Pensamiento
Los intelectuales de Putin: Alexander Dugin, lector de Heidegger

Sobre el pensador de cabecera de Putin y la revolución conservadora mundial.
Dugin _montaje
Alexander Dugin y su influencia sobre Vladimir Putin.
Montserrat Galcerán

Catedrática de filosofía.

17 mar 2022 11:49

Es un error pensar que la intelectualidad está sólo del lado de Occidente. También Putin tiene sus intelectuales. Entre ellos un tipo tan bizarro como Alexander Dugin, que no tiene reparos en dejarse fotografiar con un lanzamisiles y al que algunos medios califican como el “filósofo actual más peligroso”. Antiguo profesor en la Universidad de Moscú y diputado, en 2015 fue nombrado editor jefe del canal de televisión Tsargrad TV, un émulo de la Fox estadounidense.

En 2013 se publicó en español en las ediciones Nueva república, de filiación neofascista, uno de sus últimos libros. De su autor no sólo se dice que está cercano a Putin sino que sus teorías, incluido este libro, formarían parte de su cosmovisión.

El libro resulta bastante confuso, una mezcla de crítica del liberalismo, del post-modernismo, del marxismo y, sólo en parte, del fascismo clásico. Lo que él ofrece es, en su opinión, una “cuarta teoría política” que va más allá de las tres anteriores criticadas y propias del s. XX: el liberalismo, el marxismo y el fascismo.

La mezcla extraña de antiliberalismo y anticomunismo, junto a reminiscencias patrioteras, constituye el meollo poco digerible de ese panfleto

Su punto de partida no deja de resultar curioso: éste no es otro que el concepto heideggeriano de Dasein. ¿Heidegger otra vez? Lo haya leído o no con detalle, Dugin capta muy bien el significado colectivo y para nada individual de la existencia humana —el famoso Dasein. Textos recientes, entre otros el fabuloso libro de E.Faye, La Introducción del nazismo en filosofía (Akal, 2005) nos habían mostrado con todo detalle que cuando Heidegger habla de “existir” (Dasein) nunca se refiere al ser humano individualizado y aislado, sino al “ser colectivo”. El da (ahí) muestra que existir, ser-ahí, es siempre un modo de estar en el mundo con otros. Hasta ahí la cosa no sería muy preocupante. Lo duro empieza cuando estos otros con los que existimos y compartimos el mundo se conceptualizan como un “pueblo”, “nuestro pueblo”, amenazado por poderes superiores cuya salvación estaría en nuestras manos y cuya llamada de socorro deberíamos atender, si es necesario con las armas en la mano.

Ese “pueblo”, tanto en Heidegger como en Dugin, tiene una misión: oponerse al liberalismo global y universalista que está destruyendo el mundo ofreciendo una alternativa populista y restaurativa de pasados nacionales gloriosos, enraizados en las propias tradiciones, tradiciones que en tanto casos son imperiales. Ese sería el caso de Rusia cuyas tradiciones imperiales Dugin identifica con el Imperio zarista, con la posición de gran potencia de la Unión soviética y con el sueño imperial de Putin. ¿Demasiado cercano al modelo del Tercer Reich? Realmente si mantenemos en nuestra memoria que Heidegger fue un pensador nazi y Schmitt lo mismo, —su doctrina política juega un importante papel en el libro— esa mezcla extraña de antiliberalismo y anticomunismo, junto a reminiscencias patrioteras, constituye el meollo poco digerible de ese panfleto.

Dugin reformula con Heidegger la vieja pregunta kantiana: “¿Qué es el hombre?”, transformada ahora en “¿Quiénes somos nosotros?”. Heidegger respondía: somos “alemanes” atrapados entre el auge del liberalismo en el oeste y el del bolchevismo en el este y necesitados por eso mismo de luchar por nuestro “propio espacio vital”. Dugin responde: somos rusos que, frente al auge del liberalismo global, estamos perdiendo nuestra identidad y necesitamos reforzar el espacio de nuestra civilización, una pretendida esfera euroasiática.

Su reflexión parte de una reconstrucción del colapso de la Unión soviética en los años 90. Ya en las primeras páginas nos advierte que “la integración en la comunidad mundial es experimentada por la mayoría de los rusos como un drama, como una pérdida de su identidad” (p. 25). Ese sentimiento, según él, no ha sido superado pues el liberalismo político carece de raíces en Rusia y su inclusión en el mundo contemporáneo no pasa más allá de un consumo, más o menos compulsivo, de las mercancías proporcionadas por éste sin una interiorización profunda del modo americano de vida. Tampoco habría un suelo para el pensamiento de la nueva izquierda ni para el postmodernismo.

