bombas y los diferentes nombres que le daba el ejército español según su contenido, pues no fue solamente la iperita el gas utilizado sino también el fosgeno y la cloropicrina. Las bombas lanzadas iban de los 10 kg hasta los 50 kg, y según Balfour existían de hasta 100 kg. La más utilizada fue la catalogada como C-5 (iperita, 20kg) pues era la que provocaba el mayor daño, a nivel humano y material y la más fácil de manejar desde el avión siendo lanzada manualmente.
La iperita se utilizó por primera vez el 12 de julio de 1917 en la ciudad belga de Ypres que bautizó al químico. Este veneno ocasionó 20.000 bajas en el ejército británico. Debido a su durabilidad en la zona afectada se usó con frecuencia en la Primera Guerra Mundial. Por ello el ejército español vió en este arma la baza que haría ganar la guerra, el Rif sería bombardeado de arriba a abajo con este arma para que la población muriera o no ocupara su territorio abrasado por los gases químicos. La iperita no es como tal un gas, se trata de una sustancia líquida y espesa de efecto lento, que abrasa el cuerpo, matando las células nerviosas, contaminando el agua y atravesando los tejidos de la vestimenta. Al ser líquido se adhería a los edificios, al suelo y a la vegetación, durante días o incluso semanas.
La violencia ejercida por la aviación ha quedado marcada en los rifeños quienes aún recuerdan a través de la memoria oral como los aviones aparecían y destrozaban todo a su paso
El primer uso de armas químicas del que se tiene constancia fue en Tizzi Azza el 15 de julio de 1923 (aunque el diario francés tangerino La Dépêche Coloniale publicaba un artículo afirmando su uso en el rif Occidental). Tras esta fecha no cesaron los bombardeos químicos a poblados civiles o zocos —donde la gente iba a realizar sus compras— hasta julio de 1927, 4 años de puro terror. La violencia ejercida por la aviación ha quedado marcada en los rifeños quienes aún recuerdan a través de la memoria oral como los aviones aparecían y destrozaban todo a su paso. Esto queda recogido, además de testimonios que podemos encontrar en documentales como El Laberinto Marroquí de Julio Sanchez Veiga, en un poema transmitido de manera oral que data de la época de la guerra conocido como “El cantar del monte abarrán”. Este poema bien analizado por Mohamed el Ouali y Mohamed Abrighach en su obra El cantar del Monte Abarrán. Epopeya poética rifeña de 1921 publicado en 2021 menciona los ataques aéreos y el dramatismo que causa en varias estrofas:
“El avión se lanzó al cielo, echando humo,
en Iyarmawas, lo destruyó todo,
mató al niño Mohamed y su cuerpo joven en dos lo partió”
“Amakran, mi poblado, desierto quedó,
apareció el avión dando vueltas, vino a bombardear al gobernador de Axdir”
Como vemos, el poema refleja la violencia con la que atacaban a poblados sin piedad, sin miramientos, daba igual niño, mujer o anciano. Así como la forma en la que lo vivieron con una profunda tristeza y sufrimiento. Otra fuente que nos permite ver la dureza de los ataques aéreos y sus consecuencias es el documental Arrhash realizado por Javier Rada y Tarik El Idrissi en 2009. El documental viaja por distintas zonas del Rif donde los bombardeos se sintieron con intensidad dejando secuelas que se sienten un siglo despúes de los sucesos. Los testimonios de aquellos que vieron los efectos, siendo niños, causan estremecimiento al escucharlos, ceguera, quemazón en la piel, corrosividad cutánea o muerte súbita por consumo de agua infectada por los químicos entre otros.
Debido a que los efectos de las armas químicas continúan hoy en día en la población del Rif, se calcula que un 80% de los pacientes del hospital oncológico de Rabat son rifeños, son muchas las asociaciones que han surgido para visibilizar esta situación. Se trata de agrupaciones como la “asociación de víctimas de los gases tóxicos”, la Asamblea Mundial Amazight, y la más activa la Rif Memory Association. Está última se ha presentado activamente ante la Organización para la prohibición de las armas químicas (OPAQ), en la que solicitan una investigación para erradicar los restos del uso de armas químicas que aún quedan en la región y la liberación de documentos militares que ayuden a esta labor, así como un reconocimiento del uso de estas armas en el Rif. Esto es así porque a día de hoy España no ha reconocido el uso de armas químicas ni mucho menos contra población civil. Debemos mencionar además que España cuenta con la complicidad de Marruecos, que cuando le interesa lo menciona, por lo bajo, pero normalmente nadie del gobierno se ha expresado abiertamente sobre este tema manteniendo datos estadísticos bajo secreto.
