Renta básica
Funcionarias que sortean el laberinto burocrático para exprimir el sistema en busca de justicia social

Gastan más, son creativas con las normas y el norte de su brújula marca la justicia social en vez del asistencialismo. Buscar resquicios en las leyes no es solo cosa de abogados. También lo es de trabajadoras sociales que reclaman un sistema de protección económica sólido y robusto.

“Hay papeles que la gente no nos puede presentar, para eso sirven las declaraciones juradas y punto pelota”. A Nati Casanova le faltan solo seis años para jubilarse de su empleo como trabajadora social en el Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes. Lleva 21 años en ese puesto, y otros 15 en Cáritas. Toda una vida laboral que le ha enseñado a interpretar una norma desde criterios de justicia social en vez de asistencialismo.

Habla con desparpajo, también con cierta sorna. Tiene un tono de voz alegre y explica, como si fuera sencillo, la intensidad de su trabajo. Uno de los trámites necesarios para optar a una ayuda social es tener una cuenta bancaria, pero muchas personas desregularizadas no disponen de ella. Este requisito administrativo suponía dejar totalmente desamparadas durante los meses de confinamiento a las personas sin papeles que trabajan en la economía sumergida.

“Les dijimos que nos dieran el número de cuenta de otra persona, que la autorizaran para recibir el dinero y que esa persona les autorizara para sacarlo. No creo que nos saltáramos la ley. La norma se puede interpretar desde un posicionamiento que ponga el bien común y a la persona en el centro”, explica Casanova. Y agrega: “Si una persona entra en Servicios Sociales con un problema, una funcionaria no debería añadirle diez más y que, al final, salga de la oficina con once”. 

De este modo, de marzo a mayo transfirieron 350 euros al mes a unidades de convivencia de cuatro personas en concepto de ayudas familiares. Aparte, gestionaron las ayudas para el pago del alquiler con los caseros. Aseguraron techo y alimento a pesar de la burocracia.

Su punto de vista es el que reclamó el relator de pobreza de la ONU, Philip Alston, en su visita al Estado español el pasado mes de enero, cuando afirmó que los requisitos de la asistencia social en España son “más propios del siglo XIX que del XXI”. En su informe de 21 páginas y 85 puntos puso especial énfasis en que mantener la pobreza es una decisión política, a cargo de “una mentalidad burocrática que permite a las autoridades eludir su responsabilidad y que valora más el formalismo que el bienestar de las personas”.

“Tengo una jefa que no me inspecciona ni me está detrás. Cuando le digo que esto no puede ser, me dice ‘vale’. Si no, estaría con expedientes abiertos todo el rato”, dice Nati Casanova

“Una compañera me dice: ‘Nati, interpretamos la ley de forma diferente’. ¿Y sabes qué le respondo yo? Ya lo veremos cuando venga una auditoría”, argumenta, y saca a colación la nefasta gestión de las Rentas Mínimas y la Ley de Dependencia en la Comunidad de Madrid. Casanova es consciente de que puede ofrecer esa respuesta porque se siente respaldada. “‘Las más gastosas, las de manga ancha’, nos dice mi jefa”, sigue explicando. “Tengo una jefa que no me inspecciona ni me está detrás. Cuando le digo que esto no puede ser, me dice ‘vale. Si no, estaría con expedientes abiertos todo el rato. Me siento respaldada por ella y, gobierne quien gobierne, ella siempre exige más presupuesto y está pendiente de que cuenten con nosotras para redactar las ordenanzas municipales”, añade con satisfacción.

Ni pizza ni nuggets

Esa mirada compartida hizo que el Departamento de Servicios Sociales no asumiera el acuerdo de la Comunidad de Madrid suscrito con las empresas Telepizza y Rodilla, por el cual, durante el confinamiento, los niños becados en los comedores escolares se alimentaron con nuggets y pizza. San Sebastián de los Reyes lo rechazó y ofrecieron a las familias ayudas económicas para que compraran los alimentos que considerasen adecuados para sus hijos.

