Palestina
El país de “nunca Hamás”

Palestina no tendrá futuro si el mundo continúa leyendo la versión israelí de la historia.
gaza Activestills 14
Familias intentando salir de Gaza por el paso de Rafah Mohammed Zaanoun/ ActiveStills
27 ene 2024 06:00

En 1894 la sentencia al capitán francés Alfred Dreyfus dividió a la sociedad francesa durante años. Un judío alsaciano acusado de espiar para Alemania. Aquello reveló la existencia de un núcleo de violento nacionalismo y antisemitismo influenciado principalmente por la prensa. El tiempo demostró la inocencia de Alfred, pero también cómo el peso de la información sobre la sociedad presionó hasta condenarlo, hasta creer y dibujar esa verdad en el ideario de las personas. Lo que está claro es que en ocasiones existe la realidad que nos cuentan, la que queremos creer y la que ocurre realmente. La dificultad en la búsqueda de esa verdad radica en no desviarnos por el zumbido mediático.

Un joven periodista húngaro de 34 años, también judío, soñador respecto a cómo la sociedad con el tiempo asimilaría su cultura, asistía sentado en uno de los bancos de madera con el objetivo de informar sobre el juicio a ese hombre. Lo que no sabía, es que la sentencia también cambiaría su vida. Hay sucesos en el tiempo que alteran el resto de la historia. Puede que haya correlación entre esa sentencia y lo que hoy vivimos en la Franja de Gaza, eso nunca lo sabremos. Aquel periodista era Theodor Herzl, considerado padre del estado de Israel y fundador del sionismo moderno. Tras el juicio, el joven periodista vagaba por las calles de París escuchando consignas de “¡Muerte a Dreyfus, muerte a los judíos!”. Las tardes de los dos próximos años, abandonaría el deseo de escribir novelas u obras de teatro y las pasaría redactando “Der Judenstaat: ensayo de una solución moderna de la cuestión judía”. Su cabeza dio un giro de 180º, escogió un lugar y ya tenía clara su estrategia: “Expulsad discretamente a la población miserable a través de la frontera negándoles el empleo. Tanto el proceso de expropiación como el de deshacerse de los pobres debe llevarse a cabo discretamente y con disimulo”. En 1896 se publicaba el libro y todo cambió para el pueblo judío.

Sin “Der Judenstaat” no habría sionismo, sin sionismo no habría ocupación, sin ocupación, habría Palestina

Ocho años más tarde, Adolf Hitler, a la edad de quince, abandonaba sus estudios y se dirigía a Steyr, un pequeño pueblo de Austria. El joven Hitler quería dedicarse a las artes, la falta de apoyo de su padre y los rechazos en la escuela de artes de Viena quizá fueron esa causalidad que condujo al joven hasta convertirlo en el mayor defensor de las ideas del nacional socialismo redactadas por Alfred Rosenberg.

Era 1904 y en el mismo año, Theodor Herzl y Adolf Hitler convivían en Austria, antagónicos, víctimas, verdugos. En 1904 moría Theodor sin llegar a conocer donde terminaría su proyecto, a la vez, Adolf se encerraba en su cuarto devorando obras sobre mitología germana. Dos personas que con sus libros cambiaron la historia, responsables en cierta medida de lo que hoy ocurre en Palestina. Sin “Der Judenstaat” no habría sionismo, sin sionismo no habría ocupación, sin ocupación, habría Palestina. Sin “Mein Kampf”, entro otros, quizá no habría Segunda Guerra Mundial, sin la guerra, la comunidad internacional no habría tenido que reparar a las víctimas y conceder en 1947 el 55% de la tierra Palestina, sin él, el sionismo no tendría ese clavo ardiendo al que agarrarse cada vez que se les juzga por las atrocidades cometidas contra el pueblo palestino. El paraguas del holocausto con el que se cubren los sionistas y acusan de antisemita cualquier resolución que impida el objetivo del sionismo, es enorme. Dos libros enfrentados, antagónicos y que sin embargo, son parte de la biblioteca de los sionistas actuales, según el discurso usarán uno de los dos en favor de la ocupación. De cualquier manera, la víctima ha sido el pueblo Palestino, que nada ha tenido que ver con ambos personajes y que nada les ha hecho.

