Racismo
Levantar muros o retener barcos: sobre la maldad y la falta de coraje

Mientras el mal mayor habla de levantar muros, piensa en términos de supremacía racial y usa a los “otros” como espantajo para continuar su rapiña, el mal menor se ha resignado a que la gente se ahogue, intenta convencerte de que no se puede hacer otra cosa, que la muerte de los “otros” es lo razonable. 


Manifestación antirracista Atocha
Concentración antirracista el pasado 15 de octubre en Atocha, tras una agresión a un pasajero negro en el Cercanías Byron Maher
Sarah Babiker
16 abr 2019 05:44
La historia es así: un grupo de treintañeros negros entra en un bar del aeropuerto. Piden una copa. El camarero se niega a servirles, dice que parecen demasiado jóvenes. El grupo se enfada, protesta. Llega el encargado y finalmente les sirve, pero justifica al empleado. Los amigos se beben sin ganas sus copas, tras la humillación lo suyo ya no es una alegre reunión sino un acto de resistencia: nadie ha intervenido, nadie se ha puesto de su lado. Un joven blanco les pregunta si es que son estudiantes, intenta entender por qué se han ofendido tanto, por qué se han molestado en armar ese jaleo. Uno de los amigos negros le responde: esta lucha también era tu lucha. El chico contesta: ya hace tiempo que perdí mi conciencia. Y se va.La anécdota es disonante, lo es porque esto no ha pasado en ninguno de los bares de tu ciudad, no de esta manera exacta, porque difícilmente alguien te dirá que ha perdido su conciencia, en todo caso, no de esa manera exacta. Esto le pasó al escritor James Baldwin, eran los años 60, EE UU, dos siglos de esclavitud a la espalda y el racismo organizando las rutinas, las jerarquías, los espacios y James Baldwin que se rebelaba. Sale del bar y poco después escribe en su libro The fire next time: “La gente malvada no destruye una civilización. No es necesario que las personas sean malvadas, basta con que no tengan coraje”.Leo a James Baldwin y recuerdo, de entre todos los vídeos de ataques racistas que han salido últimamente en las redes sociales y de ahí en los medios, aquel que protagonizó un joven también negro en el Cercanías de Madrid. Era el único negro en su vagón, y la única persona a quien los guardias de seguridad pidieron el billete. Él se rebeló, sabía que no podían exigirle el título de viaje, se resistió y fue violentamente arrastrado fuera del tren. Aquella escena fue como un mapa humano que esquematizaba los desafíos de siempre y los desafíos por venir. Y lo fue porque cada uno de los actores que estaban allí, desde el hombre negro, a los guardias de seguridad, pasando por los pasajeros, todos tenían otra opción.
¿Tendrías el coraje para no resignarte, no pasar por el aro, quebrar el discurrir de la mañana, no consentir?
¿Quién serías tú? Pensé enfrentada a esa secuencia. ¿Serías el hombre negro que se rebela a someterse a una injusticia, aún ante quienes se sienten investidos de autoridad, ante la posibilidad de encontrarte solo en tu protesta? ¿Tendrías el coraje para no resignarte, no pasar por el aro, quebrar el discurrir de la mañana, no consentir? ¿Serías la mujer molesta porque el tren no arranca? ¿la que no entiende por qué, si la cosa va de mostrar un billete, se hace tanto lío? ¿Serías la chica que graba la escena sin saber si se ganará un puñetazo? ¿el policía que protesta por la actitud de los guardias?, ¿serías de los pasajeros que se quejan de la agresividad de los agentes? ¿serías de los pasajeros que callan?Toda injusticia genera un repertorio de roles y querríamos pensar que jugaremos la baza del que se resiste, del que protesta, del que para la máquina y dice “hasta aquí hemos llegado”. Pero y si fuéramos ya los viajeros silenciosos que solo quieren que el negro muestre el abono