Renta básica
Renta Básica: año cero

A un año de la implementación de la renta básica universal e incondicional y en ocasión del Día internacional para la erradicación de la pobreza, el Ministerio de Economía y Bienestar ha presentado su primer estudio sobre el impacto de esta medida en el tejido económico del país y sus efectos en la población.

La calle Bravo Murillo en el barrio Bellas Vistas, distrito de Tetuán
Calle Bravo Murillo, Madrid Álvaro Minguito
Sarah Babiker
17 oct 2020 07:00

A un año de la implementación de la Renta Básica Universal en el Estado Español, la comisión sobre nuevos modelos redistributivos  del Ministerio de Economía y Bienestar ha publicado su primer informe de seguimiento. El documento, que combina un completo balance cuantitativo en el que se recogen los efectos de la medida sobre las distintas variables macroeconómicas, con una amplia retrospectiva de carácter cualitativo trae, según sus autores, buenas noticias: aunque el PIB ha descendido levemente durante este primer año, el índice Gini que pondera la desigualdad, lo ha hecho aún más, mostrando un panorama nunca visto: hay algo menos de riqueza en la sociedad pero está mejor repartida.  Esto ha tenido impactos en diversos ámbitos extra-económicos, mejorando la salud mental, la confianza en el futuro, y en general el bienestar emocional de la población.

“Nos alegra poder evaluar por fin la renta básica como política pública y no el enésimo experimento sobre el tema”, ha celebrado  ante la prensa Carla Barrios, la economista especializada en sistemas de justicia social que ejerce como portavoz de la comisión. Visiblemente emocionada, esta histórica defensora de la renta básica, ha ido desgranando los principales hallazgos del equipo de evaluación, compuesto por técnicos de diversos ministerios y representantes elegidas por los colectivos sociales que protagonizaron la lucha por garantizar una base material a toda la ciudadanía. “Yo es que aún no me lo puedo creer”, ha confesado al término de su intervención provocando algunas risas entre las y los periodistas presentes.

María Flores, vecina de Granada e integrante de la asamblea a favor de la renta básica del barrio del Albaicín, coincide con Barrios. “La verdad es que a nosotras también nos cuesta creerlo, pero a medida que vamos interiorizando lo que pasa, que hemos ido comprobando las transformaciones en la vida que supone recibir a final de mes un ingreso fijo, contar con ello, nos decimos que sí, que a veces pasan cosas buenas, que a veces una puede hacer avanzar a la historia”, apunta la activista. Por eso, en la red interterritorial de vecindades por unas condiciones dignas de vida, relata Flores, se está planteando que en el futuro se celebre esta fecha con una fiesta. “Creemos firmemente que son este tipo de conquistas, y no otras, las que deben ser conmemoradas por la gente”.

“Nos dimos cuenta que el modelo de nuestra ciudad solo nos ofrecía laberintos, volcarnos al turismo con empleos precarios, perder a tanta gente que debía marchar a buscarse la vida”

Cuenta Flores que a principios de 2021, la situación en el barrio era desesperada: “nos dimos cuenta que el modelo de nuestra ciudad solo nos ofrecía laberintos, volcarnos al turismo con empleos precarios, perder a tanta gente que debía marchar a buscarse la vida”. En este marco, que toda la ciudadanía cuente con una base material garantizada, ha generado un vuelco: La subida de los salarios, el paso de gran parte de los trabajadores del sector turístico a jornadas parciales, el arraigo de los jóvenes, la proliferación de pequeñas cooperativas agrícolas, tecnológicas, artísticas, de todo tipo. Es asombroso el abanico de posibilidades que se abre cuando tu existencia no gira en torno a conseguir el dinero necesario para sobrevivir”, concluye.

El investigador Ilpo Sykko, integrante de una delegación finlandesa que ha venido a estudiar la implementación de esta medida por primera vez en el Estado español, a la espera de que el resto de los países adopten las recomendaciones de la Unión Europea de instaurar una renta básica universal fruto del histórico éxito de la Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) que  arrancara en septiembre del 2020, explica a el Salto que ninguna de estas consecuencias les sorprende: “Nosotros mismos llegamos a conclusiones similares tras el proyecto piloto que se hizo en Helsinki en 2015”, recuerda.