A finales de 1904 J.M. Barrie estrenaba “Peter Pan y Wendy” en un teatro de Londres. La obra, enfocada a un público adulto en su estreno, hablaba de un niño que no quería crecer. El mensaje entre líneas era que el joven Peter guiaba las almas de los niños muertos al más allá. La casualidad es que Herzl y Barrie nacieron en 1860 con días de diferencia, uno en Pest, Hungría y otro en Kirriemuir, un pequeño pueblo escocés. Los dos enfocarían su vida hacia la escritura, ambos dramaturgos, pero en el caso del húngaro, el juicio a Dreyfus fue el punto de inflexión que viró su rumbo y el de millones de personas cientos de años después.

En los primeros años del siglo XX, en 1905, durante el 7º congreso sionista se decidía que Palestina, sin contar con ella, sería el lugar para el futuro Estado de Israel. En los siguientes años, poco a poco, en Palestina se asentaban sutilmente decenas de colonias judías. En noviembre de 1917 Arthur Balfour, pensando en los intereses de occidente en oriente próximo, unilateralmente decidía y escribía al sionista Lord Rotschild, “El Gobierno de Su Majestad acoge con beneplácito la asignación en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío”. Lentamente la semilla que Herzl plantó en 1896 estaba creciendo, nada hacía pensar que ese árbol asentaría sus raíces en una tierra que no le pertenecía y mucho menos, que las raíces se regarían con la sangre de inocentes.

Sin niños y niñas no hay futuro, Israel bien lo sabe y sus bombas han convertido la Franja de Gaza en el país de los niños perdidos, de los niños que nunca crecen

Han pasado ciento veinte años desde que Barrie puso el País de nunca jamás en el mapa de la fantasía. Estamos en 2024, Palestina lleva ocupada 75 años sufriendo una vulneración de derechos sistemática y el relato es muy diferente. La Franja de Gaza se ha convertido en el País de nunca Hamás. La obsesión de los líderes israelíes de ocupar Palestina está acabando, genocidio mediante, con la vida de miles de personas y con los derechos humanitarios e internacionales. Han utilizado a Hamás para justificar la aniquilación de un pueblo, para justificar el asesinato de más de 12.000 niños y niñas en tres meses. Sin niños y niñas no hay futuro, Israel bien lo sabe y sus bombas han convertido la Franja de Gaza en el país de los niños perdidos, de los niños que nunca crecen.

Wendy sentada en el alfeizar de su ventana contaba cuentos a los niños y les transportaba a mundos de fantasía. Hoy el alfeizar está en cada periódico, en cada televisión, en cada medio donde el mundo escucha embelesado el cuento que los sionistas nos quieren vender. La sociedad lo ha comprado, ha caído en su discurso y volamos desde la realidad hasta su fantasía. Tras la segunda estrella a la derecha escribía Barrie, pero el dramaturgo no se imaginaba que su estrella hondearía en una bandera blanca y azul sobre los escombros de un país arrasado.

