Naciones Unidas, organizaciones y activistas señalan a un Israel impune tras dos meses de exterminio

Las personas palestinas asesinadas por la ofensiva israelí ya superan las 17.000, mientras las Naciones Unidas denuncian las dificultades para socorrer a los más de 46.000 heridos. Guterres urge al Consejo de Seguridad a exigir un alto al fuego.
7 dic 2023 15:45

Tras dos meses de genocidio, ya ni las ambulancias funcionan en el Norte de Gaza, como ha anunciado la Media Luna Roja en un comunicado en el que expresaba la imposibilidad de su servicio de ambulancias para trasladar a los heridos. No hay combustible para los vehículos, ni hospitales operativos donde llevar a las víctimas del ataque continuo de Israel. Existiendo solo un puesto de socorro de la Media Luna Roja en Jabalia que, afirman, recibe ya 250 personas heridas cada día.

En este campo de refugiados no cesan los ataques, esta misma mañana las bombas israelís destrozaban una mezquita. No era el único templo en caer: también esta mañana el ejército israelí ha destruido uno de los más antiguos de la Franja, la mezquita Osman bin Qashqar, en la ciudad vieja de Gaza.

“La Relatora de la ONU para el Derecho a la Salud ha denunciado que “la infraestructura sanitaria de la franja de Gaza ha quedado completamente destruida“, en una “guerra sin cuartel de Israel contra el sistema de salud gazatí”

Son al menos 350 las personas asesinadas en Gaza en las últimas 24 horas, con el número oficial, publicado por el Ministerio de Salud de Gaza, de 17.177. Los heridos superan 46.000, muchos de ellos morirán pues, como denunciaba la Relatora de la ONU para el Derecho a la Salud, Tlaleng Mofokeng, en un comunicado, esta mañana “La infraestructura sanitaria de la franja de Gaza ha quedado completamente destruida”, en lo que ha calificado como “guerra sin cuartel de Israel contra el sistema de salud gazatí”.

La relatora compartía los datos que muestran el alcance de esta guerra: “Desde el 7 de octubre de 2023 se han registrado al menos 364 ataques contra servicios sanitarios en el territorio palestino ocupado, que han causado al menos 553 muertos y 729 heridos. También se han visto afectados más de 50 centros sanitarios y 190 ambulancias”.

Mientras, desde la secretaría general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres invocaba ayer 6 de diciembre el artículo 99 de la Carta de las Naciones Unidas, exigiendo al Consejo de Seguridad que actúe para poner fin a la violencia en la Franja, ante la incapacidad de este órgano de adoptar una resolución que llame al alto al fuego.

Guterres alerta en su comunicado público de que la situación en los territorios ocupados palestinos podría detonar “amenazas al mantenimiento de la paz y la seguridad internacional”, en un contexto de “atroz sufrimiento humano, destrucción física y trauma colectivo en todo Israel y los territorios palestinos ocupados”. 

A través del artículo 99, Guterres puede convocar, excepcionalmente, al Consejo de Seguridad de la ONU. El secretario general de Naciones Unidas lleva pidiendo un alto al fuego inmediato desde el pasado 18 de octubre, pero Estados Unidos ha ejercido su derecho a veto para impedir que una resolución con esta demanda avance. 

Una resolución del Consejo de Seguridad exigiendo un alto al fuego, permitiría la imposición de sanciones o incluso el envío de una fuerza internacional para garantizar que la resolución se cumpla, pero resulta un escenario poco probable ante el apoyo incondicional de Estados Unidos a su aliado sionista. 

“Nuestros líderes políticos están fracasando —en una debilidad abyecta— a la hora de forjar un alto el fuego, que es la única acción humanitaria posible que ahora realmente importa”, ha denunciado Oxfam

“Nuestros líderes políticos están fracasando —en una debilidad abyecta— a la hora de forjar un alto el fuego, que es la única acción humanitaria posible que ahora realmente importa”, denunciaba  Marta Valdes Garcia directora del área humanitaria de Oxfam en un comunicado hecho público durante la mañana del martes 7. La organización internacional denuncia cómo la “masacre militar israelí en el sur de Gaza”  vuelve  “cualquier respuesta humanitaria imposible en todo el área”. “La pesadilla se está desarrollando a la vista de la comunidad internacional”. 

En el documento, Oxfam señala a los estados aliados de Israel como cómplices de las “muertes masivas, desplazamiento forzado, hambruna y privaciones infringidas contra más de dos millones de personas”. Su personal en terreno, da testimonio de la ausencia de ayuda en la Franja y el sufrimiento que se cierne sobre una población que lucha por sobrevivir a la ofensiva de uno de los ejércitos más poderosos del mundo. 

Valdes García comunicaba su temor de que, ante la desesperación fruto del castigo colectivo contra los gazatíes, la población se vea obligada a abandonar la franja: “Esto forzaría al sistema humantiario a la elección imposible entre ayudar a los civiles y ser cómplice de su deportación forzosa”. 

Respecto a la posible expulsión de la población gazatí más allá del paso de Rafah, el antiguo vicepresidente de Egipto, Mohamed El-Baradei, acusaba ayer a Israel de intentar sistemáticamente desplazar a los palestinos hasta el desierto de Sinaí y apuntaba a “la extrema necesidad de tomar medidas proactivas para cortar de raíz este plan espantoso y racista, empezando por insistir en un alto el fuego, y reconsiderar las relaciones de todos los países árabes con Israel”. 

“Pedimos que se ponga fin a la complicidad del gobierno británico en los crímenes de guerra que se cometen en Palestina”, denunciaba Trabajadores por una Palestina Libre

Mientras las Naciones Unidas o las organizaciones de derechos humanos urgen a poner fin a dos meses de exterminio y expulsión, en Reino Unido los sindicatos continúan plantando cara al comercio de armas de su país con el ejército sionista. Esta misma mañana, movilizaciones protagonizadas por el movimiento Trabajadores por una Palestina Libre, bloqueaban cuatro fábricas sitas en Bournemouth, Lancashire, Brighton y Glasgow que producen componentes para los misiles F-35 usados por Israel en Gaza. 

“Pedimos que se ponga fin a la complicidad del gobierno británico en los crímenes de guerra que se cometen en Palestina. Esta escalada implica un número sin precedentes de personas que participan en la interrupción de la fabricación de armas israelíes en Gran Bretaña”, declaraba en Instagram el grupo, compuesto por docentes o profesionales sanitarios, entre otros.

Ayer, mientras Nasser Abu Baker, presidente del Sindicato de Periodistas Palestinos, comparecía junto al secretario general de la Federación Internacional de Periodistas (IFJ), Antonhy Bellanger ante el Parlamento Europeo, para denunciar la guerra que Israel está llevando a cabo contra los periodistas en Gaza, que ya ha asesinado al menos a 61 reporteros y reporteras.

Un día antes, el martes 5, el Congreso de Estados Unidos aprobaba una resolución de condena contra el antisemitismo con los votos en contra de 13 legisladores demócratas y uno republicano, que entienden que la resolución, que ha despertado polémica, asume las críticas contra Israel como una forma de antisemitismo.
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