“Lo que nos interesa indagar, no es tanto los efectos de una renta básica, sino las dinámicas que han conseguido que se implementara una medida que suponía un desafío, tanto para los imaginarios de la gente, aún moldeados en torno a la centralidad del trabajo como único modo legítimo de acceso a recursos económicos, como ante las élites, que se han visto forzadas a acaparar menos riqueza y aceptar una reforma fiscal asombrosamente progresiva. Sectores, que, como sabemos, no están acostumbrados a salir perdiendo”. Este catedrático en Sociología de la universidad de Vaasa, reconoce que, con las diez millones de firmas que obtuvo la ICE, era cuestión de tiempo que algún estado se lanzara a incorporar la medida, pero que esperaba que fuese el país escandinavo el que marcase la vanguardia en este ámbito. “Creemos que el factor determinante que ha puesto al estado español a la delantera de este cambió histórico, ha sido la masividad y la constancia del apoyo social”, concluye.

“Es muy jodido pasarte años yendo a clase, teniendo siempre de fondo ese runrún de que no hay un futuro para tí, que una vez obtengas tu título lo que te espera es batirte con los demás por cualquier trabajo”

“Pues claro”, coincide Miguel Mármol, uno de los portavoces de Estudiantes en lucha por la renta básica. Mármol, que cursa el último año del grado en Filosofía en la Universidad de Salamanca, considera que la movilización continua de jóvenes y estudiantes ha sido clave para hacer de la renta básica una realidad en el Estado. “Es muy jodido pasarte años yendo a clase, teniendo siempre de fondo ese runrún de que no hay un futuro para tí, que una vez obtengas tu título lo que te espera es batirte con los demás por cualquier trabajo, ir dónde sea, hacer lo que sea, aceptar lo que sea, para ganarte la recompensa de ser explotado al menos ocho horas al día y así acceder al triste premio de poder pagar tus facturas a fin de mes”.

Este curso, Violeta Sanz no ha conseguido acceder a la universidad, entre la pandemia del 2020 y las movilizaciones del 2021 su rendimiento en el instituto se vio muy afectado. A ella no le importa, dice que no tiene prisa por entrar en la universidad, con la renta básica y las horas que trabaja como camarera ha conseguido independizarse, y ahora que sabe que no le faltarán recursos, se ha tomado el tiempo para decidir qué hace con su vida. “Nadie sabe muy bien cómo comenzó todo en mi instituto, pero casi de un día para otro estábamos todas en la calle, exigiendo el derecho a la vida, a la emancipación, a la tranquilidad, jugábamos a encontrar nuevos derechos, nuevas posibilidades, que la renta básica abriría, ha sido una época muy emocionante”, sonríe Violeta. “Algunos dicen que hemos perdido un año de nuestros estudios pero qué es eso comparado a ganarte el derecho a pensar el futuro sin miedo”.

Más allá del balance positivo de expertos y una gran parte de la ciudadanía, no son pocos los sectores que señalan las limitaciones de esta medida y alertan contra el triunfalismo. Es el caso de los colectivos por el derecho a la vivienda, que recuerdan que, con el precio de alquileres e hipotecas, gran parte de esa base material garantizada acaba en los bolsillos de propietarios y especuladores. “Con más gente con dinero en el bolsillo y por tanto más demanda en la vivienda, nos preocupa que quienes han salido perdiendo pagando más impuestos para financiar la renta básica, recuperen parte de lo perdido subiendo aún más nuestros alquileres”, señala Víctor Míguez, de la PAH de Palencia.

“Los derechos sociales seguirán siendo una quimera hasta que no se regule el mercado de la vivienda, pero, al menos, la conquista de la renta básica universal asienta un buen precedente”

El rol de las plataformas de defensa de la vivienda, ha sido central para que, en los momentos álgidos del debate legislativo que llevó a la aprobación de la ley, los partidos que habían prometido dar su apoyo a la introducción de la medida tal y como la defendían sus precursores —universal, individual, suficiente e incondicional— cumpliesen con sus compromisos. Acostumbradas a poner el cuerpo para defender los derechos, enfrentándose a la amenza de multas, detenciones, o violencia policial, fueron ellos quienes tomaron la iniciativa para rodear el Congreso durante el debate, “traicionar la voluntad de las personas, como por momentos parecía que iba a pasar, era para nosotras, a un nivel metafórico, desalojar nuestro derecho a una vida digna del Parlamento”, sostiene Míguez. Así, aun considerando que queda mucho por avanzar y que “los derechos sociales seguirán siendo una quimera hasta que no se regule el mercado de la vivienda”, entiende que la conquista de la renta básica universal asienta un buen precedente. “Andábamos necesitados de alguna victoria, algo palpable, que se sintiera en nuestras vidas, en nuestra cotidianeidad, y esta lo es”.