y poder llegar al trabajo, ¿cuánto nos faltaría para convertirnos en los jóvenes blancos estadounidenses que apuran su whisky mientras sus conciudadanos negros protestan en soledad? ¿cuánto nos costará acostumbrarnos al próximo paso en el camino del apartheid, si el mundo sigue avanzando —retrocediendo— en ese sentido? Después de todo ya estamos acostumbradas a que miles de personas puedan ser detenidas en la calle, encerradas en un CIE, y expulsadas sin miramientos.Estamos en un momento decisivo, discursos que antes permanecían disimulados en bravuconadas privadas, codificados en la ley de extranjería, se tornan arenga, se amplifican para cazar votos. Miramos al horizonte y temblamos temerosas de que llegue la tormenta. Y es lógico. Lo que ignoramos es que ya estamos empapadas, caladas hasta los huesos. Nos hemos acostumbrado. Hasta tal punto lo hemos hecho, que concebimos como una victoria conservar un gobierno que retiene en sus puertos a los barcos, y así condena a la muerte a miles de personas.
Concebimos como una victoria conservar un gobierno que retiene en sus puertos a los barcos que deberían estar salvando vidas. Tememos la tormenta pero en realidad ya estamos caladas hasta los huesos
Para nosotros el horror es otra cosa, eso que vimos en las superproducciones de Hollywood. Es la esclavitud de la que desciende Baldwin, es mandar a la gente a las cámaras de gas. Y sin embargo nos hemos resignado a que el Mediterráneo sea una fosa común, a que desde los puertos de los que no salen barcos que salvan vidas se fleten armas que acaban con ellas. No sé si detrás de la esclavitud, del holocausto, de quienes se ahogan en los márgenes de la agenda electoral, de las bombas made in Spain que caen sobre los cuerpos yemeníes hay en sí pueblos malvados. Lo que es seguro es que hubo y hay pueblos a los que faltó el coraje. Quizás no sea lo mismo perder el valor que perder la conciencia. Pero de qué sirve la conciencia sin el valor para obedecerla, para honrarlaLa resignación también deja sus muertos. Mientras el mal mayor habla de levantar muros, piensa en términos de supremacía racial o cultural, y usa al “otro” como espantajo para continuar su rapiña, el mal menor se ha resignado a que la gente se ahogue. El mal menor intenta convencerte de que no se puede hacer otra cosa, que la muerte de los “otros” es lo razonable.No sabemos qué nos depara el futuro, pero un abismo aguarda tras cada ataque racista sin respuesta. Seguramente hay un cómplice convencido palpitando tras cada voto al mal mayor, tras cada agresor racista. Pero quien defiende el mal menor tampoco es inocente, como no es inocente quien calla. Y no será maldad, no, será solo falta de coraje. Pero el resultado es el mismo.
Archivado en: Migración Racismo Racismo
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Estados Unidos
Estados Unidos Miles de personas se rebelan contra las redadas racistas y el despliegue de la Guardia Nacional en Los Ángeles
El Gobierno de Donald Trump echa gasolina al fuego con el envío de tropas a la ciudad californiana. Trabajadores de origen migrante se manifiestan contra las políticas de la agencia ICE.
Racismo
Racismo Gitanas a Escena: “Nuestra Lisístrata Montoya lucha contra el racismo”
Coco Reyes (directora y actriz) y Susana Muñoz (actriz) invitan a acudir al Teatro Bellas Artes de Madrid a ver su apropiación del mito feminista de la Grecia clásica escenificado por ocho mujeres gitanas.
Madrid
Madrid La vecindad de Hortaleza convoca a una concentración “contra el racismo y los discursos de odio”
A su vez, la Delegación de Gobierno mantiene la prohibición a la convocatoria del grupo de ultraderecha que ha amenazado con manifestarse desde el momento en que recibieron la negativa.
José Antonio
22/4/2019 18:28