Las cifras del informe del relator de pobreza de la ONU sitúan en un 29,5% las niñas y los niños en riesgo de pobreza o exclusión social en 2018. Uno de cada tres pasa hambre. Pero una cosa son las cifras y otra ser consciente de que “un alumno lleva dos días sin comer y su compañero, dos meses alimentándose solo a base de pasta y arroz”, afirma Laura Alegre, directora del instituto La Serreta de Rubí, en Barcelona. “Prefería que comieran a que hicieran los deberes”, añade. Procurar alimentación a sus alumnos no está dentro de sus obligaciones, tampoco crear una red informal de ofertas de trabajo con el boca a boca del pueblo para las familias migradas recién llegadas, que son las que más sufrieron el confinamiento, sin aún red de solidaridad. “No queríamos hacer caridad, pero llamamos a Servicios Sociales y estaban saturados, con una lista de espera de entre dos y tres semanas”, recuerda. 

funcionarias manga ancha 2 vertical

“Podíamos no hacer nada o tirar de contactos, y en el claustro decidimos que atenderíamos esas peticiones de alimento y las trasladaríamos a una de las tres entidades que trabajan en el pueblo, coordinadas entre sí. El mismo día que lo pedían, las familias conseguían una cesta básica. Gestionamos 30, cuidando siempre del anonimato”, y las dejaron apalabradas en agosto, mes que el instituto cerró por vacaciones. “En julio, muchas familias se acercaron a darnos las gracias”, indica Alegre. Sabe que, con su iniciativa, consiguieron “aliviar el primer impacto de un sistema colapsado”.

El laberinto burocrático

El laberinto burocrático español desampara a personas vulnerables si no pueden cumplir formalidades. El documento del Ingreso Mínimo Vital consta de once páginas entre formularios y explicaciones, sin contar los documentos escaneados que deben aportarse y el plan de trabajo requerido —el receptor debe comprometerse a una búsqueda activa de empleo y formación—. “Es un error. Las personas son las primeras interesadas en trabajar, en sentirse útiles y encontrar recursos para su familia. Condicionar las ayudas al trabajo es una manera de culpabilizar al receptor”, sostiene Hontanares Arranz, trabajadora social y activista en Marea Básica contra el paro y la precariedad y ATB Cuarto Mundo. Arranz recuerda que se debe tener en cuenta la capacidad mental y física de trabajar. “Una persona que no tiene aceptado un problema de salud mental no puede seguir un ritmo normal y acumula un fracaso detrás de otro y, si no hay seguimiento, termina en la calle”.

Alerta también de que las empresas cobran dinero del Fondo Social Europeo por contratar a personas en riesgo de exclusión social pero ha visto cómo muchas no terminan el periodo de prácticas, y luego les penalizan el acceso a las prestaciones. “Me hace pensar que los empresarios cogen la subvención y ya está; y eso aún aplasta más a los receptores”, sugiere Arranz. Una sensación que constata el informe de la ONU.

También cuestiona la implantación de la Tarjeta Social Digital anunciada por el ministro de Seguridad Social, Inclusión y Migraciones, José Luís Escrivá. “Pondrán una tarjeta para centralizar las ayudas que ofrecen, en vez de invertir en una cobertura universal”, resume Arranz sobre el enésimo artilugio burocrático con el que se sigue evitando ampliar el presupuesto, reducir los trámites y aumentar la cobertura. “Además, ¿quién va a leer la tarjeta?”, cuestiona, “porque en mi trabajo ya tengo todos los accesos que necesito. Creo que esa tarjeta supone gastar presupuesto en control social, en vez de invertir en las necesidades de la gente”.