Comparte Leire Guerra, afiliada al Sindicato BGT,  la alegría que sintió cuando se formo la Coordinadora intersindical por la renta básica. “En las estructuras de las grandes centrales de trabajadores había un gran escepticismo, algunas llevábamos años intentando convencerles de qué maravillosa caja de resistencia sería la renta básica, pero ni caso nos hacían”. Cuando tres meses después de su implementación la patronal abogó por bajar el salario mínimo y se empezaron a detectar descensos unilaterales de sueldos sobre la base de que las y los trabajadores ya cobraban un mínimo por parte del Estado, se convocó una huelga general, fue esa caja de resistencia la que permitió que el paro se prolongase durante semanas. “Nada nuevo, sabiendo que no te vas a quedar sin nada por el camino, es más fácil echar un pulso, y este pulso era difícil, pero lo ganamos, también porque no estábamos solos”, afirma Guerra.

“Nos forzamos a creer en la renta básica como un primer paso para retomar procesos de emancipación y autonomía. Sabemos que esto no acaba con el patriarcado, pero aporta un suelo más firme, un horizonte más calmo, un paradigma más justo, desde el que seguir peleando por la igualdad”

“Yo creo que los sindicatos estuvieron a la altura, pero que si la huelga tuvo esa amplitud en cuanto a seguimiento y duración, tuvo que ver con que fue una huelga a nuestra manera, una huelga que desbordó el trabajo asalariado, una huelga de pararlo todo”, cuenta Estela Díaz, portavoz de las Feministas por la renta básica. Díaz considera que pese a lo vistoso de la huelga laboral, de cuidados y de consumo que paralizó el país durante semanas y terminó por doblegar, al menos temporalmente, a las élites en su ofensiva para aprovechar la renta básica a su favor, en realidad todo fue resultado de un esfuerzo cotidiano y silencioso. “Acechadas por la precariedad, por la carga de cuidados, por el retroceso en derechos que amenaza con traer toda crisis, en definitiva, angustiadas, nos forzamos a creer en la renta básica como un primer paso para retomar procesos de emancipación y autonomía. Sabemos que esto no acaba con el patriarcado, pero aporta un suelo más firme, un horizonte más calmo, un paradigma más justo, desde el que seguir peleando por la igualdad”.

Tampoco va a acabar la renta básica con el racismo institucional,  “pero la verdad es que para muchas de nosotras supone ese colchón familiar, esa ayuda incondicional que te salva de la miseria, de la que nosotras, como población migrante, muchas veces carecemos. Saber que tus hijos van a tener eso, que van a poder estudiar más tiempo, o pensar qué quieren hacer con su existencia más allá de trabajar en cualquier empleo de mierda por no tener nada con lo que negociar, no lo cambia todo, pero cambia mucho”, dice Marian Velasco, activista antirracista y empleada del hogar.

Velasco constata que ahora trabaja muchas menos horas “con la renta básica universal estamos negociando mejores salarios, y por otro lado las familias tienen más tiempo para los cuidados y la organización del hogar”, resume. Sin embargo, piensa que esta medida tiene importantes límites que vencer. “Mientras haya compañeras sin posibilidades de regularizar su situación administrativa, la explotación seguirá siendo una realidad en nuestro sector”, asevera. Piensa que, para continuar la lucha, es necesario seguir apuntando contra la ley extranjería. “En eso seguimos nosotras, ahora con más fuerza porque no nos pasamos 12 horas al día luchando por traer dinero suficiente en casa”.

Las conclusiones del primer informe sobre la implementación de la renta básica en el estado español, dan cuenta de todas estas consecuencias positivas: la reducción del número de horas extras trabajadas, un descenso sin precedentes en cuanto a población en riesgo de pobreza y exclusión o la optimización del trabajo inclusivo de los servicios sociales, tras una profunda desburocratización de sus funciones. “Lo único que lamentamos es que se haya esperado tanto, que tanta gente haya tenido que llegar al límite para que finalmente se aprobara una medida que es de sentido común: distribuir los recursos del estado de forma que nadie quede atrás. Entender la supervivencia como un derecho”, concluía hoy ante la prensa la portavoz del comité de seguimiento.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.
Renta básica
Renta básica Sergi Raventós: “Se ha utilizado toda la maquinaria discursiva demagógica posible para hundir el Plan Piloto”
Tras su cese al frente de la Oficina del Plan Piloto para la Renta Básica Universal en Catalunya, el ya ex director de este organismo hace balance de tres años de trabajo y de pulso político en torno a una propuesta cuyo futuro es ahora incierto.
Opinión
Opinión Cuidar en tiempos sucios: mujeres, cuidados y renta básica
Se podría decir que el trabajo sucio representa aquello que se rechaza, es indecoroso, y no es un asunto de las personas más “respetables”.
#72291
20/10/2020 17:16

Unicornios vomitando arcoiris...