Son muchos los estados europeos que han manifestado sus disculpas con ex colonias por los crímenes y abusos cometidos, disculparse es un acto de riesgo, pues es un reconocimiento claro de los crímenes cometidos, pero también es un acto de reconciliación. Las disculpas de Estado son algo reciente, en 2008 la Italia de Silvio Berlusconi se disculpa por los crímenes cometidos en la colonización de Libia, siendo pionero entre los países europeos en reconocer y disculparse. Más adelante se uniria Francia en 2012 con Hollande reconociendo el uso de la violencia en la guerra de Argelia y en una visita en 2021, Macron también reconoce en Kigali responsabilidad política en el genocidio de 1994 en Ruanda. En 2013 Reino Unido reconoció la brutal represión ejercida hacia el movimiento anticolonialista de los Mau Mau en Kenia. En 2020 el monarca belga Philippe en una carta pública reconoce los crímenes infligidos durante el dominio colonial belga en el Congo, y este 2022 durante un viaje a la ex colonia belga se reafirmó en sus palabras.
El modo en el que España se comporta con los sucedido hace un siglo no hace justicia a nadie, ni a las víctimas del Rif ni a los jóvenes españoles que eran llevados a dicho conflicto de manera obligatoria. Debe de hacerse un ejercicio de memoria histórica y de justicia y reparación
Con estos ejemplos España tiene un precedente donde apoyarse, sin embargo los intentos que se han dado en el Congreso de los Diputados no han tenido efecto. El primer proyecto de ley, el 28 de julio de 2005, lo presentó el Grupo Parlamentario Esquerra Republicana de Catalunya, por iniciativa de los diputados Joan Tardá i Coma y Rosa Maria Bonas i Pahissa, sobre el reconocimiento de las responsabilidades del España. El segundo fue el 14 de febrero de 2007, cuando se debatió en la Comisión constitucional del Congreso una propuesta no de ley presentada por el partido político Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) relativa a la utilización por España de armas químicas durante la guerra del Rif, y que se pretendía aprobar dentro de la Ley de la Memoria Histórica. Sin embargo este intento quedó anulado con la negativa del PP y del PSOE, un PSOE cuyo fundador, Pablo Iglesias, un siglo atrás, se mostraba crítico a la guerra del Rif, y reconocía el derecho del pueblo rifeño a su defensa frente a la colonización. La tercera y última propuesta fue presentada en el Congreso de los Diputados el pasado 24 de marzo de 2022, por las diputadas Mariona Lllamola Dausá, María Carvalho Dantas y Míriam Nogueras i Camero, nuevamente tumbada por el PSOE. Este último intento estuvo totalmente eclipsado por la guerra de Ucrania, en la que sí se habla del uso de armas químicas exponiendo lo peligrosas que son pero sin hacer mención a su uso hace casi un siglo en el Rif y las secuelas que continúan a día de hoy.
El modo en el que España se comporta con los sucedido hace un siglo no hace justicia a nadie, ni a las víctimas del Rif ni a los jóvenes españoles que eran llevados a dicho conflicto de manera obligatoria. Debe de hacerse un ejercicio de memoria histórica y de justicia y reparación, el reconocimiento debe de ser el primer paso, pues las víctimas no olvidan lo sucedido y continúan luchando para que haya un reconocimiento y una reparación de daños. Es una mala práctica ignorar a las muchas voces que exigen una solución a una situación creada por España hace cien años y que continúan a día de hoy ocasionando daños. Mientras el gobierno de España no cambie su actitud y continúe negando lo evidente su postura será más cercana a aquellos que en el pasado ordenaron el lanzamiento de bombas químicas sobre población civil que a los estados europeos que son conscientes de las barbaries cometidas en el pasado y hacen gestos, mínimos, para sanar las heridas.
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Estas son las historias que rara vez nos cuentan en la escuela. Gracias por traernos a la memoria nuestro pasado colonialista. Una cura de humildad para un andaluz como yo, que visita la región del Rif con mucha asiduidad y la siento como una segunda casa y, sin embargo, no conocía el alcance de las barbaridades del ejercito español allí.
Un saludo.