Extender la emergencia a siempre

Arranz se define como “creativa” a la hora de interpretar las leyes que regulan su municipio, pero relativiza su capacidad de incidencia a largo plazo ante la falta de un sistema de protección económica estable y robusto: “Por mucho presupuesto que tengas, si los ERTE no se pagan y si el Ingreso Mínimo Vital no entra, las ayudas de emergencia que gestionamos en Servicios Sociales pueden resolver uno, dos o tres meses, pero luego el sistema revienta porque los ayuntamientos no pueden asumir esta situación económica”, advierte. 

“La pandemia, como la crisis de 2008, nos sume en la emergencia económica constante”, alerta Arranz. Y la situación lleva a una constante frustración. “Todo el día recibimos atención de emergencia económica porque falla el sistema de protección económica, que no debiera ser objeto de Servicios Sociales, y lo es cada vez más”. Con ello quiere decir que “hay parte de la urgencia derivada de una pandemia que debemos asumir, pero otra la están creando por cómo gestionan las leyes. Ahora, la mayor parte del personal debería estar tramitando ERTE e IMV, y nosotras dedicarnos a hacer intervención social”, concluye.

Una vez más, el punto de vista de esta trabajadora social coincide con las conclusiones del relator de pobreza de la ONU, que ya en febrero, antes del covid-19, escribió en su informe que “la tasa de aprobación de las solicitudes se redujo drásticamente del 50% en 2016 al 23% en 2018, y el número de personas cuya prestación quedó en suspenso o fue anulada definitivamente creció más del doble. Estos resultados tan terribles muestran que el sistema excluye deliberadamente a las personas o está muy mal diseñado”. Deliberadamente.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Tribuna
Tribuna Fortalecernos para hacer frente al capital
Lo que limita la libertad es la falta de condiciones materiales de existencia que la forma de producir capitalista aboca a la gran mayoría de la población no rica.
Opinión
Opinión Contra la renta básica universal
La reivindicación de la RBU contribuirá a naturalizar la relación social capitalista, a distraer al proletariado de sus tareas urgentes.
Opinión
Opinión La nueva RGI: no solo recortes
Las declaraciones triunfalistas de los políticos profesionales hicieron pasar desapercibido un sutil movimiento burocrático destinado a reducir, a efectos prácticos, el acceso a la RGI para los estratos más empobrecidos de la población.
#70446
21/9/2020 12:07

Por que no se cambia?,si llevan ya años denunciando lo que pasa..

4
5
Sanidad
Sanidad a la madrileña Madrid supera el millón de pacientes en lista de espera mientras mantiene camas cerradas en hospitales
La planta siete del ala norte en el Hospital Clínico de Madrid lleva cuatro semanas cerrada con 30 camas sin utilizar mientras la comunidad supera el millón de pacientes en espera, más de 90.000 para una intervención quirúrgica.
Greenwashing
Greenwashing Repsol, denunciada ante Competencia y Consumo por publicidad engañosa
Ecologistas en Acción, la Federación de Consumidores y Usuarios CECU y Greenpeace denuncian ante la CNMC y ante la Dirección General de Consumo que la petrolera realiza “declaraciones ambientales engañosas” en su comunicación pública.
Violencia sexual
Clara Serra “Legislar el sexo con arreglo al deseo es la vía directa al punitivismo”
En ‘El sentido de consentir’, Clara Serra defiende que el concepto de consentimiento es precario y ambiguo. Pese a su utilidad jurídica para hacer leyes, argumenta, no puede convertirse en la receta mágica.
Opinión
Opinión La guerra cada día más cerca
Se condena y reprocha a Irán el ataque con drones y misiles a Israel, pero no se condena con la misma intensidad el ataque hace dos semanas al consulado de Irán en Damasco, donde murieron dos generales y diversos funcionarios y guardias iraníes.
Genocidio
Mkhaimar Abusada “Israel quiere quedarse en Gaza”
En esta conversación el doctor gazatí de Ciencias Políticas, Mkhaimar Abusada aborda la popularidad de Hamás en Gaza, las probabilidades de éxito israelí en la lucha por extinguir la insurgencia palestina o el futuro político del enclave.
Ecuador
Crisis diplomática El asalto a la Embajada de México, el naufragio diplomático de Ecuador
El país sudamericano queda cercado por la crítica internacional tras la detención por la fuerza del exvicepresidente Jorge Glas, asilado por el Gobierno mexicano en su sede en Quito.
Arte
Arte Guerra, crisis migratoria y Unión Europea: el arte crítico de Avelino Sala en la primera Bienal de Malta
El salón español de la Bienal de Arte de Malta está ocupado por cinco creaciones del artista gijonés Avelino Sala en las que representa las similitudes entre las guerras pasadas y presentes, los estallidos sociales o la hipocresía de la ONU.