0
0
#72184
18/10/2020 20:15

Una renta basica adecuada para mejor vivir y no sobrevivir seria el importe del salario minimo,con menos de ese importe es mal vivir. Nos merecemos dignidad como personas.

1
0
#72175
18/10/2020 14:23

qué bonito sería.

1
0
#72165
18/10/2020 7:35

Hermosa proyección.

4
0
#72160
17/10/2020 23:55

A propósito del artículo de Sara Babiker "Renta Básica. Año cero". En él se habla de la implantación de la renta básica universal en España. Pero ¿esto ha ocurrido? ¿se refiere al ingreso mínimo vital? Este no es incondicional, creo....

0
8
#72195
19/10/2020 1:55

Que va! Si el articulo viene del futuro, cito: Este curso, Violeta Sanz no ha conseguido acceder a la universidad, entre la pandemia del 2020 y las movilizaciones del 2021 su rendimiento en el instituto se vio muy afectado.

1
0
#72188
18/10/2020 23:31

Es un relato de lo que podría suponer la implementación de una Renta Básica. Nada que ver con el IMV.

1
0
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.
Ocupación israelí
Palestina Vivir en alerta: la resistencia palestina frente la ocupación israelí
La cruda realidad de las feministas palestinas que, ante la represión y las detenciones arbitrarias, continúan su lucha por la libertad, la justicia y los derechos humanos.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Madrid
Ciudades Fake Madrid, un paseo por los hitos del simulacro
Un recorrido por los grandes éxitos de la conversión de Madrid en una ciudad irreal.
Opinión
Opinión Sobrevivir pagando en el Álvaro Cunqueiro
Una de las victorias ideológicas del PP de Feijóo en Galicia ha sido hacernos creer que pagar por servicios esenciales en los hospitales durante el cuidado de nuestros enfermos es lo natural, que no hay otra manera de abordarlo, pero es mentira.

Últimas

Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Siria
Oriente Próximo Israel impone hechos consumados sobre Siria para condicionar la transición según sus intereses
“Está escrito que el futuro de Jerusalén es expandirse hasta Damasco”, dijo este octubre el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, uno de los exponentes ultras del Ejecutivo.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Un tercio de los asesinatos de periodistas en 2024 fueron obra del ejército de Israel
Reporteros Sin Fronteras documenta la muerte de 18 periodistas en Palestina y Líbano este año “asesinados deliberadamente por hacer su trabajo” y habla de una “masacre sin precedentes” de profesionales del periodismo.
Crisis energética
Análisis Los aerogeneradores no son molinos, son gigantes
El megaproyecto eólico del Clúster Maestrazgo, punta de lanza del capitalismo verde, destruirá un área natural de alrededor de 1325 campos de fútbol.
Ecofeminismo
COP29 La brecha de género en las Cumbres del Clima
VV.AA.
Las cumbres del clima no están aisladas del resto de espacios políticos y también están atravesados por las dinámicas patriarcales, pero ¿en qué lo notamos? ¿cómo abordan las negociaciones climáticas las políticas de género?
Más noticias
Galicia
Galicia Activistas de Greenpeace instalan ‘una celulosa’ en la sede de la Xunta en protesta contra Altri
Los ecologistas han realizado una acción en la sede del Gobierno gallego de Alfonso Rueda para animar a gallegos y gallegas a asistir a la manifestación de este domingo en la Praza do Obradoiro, en Santiago de Compostela.
Comunidad de Madrid
Educación pública El Gobierno de Ayuso recula y aplaza hasta junio los despidos masivos en Educación
Integradoras sociales, enfermeras, educadoras, auxiliares y otros perfiles de personal laboral se enfrentaban a la incertidumbre de ser cesados en plenas vacaciones de Navidad.

Recomendadas

Fronteras
Túnez Túnez endurece la represión contra las ONG de ayuda a las personas migrantes
Mientras el presidente Kaïs Saied se prodiga en discursos racistas, el estado persigue a las entidades solidarias con quienes llegan al país, bajo el silencio cómplice de la Unión Europea.
Galicia
Economía ¿Quién lidera el negocio del eucalipto en Galicia al que Altri quiere sumarse?
El estallido social que ha producido el intento de la multinacional Altri y la Xunta de instalar una nueva celulosa en Galicia abre la necesidad de poner el foco en el sector forestal, donde se encuentran algunas de las mayores fortunas del Estado.
Siria
Rojava El rompecabezas sirio que estalló en Alepo
El nuevo escenario sirio se ha gestado bajo la intervención implacable de Turquía, patrocinadora del Ejercito Nacional Sirio y otros grupos yihadistas que libran la guerra de Erdogan contra el pueblo kurdo.