We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Ecologismo
Contra el mito del colapso ecológico. Entrevista a Emilio Santiago
¿Qué intuición tienen sobre el futuro —climático, político, existencial— las personas que, nacidas en las últimas décadas, se han socializado en la hegemonía política neoliberal y en el dominio cultural de las distopías? El colapso, claro.
Explica Emilio Santiago, con quien charlamos en este episodio sobre su libro “Contra el mito del colapso ecológico”, que aquel se caracteriza por ser un cambio abrupto en las condiciones de funcionamiento de nuestras sociedades. Disrupción que se expresa de forma singular en el cortocircuito de servicios infraestructurales y en su garantía por parte del estado, y que se produce como resultado de crisis sucesivas y relacionadas de los sistemas energéticos, climáticos, alimentarios o biológicos.
También por la inevitabilidad del colapso como suceso principal. De este modo no conviene tanto dirigir la acción política a evitarlo, sino a mitigar sus efectos. A adaptar nuestras formas de vida a una realidad que conoceremos la mayoría de quienes leemos este texto. A colapsar mejor. Poco sorprendente que, en tiempos de atención escasa, dominio tecnocrático y aislamiento y espirales radicalistas, este sea un marco creciente para leer el presente y una perspectiva dominante dentro del movimiento ecologista.
No se trata solo de impugnar esa predicción sobre la fatalidad del colapso, sino de analizar, comprender y denunciar sus sesgos. Su encabalgamiento con los deseos y las frustraciones políticas. Los principios y las consecuencias de este tipo de discursos, sus límites como vector de organización de una política ecologista de masas. Que es, por otra parte, algo distinto a no advertir de los enormes riesgos e incertidumbres a las que nos enfrentamos en muchos campos.
O lo que es lo mismo, si no se entiende que tanto los volúmenes de la crisis ambiental como sus efectos políticos son materia de la virtud, de la fuerza y de la fortuna humanas, la consecuencia es una desbandada comunitarista, en el mejor de los casos, y lo más probable, una salida individualista, prepper y madmaxiana en busca de sombra, huerto y búnker. Al contrario, aquí hemos venido a jugar.