Ya ocurrió en el juicio a Dreyfus en 1894, los medios de comunicación manipularon a la sociedad hasta condenar al inocente. Paradójicamente, lo que un día fue el arma en contra de los judíos, es ahora el arma que usan los sionistas para contar la historia a su manera y deformar la verdad hasta la fantasía. El problema no es que ellos cuenten su versión de los hechos, el problema es que ellos han terminado por creérsela y la sociedad también. El sionismo no ha escondido nunca su objetivo. A pesar de su literalidad expresada en frases como la de David Ben Gurion en 1937: “Debemos expulsar a los palestinos y tomar sus lugares”, o Israel Koenig en 1976: “Debemos utilizar el terror, el asesinato, la intimidación, la confiscación de tierras y el corte de todos los servicios sociales para expulsar de Galilea a su población Árabe”, o Ariel Sharon en 1998: “No hay sionismo, ni colonización, ni Estado judío sin el desahucio de los árabes y la expropiación de sus tierras”. El cuento que cala en los medios y en las personas es que ellos son las víctimas. Ahora las víctimas son James Garfio y sus piratas, dispuestos a saquear y robar todo lo que puedan del País de nunca Hamás. Mientras Garfio y sus secuaces luchan con el quinto ejército del mundo, el pueblo de los niños perdidos lucha con “piedras”. No son comparables las cifras por mucho que quieran hacernos creer que sí. El problema de su letanía es que las mentiras opacan la verdad.

En este cuento ya no es posible volar gracias a los pensamientos felices. Los niños hace mucho que no sueñan, ni despiertos ni dormidos porque mueren enterrados en una pesadilla de escombros. El polvo de hadas da paso al polvo de las ruinas. No respires esa nube o tendrás el riesgo de volar de la realidad al País de nunca Hamás. Quién hace de Peter Pan en este cuento, no se sabe, probablemente esté muerto bajo los escombros y ya no habrá nadie que guíe sus almas al más allá. Lo que es seguro y no es un cuento, es que miles de niños y niñas mueren cada día y que Palestina no tendrá futuro si el mundo continúa leyendo la versión Israelí de la historia.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Amor, alienación y nostalgia en la obra de Wong Kar Wai
El cine de Wong Kar Wai logró captar la avalancha de nostalgia que florecía en el capitalismo tardío frente a la desorientación y la enajenación de los propios sujetos sociales.
Opinión
Vivienda De cómo cobrando el salario mínimo nunca tendrás una casa
La especulación inmobiliaria y los pisos turísticos son los grandes culpables de que alquileres y precio de venta de la vivienda se hayan disparado en los últimos tiempos.
Genocidio
Opinión No lo soportamos más: un alarido por Gaza
Mientras la complicidad con Israel es abierta, obscena y militante, levantarse contra el genocidio es un gesto que a tantas les está costando el futuro y la libertad en cada vez más sitios. Ya no sabemos ni qué escribir al respecto.
Acaido
29/1/2024 1:55

Muy interesante e ilustrativo.

0
0
PSOE
Crisis de Gobierno “El Gobierno está en la UCI”: los aliados de Sánchez afilan el discurso en clave electoral
A la espera de nuevas pruebas que puedan afectar directamente al presidente del Gobierno o algún indicio de financiación ilegal del PSOE, Podemos radicaliza su crítica al bipartidismo y Sumar habla de “un cambio de 180 grados”.
Baleares
Un modelo insostenible El rechazo a la turistificación se expande en Canarias, Baleares y Barcelona
Tras la masiva manifestación en las Islas Canarias del pasado mayo, Palma de Mallorca, Barcelona y San Sebastián salen este 15 de junio a la calle contra un modelo de turismo desmedido insostenible para el territorio y sus habitantes.
Violencia machista
El Estado que revictimiza Violencia institucional: “Si lo hubiera sabido antes, no hubiera denunciado nunca”
Rocío ha sufrido violencia psicológica, física y sexual por parte de su expareja. Y también violencia institucional en todas las puertas de la red de recursos institucionales que ha ido atravesando.
Crónica
Justicia En la sala de un juicio a una madre protectora
Esta es una crónica de un juicio a una mujer que pidió medidas por sospechar de abusos sexuales a su hija en el domicilio paterno sin que ninguna institución moviera un dedo y, un mes después, cogió un vuelo a su país para intentar protegerla.
Opinión
Opinión Amor, alienación y nostalgia en la obra de Wong Kar Wai
El cine de Wong Kar Wai logró captar la avalancha de nostalgia que florecía en el capitalismo tardío frente a la desorientación y la enajenación de los propios sujetos sociales.
Oriente Medio
Oriente Medio Decenas de muertos en una noche de sirenas y misiles cruzados entre Israel e Irán
Después del ataque israelí contra la infraestructura energética y militar iraní, cientos de misiles iraníes atraviesan el cielo israelí e impactan en Tel Aviv, Bat Yam, Tamra y Haifa.
Editorial
Editorial Justicia irracional
Por acción o por omisión, las instituciones violentan a las mujeres. Se llama violencia institucional.
Relato
Relato Rendirse
A mi pesar me tocaba compartir mesa con aquellos documentos y, como estaba de los primeros (no lo habría imaginado al llegar), ya no conseguía quedar por encima, con lo que me gusta.

