Palestina
El temporal Byron obliga a 800.000 gazatíes a desplazarse

Las fuertes lluvias de los últimos días han dado la estocada final a la población gazatí, exhausta tras más de dos años de campaña genocida por parte del Estado Israelí. La tormenta Byron, que antes de llegar a Gaza arrasó en Grecia y en Chipre, ha provocado inundaciones que han arrasado con las tiendas de campaña en la que vive la ciudadanía y se ha cobrado de momento, la vida de 14 personas, entre ellas la de tres menores.

Con estas nuevas inundaciones, la capacidad de recuperación ha quedado cercenada de nuevo en Gaza, donde las infraestructuras sanitarias y los sistemas de saneamiento y drenaje están completamente destruidos. Las organizaciones de ayuda humanitaria temen la aparición de nuevas enfermedades transmitidas por el agua y brotes de diarrea, al no haber un acceso garantizado al agua potable. Se temen también muertes por hipotermia. La tormenta Byron, que empezó a azotar el enclave el miércoles, está previsto que dure toda la semana.

Casi 800.000 personas se han tenido que desplazar de nuevo a causa de las lluvias

La profecía que auguraban, desde hace semanas, las diferentes organizaciones internacionales, se ha cumplido; y las lluvias torrenciales han llegado a Gaza. Desde hace 48 horas, las imágenes de tiendas de campaña anegadas de agua y gente vagando en busca de cobijo ha sustituido a las de la población huyendo. 

En un territorio marcado por el genocidio, la destrucción de los hogares y la escasez de alimentos y otros productos de primera necesidad, el temporal ha llegado como un mazo para arrebatarles a los gazatíes lo poco de lo que disponen. Porque, si bien uno de los puntos del acuerdo de alto el fuego firmado el pasado 10 de octubre comprometía a Israel a autorizar la entrada de camiones cargados con ayuda humanitaria, esto no se ha respetado. Han entrado camiones en el enclave palestino, sí, pero no los suficientes como para abastecer las necesidades de la población. 

Las inundaciones han provocado una nueva oleada de desplazamientos; según las cifras que maneja la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), unas 800.000 personas se habrían visto obligadas a abandonar el lugar donde se encontraban para protegerse de las lluvias torrenciales. Como Israel continúa entorpeciendo la entrada de materiales fundamentales para la reconstrucción de las viviendas, la gran mayoría de la población gazatí malvive en tiendas de campaña. 

La disminución del acceso al agua potable puede provocar brotes graves de diarrea, con todo lo que eso significa en un territorio que carece de las infraestructuras básicas sanitarias debido al genocidio

Estas lluvias, además de incrementar la destrucción del territorio y provocar nuevas muertes, harán que la población quede expuesta a nuevas enfermedades. El hacinamiento (los palestinos en Gaza están confinados en un espacio menor al 50% de la superficie total del territorio, según la OIM) y el agua estancada, junto con las toneladas de escombros repartidas por todo el territorio, a corto plazo, ocasionarán problemas en materia de higiene básica, lo que puede propiciar la aparición de nuevas enfermedades. La disminución del acceso al agua potable puede provocar brotes graves de diarrea, con todo lo que eso significa en un territorio que carece de las infraestructuras básicas sanitarias debido al genocidio.

Más de 9.000 niños y niñas en peligro por desnutrición

Las cifras de menores con problemas de desnutrición aguda continúan siendo alarmantes, advierte UNICEF, quien solo durante el mes de octubre ha tenido que tratar a más de 9.000 niños y niñas con esta dolencia.

Si bien la hambruna ya no es acuciante, como las semana anteriores al alto el fuego, la situación continúa siendo muy delicada para los más de dos millones de personas que viven en el enclave palestino. Esta situación no solo constituye una amenaza para el presente de estos menores, sino que condicionará su desarrollo como adultos y marcará su vida.

Inundaciones en otras regiones

A causa de las lluvias torrenciales, está siendo un mes aciago no solo en Gaza, sino en muchos territorios. En los últimos meses, países como Vietnam, Tailandia, Filipinas, Indonesia o Malasia han experimentado inundaciones que han puesto en riesgo la vida de personas, al no poder acceder al agua potable y tener que huir de sus hogares.

Según UNICEF, desde finales de noviembre de este año, más de 4,1 millones de niños y niñas en el sudeste asiático han visto interrumpida su educación debido a devastadores desastres relacionados con el clima.