El tono belicista es constante en su enseñanza a pesar de que formalmente propone un modelo de coexistencia de zonas espaciales civilizatorias diferenciada

Ahora bien, como el modo de vida importado de América está destruyendo la sociedad y los valores tradicionales, se impondría una “cruzada” contra el liberalismo y el neoliberalismo, la postmodernidad, la sociedad postindustrial, la globalización y sus bases logísticas y tecnológicas. Esa cruzada —de nuevo Heidegger— es presentada como un Ereignis, como un acontecimiento propicio en el momento en que la humanidad está perdida. Este acontecimiento nos llama a “vivir peligrosamente, a pensar arriesgadamente” fuera del acomodo en la sociedad existente que para tantos rusos es extraordinariamente precaria y carente de futuro.

El tono belicista es constante en su enseñanza a pesar de que formalmente propone un modelo de coexistencia de zonas espaciales civilizatorias diferenciadas. Pero en lo que respecta a la zona eurasiática, que él defiende, leemos lo siguiente: “No hay ninguna barrera a la integración del gran espacio eurasiático alrededor de Rusia, ya que estas zonas fueron política, cultural, económica, social y psicológicamente unidas en el transcurso de muchos siglos. La frontera occidental de la civilización eurasiática va un poco más al este de la frontera occidental de Ucrania, por lo que el Estado recientemente establecido es inviable y frágil” (p. 150). ¿Cómo resuena esto en plena guerra?

Una potencia que colapsó y otra que está declinando chocan de nuevo en un territorio situado entre ambos que quedará arrasado

Como es característico en la revolución conservadora en diferentes países, el mensaje de Dugin parte de una posición de víctima: Rusia y otros muchos países, a los que llama “el resto” (del planeta) se habrían visto menospreciados por la implantación progresiva del pensamiento único resultado del triunfo de Occidente con el colapso del antiguo bloque del Este. Eso ha dado paso a un mundo unipolar, a la globalización posterior y a una expansión sin límites del liberalismo. Dugin nunca habla de “capitalismo” ni hace ningún análisis de las condiciones materiales, sino que se mantiene tozudamente en el nivel de las ideologías. A partir de esa condición su llamado es a recuperar fuerzas a partir de las tradiciones propias, lo que incluye la recuperación de la memoria imperial.

En este punto la referencia a Heidegger es acertada puesto que también éste hacía partir su pensamiento de la pérdida por Alemania de su posición de gran potencia tras el final de la I Guerra Mundial y el Tratado de Versalles. Y coincide en eso con tantos otros conservadores. Si el mensaje de Trump era “make America great again” [hagamos a América grande de nuevo] el de Dugin, y me temo que de Putin, es su exacta traducción al ruso. Una potencia que colapsó y otra que está declinando chocan de nuevo en un territorio situado entre ambos que quedará arrasado.

En la guerra actual sin duda Putin es el agresor, eso nadie lo pone en duda. Detrás suyo están esos intelectuales reaccionarios nostálgicos e inmisericordes. Delante deberían encontrar movimientos potentes que rechazaran esa espiral belicista. Pues conviene no confundirse: el rechazo de la guerra no proviene de ninguna simpatía por Putin sino de la convicción de que la gane quien la gane, nada bueno saldrá de ella. Podríamos encontrarnos ante el inicio de una inquietante revolución conservadora mundial que ahogara lo poco que queda de los grandes movimientos multitudinarios de la década pasada: el movimiento de las plazas, Occupy Wall Street, el 15M, la primavera árabe. Steve Bannon y Alexander Dugin reviviendo el legado de la derecha conservadora fascista de la república de Weimar. ¡Ahí es nada!

Archivado en: Pensamiento
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Provoquemos la próxima interrupción
Lo que nos resta es gobernar el apagón que habrá de venir, ser la causa colectiva de las próximas interrupciones, aquellas que lleven al fin de este mundo desbocado y sin sentido.
Opinión
Opinión IA: la nueva estética del fascismo
Es vergonzoso, destructivo y parece una mierda: el arte generado por IA es la forma estética perfecta para la extrema derecha.
Pensamiento
Fabian Scheidler “El progreso tecnológico se utiliza para aumentar la riqueza de unos pocos. No sirve a nadie más”
El autor de ‘El fin de la megamáquina. Historia de una civilización en vías de colapso’ ha desarrollado la metáfora del capitalismo como una máquina destructora y reivindica que hay oportunidades para el cambio.
Txiki
22/3/2022 14:31

Hay un articulo de Dugin que también analizaba la figura de Dugin y recientemente en la rosa de los vientos de Ondacero hacían un esbozo de sus ideas y su influencia en el líder ruso. En conclusión parece que su influencia no es tan profunda como se podría pensar.

0
0
j.
j.
17/3/2022 18:38

la culpa de todo la tiene yoko ono... y el espíritu de heidegger que le sale..

0
1
eloygd
17/3/2022 16:01

Gracias por este artículo!

1
0
eloygd
17/3/2022 16:01

Gracias por este artículo!

1
0
eloygd
17/3/2022 16:01

Gracias por este artículo!

1
0
eloygd
17/3/2022 16:01

Gracias por este artículo!