Últimas

Galicia
Galicia Activistas bloquean una planta de Altri en Portugal y avisan de que frenarán su expansión en Galicia
El grupo atrancó con cadenas y soldadura las entradas de la planta de Celbi en Leirosa, en la mayor acción directa hasta el momento contra la expansión de la multinacional papelera en territorio gallego: “O povo é quem para Altri”.
Madrid
Movimiento republicano Miles de personas claman en Madrid contra la monarquía y por la República
En el 11 aniversario de la proclamación de Felipe VI, una marcha unitaria reclama que este reinado sea el último de España.
Tribuna
Tribuna Almacenamiento energético de Enlight Renewable Energy en Huesca: lavado verde de la imagen de Israel
VV.AA.
La empresa israelí Enlight Renewable Energy tiene intención de construir un parque de baterías para energías renovables en el pirineo oscense. Operación que el Gobierno debería prohibir por la contribución de la compañía a la ocupación ilegal israelí
Ocupación israelí
Movilizaciones Un centenar de organizaciones de 26 países denuncian a la empresa vasca CAF y su tren del apartheid
Más de 50 localidades salen a la calle este fin de semana para señalar a la empresa que construyó el tranvía que conecta Jerusalén con territorio ocupados y exigir el fin del genocidio en Gaza.
La vida y ya
La vida y ya Un rato de cada lunes
Pero, lo más coincidente ha sido, expresado de distintas maneras, su agradecimiento hacia ese lugar. Su lugar elegido.
Ocupación israelí
Ocupación Israelí La policía egipcia impide con violencia la marcha internacional a Gaza
La marcha de 4.000 personas a Gaza es reprimida por la policía del régimen de Al-Sisi. La organización pide a las embajadas que reaccionen y protejan a sus ciudadanos.
Galicia
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar a Altri
Queremos investigar a los responsables políticos y empresariales del que podría ser el mayor atentado ambiental de la historia reciente de Galicia.
Que no te lo cuenten
El Salto Radio De océanos y detenciones
VV.AA.
La acidificación del agua marina supera sus límites mientras Israel aborda la Flotilla por la Libertad.

Recomendadas

Consumo
David Sánchez “Shein está diseñado para crear adicción a través de patrones muy oscuros”
David Sánchez Carpio es director de la Federación de Consumidores y Usuarios (CECU), una de las organizaciones que han denunciado al gigante chino de venta de ropa por internet ante la Comisión Europea. “No hay que culpabilizar a los consumidores".
Rap
Rap Los Chikos del Maíz: “La música urbana está llena de fachas y votantes de Vox”
Tras un fin de gira accidentado, Toni y Nega dan una tregua indefinida a su proyecto con dos conciertos en Madrid. Horas antes de llenar la sala en la primera cita, visitan la redacción de El Salto.
Río Arriba
Río Arriba Luis González Reyes: “Vivimos en un mundo en la que la escasez es un elemento central”
Primera entrevista del programa Río Arriba en formato podcast y vídeo donde hablamos de las nuevas guerras neocoloniales por recursos en la era de Trump y Putin, de la escasez, del decrecimiento y el colapsismo.
Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.