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Antimilitarismo
En la Junta de accionistas de Indra

El pasado jueves 26 de junio estuve presente en la Junta de Accionistas de Indra, gracias a las acciones que varias personas habían cedido a la Campaña Desarmando Indra.
La Campaña empezó a reunirse en 2019, por la preocupación que teníamos con el aumento de la actividad militar de esta empresa, que no olvidemos que está participada por la empresa pública SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales). Varios colectivos como Alternativa Antimilitarista.MOC, Fundación Finanzas Éticas, Centre Delàs d’Estudis per la Pau, Desarma Madrid y Ecologistas en Acción empezamos a analizar la forma más eficaz de denunciar la deriva militarista de esta empresa. Y vimos que, además de difundirlo a través de todos nuestros medios, una forma diferente era poder participar en su Junta de accionistas. Gracias a las gestiones de la Fundación Finanzas Éticas conseguimos poder participar durante varios años. Este año a la Campaña se han adherido más de cincuenta organizaciones de la sociedad civil.
En los días anteriores a la Junta del 2025, se publicaron muchos artículos sobre Indra, muy reveladores de lo que significa esta empresa, que ha modificado sus estatutos para fabricar vehículos militares, se ha lanzado a la fabricación de armamento y munición con la división Indra Weapons & Ammunition, prevé duplicar su contratación en defensa hasta alcanzar los 2.000 millones de euros, y desea liderar el proceso por el cual España pase a ser la cuarta potencia de defensa en Europa.
Este año, como decía, he tenido el honor de intervenir y hablar como portavoz de la Campaña. Antes de entrar, con varias compañeras desplegamos la pancarta que se ve en la portada y en Barcelona se realizó una acción en la puerta de la delegación de Indra.
Una vez dentro del gran edificio de la sede de Indra, situado en uno de los barrios más ricos y exclusivos de Madrid, La Moraleja, me trataron muy correctamente, a pesar de destacar entre una gran mayoría de hombres con chaqueta y corbata mientras yo llevaba una camiseta amarilla con el dibujo de un casco militar boca abajo del que sale una flor verde.
Los discursos del actual presidente, Ángel Escribano, y el consejero delegado José Vicente de los Mozos, así como los vídeos que proyectaron en varios momentos eran los esperables de una compañía del tamaño y volumen de negocio como Indra, todo maravilloso, lleno de palabras como: tecnología, seguridad, innovación, gran equipo humano, proveedor estratégico de la OTAN, futuro, inteligencia artificial: “Tech for the future”.
En las intervenciones de accionistas fue interesante la primera, en la que se criticó fuertemente al presidente, le interrumpieron dos veces y posteriormente no le contestaron; algo muy significativo.
Lo más importante de la intervención de la Campaña Desarmando Indra creo que fue la denuncia por la participación de esta megaempresa en contratos militares con empresas israelíes, proveedoras del ejército de Israel en sus crímenes de guerra y genocidio. Y la crítica al beneficio obtenido por el creciente mercado de control fronterizo, vigilancia, control y detección, como radares, sensores o inteligencia artificial aplicada a fronteras y movilidad, del que Indra es uno de los líderes mundiales. También incidimos en el impacto medioambiental al ser una de las cinco mayores emisoras del sector militar español.
La Campaña Desarmando Indra denunció la participación de esta megaempresa en contratos militares con empresas israelíes, proveedoras del ejército de Israel en sus crímenes de guerra y genocidio
Las preguntas que planteamos directamente al Consejo de administración de Indra y a sus accionistas fueron:
- ¿Existe en Indra algún plan —por tímido que sea— para redirigir su extraordinaria capacidad de investigación, desarrollo y producción hacia fines civiles, al servicio de la sociedad, y no de la industria bélica?
- ¿Van a seguir apostando por el beneficio rápido que proporcionan las guerras y los conflictos, o están dispuestos a liderar una reconversión que sitúe el servicio a la sociedad en el centro de la actividad empresarial?
- La Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, de la que España es signataria, castiga, en su Artículo 3, la complicidad en un genocidio. ¿Tienen ustedes la certeza de que Indra no se vería afectada en una futura causa contra el Estado de Israel y sus cómplices en el genocidio que están perpetrando sobre el pueblo palestino?
Las respuestas que nos dio José Vicente de los Mozos fueron las que nos podíamos esperar:
A la primera: Todas nuestras tecnologías son duales, es decir, de uso tanto civil como militar.
A la segunda: No es un tema de guerra, la tecnología está avanzando a gran velocidad. Es el cambio disruptivo de las nuevas tecnologías.
A la tercera: Tenemos un plan de contingencia para aquellos componentes que dependemos de la industria israelí dar una solución con empresas europeas o españolas.
Cada lectora puede hacerse una idea de la deriva de esta compañía.
El final de nuestra intervención fue este:
“Como accionistas, ustedes también son responsables del futuro que tome esta compañía. Y, como sociedad, no podemos permitirnos que la guerra siga siendo una oportunidad de negocio. Por ello seguiremos denunciando el rumbo que le están dado a esta empresa, con la esperanza que se replanteen sus políticas contra la vida”.
Esperamos que algo les resuene en el fondo de su corazón.