1
0
Eléctricas
Oligopolio eléctrico Sánchez no admite responsabilidades en el apagón mientras sus socios piden nacionalizar la red eléctrica
El presidente del Gobierno señala a los “operadores privados”, entre ellos Red Eléctrica, cuyos últimos dos presidentes vienen del PSOE y cuyo principal accionista es el Estado, con el 20%, seguido por el 5% de Amancio Ortega.
Antimilitarismo
Rearme El gasto militar mundial se dispara
El gasto militar en el planeta aumentó en 2024 un 9,4% respecto a 2023, lo que supone el mayor incremento interanual desde la Guerra Fría.
Pobreza energética
Energía Apagón crónico: lugares donde no volverá la luz, a pesar de la restauración del sistema eléctrico
Miles de personas en el Estado español viven día a día apagones y falta de suministro en lugares como Cañada Real (Madrid), la Zona Norte de la ciudad de Granada o los asentamientos de jornaleras y jornaleros migrantes en Huelva y Almería
València
València El tejido social presenta su propuesta de reconstrucción tras la dana
Los Comités Locales de Emergencia y Reconstrucción y las asociaciones de víctimas definen los presupuestos de Mazón y Vox como una declaración de guerra.
Galicia
Galicia La Xunta aprobó la celulosa de Altri argumentando que su chimenea de 75 metros sería “icónica”
El Informe de Patrimonio Cultural, favorable a la multinacional, se emitió en base a dos encargos externos, contratados y pagados por la empresa al ex presidente y al actual tesorero de Icomos-España.

Últimas

Eventos
Evento Un Salto al periodismo desde el barrio: acompáñanos en un directo sobre periodismo situado
El Salto organiza un evento centrado en el potencial de los formatos sonoros para transmitir información veraz y fiable de forma cercana. Para hacer periodismo desde el barrio y barrio desde el periodismo.
Opinión
Opinión Provoquemos la próxima interrupción
Lo que nos resta es gobernar el apagón que habrá de venir, ser la causa colectiva de las próximas interrupciones, aquellas que lleven al fin de este mundo desbocado y sin sentido.
Energía
Energía El gran apagón de abril | El suministro de energía se recupera al 99%
Pedro Sánchez explica que se produjo una “pérdida” del 60% de la electricidad a las 12:33h: “15 gigavatios se han perdido súbitamente del sistema en apenas 5 segundos. Aproximadamente el 60% del sistema eléctrico”.
Energía
Energía La ley marca permisos retribuidos para situaciones como el apagón eléctrico
El Estatuto de los Trabajadores, en su artículo 37.3, protege a la plantilla cuando no es posible llegar a su puesto de trabajo o desarrollar con normalidad su tarea en situaciones como no tener electricidad durante horas.
Electricidad
Apagón ¿Qué le puedo reclamar a la empresa eléctrica y al seguro tras el apagón?
Tras el incidente con la electricidad de este lunes 28 de abril, los consumidores deben conocer qué pueden reclamar a las compañías de la luz o a sus seguros.
El Salto Radio
El Salto Radio Desmantelando E2 I El racismo institucional y sus grietas
Las redes de apoyo mutuo y la actitud de compartir privilegios son herramientas imprescindibles para combatir los impactos del racismo estructural.
Más noticias
València
València La jueza de la dana acorrala al relato político de Mazón
El president viaja a Estados Unidos la semana en la que el PP europeo celebra su congreso en València y no acudirá a la multitudinaria romería de Santa Faz.
Crisis climática
Informe Las diez empresas más contaminantes del país son responsables de un quinto de las emisiones españolas
Repsol mantiene el podio gris de empresa más contaminante que le arrebató a Endesa en 2020. Completan el top 10 de compañías más emisoras energéticas, cementeras y siderúrgicas, que copan entre ellas el 56% de las emisiones del mercado de carbono.
Comunidad de Madrid
Energía El apagón en Madrid, en imágenes
En Madrid, la gran urbe ha permanecido incrédula al pasar de las horas, entre rescates en el Metro, en el Cercanías y en ascensores, donde han quedado atrapadas algunas personas.

Recomendadas

Senegal
Migraciones El mito de la migración ordenada: la denegación de visados por el Consulado de España en Dakar
Maltrato institucional. Estas dos palabras son las más escuchadas cuando se pregunta a personas descontentas con el Consulado de España en Dakar. Cada vez más personas denuncian denegación de visados que no consideran justificados.
Guinea-Bissau
Internacional Guinea-Bissau arranca una ola de represión tras el sabotaje popular de una mina de arena en un parque natural
Una acción liderada por las mujeres del pueblo de Varela provocó un incendio en la bomba de extracción de la mina de arena pesada. El Gobierno ha llevado a cabo la detención de 16 personas, entre las que se encuentran líderes locales.
Galicia
Galicia Vigo, A Coruña y Ourense compraron material policial a Israel por medio millón de euros en solo cuatro años
El alcalde ourensano, Gonzalo P. Jácome, adjudicó un contrato por 70.000 euros días después del siete de octubre. Abel Caballero firmó otro de más de 200.000 euros y la alcaldesa de A Coruña siguió la estela con un contrato de 170.000 euros.