Gran artículo. No solo se colabora con el racismo y la violencia estructural, de forma activa, sino también por medio de nuestras renuncias y comodidades ante las injusticias
Una reflexión que todos deberíamos hacer.

0
0
Ocupación israelí
Ocupación Israelí La policía egipcia impide con violencia la marcha internacional a Gaza
La marcha de 4.000 personas a Gaza es reprimida por la policía del régimen de Al-Sisi. La organización pide a las embajadas que reaccionen y protejan a sus ciudadanos.
Ocupación israelí
Movilizaciones Un centenar de organizaciones de 26 países denuncian a la empresa vasca CAF y su tren del apartheid
Más de 50 localidades salen a la calle este fin de semana para señalar a la empresa que construyó el tranvía que conecta Jerusalén con territorio ocupados y exigir el fin del genocidio en Gaza.
Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.
Análisis
Análisis del CIS La calma antes de la tormenta: la dimisión de Santos Cerdán como punto de inflexión
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha muerto pocas horas después de nacer por la dimisión de Santos Cerdán, aunque sirve como foto fija de un escenario que favorece a la derecha.
Argentina
Extrema derecha La motosierra de Milei se ceba con los hospitales públicos y las personas con discapacidad
Los recortes del Gobierno afectan al Hospital Garrahan, un centro de alta complejidad, referente pediátrico nacional y latinoamericano, y también a los recursos de las personas con discapacidad, a los que el ejecutivo califica de “idiotas”.
Estados Unidos
Estados Unidos “No Kings”: más de 2.000 manifestaciones en EEUU para protestar contra la deriva autoritaria de Trump
Con el nombre de movimiento No Kings (sin reyes), millones de personas están convocadas a manifestarse en todo el país este sábado y enfrentar el desfile militar organizado por Trump el día de su 79 cumpleaños.

Últimas

Galicia
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar a Altri
Queremos investigar a los responsables políticos y empresariales del que podría ser el mayor atentado ambiental de la historia reciente de Galicia.
Galicia
TSXG Peritos en el juicio contra la Xunta: la contaminación del embalse de As Conchas es “extremadamente peligrosa”
Siete vecinos, la Asociación de vecinos de As Conchas y la organización de consumidores CECU han demandado a varias administraciones gallegas por presunta mala gestión de una contaminación derivada del exceso de macrogranjas en la comarca de A Limia.
Palestina
Marcha a Gaza Poner el cuerpo contra el genocidio
Miles de activistas de todo el mundo participan en la Marcha a Gaza desde Egipto. Desde el movimiento solidario extremeño con Palestina, una reflexión acerca de la importancia de esta lucha y de su momento histórico.
La madeja
La Madeja Oído/lengua/vientre
El oído que deja de prestar atención a la palabra del amo y se vuelve, inclinado ligeramente hacia abajo, a las que durante siglos callaron y al fin abandonaron la mudez, no será nunca subyugado.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Un centro de salud desbordado y con cucarachas y otro pendiente de construir desde hace 22 años
Los vecinos del barrio de Comillas, en Carabanchel Bajo, se han manifestado para reclamar el nuevo centro de salud planificado desde 2003 y cuya parcela ya fue cedida por el Ayuntamiento a la CAM, que no da explicaciones por la paralización.
Centrales nucleares
Cierre de Almaraz Las empresas propietarias de Almaraz no acuerdan una propuesta conjunta para alargar la vida de la central
Solo Iberdrola y Endesa firman la propuesta de alargar la vida de Almaraz trasladada al MITECO. Naturgy se descuelga de la misma y bloquea su viabilidad, al estar la central explotada por las tres energéticas en un régimen de comunidad de bienes.
Más noticias
Israel
Oriente Próximo Israel mata al comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán, que prepara “una respuesta contundente”
Israel ha atacado Irán en la madrugada del viernes 13 de junio con bombardeos de unos 200 aviones de combate. La Guardia Revolucionaria iraní ha confirmado la muerte de su comandante, el general Hossein Salamí.

Recomendadas

Derecho a la vivienda
Jaime Palomera “La vivienda necesita una revolución”
Investigador y uno de los fundadores del Sindicat de Llogateres, Jaime Palomera presenta ‘El secuestro de la vivienda’, un libro sobre el juego amañado en el que los propietarios son cada vez más ricos y los inquilinos cada vez más pobres.
Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Brasil
Extrema derecha Arte en tiempos de fascismo: cuando enseñar a Goya y Rubens le cuesta el puesto a un profesor
Una clase de Historia en la escuela municipal en una localidad del Estado de São Paulo desemboca en acusaciones contra el profesor y una campaña de difamaciones que encabeza el concejal de educación de la zona, de la extrema derecha bolsonarista.
Literatura
María Agúndez “El trabajo de limpiadora es muy digno, pero nadie quiere hacerlo”
La escritora retrata en ‘Casas limpias’ las contradicciones de quienes considerándose personas igualitarias y progresistas delegan los cuidados y la limpieza para evitar el conflicto y sostener su comodidad.