Últimas

Sanidad privada
Privatización Defensa adjudica a Quirón el servicio de vigilancia de la salud de su plantilla
Tras el escándalo, el principal cliente del novio de Ayuso gana el concurso para realizar exámenes de salud a la plantilla del Ministerio de Defensa, que hasta 2020 se realizaban en el Hospital público Gómez Ulla.
Desahucios
Desahucios Una persona desahuciada hace nueve meses en Móstoles muere mientras seguía viviendo en la calle
Su fallecimiento lo ha denunciado Stop Desahucios Móstoles, la asamblea de vivienda a la que pertenecía y le acompañaba en el proceso de conseguir una vivienda pública, siendo una persona vulnerable y enferma.
Ocupación israelí
Palestina El Salto te ofrece una camiseta para apoyar económicamente a la UNRWA
No cesamos de buscar nuevas vías para visibilizar un mayoritario clamor social que pide un alto el fuego al que apenas se da cabida en el discurso mediático convencional. Todos los beneficios de esta campaña irán destinados a la UNRWA.
Opinión
Opinión Cuando los jueces se alían con los especuladores: anatomía de un desahucio en Alacant
El papel que juegan los jueces en los procesos de desahucios, que en algunos casos acaba favoreciendo al negocio de la especulación, es un asunto controvertido que no ocupa muchas portadas.
Agroecología
Opinión Contra el desalojo del proyecto agroecológico Otxantegi Herri Lurra en Berango
El jueves 18 de abril pretenden expulsar un proyecto que ha recuperado campos de cultivo para ejecutar un PGOU que acabaría con 40 hectáreas de espacios naturales y suelos fértiles
Sequía
Feria de Abril Arte flamenco para luchar contra la sequía
Una acción de Juventud por el Clima Sevilla en la Feria de Abril se suma con unas sevillanas de denuncia a la Acción Global por el Clima del viernes 19 de abril, convocada por Fridays for Future.
Opinión
Opinión Ni un voto al genocidio contra el pueblo palestino
Conocemos el compromiso del Estado español con el statu quo imperialista, por lo que nuestra ingente tarea es forzar al gobierno español a hacer algo que no quiere hacer.
Genocidio
Genocidio Clamor entre empleadas de las big tech ante la complicidad de Google con el genocidio israelí en Palestina
El gigante tecnológico de Silicon Valley ha firmado este mismo año un acuerdo de colaboración con Israel que, según sus propios trabajadores, puede aumentar la capacidad de videovigilancia y selección de objetivos militares a través de Google Photos.
Sidecar
Sidecar El fin de la inocencia
¿Por qué las burguesías blancas están visceralmente del lado de Israel? Una respuesta sería que las burguesías occidentales consideran que la situación de Israel está íntimamente ligada a la suya.

Recomendadas

República del Sudán
Un año de guerra Sudán, la guerra del futuro que aplastó la revolución
La confrontación entre el ejército y las milicias en Sudán implica una guerra contra la población que se levantó por la democracia y ahora lucha por su supervivencia.
Violencia machista
Irantzu Varela “Es mucho más gozoso un espacio sin hombres”
En ‘Lo que quede' (Continta me tienes, 2024) la periodista Irantzu Varela lanza dardos contra todos los hombres que han ejercido violencia contra ella. Contra todos los hombres que han ejercido o ejercen violencia contra las mujeres.